Buenas
tardes.
Lo
saludo con afecto a usted, y a todos los miembros de su Gabinete. De la misma
manera, a mis compañeros Gobernadores; a todos los aquí, presentes, y además
con gratitud.
Hasta
ahorita, usted ha cumplido a todas las Conferencias Nacionales de Gobernadores,
y eso no es poca cosa. Hay que resaltarlo, y hay que decirlo.
En
este escenario de pluralidad, en este escenario de corresponsabilidad, donde se
fortalece el Federalismo, y donde se discuten los principales temas o problemas
de la nación con distinta perspectiva, sin distintos polos, con distintos
orígenes, siempre es de mucha fortaleza tener al titular del Ejecutivo a la
mano y reconocer que todos los temas aquí planteados, a todos se les da un
seguimiento puntual con una respuesta siempre favorable, buscando dignificar a
la política, que haya calidad de vida y desarrollo en el país.
Soy
Gobernador de un estado líder en producción de alimentos, pero hay 22 entidades
federativas que están en la misma condición, con el tema del campo. Y además,
como coordinador en el campo, mis compañeros gobernadores me han solicitado que
exponga un planteamiento de algunas reflexiones que tuvimos a bien hacer.
Y
quiero expresar mi satisfacción por la oportunidad de este encuentro, y
reflexionar junto con ustedes en torno a la situación del campo mexicano.
Y ciertamente. Sexto. Constituir un fondo para desastres naturales en materia económica del sector pecuario.
Séptimo. Fortalecer la seguridad e inocuidad de los alimentos.
Quisiera explicar de manera breve el caso del maíz.
Me permito anunciar que en este ciclo alcancemos una cosecha superior a los cinco millones de toneladas en Sinaloa.
En
octubre pasado, el pleno de esta Conferencia me solicitó, en mi condición de
coordinador de la Comisión del Campo, que dirigiera la elaboración de una propuesta
para trabajar en nuestras entidades, y realizar una respetuosa solicitud al
Gobierno de la República y al Honorable Congreso de la Unión, en la que se
plantearon, entre otros asuntos de alta prioridad, los siguientes:
Incremento
del apoyo al campo en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015; que se
buscara disminuir los costos de producción con tecnología, créditos e insumos;
que se buscaran estrategias de comercialización, planeación y diversificación
de los cultivos; y la garantía de un precio objetivo justo para los productores
del campo.
Como
siempre lo ha hecho la actual Administración, le respondió al campo, y gracias
al apoyo de los diputados se aprobó un presupuesto once por ciento superior al
del 2014 para la SAGARPA.
Y
a pesar de que ya desde entonces se advertían momentos difíciles para los
países exportadores de petróleo, como consecuencia de la drástica caída de los
precios internacionales del crudo y que en México, a pesar de las fortalezas
internas, sobre todo, las que derivaban de las recientes reformas estructurales
promovidas por usted, señor Presidente, teníamos un entorno internacional
difícil, que lo advertíamos, que podía impactar de manera negativa a nuestras
perspectivas de desarrollo para el futuro.
Ante
esta situación tenemos que reconocer que de manera responsable y con visión de
Estado, su Gobierno anunció el pasado 30 de enero medidas de responsabilidad
fiscal para mantener la estabilidad, pero sin embargo, en esos ajustes SAGARPA
está como la tercera dependencia con mayor reducción, con más de siete mil 800
millones de pesos en su presupuesto.
Debo
reconocer que el presupuesto que el Gobierno en México destina a la agricultura
no es de los presupuestos menores. México es uno de los países que tiene el
mayor gasto público en agricultura como porcentaje del PIB agrícola, es decir,
que los recursos fiscales para el sector rural, son los que menos rentabilidad
tienen en la región, los programas de las dependencias tienen un impacto por
debajo de los esperado en combate a la pobreza rural, rentabilidad,
competitividad, sustentabilidad y de soberanía alimentaria.
Las
políticas públicas para el campo han dependido de la lógica del mercado y su
capacidad de crear los equilibrios, es decir se han instrumentado apoyos para
mitigar la pobreza alimentaria y patrimonial para sacar la cosecha, pero no en
las causas de los principales problemas que aquejan al campo.
Hoy
importamos el 30 por ciento del maíz, 40 por ciento del trigo, 80 por ciento
del arroz, y el 90 por ciento de las oleaginosas que consumimos; el cambio
climático ha vuelto más vulnerable a los productores agrícolas e incide en la
disponibilidad de los alimentos.
Hace
unos días en Sinaloa el señor Secretario de Agricultura, Enrique Martínez y
Martínez, haciendo eco de la preocupación de las entidades productoras de
alimentos, de los agricultores y campesinos del país, reiteró que se buscarán
los mecanismos para que no se afecten los programas de comercialización
agropecuaria, y asegurar a través de ASERCA los apoyos para las bases y
compensaciones según las disponibilidades presupuestales.
El
modelo que hasta hoy hemos seguido puede ser mejorado, debido a que no ha
permitido el pleno desarrollo de los productores y también, afecta a los
consumidores, ya que los altos precios de los alimentos dificultan el acceso de
la población a la dieta diaria.
Baja
el maíz, pero sube la tortilla y ni los productores de maíz, ni los tortilleros
obtienen ventajas en ningún caso, sólo los industriales y los comercializadores
reportan grandes utilidades, crecimiento y desarrollo.
Como
lo dije en la reunión del pasado octubre en el tema de la comercialización el
sacrificado es el productor, el pagador es el Gobierno Federal y el ganador es
el intermediario.
Necesitamos
revertir ese modelo y darles condiciones a los productores para que
gradualmente se hagan cargo de la comercialización de sus cosechas.
Somos
buenos para producir y malos para vender.
En
esa perspectiva las entidades integrantes de la Comisión del Campo hemos
coincidido en algunas propuestas que pueden llevarse a cabo entre las que
destacan las siguientes:
Primero.
Ser más rigurosos en la aplicación de las leyes en la materia en lo que se
refiere a los sistemas y servicios previstos en la Ley de Desarrollo Rural
Sustentable y al tratamiento de las prácticas comerciales indebidas o
monopólicas en la Ley de Competencia Económica.
Segundo.
Empujar la Ley de Almacenes Rurales aprobada por la Cámara de Diputados, pero
aún no por la de Senadores, que mejoraría sustancialmente el modelo de
comercialización agrícola.
Tercero.
Vincular los créditos de avío; una línea de crédito para comercialización que
otorgue a los agricultores la oportunidad en el tiempo necesario para lograr
una mayor participación y más eficiente para la venta.
(Cuarto) Redireccionar
los apoyos a la comercialización hacia los productores que opten por nuevos
modelos de venta de sus cosechas.
Cinco.
Diseñar políticas regionales que reconozcan las diferencias y capacidades de
cada área buscando la máxima eficacia y eficiencia en la producción de
alimentos, en la agregación de valor y en el combate a la pobreza.Y ciertamente. Sexto. Constituir un fondo para desastres naturales en materia económica del sector pecuario.
Séptimo. Fortalecer la seguridad e inocuidad de los alimentos.
Quisiera explicar de manera breve el caso del maíz.
Me permito anunciar que en este ciclo alcancemos una cosecha superior a los cinco millones de toneladas en Sinaloa.
Creo
que deberíamos poner especial atención en las políticas de comercialización.
Como
apunté, se observa una ligera recuperación en los precios luego de que en
septiembre y octubre pasados se desplomaron en caída libre; tenemos 40 dólares,
el precio en comparación al año pasado en la comercialización, pero, sin
embargo en todos los insumos hacia arriba.
En
estos momentos el precio del futuro da como resultado un precio de agricultura
por contrato de dos mil 984, considerando un tipo de cambio de alrededor de 15
pesos.
Una
vez que Estados Unidos anuncie la intención de siembra, que hay un incremento
marginal en los futuros, lo que dará, seguramente, a una fluctuación entre tres
mil y tres mil 100, y si consideramos una base de 44 dólares por tonelada, el
precio objetivo que usted nos aprobó está garantizado.
Creo
que eso hay que reconocerlo. Pero este precio objetivo protege, ciertamente, a
los productores de una caída abrupta de los precios internacionales, panorama
que no se advierte en el corto plazo, pero no es suficiente para que su
actividad sea redituable.
Todo
esto, lo anterior, es debido a que el problema actual es que la estructura de
los costos de los productores es ineficiente y está presionada por el alza de
los costos de insumos estratégicos.
Señor
Presidente:
Ya
estamos trabajando en Sinaloa y en algunas entidades en el Programa de
Agricultura Progresiva, y se avanza en la elaboración de sus propios
fertilizantes, y en la producción de semillas para bajar costos, con la
finalidad de que la rentabilidad de los productores no dependa, exclusivamente,
de los subsidios del Gobierno, también, tenemos que hacer nuestra parte.
Señor
Presidente.
Señores
Secretarios.
Estimados
colegas Gobernadores:
El
campo mexicano ha sido históricamente uno de los soportes fundamentales del
proceso de modernización, urbanización e industrialización del país. De tal
modo, que seguimos teniendo una adeuda de justicia social con los hombres del
campo.
Una
parte importante, de las cuales vive en condiciones difíciles, agravada por la
caída internacional de los precios de los productos agrícolas.
Como
ha expresado el señor Presidente, necesitamos hacer del campo una autentica
fortaleza, y sé, que si trabajamos de manera coordinada los tres órdenes de
Gobierno lo podremos lograr.
Tal
es la legítima aspiración de los productores para lograr un campo justo,
productivo, rentable, sustentable, capaz de garantizar la seguridad alimentaria
que reclama el país.
Muchas
gracias a todos por su atención.
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