29 ene 2020

Es sobre el financiamiento extranjero a algunas ONGs

Este texto, es de Sergio Aguayo; es de una conferencia presentada en Casa Lamm de la ciudad de México, el 30 de agosto de 2001.
 Es sobre el financiamiento extranjero a algunas ONGs
 EL FINANCIAMIENTO EXTRANJERO Y LA TRANSICION DEMOCRÁTICA MEXICANA: EL CASO DE ALIANZA CÍVICA.
 Sergio Aguayo Quezada [1][1]
 Introducción
 En la transición mexicana a la democracia, las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2000 son consideradas como el parteaguas que nos separa del autoritarismo. Es una fecha simbólica, en la cual convergieron  procesos y tendencias extraordinariamente complejos. En la medida en que el 2 de julio se aleja en la distancia es conveniente precisar el papel jugado por diferentes actores. En este caso, pongo el acento en el significado del financiamiento extranjero y en el trabajo realizado por Alianza Cívica.
 La transición mexicana a la democracia se inició en los años sesenta y se fue tejiendo por la interacción de tres grandes variables: 1) la degradación y/o transformación del régimen existente (agotamiento del viejo modelo económico, autonomización de instituciones estratégicas como el Instituto Federal Electoral, divisiones al interior de la clase política, etcétera); 2) la aparición y/o fortalecimiento de actores (entre otros, partidos políticos, medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales) que se opusieron al régimen de diferentes maneras; y 3) una cambiante relación con la comunidad internacional por la apertura comercial, el final del respaldo acrítico al régimen, el interés cada vez mayor del mundo por lo que sucedía en el país, etcétera. [i][i]


Cada una de estas variables se puede desagregar en elementos, cada uno de los cuales tuvo una cierta autonomía e interactuó con las otras piezas dibujando el complejo fresco de la transformación política y social mexicana. Los organismos no gubernamentales (ONG) de derechos humanos, por ejemplo, aparecieron en los resquicios de la vida pública de los años sesenta. En los primeros años fueron ignorados en buena medida porque ellos mismos se replegaban con la idea de que formaban parte de la retaguardia para el cambio (para algunos la vanguardia era el partido, para otros el movimiento armado) .

Con el paso de los años estas ONG fueron madurando mientras se iba modificando su presencia en la sociedad. Un factor determinante fue su organización en "redes" temáticas que les permitieron incrementar exponencialmente su presencia por todo el país. Simultáneamente, y en la medida en la que avanzaba la liberalización del sistema político y que el país modificaba su interacción con el mundo se ampliaba la agenda original de las ONG. El cambio más significativo vino con las elecciones de Sonora y Chihuahua de 1985 y 1986, y la presidencial de 1988. Las protestas generadas por los fraudes electorales llevaron a que un número importante de ONG reconocieron que la defensa del voto podía ser un poderoso instrumento de transformación social.

Esto explica el inicio, en 1990, de un movimiento cívico a favor de elecciones limpias y confiables que creció rápidamente hasta desembocar en la creación de Alianza Cívica en marzo de 1994. El acuerdo inicial de las ONG que fundaron Alianza era que ésta desaparecería en diciembre de ese año después de vigilar las elecciones presidenciales de aquel año. Sin embargo, después de que realizara con éxito un  ambicioso programa de observación electoral el acuerdo se modificó y a partir de 1995 Alianza amplió su agenda para incorporar la vigilancia de funcionarios, la organización de consultas ciudadanas, la educación cívica, etcétera.

Durante sus siete años de existencia Alianza Cívica y sus dirigentes han recibido críticas de diverso tipo. Una bastante frecuente la sintetiza un columnista de, El Economista, quien en 1994 acusó a Alianza de agrupar a una "verdadera plaga" de "observadores electorales tendenciosos" que expresaban una "abierta simpatía, colaboración o hasta militancia en algún partido o con algún candidato opositor (Cárdenas, generalmente)" y que tenían un "prejuicio obsesivo para observar con desconfianza únicamente aquello que hace el PRI, ignorando la actuación de los demás partidos". [ii][ii]

Otro condena bastante frecuente apuntó a la metodología de observación empleada por Alianza en la elaboración de sus informes. El documento más importante que ha elaborado --el de la elección presidencial de 1994-- fue también el más polémico. Los argumentos centrales fueron, primero, que el país había tenido elecciones de dos tipos (una limpia y otra fraudulenta) y, segundo, que el porcentaje de irregularidades que habían sido detectados no invalidaba los resultados presidenciales, pero sí afectaban elecciones locales lo que repercutía en la distribución de fuerzas que llegaron al Congreso. Las descalificaciones fueron de diverso tipo y seriedad y llegaron de los principales rincones del abanico ideológico. [iii][iii] A la distancia creo que hicimos lo correcto porque respetamos la información reunida por los observadores. Hubiera sido absurdo que adecuáramos los resultados de la observación a las opiniones de una Coordinación Nacional que sólo tenía la obligación de procesar los datos con profesionalismo.

Finalmente, la acusación más frecuente giró en torno al financiamiento. En diferentes tonos se ha repetido que Alianza Cívica estuvo contaminada por haber recibido dinero de organismos de otros países. El caso más mencionado ha sido el de la Fundación Nacional para la Democracia (NED) con sede en Washington. Las acusaciones más fuertes han calificado a Alianza de ser un instrumento del gobierno de Estados Unidos argumentando y equiparando al NED con la CIA. En 1997, un diputado apoyado por una fracción del PRI empujó una iniciativa de ley para imponer una prohibición al financiamiento internacional que llegaba a los grupos que hicieron observación electoral. Alianza Cívica fue mencionada una y otra vez. [iv][iv] Un ex-miembro de la Coordinación de Alianza Cívica en el Distrito Federal, Primitivo Rodríguez Oseguera, retomó algunos de estos argumentos y reelaboró otros. También exigió que las organizaciones que recibieron financiamientos del NED informaran públicamente del origen y finalidad de estos.  [v][v]

Como miembro de la Coordinación Nacional, resultó lógico que me criticaran pública y anónimamente. Un columnista decía en un artículo que estaba al "servicio de una potencia extranjera". Después añadió que el autor de este ensayo es un "mercenario. O cipayo. O, mejor aún, traidor a la patria". A tan pesada acusación añadió que quien esto escribe "se llevó (en 1994) al bolsillo nada más y nada menos que 155 mil dólares" del NED. [vi][vi] En agosto del 2000 un apasionado de mi obra se puso a espulgarla para encontrar contradicciones con que alimentar un largo anónimo distribuido profusamente en México y el extranjero. [vii][vii]

En algunos casos respondí por medio de cartas o declaraciones a medios de comunicación, en otros en las columnas periodísticas que escribo en diversos medios desde 1984. Reconozco que el análisis que aquí presento debería haberlo hecho con anterioridad. Lo pospuse por las exigencias de mi trabajo académico (toda mi participación en Alianza fue voluntaria), por creer que el hablar de un aspecto de la experiencia de Alianza --el financiamiento-- obligaba a dar toda la historia y porque me parecía impropio cronicar hechos en los que participé activamente. Por eso es que, cuando decidí hace algunos meses explicar el papel jugado por el financiamiento internacional en el trabajo de Alianza Cívica concluí que tenía que ser la primera parte de un trabajo bastante más ambicioso. En otras palabras, este es el borrador del capítulo de un libro sobre la experiencia de Alianza Cívica que elaboraré durante un período sabático que tomaré de mi trabajo como profesor en El Colegio de México.

Este trabajo, o el libro, no busca solamente responder a las críticas hechas a Alianza (aunque esa es por supuesto una de sus intenciones). Mi interés principal está en explicar uno de los factores que han hecho posible el trabajo de una organización que, pese a los errores que cometió, hizo aportes a la limpieza de las elecciones, al fortalecimiento de una autoridad electoral independiente, a la exigencia de que los funcionarios rindan cuentas sobre el dinero que administran o ganan, a la necesidad de que los medios de comunicación informen con objetividad y oportunidad, a la paz en Chiapas, a la defensa de los derechos de los pueblos indios y a la popularización de la consulta como método de participación ciudadana. En suma, Alianza contribuyó a la democratización de México para lo cual obtuvo recursos que ha administrado escrupulosamente informando permanentemente a sus miembros.

Es conveniente añadir que no ignoro las contribuciones a la democracia que hicieron otras organizaciones y redes de diferentes partes de México. En algunos casos continúan trabajando, en otros desaparecieron. Todos ellos deben formar parte de una historia más completa del papel jugado por la sociedad civil mexicana en la construcción de las condiciones que hicieron posible el 2 de julio del 2000.

La creación de Alianza Cívica

La historia es caprichosa. Desde 1991 diversas organizaciones no gubernamentales habían alentado una vigorosa movilización cívica a favor de elecciones libres y confiables. Con ese objetivo habían observado la limpieza de elecciones estatales y municipales, desarrollado metodologías para verificar la imparcialidad de los medios de comunicación, aprendido la forma de hacer encuestas de salida y conteos rápidos. Uno de los rasgos que caracterizaron ese movimiento fue el involucramiento de ciudadanos comunes y corrientes que se movilizaban con las herramientas que proporcionaba el conocimiento especializado.

En el trabajo, esas organizaciones habían llegado a acuerdos de apoyo mutuo por los cuales llegaban a un estado particular activistas de todo el país. El 28 de noviembre de 1993 estaba implementándose una observación en Yucatán cuando, a media mañana, los medios informaron que el PRI había nombrado a Luis Donaldo Colosio como candidato de ese partido a la Presidencia de la República. Era la hora del "destape", y la atención de la opinión pública se desvió de la península hacia el centro. Aunque no tengo evidencia para demostrarlo, siempre he pensado que buscó aprovecharse el "destape" para manipular la elección yucateca. Esa misma tarde se desató un operativo de inducción del voto que incluyó un apagón monumental que dejó a oscuras amplias regiones de la peninsula. Coincidentemente, durante ese lapso se hicieron una serie de maniobras fraudulentas.

 Por esas razones la observación se descuadró y los representantes de las organizaciones reunidas en Mérida aprovechamos la noche para tomar la decisión de unir nuestros esfuerzos para vigilar la elección presidencial de 1994. De regreso, en el Distrito Federal, se iniciaron las pláticas en casa de  Julio Faesler en Coyoacán. Hubo varios acuerdos iniciales: la organización que se creara tendría como único objetivo vigilar los comicios de 1994 y desaparecería en diciembre de aquel año; habría una coordinación nacional en la cual se tomarían las decisiones colegiadamente y de preferencia por consenso; y los proyectos se financiarían con los recursos que cada una de las organizaciones tuviera.

En esas reuniones ya se encontraban quienes meses después integrarían la Coordinación Nacional de Alianza Cívica. Las enumero por orden alfabético: Academia Mexicana de Derechos Humanos (AMDH), Acuerdo Nacional para la Democracia (ACUDE), Consejo por la Democracia (CD), Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia (Convergencia), Fundación Arturo Rosenblueth (Fundación), Movimiento Ciudadano por la Democracia (MCD) y el Instituto Superior de Cultura Democrática (ISCD). Esas organizaciones representaban una amplia pluralidad en sus orígenes, membresía y fuentes de financiamiento

La AMDH, ACUDE  y CD eran organizaciones formadas por individuos que habían destacado en diferentes áreas de la vida nacional y estuvieron representadas por el autor de este trabajo, Clara Jusidman y Julio Faesler, respectivamente. Convergencia y MCD eran redes nacionales de ONG de orientación progresista y sus representantes fueron Martha Pérez Bejarano (cuando pasó a ser Secretaría General fue sustituida por Rogelio Gómez-Hermosillo y José Luis Barajas) y Luz Rosales. La Fundación Rosenblueth es una empresa que trabaja con la información y estuvo representada por Enrique Calderón Alzati. Finalmente, el Instituto Superior de Cultura Democrática era un centro de capacitación con nexos con el Partido Acción Nacional y otros sectores de centro-derecha y su representante fue Eduardo Mendoza Ayala.

Cada una de las organizaciones que formaron la Alianza Cívica llegaron con sus contrapartes en otros países. El Consejo por la Democracia y el Instituto Superior de Cultura Democrática, por ejemplo, ya tenía financiamiento del Instituto Nacional Republicano y de la Fundación Nacional para la Democracia (NED). La Fundación Rosenblueth tenía los ingresos de una empresa altamente especializada. La Academia Mexicana de Derechos Humanos tenía recursos de la Fundación MacArthur, Inter Pares de Canadá y la Consejería en Proyectos y Servicios con sede en Costa  Rica.

Cuando decidimos en noviembre de 1993 que uniríamos nuestras fuerzas para vigilar las elecciones de 1994 teníamos claridad sobre algunas de las dificultades que enfrentaríamos. A esas alturas, el régimen presumía del exitoso proyecto salinista (mezcla de la corrupción y cinismo de los viejos métodos con la modernidad globalizante) mientras se preparaba para la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; el PRI y su candidato superaban a sus contrincantes en las encuestas de opinión y tenían el control de los principales instrumentos de poder (entre otros, el Instituto Federal Electoral); en Gobernación despachaba un hombre duro acostumbrado a imponer su voluntad (Patrocinio González Garrido, que había cambiado la gubernatura en Chiapas por  Bucareli). En suma, se anticipaba que 1994 seria una marcha triunfal del PRI.

La rebelión zapatista del 1° de enero de 1994 transformó el panorama nacional y preparó el marco que haría posible la aparición de Alianza Cívica. El EZLN fue un proyectil que pegó en la línea de flotación del salinismo y tuvo consecuencias profundísimas para el país, la transición y el papel que  jugaría la "sociedad civil" progresista organizada en ONG. De entrada demostró la fuerza y variedad de esta "sociedad civil". Una parte de este movimiento se concentró en la lucha por la paz en Chiapas, mientras que la otra llevó el movimiento cívico a niveles sin precedente. Esto se debió a que la rebelión elevó la prioridad de las elecciones libres y confiables y atrajo la atención internacional lo que facilitó la llegada de fondos internacionales. La sensación de urgencia se reforzó por el asesinato de Luis Donaldo Colosio en marzo de aquel año.

Dos días después de esa muerte, las ONG que venían reuniéndose tomaron la decisión de fundar Alianza Cívica --el nombre se inspiró en la experiencia potosina, porque el doctor Salvador Nava había creado una organización de nombre similar--. Alianza tuvo un crecimiento espectacular, tanto cuantitativo como cualitativo. A las diferentes campañas se sumaron más de 400 ONG y organizaciones sociales (sindicatos, productores de café, etcétera). Entre abril y agosto de aquel año se presentaron docenas de informes con monitoreos de la objetividad de los medios de comunicación; se sistematizaron y denunciaron judicialmente delitos electorales relacionados con la compra y coacción del voto; se hicieron estudios muestrales de la lista nominal de electores; se levantaron tres encuestas nacionales sobre asuntos electorales; y se lanzó la campaña nacional de educación ciudadana "Juego Limpio".

Esto fue el preámbulo para la jornada electoral del 21 de agosto de 1994 durante la cual se movilizaron 40 mil ciudadanos para hacer una observación muestral, complementaria y de zonas rurales de alto riesgo, además de un conteo rápido con base en dos muestras (aleatoria y estratificada) y el despliegue de 450 observadores internacionales de 19 países (América del Norte, América Latina y Europa) . Se desarrollaron proyectos especiales, como la observación que se hizo de las elecciones en la zona zapatista (a invitación de éstos). No parece exagerado decir que Alianza Cívica se convirtió en un referente para la calificación de los resultados por su pluralismo, su capacidad profesional y por el sustento y contundencia de los resultados. El Subcomandante Marcos, declararía que Alianza Cívica "nace para vigilar un proceso electoral, adquiere una autoridad moral impresionante, como para calificar un proceso electoral y la gente cree lo que dice. Lo que no le cree al gobierno, a Alianza Cívica sí le cree".   [viii][viii]

Y sí. Alianza gozó de una enorme credibilidad y fue mucho lo que pudimos hacer. En parte se debió al trabajo de base que tenía años realizándose entre la sociedad civil. También influyó la motivación de ciudadanas y ciudadanos que fueron contagiándose con el entusiasmo de quien está convencido de que su trabajo tendrá efectos positivos y que formaban parte de una organización que tomaba decisiones de manera horizontal y transparente. Finalmente, estaría la obtención de una cantidad extraordinaria de recursos. Una parte la aportaron las organizaciones que habían obtenido donativos de sus contrapartes de diferentes países. Otra fue obtenida en un tiempo extraordinariamente corto por Alianza Cívica.

El dinero de la Alianza

Antes de presentar y comentar los cuadros con la información sobre los recursos que ha recibido Alianza Cívica quisiera hacer algunas precisiones: a) la Coordinación Nacional decidió no cobrar por su trabajo --el  Secretariado Técnico sí ha percibido un salario--; b) la forma como se distribuyó el dinero fue aprobado por la Asamblea de acuerdo a criterios conocidos y aceptados por todos; c) se entregaron cuentas claras a todos los donantes y Alianza jamás ha sido acusada de malos manejos; y, finalmente, d) Alianza jamás sometió su agenda, metodología o independencia política a la obtención de donativos.

Con este marco presento dos cuadros que resumen el origen de los recursos manejados por Alianza entre 1994 y 2000. Por las fluctuaciones que tuvo el peso, se pusieron en dólares para facilitar su comparación.
                                  
Donativos recibidos por Alianza Cívica por año y donante, 1994-2000
1994
Monto en Dólares
Porcentaje
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD
           $1,277,087.00
71.2%
Fideicomiso para la Democracia
              $331,764.00
18.5%
Fundación Nacional para la Democracia, NED
              $155,000.00
  8.6%
Donativos diversos
                $17,647.00
  1.0%
Instituto Nacional Democrata, NDI
                  $8,941.00
    0.5%
Banco Mexicano de Comercio Exterior
                  $1,548.00
 0.1%
Banco Obrero
                  $1,470.00
    0.1%
Total
$1,793,457.00
   100.0%
Tipo de cambio: 3.40 (3 de mayo de 1994)

 1995
Monto en Dólares
Porcentaje
NED
$105,000.00
57.7%
NDI
  $50,000.00
27.5%
Centro Internacional para el Desarrollo de los Derechos Humanos y la Democracia
  $15,207.00
 8.4%
Desarrollo y Paz
$11,666.00
     6.4%
Total
             $181,873.00
   100.0%
Tipo de cambio: 5.97 (3 de mayo de 1995)
  
1996
Monto en Dólares
Porcentaje
NED
$95,700.00
55.0%
NDI
$63,700.00
36.6%
Departamento de Educación y Asuntos Internacionales. Fondo de Justicia Social. Trabajadores Canadienses Automotrices
              $14,510.00
  8.3%
Total
$173,910.00
100.0%
Tipo de cambio: 7.45 (3 mayo 1996)

 1997
Monto en Dólares
Porcentaje
PNUD
$221,941.00
38.2%
NED
$150,000.00
25.8%
Centro Internacional para el Desarrollo de los Derechos Humanos y la Democracia
  $85,736.00
14.8%
NDI
$76,662.00
13.2%
Inter Pares
$14,174.00
  2.4%
Desarrollo y Paz
$10,680.00
  1.8%
Angelica Fund of the Tides Foundation
  $7,500.00
  1.3%
Project Counselling Service
  $6,994.46
  1.2%
Consejería en Proyectos y Servicios Guatemala,C.A.
  $6,784.00
  1.2%
Total
             $580,471.46
  100.0%
Tipo de cambio:7.93 (3 de mayo de 1997)


1998
Monto en Dólares
Porcentaje
NED
   $81,861.00
                 70.9%
NDI
   $22,555.00
19.5%
Desarrollo y Paz
   $11,017.00
  9.5%
Total
               $115,433.00
 100.0%
Tipo de cambio: 8.49 (3 de mayo de 1998)


1999
Monto en Dólares
Porcentaje
Inter Pares
$85,732.00
33.7%
NED
$77,859.00
30.6%
NDI
$49,462.00
19.5%
Centro Internacional para el Desarrollo de los Derechos Humanos y la Democracia
$22,835.00
  9.0%
Fundación Ford
$18,352.00
  7.2%
Total
             $254,240.00
100.0%
Tipo de Cambio: 9.30 (3 de mayo de 1999)


2000
Monto en Dólares
Porcentaje
PNUD
             $287,762.00
46.4%
NDI
             $106,312.00
17.1%
NED
               $90,000.00
14.5%
Inter Pares
               $85,516.00
13.8%
Centro Internacional para el Desarrollo de los Derechos Humanos y la Democracia
               $17,094.00
2.8%
Threshold
$13,035.00
2.1%
Desarrollo y Paz
$10,302.00
1.7%
Angelica Fund of the Tides Foundation
10,000.00

1.6%
Total
$620,021.00
100.0%
Tipo de cambio: 9.23 (3 de mayo de 2000)

Fuente: Informes financieros de Alianza Cívica, Declaraciones a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Financiamiento recibido por Alianza Cívica entre 1994 y 2000 por el porcentaje correspondiente a cada donante.

Fundación
Monto
Porcentaje
Angelica Fund of the Tides Foundation (Estados Unidos)
$17,500.00
0.47%
Banco Mexicano de Comercio Exterior
$1,548.00
0.04%
Banco Obrero
$1,470.00
0.04%
Centro Internacional para el Desarrollo de los Derechos Humanos y la Democracia (Canadá)
$140,872.00
3.79%
Consejería en Proyectos y Servicios. Guatemala, C.A.
$6,784.00
0.18%
Departamento de Educación y Asuntos Internacionales. Fondo de Justicia Social. Trabajadores Canadienses Automotrices
$14,510.00
0.39%
Desarrollo y Paz (Canadá)
$43,665.00
1.17%
Donativos varios
$17,647.00
0.47%
Fideicomiso para la Democracia (Empresarios mexicanos)
$331,764.00
8.92%
Fundación Ford (oficina en México)
$18,352.00
0.49%
Inter Pares (Canadá)
$185,422.00
4.99%
NDI (Estados Unidos)
$377,632.00
10.15%
NED (Estados Unidos)
$755,420.00
20.31%
PNUD (Organismo Internacional de Naciones Unidas)
$1,786,790.00
48.04%
Project Counselling Service (Costa Rica)
$6,994.46
0.19%
Threshold (Estados Unidos)
$13,035.00
0.35%
Total
3,719,405.46
100.00

Fuente: Informes financieros de Alianza Cívica y declaraciones a SHCP.
  
Inicio mis comentarios a las cifras resaltando lo excepcional que fue 1994 porque al millón 793 mil dólares que recibió Alianza, habría que agregar los presupuestos que tenía cada una de las organizaciones. Fue una cantidad notable porque la organización se legalizó apenas en abril y porque es bastante difícil obtener recursos para promover la democracia. Cuando se funda la Alianza no tenía fondos propios para operar los proyectos. Después de valorarse las posibles fuentes de financiamiento y entre las alternativas que se exploraron estuvo la Fundación Nacional para la Democracia (NED) con sede en Washington. La razón era muy simple: el Consejo para la Democracia presidido por Julio Faesler ya había recibido un donativo del NED en 1992. Miembros de la Coordinación Nacional viajaron a Washington donde después de una presentación sobre el proyecto de Alianza, el NED otorgó 155 mil dólares (al final representaría un 8.6 por ciento del total).
           
La cantidad recaudada creció a partir de que, en abril de 1994, llegaron a México los representantes de la Unidad para la Promoción de la Democracia de las Naciones Unidas. Después de negociaciones muy rápidas con el entonces secretario de Gobernación, Jorge Carpizo, aceptaron venir a México a dar "asesoría técnica" a los grupos de observadores que, en esos momentos, se multiplicaban. El gobierno mexicano hizo un donativo especial a las Naciones Unidas  por 5 millones de dólares que luego regresaron a México para ser administrados por la Unidad antes mencionada y por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Alianza presentó el proyecto más ambicioso y sólido y recibió la mayor cantidad de fondos (casi un millón 300 mil dólares) que representaron un 71 por ciento de todo lo recibido aquel año. Poco después, se estableció el Fideicomiso para la Democracia, creación de Santiago Creel Miranda y Jaime González Graff. Obtuvo recursos del sector empresarial mexicano y entregaron a Alianza su donativo más importante (330 mil dólares que representaban el 18.4 por ciento).

En otras palabras, en el año más importante de la movilización a favor de elecciones libres y confiables, Alianza Cívica recibió el 90 por ciento de su financiamiento de fuentes mexicanas (a través de la intermediación de un organismo internacional y un fideicomiso). Quisiera también recordar que las mayores tensiones que se tuvieron aquel año fueron con las Naciones Unidas que no estuvieron totalmente de acuerdo con las metodologías que empleaba Alianza Cívica. Al final, se logró impulsar el programa tal y como fue planeado y aprobado por la Coordinación Nacional y la Asamblea de la Alianza.

Si se observan los cuadros y las cifras desde una perspectiva más amplia, es evidente que en los tres años que hubo elecciones federales (1994, 1997 y 2000) Alianza recibió más recursos que luego caían en los años intermedios. Esto llevó a un fenómeno que podría titularse el "síndrome del 94". Explico el significado que le doy al término. Si se recuerda, el acuerdo inicial era que Alianza desaparecería en diciembre de 1994, pero la presencia e influencia alcanzada llevó a una presión muy fuerte para que la organización tuviera un carácter permanente. Esto se justificaba porque había  una amplia agenda que cubrir en términos de limpieza electoral, rendición de cuentas y participación ciudadana.

Cuando se tomó la decisión de continuar la experiencia de 1994 se transformó en la medida. El año que nos enorgullecía se convertiría poco a poco en un fantasma que nos perseguiría porque una de las debilidades de la Alianza era su endeble situación financiera. Es decir, en 1995 se mantenía el entusiasmo y las expectativas sobre lo que Alianza podría hacer, pero ya no había los recursos para cumplir con los ambiciosos programas. Si se observan los cuadros, de 1994 a 1995 cayeron los financiamientos en un 90 por ciento. Por otro lado, en 1995 se inician las tensiones fuertes con el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León por el programa "Adopte un Funcionario" que despegó con una enorme vitalidad. La adopción del presidente mismo, de Roberto Madrazo (gobernador de Tabasco) y de otros funcionarios había irritado a algunos sectores de la clase política. También había enojo por las dos consultas que se hicieron ese año: la de febrero, que era una crítica abierta a la política económica, a los préstamos que se recibían de Estados Unidos y a la agresividad contra los zapatistas y la de agosto, que fue en respuesta a una petición del EZLN.

La irritación oficial se expresó de diferentes maneras. Solicitamos a la Secretaría de Hacienda la autorización para recibir donativos que pudieran ser deducibles de impuestos. La solicitud nos fue rechazada lo que dificultó la ya de por sí difícil tarea de obtener recursos en México para impulsar la democracia. Además de ello, el gobierno se acercó a diferentes gobiernos extranjeros (como el de Canadá) para que bloquearan el apoyo que ONG canadienses daban a Alianza. El caso más conocido fue, por supuesto, el bloqueo explícito que hizo la Secretaría de Relaciones Exteriores ante la Unión Europea para evitar que la Academia Mexicana de Derechos Humanos recibiera un donativo por 400 mil dólares para vigilar las elecciones para Jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Se desplomaron los recursos, pero no las expectativas de diversos sectores. En junio de 1995, la Comandancia zapatista nos solicitó --sin preguntar nuestra opinión de manera anticipada-- que organizáramos una consulta que los orientaría sobre las decisiones que debían tomar acerca de su futuro. Fue una situación por demás extraña porque todas las negociaciones se hicieron a través de un intermediario (jamás hubo un encuentro con la Comandancia o con Marcos) y porque hubo diferencias muy serias sobre el lenguaje que utilizaban en las preguntas. A través del intermediario les hicimos algunas objeciones a lo cual nos respondieron que eso no era negociable. Eso provocó tensiones (y hasta renuncias) al interior de la Alianza porque algunos consideraron inaceptable que se aceptaran las exigencias de los zapatistas.

La consulta fue un éxito porque opinó más de un millón de personas en más de 10 mil casillas instaladas en todo el territorio. Fue notable la logística que permitió entregar los resultados con enorme rapidez. Aun los críticos del EZLN aceptaron el profesionalismo de la Alianza. Tiempo después Marcos comentaría que fue la "única alianza del EZLN que ha tenido resultados concretos. Y nos hemos tomado tantas fotos con el PRD, con el PT, con Cárdenas y con las ONGs y no hay nada concreto. Y con ellos (Alianza Cívica) nunca nos tomamos la foto y hubo algo concreto que fue la consulta". [ix][ix]  Paradojas que tiene la historia. Tanto esa consulta como la de febrero que criticaba al gobierno de Estados Unidos fue financiada en buena medida con recursos provenientes del NED, una fundación de Estados Unidos que opera con fondos públicos.

El caso del NED

Quisiera reiterar lo dicho anteriormente. Alianza jamás sometió su agenda, metodología o independencia política a un donativo. No lo hizo con las Naciones Unidas o alguna otra financiadora. Tampoco lo hizo con el NED que durante estos años jamás impuso  condicionamiento político alguno, ni exigió información que fuera más allá de la justificación de la manera en que se gastaban los recursos. Dicho esto, me parece necesario hacer algunas precisiones sobre el NED cuyos financiamientos a la Alianza (y a otras organizaciones) han generado severas críticas y acusaciones muy fuertes.

El NED es una organización no-gubernamental sin fines de lucro fundada en 1984 y con sede en Washington. Recibe fondos privados y públicos. Estos últimos los aprueba el Congreso de Estados Unidos. Con esos recursos respalda iniciativas a favor de la democracia y los derechos humanos que recibe de todo el mundo. El modelo de ONG que promueve la democracia con fondos públicos fue establecido por las fundaciones de los partidos alemanes (la Ebert, la Adenauer y la Naumann). También lo utiliza la Fundación Westminster de Gran Bretaña y el Centro Internacional para el Desarrollo de los Derechos Humanos y la Democracia de Canadá. Como reciben fondos públicos, estas ONG son supervisadas por los congresos de sus respectivos países.

Que el NED mantenga informado al gobierno de su país no significa que trabaja para éste. Su estatuto legal rechaza explícitamente que el NED sea una "agencia o institución del gobierno de Estados Unidos". Una forma de garantizar su independencia del gobierno es con su Junta Directiva que entre sus privilegios tiene la aprobación de todos los donativos. En esa Junta no puede haber ningún funcionario del Poder Ejecutivo (sí hay algunos congresistas). Se trata de un grupo representativo de la sociedad estadunidense. Por ejemplo, en él participa Antonia Hernández, presidenta del Mexican American Defense Council (MALDEF).

Por su independencia y pluralidad, el NED ha financiado grupos de todas las corrientes ideológicas en diversos países del mundo. Eso incluye a críticos de la política exterior de Estados Unidos. En el Perú de Alberto Fujimori apoyó al Instituto Prensa y Sociedad (defensora de periodistas) y al Foro Democrático (observación electoral). En México son varias las organizaciones progresistas que han recibido financiamiento del NED: Mujeres en Lucha por la Democracia, Movimiento Ciudadano por la Democracia, Diversa, la Comisión Mexicana de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos y el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional. Algunos de ellos han criticado la política exterior de Estados Unidos. Como antecedente vale la pena recordar que en medio de la crisis económica de 1994, Alianza organizó una consulta en febrero de 1995 que incluía la siguiente pregunta. "¿Debe el Congreso de la Unión rechazar el préstamo ofrecido por el gobierno de Estados Unidos?". La mayoría de quienes opinaron estuvieron de acuerdo en que fuera rechazado (lo que no fue atendido por el gobierno mexicano).

Financiar actividades de promoción de la democracia y los derechos humanos generalmente provoca reacciones encontradas. El NED ha sido criticada por la izquierda y por la derecha. Incluyo un par de ejemplos. El "Cato Institute", por ejemplo, habla de que algunos círculos piensan que "el NED está en las manos del Partido Social Demócrata (neo-trostkista) que tienen entre sus miembros al presidente del NED Carl Gershman". Un periódico cubano ha criticado al NED por “los millones que gastan en zurdos (comunistas) en México, Centro y Sudamérica y hasta en el mismo exilio cubano”.[x][x] 

Otro ángulo es que Alianza Cívica jamás estableció una relación de exclusividad con alguna financiadora u organización. Desde un primer momento Alianza tuvo relaciones de trabajo con un buen número de organizaciones progresistas (o cuando menos respetuosas de nuestras posturas) de Canadá, Estados Unidos y otros países. En el caso de Canadá recibió solidaridad y financiamientos de "Desarrollo y Paz" que depende del Episcopado canadiense y de "Inter Pares". Ambas reciben recursos públicos, principalmente de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional. Desde un primer momento trabajó con la estadunidense Global Exchange, cuyo director (Ted Lewis) fue expulsado de México por el trabajo de acompañamiento de comunidades zapatistas en Chiapas. El "Institute for Policy Studies" con sede en Washington representa los "intereses y preocupaciones de trabajadores, feministas, minorías, activistas de paz, ambientalistas, granjeros y consumidores". [xi][xi] En 1997, este organismo altamente representativo de la izquierda estadunidense, le concedió a Alianza Cívica el Premio de Derechos Humanos Letelier-Moffit por sus aportes a la democracia.

Todos nuestros miembros en México, todas nuestras contrapartes en el extranjero, fueron informados siempre del financiamiento que recibíamos del NED. No hubo objeción porque se trata de una organización privada que utiliza de manera independiente fondos públicos. En ese sentido vale la pena añadir que el NED es una organización transparente. Por recibir fondos públicos, y pese a su carácter no-gubernamental, tiene que cumplir con las exigencias que impone la famosa Ley de Libertad de Información (cualquier persona --sea de la nacionalidad que sea-- puede solicitar por escrito, y obtener, información del NED). En consecuencia, cualquier duda sobre la autonomía, programas y mandato de esta organización deberán solicitársela directamente a ella.  

Balance

Este relato bosqueja una pequeña parte de una de las variables que intervinieron en la transición democrática mexicana. Alianza Cívica se fundó con un objetivo preciso y claro: impulsar elecciones libres y confiables en 1994. Después de esa experiencia hubo una decisión colectiva de continuar observando elecciones, y de ampliar la agenda para exigir a los funcionarios que rindieran cuentas sobre los recursos que manejaban e impulsar la organización popular a través de consultas, campañas educativas, etcétera.

Es una historia hecha posible porque la comunidad internacional modificó su actitud frente al autoritarismo mexicano. La Fundación Ford, por ejemplo, decidió a principio de los años ochenta reorientar sus prioridades y empezó a financiar organismos de la sociedad civil. Sin ese viraje, la Academia Mexicana de Derechos Humanos no hubiera nacido con el vigor con que lo hizo. Cualquier aportación que quiera reconocerse a la Academia, a Alianza Cívica y  a tantas otras  organizaciones, debe incluir el papel jugado por la comunidad internacional, que además de entregar recursos, concedió una solidaridad que resultó vital en algunos momentos (ese aspecto lo incluiré en el libro). 

Para impulsar sus proyectos la Alianza buscó recursos en México y el extranjero. Aceptó los que no imponían ningún condicionamiento y eran legítimos. Así, tomó el riesgo de recibir los recursos de las Naciones Unidas que ésta había obtenido por un donativo del gobierno mexicano. También solicitó y obtuvo apoyo del NED (entre otras financiadoras).  Todos los recursos se utilizaron para lo cual fueron solicitados. Las decisiones siempre fueron colegiadas. No hubo sometimientos a ninguna organización nacional o extranjera. Alianza Cívica no tiene nada perverso o siniestro que ocultar. Como miembro que fui de su Coordinación Nacional puedo asegurar con la frente en alto que no tengo, que no tenemos, nada de que avergonzarnos; y sí mucho de que enorgullecernos.
           


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