21 mar 2008

Alternativa ¿Socialdemócrata?

Crisis en el partido el que....
La Columna Templo Mayor de Reforma, comenta:
LA POLVAREDA que levantó la elección perredista no ha dejado ver con claridad la broncota que se está viviendo al interior de Alternativa Socialdemócrata.
LA DISPUTA de años por el control de ese partido llegó a niveles y denuncias penales hace unos días, cuando los dos grupos en pugna se enfrentaron durante la asamblea estatal del DF.DE UN LADO ESTÁ el bando que encabeza la ex candidata presidencial Patricia Mercado y del otro el del actual líder del partido, Alberto Begné.
AMBOS se acusan mutuamente de traición en su afán por querer apropiarse del partido.LAS HUESTES de Mercado se quejan de que durante la asamblea capitalina fueron agredidos por golpeadores, supuestamente llevados por el priista Cuauhtémoc Gutiérrez.
SEGÚN ESTO, el violento cacique del gremio de los pepenadores es el nuevo aliado de Begné, aunque habrá que tomarlo con pinzas, pues también los mercadistas tienen sus historias que no son para presumir.
SEA COMO SEA, más allá de versiones de uno y otro lado, lo que sí es un hecho es que el grupo de Mercado ya presentó una denuncia penal por lesiones en contra de varios colaboradores de Begné.
LOS ACUSADOS SON Miguel González Compeán, Jorge Carlos Díaz Cuervo y Enrique Pérez Correa, quienes tendrán que responder legalmente en un nuevo y sórdido capítulo de la triste historia de este partido.
¿SERÁ QUE están siguiendo el ejemplo de algunos partidos mayores?
Es pregunta.
Nota:
Arrecia en Alternativa pugna por dirigencia
(21-Mar-2008).-
REFORMA / Staff
Acusaciones entre Patricia Mercado y Alberto Begné son el escenario en el Partido Alternativa previo a la asamblea nacional del próximo domingo 30, en la que se elegirá la dirigencia nacional de ese instituto político.
El 16 de marzo pasado se celebró una reunión en el DF para designar a los delegados a la asamblea nacional; sin embargo, la sesión se llevó a cabo sólo con gente afin a Begné, debido a que según Mercado, ella y su gente fueron obligados a salirse.
Mercado y Begné se han acusado uno a otro de organizar el altercado.
Pese a la ausencia de Mercado y su equipo, en la sesión fueron elegidos, además de los delegados, los dirigentes del partido en el DF, con Enrique Pérez Correa como presidente.
"Tuvimos la asamblea del Distrito Federal", dijo Mercado, ex candidata a la Presidencia y miembro del Comité Ejecutivo de Alternativa, "esa asamblea se suspendió, según nosotros, o sea, entraron violentamente, nos salimos, digo más bien nos sacaron.
"Para nosotros la Asamblea del DF no se realizó, se tiene que volver a realizar, o sea, se tiene que volver a convocar. Nos sacaron con lujo de violencia, o sea, no nos fuimos, nos sacaron, se quedaron 7 gentes cuando el quórum era de 324, nosotros éramos mayoría." Begné, actual presidente del partido aseguró en entrevista que fue gente de Mercado quien tomó la mesa directiva e intentó reventar la asamblea.
"Hay una gente absolutamente identificada, públicamente identificada con Patricia Mercado que se llama Miguel Conde, hermano de la diputada Elsa Conde, que sube a donde está la mesa, toma el micrófono y grita que 'hay que impedir esa asamblea porque es injusta', no sé a qué se refiera con que sea injusta, el hecho concreto es que habían perdido las votaciones, pero se dieron cuenta que iban a perder la asamblea.
"La gente que sube con él le arranca los papeles al notario, le rompen algunos papeles, lo empujan, todo eso además no está solamente grabado, si no, está en la fe notarial, cuando están haciendo esto y sigue gritando que se suban todos para tomar la mesa e impedir la asamblea", dijo.
Esta semana el equipo de Patricia Mercado presentó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, tres impugnaciones a las asambleas estatales en el DF, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Morelos, Oaxaca y Veracruz.
"Si el tribunal no nos da la razón yo estoy fuera, ni siquiera voy a poder competir, o sea, va a haber sólo un candidato que es Alberto Begné", agregó Mercado.
En tanto, Pedro Aguirre comenta e su bitácora:
jueves 20 de marzo de 2008
http://www.aguirrelairadedios.blogspot.com/
¿Alternativa Socialdemócrata: la grotesca impsotura
He llamado a estas breves remembranzas personales de mi paso por los partidetes y partiduchos políticos mexicanos “surrealistas” porque es un ínfimo reflejo de lo surrealista que es la política mexicana, un ámbito plagado de fulgores, simulaciones, farsas, hipocresías y máscaras. La mía fue una absurda odisea que ha incluido partidos que nos son partidos, egomaníacos ciclópeos, corruptos connotados, hordas de sicofantes, payasos y un largo etc. Sin embargo, ninguna experiencia fue más surrealista que la de Alternativa Socialdemócrata, y eso que aún me falta contar mi brevísima y deshonrosa estadía en el liberalismo “hayekiano” de Elba Esther Gordillo.
Alternativa es un partido de simuladores y de hipócritas: socialdemócratas que no son socialdemócratas y que incluso han odiado siempre a los socialdemócratas, campesinos reconciliados con la doctrina urbana y obrera de Eduard Benstein (expulsados y, ahora, ya parcialmente reintegrados), políticos “ciudadanos” que en realidad son porros y acarreadores, intelectuales “compra votos”, pretendidos campeones de la tolerancia que son profundamente intolerantes, pedantes hijos de papi, inútiles vividores y “señoritos” de izquierda.
Cuando platiqué de mi paso por Convergüenza, comenté que de Dante Delgado podía esperarse poco. Después de todo se trataba de un corrupto ex gobernador que jamás se ha distinguido ni por sus aportaciones intelectuales ni por su vocación democrática. Pero de los intelectuales y dirigentes sociales que integraron desde el principio Alternativa se podía exigir más. Entre ellos se encontraban personalidades cuyas experiencias políticas anteriores invitaban a pensar en gente con enfoques más progresistas y democráticos. Nada de eso. Resultaron ser hipócritas impostores.
Dejé Convergüenza despedido injustamente por el sátrapa Delgado, pero tenía yo en perspectiva arribar al partido que prometía revivir la buena experiencia de Democracia Social y que dirigía mi amigo Alberto Begné, quien me invitó a coordinar los esfuerzos de construir al partido en el Estado de México. Reconozco que no lo debí haber hecho. Por un tiempo fui un impostor más entre un hatajo de impostores, sobre todo porque para entonces ya había perdido por completo la confianza en la posibilidad de construir un partido socialdemócrata viable en México, pero de nuevo me ganó el miedo al desempleo, la frivolidad de andar en la grilla y mi amistad con ese gran señor que es don Alberto Begné, a quien estimo en lo más hondo.
Afortunado es aquél que tiene como amigo a Alberto. Acepté el cargo consciente, además, de las ingentes dificultades que entraña el obsoleto sistema de partidos mexicano, fruto de una injusta legislación diseñada para corromper a las organizaciones de representación y malograr la genuina participación ciudadana en la política.
Muy, pero muy pronto me di cuenta que me había metido en una auténtica leonera. Un agudo faccionalismo sin cuartel dominaba de manera absoluta el desempeño de las dos columnas que integraban, a la sazón al partido, tanto a la denominada “socialdemócrata”, como la dizque “campesina”. Fue sumamente desalentador comprobar cómo se reproducían en Alternativa exactamente las mismas luchas sordas y enconadas por posiciones de poder que prevalecen en el resto de los partidos. La principal característica de Alternativa era, y es, un odioso espíritu sectario, guiado por la frivolidad y el afán protagónico de unos, el oportunismo de otros y el autoritarismo de todos. Un partido de muy pocas ideas en donde campean los golpes bajos, los intereses de grupo, el más vulgar patrimonialismo, la priorización de las lealtades y complicidades personales en detrimento de la capacidad de trabajo y de propuesta, la intolerancia y hasta la aversión ante quien disiente, la ausencia absoluta de autocrítica, la completa carencia de discusión de los temas de fondo, la adulación y la constante exaltación de las grandes vanidades de pequeños personajes. Se constata en este partidillo la presencia inequívoca de profesionales de la grilla (autodenominados “operadores políticos”) y de politiqueros de pacotilla carentes de los más elementales principios o de una mínima cultura política. Incluso, aunque yo ya había dejado de ser socialdemócrata, no dejaba ni deja de indignarme la manera hipócrita de quienes utilizan el nombre de la socialdemocracia -a final de cuentas una trascendental y muy respetable corriente de pensamiento político universal- de manera tan banal y oportunista; demostrando, muchas veces, una ignorancia atroz e incluso declarando en privado su lejanía y hasta repulsa por esta ideología.La idea esencial que debe afrontar una opción genuinamente democrática en México es clara, y está muy bien contenida en la declaración de principios de Alternativa. Se trata de coadyuvar a la construcción y enrizamiento de una nueva cultura democrática en el país, ajena a los vicios tradicionales del viejo autoritarismo. Una tarea titánica que, quizás, concluir le lleve a los mexicanos generaciones concluir, y la cual obliga y compromete a los sectores de la clase política que la promueven a, por lo menos, actuar dando el ejemplo. A cinco meses de haber asumido la coordinación, me quedaba claro que Alternativa fracasaría en su objetivo esencial de trabajar para cimentar esta nueva cultura política.
El hecho contundente era y es que el ambiente en el partido es completamente irrespirable. El antagonismo entre las facciones lleva aceleradamente a Alternativa a la ruina. El sectarismo, las incontables trampas, los dolos, la hipocresía, las mezquinas estrategias de desgaste, la falta de solidaridad hacia un proyecto político común, las brutales rivalidades personales y de grupo hacen imposible la construcción de una opción política seria que se consagre de manera fundamental, como debe ser, a la difusión y defensa de un ideario político.
Tan crispado era el ambiente que no me quedaban ganas ni de hacer mis tradicionales chistes. Renuncié en circunstancias bastante particulares y rocambolescas: a unas pocas horas de tomar posesión de la presidencia de Nueva Alianza en el DF. No, no es para reírse. Se trata de algo que me avergüenza y cuyos detalles develaré en la próxima entrega. Lo cierto es que ya no podía mantenerme en un lugar con ese nivel de odio. Vuelvo a apelar en mi defensa: si de verdad fuera meramente un cínico, o un oportunista, o un vividor inútil y hueco me hubiera quedado en la posición de Secretario de Relaciones Exteriores que me ofrecían y hubiera navegado hasta hoy en medio de las tormentosas batallas aliándome con mi amigo Alberto. Pero me gana un cierto nivel de dignidad, después de todo. Yo ya no era socialdemócrata y el partido éste es un asco. Así que a volar. Claro, caí del sartén al fuego, pero fue por poco tiempo.
Poco después de mi salida los farsantes dirigentes de la columna campesina fueron derrotados y expulsados, pero las pugnas dentro de Alternativa, lejos de amainar, se intensificaron con una animadversión aún más extrema, lo que es prueba fehaciente de que estos señores de la “columna socialdemócrata” no son más que unos impostores nada preocupados en establecer una opción socialdemócrata pero sí interesados en conquistar y mantener posicioncillas políticas. La guerra ahora sería entre los “buros” -un grupo de ex priístas, burócratas, señoritos, porros y otros sujetos inservibles- contra los “progres” -ex trotskos, intelectuales estridentes, feministas intolerantes y juniors mamones que se creen “jóvenes turcos”-. De los dos no hay a quien irle. Ambos grupos, enarbolando hipócritamente las banderas de la “política ciudadana”, la socialdemocracia, la tolerancia y el respeto se han empeñado en dar un grotesco espectáculo de grilla de la más baja estofa.
Mmmm...

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