Pocos periodistas reconocen que se equivocaron. Hoy lo hizo Ciro. Habla muy bien de él.
Columna LA HISTORIA EN
BREVE/Ciro Gómez Leyva
Milenio, 20 de octubre de 2014
Entonces
sí fue la policía del gobernador Moreno Valle
El
1 de agosto publiqué aquí un texto convencido de que las explicaciones del
procurador de Justicia de Puebla, Víctor Carrancá, eran creíbles, sólidas,
difíciles de rebatir. Lo titulé: “Duele decirlo, pero los manifestantes mataron
al niño”.
Habían
pasado tres semanas de los hechos de Chalchihuapan; del choque entre la policía
estatal y manifestantes que bloqueaban un tramo de la carretera Puebla-Atlixco.
Como se recordará, hechos donde perdió la vida un niño de 13 años. ¿Ellos
mataron al niño con sus bazucas caseras de tubo PVC?, le pregunté tres veces al
procurador Carrancá. Así es, me respondió tres veces.
Es
cierto que anoté en los párrafos finales: “Hasta ahí ha avanzado la
información. Quizá hoy, mañana, surjan nuevos datos (…) Hasta ahí va el
discernimiento entre mentira y verdad. Entre realidad y ficción”. Pero le creí
a la autoridad.
Pues resulta
que las cosas no fueron así. El viernes, la propia autoridad poblana detuvo por
violaciones graves a los derechos humanos en aquel trágico enfrentamiento a
seis policías estatales, destituyó a la subsecretaria de Coordinación y
Operación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública, y amonestó y multó al
secretario, Facundo Rosas.
Es
un escándalo. O engañaron al procurador Carrancá con aquel peritaje. O el
procurador Carrancá fabricó una versión favorable. No hay más. La información
de que se disponía aquellos días no es muy distinta a la de hoy. ¿Quién falló,
qué falló; quién mintió, por qué?
No
me queda, por lo pronto, más que cambiar el título: Entonces sí fue la policía
del gobernador Moreno Valle.
Ante
la duda, fue la policía. Qué desgracia.
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