15 ene 2017

Las columnas políticas hoy, domingo 15 de enero de 2017

Las columnas políticas hoy, domingo 15 de enero de 2017
Templo Mayor de Reforma
AUNQUE los panistas han tenido mucho éxito en las alianzas electorales con el PRD, a la hora de las alianzas de gobierno con quien hacen equipo es con el PRI.
EL AÑO PASADO los candidatos de alianzas entre el PAN y el PRD ganaron en Veracruz, Quintana Roo y Durango. En el pasado, hicieron lo mismo en Oaxaca, Puebla y Sinaloa... pero, después del triunfo, los mandatarios se declararon panistas o perredistas y marginaron a sus aliados a la hora de gobernar.

EN CAMBIO, aunque panistas y priistas no van juntos para ganar gubernaturas, sí que han gobernado juntos... y lo siguen haciendo, incluso a nivel federal.
EL EJEMPLO más reciente es la nominación de Gerónimo Gutiérrez como embajador de México en Estados Unidos, pues se trata de un cuadro que hizo su carrera en los gobiernos del PAN.

NI QUÉ DECIR de José Antonio Meade, quien fue secretario de Energía y Hacienda de Felipe Calderón y en este sexenio ha sido canciller, titular de Sedesol y ahora vuelve a estar al frente de la SHCP.
O DEL DIRECTOR del IMSS, Mikel Arriola, quien trabajó en Hacienda en la era calderonista, luego pasó a la Cofepris donde se convirtió en funcionario transexenal y de ahí brincó a su actual puesto.
LA DUDA es si ese grupo de políticos son panistas tricolores, priistas empanizados o sólo servidores públicos que, más allá de partidos, trabajan con la administración en turno.
TAL PARECE que en el PRD andan desesperados para conseguir un candidato competitivo para el Estado de México ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el PAN para una alianza opositora.
Y ES QUE en la encuesta que mandaron hacer para medir a sus gallos incluyeron al ex perredista y dos veces candidato a gobernador por esa entidad, Alejandro Encinas.
NOMÁS que el actual presidente de la Asamblea Constituyente ya aclaró que no tiene nada que ver con esa encuesta y que, si saben contar, que no cuenten con él. ¡Sopas!
CUENTAN que varias constructoras de la CDMX andan molestas porque el gobierno delegacional en Cuauhtémoc está contratando obras públicas con empresas ¡de Zacatecas!
en CONCRETO, se trata del contrato DC/IR/AP/064-2016 por 19 millones de pesos para la rehabilitación del alumbrado público otorgado a la empresa Construcciones, Bombeos y Redes Eléctricas de Zacatecas.
PERO seguro que esa contratación no tiene nada que ver con el hecho de que el jefe delegacional Ricardo Monreal es zacatecano y fue gobernador de esa entidad. ¿Verdad?
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 Frentes Políticos/Excelsior
I.  La apuntada. La diputada federal Ivonne Ortega, exgobernadora de Yucatán, se suma a quienes pretenden la candidatura del PRI a la Presidencia en 2018. Ha estado muy activa los últimos días. Para salir de la crisis pasajera propuso, entre otros puntos, impulsar nuevas refinerías en México y el uso de energías alternativas que generen combustibles más baratos y, aunque el Sistema Nacional de Transparencia incluye a Pemex, la legisladora planteó transparentar los ingresos del petróleo para saber cuánto se produce y en qué se gasta. Como viene de atrás, ya invadió redes sociales como Snapchat con su foto, en feroz campaña. ¿Soñadora o tiene con qué?
II. Fracaso. Quien no endereza el barco es Édgar Olvera, el alcalde de Naucalpan. Conforme pasan las semanas, su municipio se hunde en el terror y la violencia. En menos de dos semanas nueve personas fueron lesionadas y una perdió la vida en tres distintos asaltos al transporte público, evidenciando que los operativos no le funcionan. La noche del viernes, tres pasajeros de camión resultaron baleados tras ser amagados por dos asaltantes. Uno murió camino al hospital. Dicen que es más fácil que baje la gasolina a vivir sin miedo en Naucalpan. Y dicen, dentro del mismo PAN, partido al que pertenece, que Olvera podría renunciar antes de que acabe enero. ¿Será?
III. Protegidos. Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, pidió a los mexicanos no preocuparse por dejarlos en momentos de volatilidad económica, ya que el manejo de la política monetaria no dependerá de una sola persona y los economistas están preparados para hacer frente a la incertidumbre llamada Donald Trump. No se desanimen, quedan en muy buenas manos y el Banco de México seguirá enfrentando los retos, dijo. Será gerente del Banco de Pagos Internacionales, pero antes de irse aseguró que el alza a la gasolina sí fue a causa de las reformas. Cerrar la boca no es lo suyo, políticamente hablando.
IV. Apuntalado. Quien comienza el año a todo ritmo es Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero. Sabedor de que la actividad turística representa el 8.7% del PIB de nuestro país y de que su estado es punta de lanza en el sector, no se distrae. “La gobernabilidad es una tarea conjunta”, precisó el mandatario, y ratificó su respeto al trabajo de los alcaldes durante una reunión de trabajo con ediles de los 81 municipios de la entidad. “En Guerrero continuaremos haciendo lo que nos corresponda para seguir siendo una potencia turística en México”, garantizó. Sería un error que la joya de la corona perdiera brillo. En sus manos está el desarrollo.
V. Desesperados. Todo parece indicar que el descontento social puso a pensar a los gobernadores. En cada región de México han surgido ideas para disminuir la carga que representa para algunos sectores el aumento a los precios de las gasolinas. Jaime Rodríguez El Bronco, gobernador de Nuevo León, presentó una iniciativa para reducir la cantidad de diputados de representación proporcional. Manuel González, secretario general de Gobierno, entregó la propuesta el viernes. Representaría un ahorro de hasta 12 millones de pesos para el estado. Se reformaría el artículo 46 de la Constitución local y plantearía bajar de 16 a sólo cuatro la cantidad de legisladores de representación proporcional. Espera que la propuesta tenga eco. “Cada diputado le cuesta al erario aproximadamente un millón de pesos al año”, detalló. La pregunta principal es: ¿Valen lo que cobran
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La estación/GERARDO GALARZA
Excelsior..
Palabras, palabras…
En las dos semanas recientes, es decir, en lo que va de 2017, el presidente Enrique Peña Nieto ha dicho en público dos frases que trascenderán a su sexenio, como las de otros políticos mexicanos que son recordados por sus palabras, generalmente pronunciadas en momentos críticos o de gran solemnidad. Al explicar los motivos del gasolinazo, apeló a la comprensión de los gobernados con un “¿Ustedes qué hubieran hecho?” y, días más tarde, explicó el fin de la riqueza petrolera al decir: “La gallina de los huevos de oro se nos fue secando, se nos fue acabando”.
La propensión de los políticos por pronunciar, se decía antes, frases para el bronce, para la posteridad, apotegmas o simples oraciones y hasta lugares comunes que tratan de enganchar y convencer a los ciudadanos, no es característica de los políticos mexicanos; la padecen los políticos de todo el mundo. Pero en México es posible identificar y reconstruir periodos, gobiernos o sexenios y, por supuesto, personajes por una simple frase. Y que al final muchas de ellas se convirtieron en parte de la picaresca nacional.
En La Estación anterior se citó una frase que define la fundación del sistema político mexicano moderno (el posrevolucionario), la del general Álvaro Obregón: “Nadie resiste un cañonazo de 50 mil pesos”.
El sexenio del presidente Miguel Alemán Valdés puede resumirse en una frase de su amigo de juventud, el también veracruzano César Garizurieta, El Tlacuache, quien tuvo muy claro que “vivir fuera del presupuesto (gubernamental) es vivir en el error”.
Un ejemplo paradigmático es el presidente José López Portillo, hombre culto y también grandilocuente, que será recordado por muchas de sus frases, mismas que entraron en el léxico popular: “¡Ya nos saquearon, no nos volverán a saquear!”, “Es (su hijo José Ramón nombrado subsecretario) el orgullo de mi nepotismo” y “Defenderé al peso como un perro”, entre otras. Hoy, en medio de la crisis petrolera, es muy fácil recordarlo cuando llamó a los mexicanos “a administrar la riqueza”, ante los descubrimientos de los campos petroleros llamados Cantarell, que hoy “se han secado”.
Su antecesor, Luis Echeverría Álvarez, es recordado por aquella expresión que sostiene que “ni nos perjudica ni nos beneficia, sino todo lo contrario” y que, de acuerdo con muchas evidencias, no fue dicha por él, sino por Manuel Bernardo Aguirre, su secretario de Agricultura, pero en la memoria popular es el expresidente quien permanece como su autor.
El sexenio de Miguel de la Madrid puede resumirse en  una frase no dicha por él, sino por el cuasi eterno dirigente de la CTM, Fidel Velázquez, para justificar los “pactos económicos” (hoy nuevamente de moda) de ese gobierno para paliar la crisis: “Medida dolorosa, pero necesaria”.
Carlos Salinas de Gortari no escapó a la tentación de la frase querida trascendente: “Ni los veo ni los oigo”, dijo en referencia a las protestas de los miembros del, primero, Frente Democrático Nacional y, luego Partido de la Revolución Democrática (PRD), quienes denunciaban lo que consideraban su usurpación de la Presidencia de la República.
Su sucesor, Ernesto Zedillo, no fue muy dado a frases pintorescas como su recordado “no tengo cash”. Bordeando siempre un mesurado estilo tecnócrata, en 1995, en medio de la crisis que marcó su primer año de gobierno, intentó un tono coloquial al decir: “Después de todas esas cosas malas que nos han venido ocurriendo, empezamos a suponer que en este México hay un pequeño grupo, muy pequeñito, de malosos, de malosos que quisieran que las cosas fueran como antaño”.
Vicente Fox fue un candidato locuaz. Después de su triunfo, seguramente siguiendo el consejo de algún bien pagado asesor, quiso dejar atrás una de las características que lo hicieron popular y trató de cuidar sus expresiones. No más víboras prietas ni tepocatas. Pero el subconsciente es lo que es y será recordado por decir  “¿Y por qué yo?”, el “Comes y te vas” y también por las “lavadoras de dos patas”.
Y hay frases que, se cree, resultaron muy costosas para sus autores. Un ejemplo de éstas es “¡Cállate, chachalaca!”, de Andrés Manuel López Obrador, a la que algunos atribuyen la pérdida de los votos que podrían haberlo llevado a la Presidencia de la República.
Las mencionadas son apenas un ejemplo de decenas, quizás cientos, de frases que resumen las diferentes épocas de la vida política nacional. Tienen la característica de haber sido pronunciadas por verdaderos protagonistas o, cuando menos, atribuidas a ellos por el acontecer mexicano.
El escribidor no es experto en la conducta humana, por lo que no puede explicar los motivos de la propensión de los políticos por las frases insignia. Seguramente los habrá, desde los más nimios hasta los más trascendentes, pero ésa es labor de verdaderos especialistas.
Ellos podrán interpretarlas desde diferentes modelos de análisis: político, social, propagandístico, de mercadotecnia, sicológico, semiótico o cualquiera otra categoría, aunque a veces no hace falta mucho para entenderlas cabalmente. Un ejemplo de esto último es la frase señera de Gonzalo N. Santos que exhibe el talante ético de la mayoría de los miembros de la clase política mexicana de todos los tiempos: “La moral es un árbol que da moras”.

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