26 feb 2015

Somos buenos para producir y malos para vender: Malova en la Conago

El gobernador Mario López Valdez, coordinador de la Comisión del Campo de la Conago. 
"Me permito anunciar que en este ciclo alcancemos una cosecha superior a los cinco millones de toneladas en Sinaloa..."Durango, Dgo., a 25 de febrero de 2015
Buenas tardes.
Lo saludo con afecto a usted, y a todos los miembros de su Gabinete. De la misma manera, a mis compañeros Gobernadores; a todos los aquí, presentes, y además con gratitud.
Hasta ahorita, usted ha cumplido a todas las Conferencias Nacionales de Gobernadores, y eso no es poca cosa. Hay que resaltarlo, y hay que decirlo.
En este escenario de pluralidad, en este escenario de corresponsabilidad, donde se fortalece el Federalismo, y donde se discuten los principales temas o problemas de la nación con distinta perspectiva, sin distintos polos, con distintos orígenes, siempre es de mucha fortaleza tener al titular del Ejecutivo a la mano y reconocer que todos los temas aquí planteados, a todos se les da un seguimiento puntual con una respuesta siempre favorable, buscando dignificar a la política, que haya calidad de vida y desarrollo en el país.
Soy Gobernador de un estado líder en producción de alimentos, pero hay 22 entidades federativas que están en la misma condición, con el tema del campo. Y además, como coordinador en el campo, mis compañeros gobernadores me han solicitado que exponga un planteamiento de algunas reflexiones que tuvimos a bien hacer.
 Y quiero expresar mi satisfacción por la oportunidad de este encuentro, y reflexionar junto con ustedes en torno a la situación del campo mexicano.
En octubre pasado, el pleno de esta Conferencia me solicitó, en mi condición de coordinador de la Comisión del Campo, que dirigiera la elaboración de una propuesta para trabajar en nuestras entidades, y realizar una respetuosa solicitud al Gobierno de la República y al Honorable Congreso de la Unión, en la que se plantearon, entre otros asuntos de alta prioridad, los siguientes:
Incremento del apoyo al campo en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015; que se buscara disminuir los costos de producción con tecnología, créditos e insumos; que se buscaran estrategias de comercialización, planeación y diversificación de los cultivos; y la garantía de un precio objetivo justo para los productores del campo.
Como siempre lo ha hecho la actual Administración, le respondió al campo, y gracias al apoyo de los diputados se aprobó un presupuesto once por ciento superior al del 2014 para la SAGARPA.
Y a pesar de que ya desde entonces se advertían momentos difíciles para los países exportadores de petróleo, como consecuencia de la drástica caída de los precios internacionales del crudo y que en México, a pesar de las fortalezas internas, sobre todo, las que derivaban de las recientes reformas estructurales promovidas por usted, señor Presidente, teníamos un entorno internacional difícil, que lo advertíamos, que podía impactar de manera negativa a nuestras perspectivas de desarrollo para el futuro.
Ante esta situación tenemos que reconocer que de manera responsable y con visión de Estado, su Gobierno anunció el pasado 30 de enero medidas de responsabilidad fiscal para mantener la estabilidad, pero sin embargo, en esos ajustes SAGARPA está como la tercera dependencia con mayor reducción, con más de siete mil 800 millones de pesos en su presupuesto. 
Debo reconocer que el presupuesto que el Gobierno en México destina a la agricultura no es de los presupuestos menores. México es uno de los países que tiene el mayor gasto público en agricultura como porcentaje del PIB agrícola, es decir, que los recursos fiscales para el sector rural, son los que menos rentabilidad tienen en la región, los programas de las dependencias tienen un impacto por debajo de los esperado en combate a la pobreza rural, rentabilidad, competitividad, sustentabilidad y de soberanía alimentaria.
Las políticas públicas para el campo han dependido de la lógica del mercado y su capacidad de crear los equilibrios, es decir se han instrumentado apoyos para mitigar la pobreza alimentaria y patrimonial para sacar la cosecha, pero no en las causas de los principales problemas que aquejan al campo.
Hoy importamos el 30 por ciento del maíz, 40 por ciento del trigo, 80 por ciento del arroz, y el 90 por ciento de las oleaginosas que consumimos; el cambio climático ha vuelto más vulnerable a los productores agrícolas e incide en la disponibilidad de los alimentos.
Hace unos días en Sinaloa el señor Secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, haciendo eco de la preocupación de las entidades productoras de alimentos, de los agricultores y campesinos del país, reiteró que se buscarán los mecanismos para que no se afecten los programas de comercialización agropecuaria, y asegurar a través de ASERCA los apoyos para las bases y compensaciones según las disponibilidades presupuestales.
El modelo que hasta hoy hemos seguido puede ser mejorado, debido a que no ha permitido el pleno desarrollo de los productores y también, afecta a los consumidores, ya que los altos precios de los alimentos dificultan el acceso de la población a la dieta diaria.
Baja el maíz, pero sube la tortilla y ni los productores de maíz, ni los tortilleros obtienen ventajas en ningún caso, sólo los industriales y los comercializadores reportan grandes utilidades, crecimiento y desarrollo.
Como lo dije en la reunión del pasado octubre en el tema de la comercialización el sacrificado es el productor, el pagador es el Gobierno Federal y el ganador es el intermediario.
Necesitamos revertir ese modelo y darles condiciones a los productores para que gradualmente se hagan cargo de la comercialización de sus cosechas.
Somos buenos para producir y malos para vender. 
En esa perspectiva las entidades integrantes de la Comisión del Campo hemos coincidido en algunas propuestas que pueden llevarse a cabo entre las que destacan las siguientes:
Primero. Ser más rigurosos en la aplicación de las leyes en la materia en lo que se refiere a los sistemas y servicios previstos en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable y al tratamiento de las prácticas comerciales indebidas o monopólicas en la Ley de Competencia Económica.
Segundo. Empujar la Ley de Almacenes Rurales aprobada por la Cámara de Diputados, pero aún no por la de Senadores, que mejoraría sustancialmente el modelo de comercialización agrícola.
Tercero. Vincular los créditos de avío; una línea de crédito para comercialización que otorgue a los agricultores la oportunidad en el tiempo necesario para lograr una mayor participación y más eficiente para la venta.
(Cuarto) Redireccionar los apoyos a la comercialización hacia los productores que opten por nuevos modelos de venta de sus cosechas.
Cinco. Diseñar políticas regionales que reconozcan las diferencias y capacidades de cada área buscando la máxima eficacia y eficiencia en la producción de alimentos, en la agregación de valor y en el combate a la pobreza.
Y ciertamente. Sexto. Constituir un fondo para desastres naturales en materia económica del sector pecuario.
Séptimo. Fortalecer la seguridad e inocuidad de los alimentos.
Quisiera explicar de manera breve el caso del maíz.
Me permito anunciar que en este ciclo alcancemos una cosecha superior a los cinco millones de toneladas en Sinaloa.
Creo que deberíamos poner especial atención en las políticas de comercialización.
Como apunté, se observa una ligera recuperación en los precios luego de que en septiembre y octubre pasados se desplomaron en caída libre; tenemos 40 dólares, el precio en comparación al año pasado en la comercialización, pero, sin embargo en todos los insumos hacia arriba.
En estos momentos el precio del futuro da como resultado un precio de agricultura por contrato de dos mil 984, considerando un tipo de cambio de alrededor de 15 pesos.
Una vez que Estados Unidos anuncie la intención de siembra, que hay un incremento marginal en los futuros, lo que dará, seguramente, a una fluctuación entre tres mil y tres mil 100, y si consideramos una base de 44 dólares por tonelada, el precio objetivo que usted nos aprobó está garantizado.
Creo que eso hay que reconocerlo. Pero este precio objetivo protege, ciertamente, a los productores de una caída abrupta de los precios internacionales, panorama que no se advierte en el corto plazo, pero no es suficiente para que su actividad sea redituable.
Todo esto, lo anterior, es debido a que el problema actual es que la estructura de los costos de los productores es ineficiente y está presionada por el alza de los costos de insumos estratégicos.
Señor Presidente:
Ya estamos trabajando en Sinaloa y en algunas entidades en el Programa de Agricultura Progresiva, y se avanza en la elaboración de sus propios fertilizantes, y en la producción de semillas para bajar costos, con la finalidad de que la rentabilidad de los productores no dependa, exclusivamente, de los subsidios del Gobierno, también, tenemos que hacer nuestra parte.
Señor Presidente.
Señores Secretarios.
Estimados colegas Gobernadores:
El campo mexicano ha sido históricamente uno de los soportes fundamentales del proceso de modernización, urbanización e industrialización del país. De tal modo, que seguimos teniendo una adeuda de justicia social con los hombres del campo.
Una parte importante, de las cuales vive en condiciones difíciles, agravada por la caída internacional de los precios de los productos agrícolas.
Como ha expresado el señor Presidente, necesitamos hacer del campo una autentica fortaleza, y sé, que si trabajamos de manera coordinada los tres órdenes de Gobierno lo podremos lograr.
Tal es la legítima aspiración de los productores para lograr un campo justo, productivo, rentable, sustentable, capaz de garantizar la seguridad alimentaria que reclama el país.
Muchas gracias a todos por su atención.

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