Columna semanal La estación/Gerardo Galarza
Ahí les (nos) hablan“¿Qué esperan los encargados de hacer las leyes para cumplir con el deber que les encomendó el pueblo mexicano?”, espetó el empresario Alejandro Martí, en su calidad de presidente del Sistema de Observación para la Seguridad Ciudadana (SOS), una organización no gubernamental surgida tras el secuestro y el asesinato —impunes hasta hoy— de su hijo Fernando, a los diputados federales y a los senadores quienes, luego de más de seis meses de “estudio y dictamen” —así se dice en la jerga legislativa— no han podido o querido aprobar la iniciativa de reformas legales en materia de seguridad y justicia penal que les envió el presidente Felipe Calderón el 18 de septiembre de 2008, en especial la Ley de Extinción de Dominio.
En su carta pública, concreta y muy clara, cuya reseña usted pudo leer en nuestro Excélsior, Martí reprocha a los miembros del Congreso de la Unión: “No es admisible que los pleitos entre legisladores o las diferencias entre partidos soslayen la importancia y la urgencia de esta ley específica, que lleva ya empantanada casi medio año”. La suya, como la de todos lo mexicanos, es una reclamación válida y legítima.
Leamos más de lo escrito por Martí: “Las pugnas entre las facciones legislativas han prevalecido para dejar de lado un instrumento legal que es indispensable para coadyuvar en la lucha que emprende el Estado contra los cárteles que, pese al despliegue impresionante de efectivos militares en varios estados, siguen operando a sus anchas, ejecutando, secuestrando, traficando y sembrando terror en comunidades enteras”. Y añade: “¿Acaso no se dan cuenta de que cada día, en algún lugar de nuestro país se siguen dando granadazos contra puestos policiales, luchando en las calles con sofisticadas armas que proceden de contrabando desde Estados Unidos?”
La respuesta que tuvo la reclamación de Alejandro Martí provino de las bancadas del PAN en la Cámara de Senadores y del PRI en la de Diputados, que le pidieron al empresario agraviado... tener paciencia. ¡Ah!, bueno. No. No son ni insensibles ni abúlicos ni irresponsables ni nada de lo que usted pensó: los legisladores —dijeron— trabajan concienzudamente y no quieren aprobar una legislación que sea contraproducente. Los senadores panistas, en boca de Alejandro González Alcocer, presidente de la Comisión de Justicia, le echaron la culpa a los priistas quienes, según los primeros, andan metidos en cuestiones electorales, en tanto que los diputados del PRI, en voz de César Camacho, presidente de la misma comisión legislativa en San Lázaro, dijo que no hay que legislar de manera apresurada. ¡¿De veras?! Bueno, lo dicen ellos que ya fueron gobernadores.
Es cierto que las reformas a leyes o la creación de ellas deben ser producto de un proceso de reflexión, de estudio y análisis, pero éste debe tener un límite. Hay legislación sobre la materia. No se debe, porque sí lo hacen y por lo tanto se puede, enviar las iniciativas a la congeladora legislativa. No se vale.
Los legisladores deben trabajar en su materia, para ello se les paga y su dieta proviene del dinero público, es decir, de nuestros impuestos. Si la iniciativa presidencial no es procedente, pues los legisladores deberían hacer su trabajo, decirlo públicamente y proponer soluciones. Para eso están. ¿Que hay que analizar? Pues sí. ¿Y seis meses no han bastado? Recuerde usted que los legisladores del PRI —nada más por poner un solo ejemplo de los muchos que hay— estatizaron y desestatizaron parcialmente el sistema bancario nacional en menos de tres meses. O, ¿ya se nos olvidó?
Los diputados y los senadores tienen tiempo para todo menos para lo que fueron elegidos: representar al pueblo y eso significa velar por los derechos e intereses de sus electores, de los ciudadanos, en el Congreso. Se rasgan las vestiduras por la absurda e insensible pretensión de los consejeros del IFE de aumentarse su ingresos, basados en una reforma aprobada por el Congreso de la Unión; están preocupados por quedar bien políticamente (en año electoral) y anuncian que quieren bajarse 10% del salario que ellos mismos se aprobaron apenas hace tres meses, o se llaman a sorpresa cuando, gracias a Alejandro Sánchez, mi compañero reportero en estas páginas, dicen darse cuenta de que hay aviadores en la Cámara de Diputados.
Es hora de que los ciudadanos les cobremos a los legisladores nuestro voto. Sé que el Poder Legislativo es esencial en un sistema democrático, pero es tiempo de que el nuestro, el mexicano, arribe a la democracia y se deshaga de lo que nos heredaron 70 años de dominio priista, el cual fue tan criticado por los panistas.
Cambio de vías.- Lo bueno también se debe compartir. Déjeme contarle que en Excélsior estamos muy contentos porque Cadenatres comenzó a transmitirse por el canal 128 del sistema Sky, además del 28 de televisión abierta y el 128 de Cablevisión, como ya ocurría. Excélsior, Cadenatres, Imagen, Reporte 98.5 y Exonline son los integrantes del grupo multimedia que encabezan Olegario Vázquez Aldir, director general del Grupo Empresarial Ángeles (GEA), y Ernesto Rivera Aguilar, director general de este grupo multimedia. Gracias a ellos, a Ignacio Anaya, director de Cadenatres, y al sistema Sky los televidentes mexicanos tienen ya una nueva opción en sus pantallas. ¡Felicidades!
En su carta pública, concreta y muy clara, cuya reseña usted pudo leer en nuestro Excélsior, Martí reprocha a los miembros del Congreso de la Unión: “No es admisible que los pleitos entre legisladores o las diferencias entre partidos soslayen la importancia y la urgencia de esta ley específica, que lleva ya empantanada casi medio año”. La suya, como la de todos lo mexicanos, es una reclamación válida y legítima.
Leamos más de lo escrito por Martí: “Las pugnas entre las facciones legislativas han prevalecido para dejar de lado un instrumento legal que es indispensable para coadyuvar en la lucha que emprende el Estado contra los cárteles que, pese al despliegue impresionante de efectivos militares en varios estados, siguen operando a sus anchas, ejecutando, secuestrando, traficando y sembrando terror en comunidades enteras”. Y añade: “¿Acaso no se dan cuenta de que cada día, en algún lugar de nuestro país se siguen dando granadazos contra puestos policiales, luchando en las calles con sofisticadas armas que proceden de contrabando desde Estados Unidos?”
La respuesta que tuvo la reclamación de Alejandro Martí provino de las bancadas del PAN en la Cámara de Senadores y del PRI en la de Diputados, que le pidieron al empresario agraviado... tener paciencia. ¡Ah!, bueno. No. No son ni insensibles ni abúlicos ni irresponsables ni nada de lo que usted pensó: los legisladores —dijeron— trabajan concienzudamente y no quieren aprobar una legislación que sea contraproducente. Los senadores panistas, en boca de Alejandro González Alcocer, presidente de la Comisión de Justicia, le echaron la culpa a los priistas quienes, según los primeros, andan metidos en cuestiones electorales, en tanto que los diputados del PRI, en voz de César Camacho, presidente de la misma comisión legislativa en San Lázaro, dijo que no hay que legislar de manera apresurada. ¡¿De veras?! Bueno, lo dicen ellos que ya fueron gobernadores.
Es cierto que las reformas a leyes o la creación de ellas deben ser producto de un proceso de reflexión, de estudio y análisis, pero éste debe tener un límite. Hay legislación sobre la materia. No se debe, porque sí lo hacen y por lo tanto se puede, enviar las iniciativas a la congeladora legislativa. No se vale.
Los legisladores deben trabajar en su materia, para ello se les paga y su dieta proviene del dinero público, es decir, de nuestros impuestos. Si la iniciativa presidencial no es procedente, pues los legisladores deberían hacer su trabajo, decirlo públicamente y proponer soluciones. Para eso están. ¿Que hay que analizar? Pues sí. ¿Y seis meses no han bastado? Recuerde usted que los legisladores del PRI —nada más por poner un solo ejemplo de los muchos que hay— estatizaron y desestatizaron parcialmente el sistema bancario nacional en menos de tres meses. O, ¿ya se nos olvidó?
Los diputados y los senadores tienen tiempo para todo menos para lo que fueron elegidos: representar al pueblo y eso significa velar por los derechos e intereses de sus electores, de los ciudadanos, en el Congreso. Se rasgan las vestiduras por la absurda e insensible pretensión de los consejeros del IFE de aumentarse su ingresos, basados en una reforma aprobada por el Congreso de la Unión; están preocupados por quedar bien políticamente (en año electoral) y anuncian que quieren bajarse 10% del salario que ellos mismos se aprobaron apenas hace tres meses, o se llaman a sorpresa cuando, gracias a Alejandro Sánchez, mi compañero reportero en estas páginas, dicen darse cuenta de que hay aviadores en la Cámara de Diputados.
Es hora de que los ciudadanos les cobremos a los legisladores nuestro voto. Sé que el Poder Legislativo es esencial en un sistema democrático, pero es tiempo de que el nuestro, el mexicano, arribe a la democracia y se deshaga de lo que nos heredaron 70 años de dominio priista, el cual fue tan criticado por los panistas.
Cambio de vías.- Lo bueno también se debe compartir. Déjeme contarle que en Excélsior estamos muy contentos porque Cadenatres comenzó a transmitirse por el canal 128 del sistema Sky, además del 28 de televisión abierta y el 128 de Cablevisión, como ya ocurría. Excélsior, Cadenatres, Imagen, Reporte 98.5 y Exonline son los integrantes del grupo multimedia que encabezan Olegario Vázquez Aldir, director general del Grupo Empresarial Ángeles (GEA), y Ernesto Rivera Aguilar, director general de este grupo multimedia. Gracias a ellos, a Ignacio Anaya, director de Cadenatres, y al sistema Sky los televidentes mexicanos tienen ya una nueva opción en sus pantallas. ¡Felicidades!
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