8 mar 2009

Mujeres

Se abren paso en un país de vicios añejosTEXTO NOEMÍ GUTIÉRREZ
El Universal Domingo 08 de marzo de 2009
Mujeres de diversas profesiones opinan sobre los obstáculos a los que aún se enfrenta este sector. Lamentan que existan padres que arreglan los matrimonios de sus hijas
En México, los padres aún arreglan los matrimonios de sus hijas y, por otro lado, son las madres las que encabezan investigaciones para encontrar a sus hijas, muchas veces ya sin vida.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, cuatro mujeres expresan sus opiniones sobre la violencia, el narcotráfico, la discriminación y la crisis.
Rosa Moreno, estudiante indígena rarámuri de la carrera de Derecho, lamenta que en muchas comunidades indígenas las mujeres no tengan poder de decisión, no vayan a la escuela y que sean los propios padres los que arreglen los matrimonios.
Rosa trabaja como traductora en juicios en el Supremo Tribunal de Chihuahua. Reconoce que la “justicia es lenta” no sólo para los indígenas, sino también para las mujeres, que muchas veces por no habar español se enfrentan a juicios que tardan años por no tener a un traductor.
Originaria de Norogachi, Chihuahua, reconoce que el narcotráfico ha provocado que el empleo escasee y muchos desempleados cuiden sembradíos de enervantes.
La lucha de Norma Ledezma Ortiz inició la noche del 2 de marzo de 2002, cuando buscaba a su hija Paloma, de 16 años. Después de 27 días localizaron su cuerpo en el desierto de Chihuahua. Desde ese momento se forjó lo que ahora es la organización Justicia para Nuestras Hijas, que se ha dedicado a buscar a jóvenes desaparecidas y a promover justicia cuando aparecen muertas.
Ahora tiene 30 casos como el de su hija y la constante es la misma: “las matan por ser mujeres y por ser pobres”.
Sabe que la violencia familiar puede terminar en feminicidio, ya que son sus propias parejas las que las matan.
Norma Ledezma criticó que la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada “invisibilice” el problema de los feminicidios.
Lamentó que el presidente Felipe Calderón no tenga interés en los casos de desapariciones de mujeres ni en resolverlos.
Estefanía Reyes, joven de 17 años y piloto de la categoría Stock Car en la Nascar Corona Series, sabe que vive en un mundo donde aún existe la discriminación hacia la mujer, porque está consciente de que hace 50 años no hubiera podido conducir un automóvil que alcanza hasta los 300 kilómetros por hora. “Por ser mujer te lo hacen más difícil”, expresó.
En estos momentos de crisis, consideró que con los jóvenes se debe tener especial atención, ofreciéndoles más empleos o becas para que no se sientan atraídos por actividades ilícitas.
Rebeca Manning Cela, doctora en Biología Celular del Cinvestav (IPN), lamentó que por la crisis económica muchas investigaciones se frenen. Todas las líneas de investigación se verán afectadas, pero será hasta fin de año cuando se conozca cómo le pegó la crisis a la ciencia.
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Equidad sacude al viejo modelo de masculinidadCINTHYA SÁNCHEZ
El Universal Domingo 08 de marzo de 2009
Con gran dificultad y mucho tiempo, las mujeres han colocado los temas de sus derechos y de la equidad en el espacio público. Llega el momento en que no se podrá avanzar mucho más si los hombres no asumen la parte que les corresponde.Por esta razón, en el Día Internacional de la Mujer, EL UNIVERSAL convocó en un foro para revisarse a sí mismos —con respecto a su relación con las mujeres— a tres hombres que trabajan con y para ellas: Un modista, un investigador y un activista pro equidad opinan sobre los asuntos que le conciernen a su sexo
La otra mitad de la revolución femenina les toca a los hombres. Deben permitirse llorar, aceptar que son sensibles, que se maquillan las imperfecciones de la cara. Tienen que saber que ser hombre no significa violentar, deben aprender a educar a sus hijos sin la pedagogía de la masculinidad: dejarlos llorar sin decirles “pareces vieja”; mostrarles cariño con un beso y ver a la pareja como a un igual.
Ellos hablan de ellas, de lo que les ha tocado cargar en la espalda sólo por haber nacido con genitales masculinos. Un modista, un investigador de género en El Colegio de México (Colmex) y un luchador por las relaciones igualitarias de género debatieron qué significa ser hombre.
“Ellas ya avanzaron, ahora es la era para que los hombres complementen la liberación femenina”, señalaron voces masculinas en el foro de EL UNIVERSAL.
Los tres dicen que los hombres deben aprender una nueva pedagogía de la masculinidad, pues hombres nacieron; cómo ser masculinos lo aprendieron de sus padres.
Se les enseñó que si de sexo se trata, lo divertido está fuera de casa, no con la esposa; como resultado, siete de cada 10 hombres no están muy seguros de a cuántas mujeres han embarazado.
“Históricamente han tratado de llenar con muchas vaginas el vacío que sienten por dentro”, dice Francisco Cervantes Islas, fundador del colectivo Corazonar.
El machismo ancestral no se ha podido superar. “Hoy nos toca revertir esto para construir relaciones equitativas, porque la equidad es la igualdad en la diferencia, es sentirnos bien con el otro”, subraya.
Para Alfredo Narváez, experto del Colmex, los hombres deben ser liberados. Ya no hay vuelta atrás: o progresan o regresan al México de los 50.
Cervantes explica que hay mucho enojo de las mujeres, pero lo que viene es una reconciliación; los hombres comenzarán a darle más valor al ser que al tener.
Macario Jiménez es modista y asegura que se ve más la feminización de los hombres. “Ya no se esconden para ponerse cremas antiarrugas; es más, hay toda una línea de productos de belleza para ellos. Van al gimnasio y cuidan su alimentación más por estética que por salud”, dice.
Las mujeres van paso a paso. Llevan tacones al trabajo. Se miran altas. Atrás quedó el traje sastre que Armani les diseño en los 80, un símil al de los hombres para que ellas trabajaran en espacios históricamente masculinos. Hoy van con vestido, con trajes femeninos, son supermujeres y las hay en cualquier clase social. Ellas han hecho la tarea, hoy les toca a ellos.
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La caída de “Margot”, primera sicaria del narcoFRANCISCO GÓMEZ
El Universal Domingo 08 de marzo de 2009
Participó en el tráfico de drogas e incluso en acciones armadas contra bandas rivales, pero ahora está presa en Puente Grande, Jalisco
Ser comerciante no le fue suficiente. Por eso, Margarita García Méndez, La Margot, decidió en 2000 sumarse al grupo de sicarios Los Zetas. A lo largo de casi ocho años, esta mujer operó para el cártel del Golfo, bajando de aviones cargamentos de droga, custodiándolos y, también en otras ocasiones, participando en acciones armadas contra los grupos rivales.
El de ella es uno de los primeros casos documentados de sicarias del narcotráfico. Pero la historia de García Méndez como asesina a sueldo terminó en 2007, cuando fue detenida e ingresó al penal de máxima seguridad en Puente Grande, Jalisco. Atrás quedaron sus años de pertenencia al cártel del Golfo, su andanza criminal como sicaria y desde ese momento enfrenta la realidad: la cárcel y la justicia.
El cártel del Golfo es una de las organizaciones más violentas del narcotráfico que actúan en México y su brazo armado son Los Zetas, grupo de sicarios que se conformó inicialmente con ex militares reclutados por el capo Osiel Cárdenas Guillén. De este grupo hay cada día más evidencias de que recluta igualmente mujeres como sicarias.
La Margot no era una mujer rutilante ni sofisticada, ella estaba en el frente de batalla. En las misiones que se le encomendaban iba codo a codo con El Mateo, El Mamito, El Hummer, El Rex, El Caprice, El Tatanka, El Lucky, El Paguita, El Ostos, El JC, El Cachetes, El Cuije, El Chispa, El Chafe, El Tizoc, El Pita, o con cualquier otro de Los Zetas.
Incluso, así sucedió —de acuerdo con un juez federal— cuando se le detuvo en compañía de uno de Los Zetas, José Ramón Dávila López, El Cholo, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, luego de que ambos “actuaron de manera conjunta” con la intención de asesinar a un hombre por un incidente de tránsito.
De 31 años de edad, Margarita García Méndez, La Margot, radicaba en Valle Hermoso, Tamaulipas, cuando el 2 de febrero de 2007 llegó a su fin su carrera dentro del crimen organizado. Ese día, el Centro de Mando C-4 de la capital de Tamaulipas, reportó a todas las patrullas que en la calle Bravos, entre Hidalgo y Boulevard, estaba tirado un hombre con un tiro en la cabeza.
Inmediatamente, por radio se alertó a las patrullas que fueron al sitio, del que los agresores huían en una camioneta sin placas. Se ubicó el auto en la colonia Unidad Modelo y al darse cuenta que eran alcanzados, La Margot y El Cholo decidieron enfrentar a la policía.
En fuego cruzado hirieron a dos policías, pero la superioridad numérica se impuso y fueron arrestados. Apenas tres días después, La Margot y El Cholo estaban tras las rejas en el penal de Puente Grande, en Jalisco.

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