30 abr 2008

EPR; la opinión de Ricardo Alemán

Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán
Publicado en El Universal, 30 de abril de 2008 ;
EPR, sí al diálogo; PRD, cero diálogo
Calderón acierta, con la salvedad de proponer condiciones
La guerrilla parece dispuesta a ocupar un espacio en la realidad política
Algo que no sabemos y que guardan cual “tesorito” está ocurriendo en el gobierno de Felipe Calderón y la dirigencia del EPR. Y es que en un inédito que pone de cabeza la vida política nacional, las partes decidieron explorar el camino del diálogo. Todo, claro, contra lo que sostenían hace siete meses los dos polos.
Hasta anoche, nadie sabía si al final de cuentas el EPR y el gobierno federal aceptarían las condiciones mutuas para pactar el pretendido proceso de diálogo; si el paso siguiente será el natural jaloneo propio de ajuste de condiciones para dicho diálogo o, en el otro extremo, si al final existen condiciones para aceptar o rechazar el diálogo.
En todo caso, lo interesante del asunto es que contrasta ese esfuerzo inicial de diálogo entre un grupo guerrillero —clandestino y saboteador— y el gobierno de Calderón, y se convierte en un inédito que envía lecciones a todos, especialmente frente a la incapacidad de diálogo de los partidos políticos de la llamada “izquierda mexicana” —el intransigente y radical FAP— y el gobierno de Felipe Calderón.
¿Qué significa que un ejército popular, revolucionario y guerrillero como el EPR, que a casi cuatro décadas de vida decide por primera ocasión proponer un proceso de diálogo, precisamente a un gobierno que ellos —el EPR— y la oposición de izquierda como el PRD califican de “espurio”? ¿Quién, de entre el EPR y el PRD está mal? ¿Se doblaron los señores del EPR? ¿Se radicalizaron al grado extremo de enfermos, los talibanes del PRD? ¿Quién de los dos, EPR o PRD, está más en el extremo radical? ¿Quién de los dos puede reclamar con mayor legitimidad la bandera de representante de la izquierda?
¿Quiere decir, la propuesta de diálogo, que el EPR reconoce la legitimidad del gobierno de Felipe Calderón? ¿Quiere decir que un grupo clandestino, revolucionario, que se adjudicó sabotajes a instalaciones petroleras, que llegó a ser identificado como terrorista por algunos sectores de la extrema derecha, está convencido de que es el momento de dialogar con un gobierno de derecha? ¿Quiere decir que el EPR estaría dispuesto a entrar a un proceso de tránsito a la vida político-electoral? ¿Se podrá convertir el EPR en un partido político?
¿Qué pasará si al final de los escarceos naturales, el gobierno de Felipe Calderón emprende un proceso de negociación con el EPR, un grupo clandestino, colocado fuera de las instituciones, y que es perseguido por el propio gobierno? ¿Qué no es cierto que frente a esa eventualidad, el PRD y su negativa al diálogo, su estrategia de mandar al diablo las instituciones, colocarán a los amarillos en un extremo aún más radical al del EPR?
Y acaso resulta aún más esquizofrénico que los llamados “intelectuales” propuestos por el EPR como mediadores en su propuesta de diálogo con el gobierno sean personalidades que, en mayor o menor medida, tampoco reconocen de manera clara la legitimidad del gobierno de Calderón. ¿Por qué no se prestan como mediadores entre el PRD y el gobierno de Calderón, para iniciar un proceso de diálogo?
Pero en realidad no es ninguna novedad que el EPR preparó un escenario para el diálogo con el Presidente, a pesar de que desde el 9 de julio calificó “espurio” al gobierno de Calderón. Van las evidencias.
El 20 de septiembre de 2007, luego de los primeros estallidos de instalaciones petroleras, dijimos en el Itinerario Político de esa fecha lo siguiente: “¿Pero qué es lo que pretende en el fondo el EPR?, además de que sean presentados con vida sus compañeros. Sin restarle un grado de legitimidad a la demanda, nadie puede creer que ese sea el objetivo en conjunto. ¿Cuál es el todo? De nueva cuenta el más reciente comunicado deja ver que el EPR se asume como una nueva etapa de los grupos guerrilleros que en México hicieron posibles los cambios rumbo a la ‘apertura democrática’ desde el año de 1970 hasta la fecha.
“Pareciera que el EPR —igual que otras expresiones guerrilleras del pasado— pretendiera una contribución al avance democrático, mediante la combinación de violencia y negociación, y que cree que el actual es el momento para ello. Para eso requería —y en buena medida lo ha conseguido— tener la presencia nacional que no había logrado en reductos como Oaxaca, Puebla y Guerrero. Pareciera que pretende un puente, una interlocución oficial. Pero en cambio, la propuesta del gobierno de Calderón —y de eso se quejan en el comunicado— es la fuerza.”
Eso lo dijimos el 20 de septiembre de 2007. Hoy el EPR —y luego de negar que buscaba el diálogo— es el que propone el diálogo. Es decir, se movió del radicalismo hacia el punto intermedio del diálogo. Y al mismo tiempo, el gobierno de Felipe Calderón —en un acierto político, estratégico y hasta de imagen— comete un acierto al aceptar un diálogo, con la salvedad de proponer condiciones para el mismo.
Y debemos insistir, nadie sabe si al final de cuentas las partes llegarán a las condiciones para el diálogo. Lo que sí se sabe, porque ya apareció a la vista de todos, es que el EPR parece dispuesto a ocupar un espacio que en la realidad política es un gigantesco hoyo político en la geometría política. ¿A qué nos referimos?
Que frente a la ‘derechización’ y la ‘balcanización’ del PRD, la vuelta al viejo PRI con todos sus viejos vicios, y la depredación de la izquierda, el EPR y otros grupos guerrilleros han empezado un corrimiento para reclamar —por el fenómeno de capilaridad política— un espacio que debe ser llenado, el de la verdadera izquierda.
Cuando el EPR propone el diálogo con el gobierno de Calderón, el grupo guerrillero, de supuestos atrasados políticamente, en realidad le receta una contundente lección a los locuaces liderazgos del PRD. Pero apenas es el primer paso. Al tiempo.
aleman2@prodigy.net.mx

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