La
investigación realizada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes difiere de lo difundido por la Procuraduría
La Siulla Rota, 8 de septiembre de 2015
Texto de AGUSTÍN
VELASCO Y PARÍS ALEJANDRO SALAZAR | ESPECIALES LSR |
CIUDAD
DE MÉXICO (La Silla Rota).- Con su investigación, el Grupo Interdisciplinario
de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interdisciplinario de Derechos
Humanos (CIDH), desechó que los estudiantes hayan sido quemados en un basurero
al aire libre, el GIEI halló evidencias de un móvil que la PGR descartó desde
un inicio como la existencia de un quinto autobús que pudiera contener un
cargamento de narcóticos y confirmó la participación del ejército
El
grupo de especialistas de la CIDH contravino así lo averiguado por la
Procuraduría General de la República (PGR) que encabezó Jesús Murillo
Karam.
Las
contradicciones que se documentan en el Informe del GIEI en la investigación de
la PGR se resumen en nueve. Aquí un recuento de las mismas.
NO
FUERON QUEMADOS EN EL BASURERO DE COCULA
El
8 de noviembre de 2014, la PGR anunció que los 43 normalistas de la escuela
normal rural de Ayotzinapa, Guerrero, desaparecidos desde el 26 de septiembre
en el municipio de Iguala presuntamente fueron asesinados y posteriormente
quemados por el grupo delictivo Guerreros Unidos, según declaraciones de
detenidos.
Según
dichos testimonios, la hoguera en la que quemaron a los 43 jóvenes fue avivada
con diesel, plástico, madera y otros materiales –alcanzando temperaturas de
entre 900 y mil 600 grados centígrados– desde la medianoche del 27 de
septiembre hasta las 14:00 o 15:00 horas de ese mismo día.
El
informe del GIEI afirma que para quemar un cadáver en un horno crematorio se
necesita una temperatura de entre 800 y mil grados Centígrados durante un lapso
de 90 a 120 minutos; mientras para llegar a esas temperaturas al aire libre se
requerirían 900 kilogramos de madera por cuerpo, o bien, de 310 a 400
kilogramos de llantas.
SÍ
PARTICIPÓ EL EJÉRCITO Y FUERZAS FEDERALES
En
la misma conferencia del 8 de noviembre, ante los cuestionamientos de
periodistas, el titular de la PGR afirmó que el ejército no había participado
en los hechos de la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre. Incluso,
reforzó su declaración con la frase “Hubiera sido un problema mucho mayor, qué
bueno que no salió (el Batallón 27 de su cuartel)”.
El
informe de los especialistas de la CIDH confirmó que inteligencia militar supo
desde las 17:00 horas de los movimientos de los normalistas y que un elemento
castrense incluso merodeaba de cerca de los normalistas y documentó todas las
agresiones. También se recogieron testimonios de los normalistas en el sentido
de que elementos de la Policía Federal también estuvieron en los hechos, aunque
no los agredieron.
El
GIEI documentó que el Ejército no intervino para proteger a los jóvenes y
solamente envió dos patrullas pasadas las 23:30 horas del 16 de septiembre, una
de las cuales incluso intimidó a normalistas que se encontraban en la Clínica
Cristina, hasta donde llegaron para pedir que atendieran a uno de sus
compañeros herido en la boca.
NO
FUERON DOS ATAQUES, FUERON NUEVE
La
investigación realizada por la PGR consigna que luego de recibir la orden de
José Luis Abarca, entonces presidente municipal de Iguala, los estudiantes
fueron atacados por policías municipales en dos ocasiones y luego fueron
llevados a la comisaría.
El
informe del GIEI también tira esta teoría, pues afirma que fueron al menos
nueve escenarios en los que los jóvenes fueron atacados en un lapso de tres
horas. La investigación incluso revela que el nivel de los ataques se fue
incrementando conforme pasó el tiempo.
Los
expertos aseguran que incluso se suscitó un ataque a quemarropa –es decir, con
disparos de arma de fuego de alto calibre a centímetros de los cuerpos de
varios normalistas– en el que murieron dos jóvenes y uno más resultó con una
herida en el maxilar superior.
NO
FUERON LLEVADOS A LA COMANDANCIA
Según
las declaraciones del entonces procurador Jesús Murillo Karam, luego de los dos
ataques que sufrieron, todos fueron llevados a la comandancia de Iguala de
donde salieron nuevamente en camionetas para ser entregados por policías a
integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos.
La
investigación del grupo de la CIDH detalla que sólo un grupo de entre 16 y 17
jóvenes fueron llevados a la comandancia y luego trasladados en camionetas de
la policía de Iguala hacia el rumbo de Loma de Coyote.
Este
grupo pertenecía a los detenidos del autobús Estrella de Oro, baleado en la
calle Juan N. Álvarez. Del otro grupo detenido sobre el periférico norte no se
tienen indicios de que fueran trasladados a la comandancia, sino que fueron
trasladados desde ese lugar en camionetas de la policía de Cocula.
¿UNA
DE LAS INVESTIGACIONES MÁS GRANDES DE LAS QUE SE TENGA MEMORIA?
En sus declaraciones, Jesús Murillo Karam
aseguró que la averiguación que encabezó y que lo llevó a la verdad histórica
de que los normalistas habían sido asesinados y cremados en el basurero de
Cocula era una de las más complejas operaciones que se hayan hecho en los
últimos tiempos y “una de las investigaciones criminales más grandes de las que
se tenga memoria”.
Sin
embargo, la averiguación de la PGR omitió momentos clave, descartó de inmediato
otras líneas de investigación y concluyó en 33 días el destino de los jóvenes.
El
GIEI llevó a cabo su investigación durante seis meses, ubicó diversas escenas
en las que los jóvenes fueron atacados, confirmó la participación y las
omisiones del ejército y descartó científicamente que los normalistas hayan
sido cremados a niveles en que no se podía extraer ADN de sus restos óseos.
¿QUIÉN
DIO LA ORDEN?
La investigación de la PGR y el GIEI tampoco
coincide en quién ordenó la agresión contra los normalistas de Ayotzinapa. En
la conferencia de prensa del 7 de noviembre de 2014 se le preguntó directamente
al entonces procurador, Jesús Murillo Karam, quién dio la orden de aprehender,
asesinar e incinerar a los normalistas de Ayotzinapa, a lo que respondió que
José Luis Abarca, ex presidente municipal de Iguala y Sidronio Casarrubias, uno
de los líderes de Guerreros Unidos.
“Hay
dos (órdenes) claras, una del presidente municipal cuando por radio se
transmite su orden, no es una orden de secuestrar ni de matar pero es una orden
clara de actuar en ese sentido, y la otra cuando se le avisa al jefe del grupo
este de Guerreros Unidos (Sidronio Casarrubias) de lo que está sucediendo y el
da su aval para que, entre comillas lo digo, no invadan su territorio”,
aseguró.
En
la presentación de informe sobre el Caso Ayotzinapa, los integrantes del GIEI a
lo apuntaron que una persona, a la que sólo identifican como de unos 40 años y
corpulento, coordinada las acciones. Esto se desprende del testimonio de uno de
los chóferes de los autobuses que fue llevado a una casa en el centro de Iguala
donde se encontraba este sujeto no identificado, quien le preguntó a los
policías estatales que lo trasladaron que quién era, y tras saber que era un
chófer, les dio la orden de liberarlo.
QUINTO
AUTOBÚS
En la investigación de la PGR se consignó que
los normalistas se desplazaron en cinco autobuses en Iguala, pero luego
desapareció de la indagatoria, es decir, sólo se habló de cuatro vehículos.
Hasta
que el GIEI recogió testimonios y revisó el expediente, encontró que había
cinco autobuses y no cuatro, solicitó el video de la noche del 26 de septiembre
de 2014 y confirmó la existencia del quinto autobús.
El
GIEI pidió a la PGR le presentará el quinto autobús tomado por los normalistas,
los expertos internacionales detectaron que la dependencia federal les llevó
otra unidad distinta a la que aparecía en el video. Esta quinta unidad quizá
transportaba droga.
MÓVIL
DEL ATAQUE
Desde
el inicio de la investigación la PGR señaló que el móvil del ataque a los
normalistas de Ayotzinapa se debió a un intento de los estudiantes de protestar
y boicotear el informe de la presidenta del DIF Iguala, María de los Ángeles
Pineda, esposa del alcalde, José Luis Abarca.
Los
expertos del GIEI sostienen que existen cuatro móviles totalmente diferentes y
tienen numerosas contradicciones, entre ellas un operativo de ‘Los Rojos’ para
matar a otros narcotraficantes conocidos como ‘Los Peques’, otras que un grupo
infiltrado entre los normalistas que se habría dirigido a Iguala para atacarlos
sin armas ni preparación.
Sin
embargo, pidieron abrir una un quinto móvil, el transporte de drogas en
camiones de Iguala, por lo que los normalistas habrían tomado un autobús
cargado y un grupo intentó recuperar el cargamento que llevaba el vehículo.
¿DÓNDE
ESTÁN?
De
acuerdo con la versión sostenida por la PGR desde noviembre de 2014, los 43
normalistas fueron incinerados, sus restos triturados y depositados en el Río
San Juan, en el municipio de Cocula, es decir, las autoridades sostienen que
fueron asesinados.
Los
expertos del GIEI tras informar que la evidencia científica señala la
imposibilidad de quemar 43 cuerpos debido a las condiciones del basurero de
Cocula, dijeron que no existen evidencias sobre cuál fue el destino final donde
se encontrarían los normalistas.
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