12 dic 2006

Bernardo Gómez

Jorge Meléndez Preciado, mencionó el 11 de diciembre en su columna Botica de El Financiero:
¿Será? 
Informa Raymundo Riva Palacio (El Universal, 8 de diciembre) que de Televisa salió Bernardo Gómez, primo de Jorge Rosillo, ex diputado del PRD. Grave en serio. El dato había sido ya comentada por Marcela Gómez Zalce en Milenio Diario, y este lunes 12 de diciembre lo reconfirma Federico Arreola en La Jornada:
El otrora poderosísimo Bernardo Gómez ya no le sirve a Televisa. Así funcionan las cosas ¡Qué le vamos hacer!
Por cierto, Bernardo fue quien veto a Jorge el Guero Castañeda en Televisa por un viejo pleito.
Dijo Raymundo en su columna del viernes 8 de diciembre en El Universal:
 Barbas mojadas
 "Desde hace algunas semanas circula la versión de que Bernardo Gómez, el poderoso vicepresidente de Televisa, fue destituido porque su sola presencia era un agravio para el presidente Felipe Calderón. Incluso, entre la opinión informada circulaba un diálogo de Calderón y el presidente de la más importante empresa de comunicación en habla hispana, Emilio Azcárraga, en el que supuestamente el Presidente le indicaba que jamás le tomaría una llamada a Gómez, y que la relación sería, cuantas veces quisiera, única y exclusivamente con él. La especie se reavivó esta semana porque, en el cenit de la subjetividad, en las oficinas del audaz vicepresidente de Televisa vieron una mudanza a destino desconocido.

 Esa conversación no fue confirmada, sino desmentida por cercanos a Calderón. Sin embargo, la circulación de la versión tuvo sus efectos. Uno de ellos fue el mensaje que altos ejecutivos de Televisa enviaron al equipo de transición de Calderón antes que anunciara su gabinete. Si deseaba nombrar a Javier Lozano, acérrimo crítico de la llamada Ley Televisa, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, les dijeron, no tendrían problema, lo que contradice las versiones en la industria que Televisa había vetado a Lozano. En realidad, dicen cercanos a Calderón, no fue así. El presidente electo no estaba dispuesto a comer lumbre, y si Lozano tenía como enemigo a Televisa y a otros líderes de la industria de telecomunicaciones, no iniciaría un enfrentamiento por un cargo. Lozano terminó como secretario de Trabajo.
Pero si esa conversación no existió, lo que sí sucedió fue un cambio general en las relaciones institucionales con la empresa. Ni Gómez, que había despachado varios asuntos estratégicos para Televisa desde Los Pinos, ni Azcárraga, ante quien se había arrodillado el ex presidente Vicente Fox, tendrían ese tipo de relación personal con el nuevo Presidente. La nueva, fue el mensaje de Calderón, será institucional. No se trata de que se vaya Gómez de la empresa o de México, que modifiquen la programación o alteren el contenido de sus noticiarios, les hicieron saber personas cercanas al Presidente, sino que la relación a partir de las personas era cosa del pasado.
Si esto no tuviera una correlación con varias acciones que se han venido dando, habría que saludar la medida y congratularnos de ese paso. Sin embargo, las cosas marchan por otro camino....."
Federico Arreola, comenta este martes 12 de diciembre en La Jornada:
Sintetizo lo que Bernardo Gómez me dijo, el jueves 7 de diciembre, en una de las salas de juntas de Televisa Chapultepec: "No he visto a Felipe Calderón, no conozco al secretario de Gobernación Ramírez Acuña. Ya no me encargo de las relaciones políticas de Televisa, esto ahora lo ve Emilio Azcárraga. Voy a ocuparme otra vez, sobre todo trabajando en San Diego, California, de lo que hacía cuando entré a Televisa: los nuevos negocios. Estaré tres semanas en Estados Unidos y una en México. Actuamos como árbitros en las elecciones del 2 de julio, tratamos de darle su lugar a todos los candidatos y al final no quedamos bien con nadie. Y así nos fue".
Ese jueves visité al vicepresidente de Televisa porque me interesaba conocer su opinión acerca de los rumores de su salida de esta empresa, que han circulado a partir de un comentario de la columnista Marcela Gómez Zalce: que Bernardo no había sido visto en ninguno de los actos de la toma de posesión de Felipe Calderón.
Gómez me recibió en una sala de juntas. Como no entré a su despacho, no pude darme cuenta de si eran ciertas o no las versiones periodísticas que aseguran que él ya ha empezado a vaciarlo con propósitos de mudanza.
Al parecer, Felipe Calderón ha vetado a Bernardo Gómez. La ley del kleenex tarde o temprano se aplica. No es probable que Bernardo haya incomodado a Calderón por sus posiciones críticas. En los últimos días de noviembre, Gómez recibió en España un premio por la "excelente" cobertura que hizo Televisa del proceso electoral de 2006 y dijo en una entrevista: "Estoy convencido de que el triunfo de Felipe Calderón fue legítimo. En la democracia se gana por uno o por cuatro, pero así es. Empezó sembrando la duda la corriente opositora. Ahora sólo un grupo radical no cree en el resultado de las urnas, y apostará por la desestabilización".
En otra entrevista Bernardo aclaró que "no es la intención de Televisa poner o quitar candidatos presidenciales". Sorprendente declaración, particularmente si uno recuerda las relaciones de negocios y de amistad de Bernardo Gómez con el ex director del Cisen, ex secretario de Seguridad Pública y actual procurador general de la República, Eduardo Medina Mora. Este es accionista de una empresa ligada a Televisa, TV Promo, que según trascendió en su momento firmó un contrato multimillonario con el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, cuyo objetivo final es hacer a don Enrique candidato presidencial en 2012.
Aunque la Televisa de Bernardo Gómez y Emilio Azcárraga Jean ha sido más abierta que la encabezada por el padre de este último empresario, lo cierto es que su buen desempeño en las elecciones de 2000 quedó opacado por acontecimientos posteriores.
En 2002, Bernardo Gómez ofendió a no pocos mexicanos cuando agradeció a Marta Sahagún de Fox, besándole la mano en público, la disminución de los tiempos oficiales en la televisión. Gómez dijo, buscando justificar esa medida, que Díaz Ordaz los había establecido para castigar a los concesionarios por haber transmitido la tragedia de 1968. No es verdad. Elena Poniatowska, en La Jornada, puso las cosas en claro: "En el 68 y después, los medios de comunicación callaron la matanza del 2 de octubre, hicieron un silencio ominoso, incluyendo Televisa. Bernardo Gómez está soñando. La televisión fue comparsa del gobierno y apoyó la represión".
También en 2002, siendo presidente de la Cámara de la Radio y la Televisión, Gómez envió una carta a Jorge Alvarez Hoth, a la sazón subsecretario de Comunicaciones, para reprocharle que su dependencia hubiera entregado a una revista la relación completa de las concesiones refrendadas por el gobierno en 2001.
Dos años después, Bernardo permitió el castigo a Adela Micha y Leonardo Kourchenko porque éstos cuestionaron la orden de entrevistar a José Murat. En Televisa son normales las sanciones a los periodistas. En 2000, Gómez despidió a Guillermo Ortega, entonces conductor del informativo estelar de la televisora, porque éste actuó con criterio propio.
Bernardo Gómez fue el artífice de las reformas a la ley de radio y televisión, que se había mantenido sin cambios desde 1960 y que garantizan que durará varias décadas más el duopolio de Televisa y Tv Azteca. La ley Televisa se elaboró en las oficinas de uno de los asesores de Bernardo, Javier Tejado Dondé.
Gracias a las habilidades de Bernardo, en 2005 el ex secretario de Gobernación y actual senador panista Santiago Creel entregó a Televisa numerosas concesiones para casas de apuestas.
Los videoescándalos de 2004 fueron estratégicamente conducidos por Bernardo. De hecho, la noticia se volvió espectáculo en el periodo durante el cual este hombre manejó la información en Televisa. Esta empresa y la Agencia Federal de Investigación (AFI) en más de una ocasión realizaron montajes para que los televidentes conocieran "en vivo" la captura de secuestradores. Así ocurrió con la aprehensión de la francesa Florence Marie Cassez. Por presiones diplomáticas, la AFI tuvo que admitir que, "a petición de las televisoras", se había escenificado de nuevo la detención de esta mujer. Lo mismo ocurrió cuando se rescató al entrenador de futbol Rubén Omar Romano y en la liberación de las hermanas de la cantante Thalía.
Alfonso de Angoitia, el cerebro financiero de Emilio Azcárraga Jean, dijo frente a un grupo de inversionistas que "no podría entenderse lo que se ha logrado en la compañía, sin ver el profundo cambio que tuvieron los noticieros de Televisa... Esto se debió, en gran medida, a la visión de liderazgo de Bernardo Gómez".
Fue en la Televisa de Bernardo Gómez donde Carlos Salinas de Gortari buscó lavar su imagen. Lo hizo en dos grandes actos a los que asistieron los principales empresarios y políticos de México: la inauguración del Centro de Noticias de Televisa y el arranque de la campaña Celebremos México. Andrés Manuel López Obrador denunció que Salinas planteó en Televisa la estrategia de vincularlo con Hugo Chávez.
Al principiar 2006, Televisa montó en Valle de Bravo una pasarela para que desfilaran López Obrador, Calderón y Madrazo. Frente a consejeros, funcionarios y periodistas de esta televisora, Bernardo Gómez sometió a los candidatos a un interrogatorio del que sólo podía salir bien librado el panista.
En la actualidad, Televisa (Tv Azteca también) le está dando una golpiza al empresario Isaac Saba por haber cometido un único pecado: asociarse con Telemundo para buscar un canal de televisión en México.
Durante los años en que fui vicepresidente del Grupo Multimedios traté en repetidas ocasiones a Bernardo Gómez y sólo en una lo vi agresivo: cuando se enteró de que Multimedios estaba en pláticas con Telemundo para una posible asociación. "Si pactan con Telemundo, habrá guerra", me dijo Bernardo.
José Bastón, otro importante directivo de Televisa, describió en la revista Líderes al personaje de esta historia: "Bernardo es la mano dura, tiene un carácter muy fuerte; creo que siempre hace falta tener a alguien así".
Tendrá que recurrir a ese carácter fuerte para superar la crisis por la que atraviesa hoy que dejó de ser funcional en la relación de Televisa con el gobierno panista. Porque el jueves, cuando lo vi en su oficina, sentí a Bernardo realmente deprimido. En los ámbitos del poder, nadie elude la suerte del kleenex: te usan, te ensucian y te desechan.

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