Diálogo entre Ciro Gómez Leyva y Nicandra Castro en radio fórmula 103.3; 5/08/2008;
-¿La Unidad de Antisecuestros sólo se entera de uno de estos casos, doy por sentado entonces cuando hay una denuncia?
.-Claro.
-¿No hay un trabajo de inteligencia que les diga ocurrió esto en la ciudad de México.
-No… (¿?)
(Entonces) .-Sólo actúan por denuncia.
-Si no denuncian nosotros no podemos conocer un evento, es muy difícil."
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El Procurador Eduardo Medina Mora (EMM) con Oscar Mario Beteta (OMB) en Radio fórmula 103.3 la mañana del 6 de agosto:
EMM.- En este caso la primera en conocer fue la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (...) el secuestro ocurrió el día 4 de junio (...) la denuncia inicial se presentó el día 6..
EMM- Correcto, aunque la atención del secuestro estaba a cargo de una empresa particular(...) y después la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal pide, digamos a la Procuraduría General de la República información sobre si hay casos con modus operandi similares, a partir del día 17 de junio, el rescate se pagó el día 12.
OMB. -Haber entonces, el 4 de junio es el secuestro, el 6 de junio la familia Martí levanta la denuncia ante la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, ¿se paga el rescate cuándo señor Procurador?
EMM.- El día 12 entiendo, si.
OMB.- El día 12 se paga el rescate ¿y hasta el día 17 es que ... las autoridades del Distrito Federal acuden en apoyo a la Procuraduría General de la República?
EMM.- No fue un trabajo conjunto porque no se trabajó conjuntamente, simplemente se solicitó información, respecto de otros casos que pudieran tener un modus operandi...
OMB.- ¿Por qué nos se trabaja conjuntamente?
EMM.- Bueno, porque las competencias son excluyentes. Puede haber obviamente un trabajo conjunto pero eso implica obviamente una iniciativa, una petición en ese sentido, no se puede en términos de nuestro sistema, trabajar o consignar en los dos ámbitos, en el federal o en el local, son excluyentes, o se trabaja en el federal o se trabaja en el local; pero lo hemos hecho nosotros en todos los casos de delincuencia organizada (...)
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Dice Samuel González, extitular de UEDO, en entrevista con Reforma que miente que todos autoridades locales y federales (además de empresarios) sabían que "que el miércoles 4 de junio, a las 7:10 horas, se cometió el secuestro de Fernando Martí Haik (...) saben también, que consta en el expediente, que el día siguiente la autoridad federal fue notificada. Hay oficios que comunican formalmente a la autoridad federal el secuestro ..."
Reclama "¡Qué confianza puede tener una gente que conoce toda esta información, si salen a decir públicamente cosas que son falsas!"
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De la súplica a la tragedia/Reportaje
Guardan la esperanza durante 59 días.
Lanzan reproches amigos y familiares a Ebrard y Calderón en velorio y misa
Henia Prado, reportera
Publicado en Reforma, (www.reforma.com) 7/08/2008;
Chalecos con las siglas "AFI", una Windstar negra, otra camioneta y un Stratus, armas largas, uniformes oscuros... todo hacía pensar que se trataba de un retén policiaco legítimo.
No era así.
El chofer y el escolta que viajaban con Fernando Martí Haik a bordo de un BMW blindado detuvieron la marcha cuando los uniformados se lo requirieron.
Faltaban diez minutos para las siete de la mañana de ese miércoles 4 de junio. El automóvil de color gris se dirigía al Colegio British American School, ubicado en Insurgentes Sur, en Tlalpan. Iban por un camino que no era el habitual.
Cuando el chofer Jorge Palma Lemus detuvo el auto, su suerte, al igual que la de Fernando y el escolta Cristian Salmones Flores, estuvo echada.
Los falsos agentes federales encañonaron a los tripulantes y, ante decenas de testigos -entre ellos un empleado de la UNAM y un barrendero- que pasaban por el lugar, los "levantaron".
Horas después, el BMW apareció abandonado en las inmediaciones del Bosque de Tlalpan.
A las tres de la tarde de ese mismo día, una llamada telefónica desquició la vida de la familia Martí Haik y confirmó la sospecha de que algo malo ocurría.
El hombre al teléfono usaba un distorsionador electrónico de voz, pero su mensaje fue claro: Fernando había sido secuestrado.
'Colgado de un poste'
Los plagiarios exigieron tres millones de dólares por la libertad del joven.
Como prueba de que lo tenían cautivo, el secuestrador pidió a la familia formular dos preguntas cuyas respuestas sólo Fernando podría conocer.
Esa fue la primera negociación.
Al día siguiente, el jueves 5, el hombre llamó de nuevo y recibió una primer oferta por parte de la familia: un millón 970 mil pesos, cantidad que habían alcanzado a reunir.
El secuestrador se molestó y amenazó, con una voz que parecía venir desde el infierno: "Te voy a enviar el cuerpo de uno de los choferes y lo voy a hacer con una flor en la boca, para que sepas quién lo mató. Espera una llamada en la noche".
Los familiares intentaron negociar, pero fue en vano: "Voy a matar al niño", sentenció el hombre, "y lo voy a colgar de un poste en frente de tu casa".
La familia, señala personal de la Procuraduría General de Justicia del DF, prefirió asesorarse con investigadores privados, que llegaron ese jueves.
Pétalos de un crisantemo
Esa noche, un automóvil Corsa gris, placas 614-THL, se estacionaba en la esquina de Tlalpan y Erasmo Castellanos Quinto, en la Colonia El Centinela, Coyoacán. El conductor y otra persona bajaron dejando el motor en marcha y las luces encendidas, abordaron un vehículo que ya los esperaba y se alejaron del lugar.
Así lo reportaron vecinos a la Policía durante la madrugada del viernes 6 de junio.
Una patrulla arribó, los agentes examinaron el auto y pidieron apoyo. Pronto, más patrullas y ambulancias llegaron y rodearon el vehículo.
En el asiento trasero estaba un cadáver con una venda enredada en la cabeza. Era Jorge Palma, el chofer de 61 años de edad. Había muerto golpeado y asfixiado. En su boca, los asesinos habían dejado una flor de crisantemo.
En la cajuela estaba el cuerpo de Cristian Salmones, el escolta de 25 años de edad. Los asesinos lo habían dado por muerto, incluso lo cubrieron con pétalos de crisantemo.
La flor y los pétalos estaban frescos, lo que hacía suponer que los homicidas las habían conseguido en el transcurso de la noche.
Cristian fue llevado al Hospital Xoco.
Sobrevivió.
En su declaración, relató que toda la noche los estuvieron golpeando y que cuando lo asfixiaron con una soga, perdió el conocimiento.
Bajo otro nombre, el escolta fue trasladado al Hospital Rubén Leñero en donde, custodiado las 24 horas, se recuperó hasta ser dado de alta.
Desde entonces se convirtió en un testigo de la Procuraduría de Justicia del DF.
La negociación
Al conocerse la identidad de las personas abandonadas en el Corsa, al lugar llegaron tres escoltas de la familia Martí: Alejandro Andrade Caballero, Hugo Gallegos Sánchez y Eusebio Escobar Torres.
Ese mismo día, el entonces Fiscal Antisecuestros del DF, Jesús Jiménez Granados, el comandante Rafael Telésforo Tuxpan y otros agentes, fueron a la casa de los Martí. Sólo a Jiménez y a Tuxpan se les permitió el acceso.
Ahí se encontraron con el negociador privado Ernesto Mendieta, un ex jefe antisecuestros de la PGR en la década de los 90, quien ya asesoraba a la familia.
El diálogo entre ellos, fue tenso.
Luego de tomar la declaración de la familia para levantar la averiguación previa por el homicidio de sus empleados y el secuestro de su hijo, Jiménez y Tuxpan tuvieron problemas para imprimir el documento.
Mendieta entonces cuestionó sarcástico a los Martí: "¿Cómo les pueden confiar la vida de su hijo si no pueden ni imprimir una hoja?" Así se inició la denuncia FSPI/T3/1005/08-06... pero la familia pidió a las autoridades de la PGJDF que se mantuviera al margen.
Mendieta y su equipo continuaron con las negociaciones.
A sus oficinas, ubicadas frente al World Trade Center, personal de la Fiscalía Antisecuestros solo acudían a recoger copia de las grabaciones obtenidas durante las negociaciones, se las entregaban en un sobre amarillo junto con el registro de los números telefónicos y su zona de procedencia: la zona del Ajusco.
Aunque las autoridades federales niegan haber tenido conocimiento del caso, altos funcionarios de la Secretaría de Gobernación tuvieron conocimiento del mismo desde el primer día.
59 días después...
La familia Martí ofreció cinco millones de pesos a los secuestradores.
El pago se pactó en la Colonia El Carmen, en Coyoacán. Otro de los escoltas de la familia se ofreció a llevar el dinero. Era un jueves 12 de junio.
Ese mismo día, en la Colonia Zacahuitzco de la Delegación Benito Juárez, un automóvil Corsa gris, placas 130-SUJ, era robado con lujo de violencia.
La familia no perdía las esperanzas por ver de regreso al menor, e incluso, realizó varias inserciones en periódicos rogando a los plagiarios que les devolvieran a su hijo.
"Arturo: Nosotros te cumplimos y no tenemos nada en tu contra. Te pedimos en nombre de nuestra madre, la Virgen de Guadalupe y nuestro señor Jesucristo, nos entregues a nuestro hijo", rezaban los desplegados.
59 días después del secuestro, la historia terminó.
La madrugada del viernes 1 de agosto el Corsa robado en la Benito Juárez apareció en la Delegación Coyoacán, en la Colonia Villa Panamericana.
El olor procedente de la cajuela alertó a los vecinos y éstos llamaron a la Policía.
Desde que inició el caso, cada vez que encontraban un cadáver, el personal de la Fiscalía para la Protección de las Personas e Instituciones de la PGJDF tenía la orden de revisar si era el hijo de los Martí.
La familia Martí Haik fue notificada del hallazgo y les pidieron acudir a reconocer el cuerpo que ya se encontraba en avanzado estado de descomposición.
Fue gracias a su dentadura que confirmaron lo que más temían: era el cuerpo de Fernando.
Tenía más de un mes de muerto.
Los investigadores de la PGJDF sospechan que los secuestradores lo asesinaron el mismo día que cobraron los 5 millones de pesos.
Los estudios forenses determinaron que el cadáver no presenta lesión alguna por arma de fuego, arma blanca o golpes. Sin poder precisar la causa del fallecimiento, el dictamen dice: "congestión visceral generalizada".
El sábado, una esquela hizo pública la respuesta que el grupo de plagiarios y homicidas dio a los numerosos desplegados en los que los padres de Fernando les pedían piedad.
"Grupo Martí acompaña en su profundo dolor a la familia Martí Haik por el fallecimiento de su amado hijo Fernando. Rogamos a Dios por el eterno descanso de su alma".
...
Y eran policías
La muerte de Fernando desató las investigaciones que ya realizaba la PGJDF. Habían estudiado las llamadas: el tiempo, duración, tono de voz y los lugares de procedencia.
Así ubicaron las áreas de operación de los plagiarios y relacionarlos con posibles servidores públicos.
El primer detenido fue el Comandante José Luis Romero Ángel, uno de los policías más distinguidos en la corporación, por su inteligencia y audacia en operativos.
Era conocido como "Termi", de Terminator, por sus lentes oscuros, pelo rapado y físico robusto. Fue comandante en la Dirección de Operación Policial de la Procuraduría y dirigió el Plan Tepito Fase II.
También fue jefe de grupo en la coordinación territorial Venustiano Carranza 3 y, al ser detenido, estaba asignado a la vigilancia de las inmediaciones del Aeropuerto capitalino.
También fue detenido Fernando Hernández Santoyo, quien estaba asignado a la Delegación Venustiano Carranza. Sobre él, pesa la sospecha de haber participado en el "levantón" de Fernando, aquel 4 de junio.
Un tercer sospechoso es Marco Antonio Moreno Jiménez, vendedor de celulares que, al momento de ser detenido, portaba el teléfono desde el cual se realizaron algunas llamadas al empresario Alejandro Martí.
Hoy, los tres están arraigados.
Más de una docena de agentes están bajo investigación y, un grupo de ellos, los que estaban bajo las órdenes de José Luis Romero Ángel, se presentó ya de forma voluntaria ante el Ministerio Público a negar cualquier nexo con el caso.
E incluso, se atrevieron a defender a su comandante arraigado.
Quienes están a cargo de la investigación señalan que será muy difícil capturar a todos los integrantes de la banda, que podrían ser más de 15, la mayoría con experiencia en labores policiales.
"Finalmente son policías, saben cómo nos movemos, saben dónde los vamos a buscar y cuál es el procedimiento; tienen contactos en la Procuraduría que les filtra información y nos monitorean. Seguramente ya se esfumaron", dijo un comandante.
Otra vez: ¡Ya basta!
El asesinato de Fernando Martí despertó, de nueva cuenta, la indignación social por la inseguridad que azota al País.
Su historia cimbró de nueva cuenta el corazón de millones y se tradujo en reclamos a la autoridad por justicia y seguridad.
Alfredo Harp Helú publicó un desplegado en los principales diarios en donde pide a la sociedad ponerse en los zapatos de Alejandro Martí, del papá de Fernando, para imaginar el terrible escenario por el cual atraviesa él y su familia.
El drama de los Martí fue recreado una y otra vez en pláticas entre amigos, en reuniones familiares, por teléfono, en correos electrónicos, en blogs, en televisión.
Su historia es una historia que se cuenta con indignación.
En el velorio, Marcelo Ebrard, titular del GDF, prometió a los padres de la víctima atrapar a los responsables y es increpado, en ese mismo momento, por María Elena Morera, presidenta de México Unido contra la Delincuencia.
"Pero atrape a todos", reclamó.
El martes, tras la misa por Fernando, la hija de Alejandro Martí se acercó al Presidente Felipe Calderón y a su esposa, quienes habían acudido a dar el pésame a la familia.
"Nos tiene abandonados", le dijo.
La indignación crece... los reclamos se multiplican.
Su entorno
Una de las pasiones de Fernando Martí era el deporte, y compartía con sus padres el reto de las competencias.
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Al margen:
Comenta Jorge Fernandez Menéndez en su columna Razones http://www.exonline.com.mx/diario/columna/309308
"Al momento de escribir estas líneas no hemos podido confirmar que, como lo publicó El Universal, el custodio Christian Salmones Flores sobrevivió al ataque de los secuestradores y ello fue ocultado para que coadyuvara en las investigaciones. El hecho es que el joven Fernando fue asesinado inmediatamente después de que eso ocurriera. En otras palabras, como Salmones estaba vivo, mataron a la víctima. Y la filtración sobre ese hecho sólo podía provenir del más alto nivel policiaco: y resulta que el detenido Romero Ángel era un cercano colaborador del jefe de la Unidad Antisecuestros de la policía capitalina, Jesús Jiménez Granados. ¿Necesita más evidencias el gobierno capitalino para comprender la magnitud de la corrupción en sus entrañas?"
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