Vatican Insider, 05/27/2015
Entregan
a Benedicto XVI un libro con pseudo-mensajes contra Francisco
Ratzinger
recibió el volumen con las visiones de la “vidente” Conchiglia, que diviniza a
la Virgen, considera a Papa Bergoglio «vicario del Anticristo», define el
Vaticano una incubadora de vicios capitales y asegura que nos gobiernan los
aliens.
Monseñor Gänswein: «No hay ningún tipo de apoyo con respecto a la
“vidente” ni al contenido del libro. Si Benedicto XVI hubiera sabido de qué
cosa se trataba, no habría aceptado el encuentro»
Nota de ANDREA
TORNIELLI
El
pasado 9 de mayo, durante un encuentro que duró pocos minutos, al final del
Rosario en los jardines vaticanos, el papa emérito Benedicto XVI recibió un
libro de notables dimensiones, con la portada de color rojo oscuro y un sigilo
en forma de concha: la misma concha que se ve en el escudo episcopal y papal de
Ratzinger. Ni el Papa emérito ni su secretario particular, el arzobispo Georg
Gänswein, sabían de qué se trataba. No conocían el contenido del volumen ni a
los dos emisarios que representaban a la “vidente” Franca Miscio, mejor
conocida como “Conchiglia” (Conchita), fundadora de un movimiento internacional
que tiene como figuras principales a la Virgen de Guadalupe y a Juan Diego.
Los
«mensajes» recibidos por la autodenominada “vidente” pueden encontrarse
fácilmente en Internet. “Conchita” se presenta como profetisa de nuestro tiempo
y llena páginas y páginas de textos que asegura recibió directamente de Dios,
Jesús y la Virgen. Entre las “revelaciones” más curiosas, hay una fe
indestructible en la existencia de extraterrestres y en el hecho de que «su
DNA» se habría emzclado con el terrestre, con la consecuencia de que ahora hay
«seres extraterrestres» que gobiernan el mundo.
El
Vaticano es decscrito en las “profecías” como el conjunto de todos los males:
«El Vaticano es el centro de poder mundial que pretende hacer que todas las
falsas religiones sean una única religión mundial... Allí incuban los siete
pecados capitales y otras cosas nefastas». “Conchita”, además diviniza la
figura de María, que es puesta al mismo nivel de las personas de la Trinidad e
incluida en el signo de la Cruz, que «debería cambiar»: «En el nombre del
Padre, de la Madre, del Hijo y del Espíritu Santo».
La
“vidente” escribió mucho sobre la renuncia de Benedicto XVI. Sostiene que fue
provocada por la masonería internacional, y que Ratzinger todavía sería el Papa
legítimo, mientras que Francisco, definido «el hombre iniquo que se sienta en
el trono de Pedro», sería un «impostor», un anti-Papa, un representante del
Anticristo. Hablan por sí mismos estos comentarios, pero parecen haber
encontrado algunos periodistas que les hacen caso y que los usan (sin
referencias directas a la “vidente”) como base para las publicaciones de los
que no logran contener el odio hacia el actual sucesor de Pedro.
El
obispo de Jesi, Gerardo Rocconi, advirtió en público sobre los mensajes de
“Conchita”, a la que conoció personalmente. También lo hizo el obispo de
Senigallia, Giuseppe Orlandoni, que ha definido en varias ocasiones las
palabras de la “vidente” como «objetivamente herejes y en contra de la doctrina
de la Iglesia».
El
movimiento de “Conchita” exhibe con evidencia en el sitio las imágenes del
encuentro con el Papa emérito, presentándolo como una aprobación para los
mensajes de su libro. Pero, ¿cómo nació el encuentro en los jardines vaticanos?
¿Benedicto XVI y su secretario particular sabían con quién se habrían
encontrado? ¿Cómo reaccionaron cuando se dieron cuenta? Vatican Insider hizo
algunas preguntas al respecto al arzobispo Georg Gänswein, Prefecto de la Casa
Pontificia y secretario particular de Benedicto XVI.
«Como
muchas otras personas –refirió Gänswein– también un cierto señor Mimmo Rocco,
que se presentó como brigadier de los Carabinieros, había pedido, hace tiempo,
reunirse con el Papa emérito Benedicto. Se le concedió un breve encuentro
después del Rosario. Eran dos, él y otra persona. No conocíamos a ninguno de
los dos. Durante el encuentro le entregaron a Benedicto XVI un libro, como se
puede ver en la secuencia de fotos publicadas por el sitio. No sabíamos nada
sobre su contenido. El encuentro duró pocos minutos».
«Cuando
llegué a casa –continúa mons. Gänswein– vi el libro y después también lo vio Benedicto
XVI. Quedamos sorprendidos porque nos dimos cuenta en seguida de que el libro
cntenía “revelaciones privadas”. Bastaron pocos minutos para comprender que se
trataba de algo, por decir poco, extraño e increíble. El Papa emérito me
encargó de mandar el libro inmediatamente a la Congregación para la Doctrina de
la fe».
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