Reforma
sobre nulidad matrimonial: retroactividad, costos y tiempos
Tras
la presentación de los dos 'motu proprio' del papa Francisco sobre la
agilización de los procesos, los periodistas hicieron sus preguntas
Ciudad
del Vaticano, 08 de septiembre de 2015 (ZENIT.org) Sergio Mora |
Respondiendo
a las preguntas de los periodistas presentes este martes en la Sala de prensa
de la Santa Sede, después de la presentación de los dos motu proprio del papa
Francisco que permitirán procesos sobre nulidad matrimonial con tiempos más
breves, fueron abordados varios temas como la retroactividad de los procesos en
curso.
Presentaron
los motu proprio seis miembros de la Comisión especial para la reforma del
proceso matrimonial católico, instituida por el Santo Padre para facilitar y
eliminar burocracia, sin perder el rigor necesario, tres de los cuales miembros
de los principales tribunales de la Santa Sede: de la Doctrina de la Fe, de la
Signatura Apostólica, y de la Rota Romana.
Uno
los puntos principales, es que no se trata de estudiar como anular un
matrimonio, puesto que la Iglesia defiende la indisolubilidad del vínculo
conyugal, sino en juzgar los casos en los que se considera que el matrimonio
fue nulo por causas diversas, como la coerción.
Sobre
la retroactividad, los conferencistas indicaron que las nuevas normas --las
cuales prevén entre otros factores que la primera sentencia sea definitiva si
no hubiera apelo-- se aplicarán para las sentencias posteriores al 8 de
diciembre, fecha en que entran en vigor las nuevas normas. O sea que las
modificaciones promulgadas con los dos 'motu proprio' del papa Francisco no
serán retroactivas.
Al
responder por qué no fue necesario esperar el próximo sínodo de octubre sobre
la familia para realizar esta reforma, el cardenal Francesco Cocopalmerio,
presidente del Pontificio Consejo de los Textos Legislativos indicó que ya en
el sínodo pasado quedó absolutamente claro que la reforma en estos puntos ha
sido solicitados por los obispos.
Por
lo que se refiere a la preparación de los obispos para poder ser jueces en los
procesos de nulidad, fue señalado que habrá una formación permanente. Además la
reforma comienza a entrar en vigor recién en diciembre, lo que supone un tiempo
de preparación. “”Es una inversión y será necesario implementar y la formación
hará el resto, indicó el secretario de la Congregación para la Doctrina de la
Fe, Mons. Luis Ladaria Ferrer, S.J.
Por
su parte el exarca apostólico de Atenas, Dimitros Salachas, siempre
respondiendo a las preguntas de la prensa, añadió que el obispo pasa a ser juez
pero no está solo, hay una sinodalidad diocesana. “Ay del obispo que quiere
hacer todo sólo” dijo, reconociendo que este problema se presenta también en
las Iglesias de oriente. Precisó que las personas involucradas tendrán
experiencia y aseveró que “más que jueces deberán ser médicos”. Además hay
otros temas que habrá que resolver, como los idiomas y las traducciones por
ejemplo en griego moderno.
Sobre
los motivos evidentes que pueden acortar los procesos, el cardenal Cocopalmeiro
indicó por ejemplo circunstancias fácilmente documentables, como la esterilidad
conocida antes del matrimonio y no indicada al cónyuge, o poseer una enfermedad
transmisible no dada a conocer antes de la boda.
El
prelado auditor de la Rota Romana, Mons. Alejandro W. Bunge, respondió que
cambian 21 cánones, pero que existen todos los demás. Partiendo de los hechos
más evidentes y probándolos, los procesos serán más breves, dijo. Indicó por
ejemplo la falta evidente de la fe, lo que puede llevar al error sobre el
consenso.
En
este tema, el decano de la Rota Romana, Mons. Pio Vito Pinto, intervino para
recordar que el papa emérito Benedicto XVI había levantado el problema de la
nulidad de un sacramento en el que falta la fe, el cual difícilmente puede ser
considerado verdadero.
Sobre
los costos de las causas de nulidad añadió que el santo padre Francisco ha sido
muy claro: 'la gratuidad tiene que ser una regla', porque es un deber de
justicia. Si bien si bien reconoció que será necesario un cierto tiempo para
implementarla. Indicó por ejemplo que se debería instituir un fondo destinado a
los abogados de manera que el proceso sea gratuito y ellos puedan ser pagados
razonablemente. Precisó que hoy en día entre el 70 y el 80 por ciento de las
causas son gratuitas.
Por
lo que se refiere a los tiempos actuales de los procesos, se indicó que no
deberían superar un año en primera instancia y no más de seis e apelo, si bien
en realidad suelen ser dos y en apelo a veces llega a diez años. Ahora debería
ser uno si no hay apelo y no superar dos años si lo hubiera.
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