Palabras del Presidente de México SOS, A.C., l Alejandro Martí García, durante el 7º Foro Nacional sobre Seguridad y Justicia. Reforma
al Sistema de Justicia Penal a un Año de Vigencia (abajo el de Miguel Carbonell, y de la Magistrada Martha María del Carmen Hernández Álvarez, Consejera de la Judicatura Federal.
Una
vez más, muy bienvenido a este 7º Foro ya, de Seguridad con Justicia.
Muy
distinguidísimos miembros del pódium.
Señor
Secretario; señor Jefe de Gobierno; señores Gobernadores; representantes de los
Poderes, Legislativo; señor Coordinador de Seguridad Nacional.
Muy
queridos compañeros de las organizaciones sociales, que hemos trabajado duro en
esto; queridos invitados; miembros de la prensa:
Muy
buenas tardes a todos ustedes y muchas gracias por su asistencia.
Hace
más de cuatro siglos, el escritor Thomas Fuller dijo que el buen arquero no es
juzgado por sus flechas, sino por su puntería. Con esa precisión, es que debe
implementarse el nuevo Sistema de Justicia Penal. No basta con implementar. Hay
que hacerlo bien.
Hoy,
cumplimos siete años ya de insistir, en estos Foros Nacionales de Seguridad con
Justicia, en la necesidad de transformar la justicia en México.
Cumplimos
siete años de trabajo y esfuerzo colectivos. Recuerdo cómo un grupo de
ciudadanos, académicos y abogados logramos el Primer Foro, con muchas
resistencias.
Pusimos
en la agenda la necesidad de empezar ya, y que dicha reforma no se viniera
abajo. Hoy, vemos con gusto que instituciones del Estado también se han
comprometido a fondo, como lo muestra la propia SETEC, así como otras
instituciones nacionales y extranjeras.
Los
primeros años nos sentíamos solos, luchando de frente con quienes generaron la
llamada contrarreforma. De ahí, que recuerde la frase célebre de Einstein, que
dice: La vida es muy peligrosa, no por las personas que hacen el mal, sino por
las que se sientan a ver lo que pasa.
Nosotros
no nos sentamos a ver qué pasaba. Los ciudadanos actuamos y las autoridades
respondieron. Sumamos esfuerzos y promovimos una de las reformas más
importantes en materia de justicia del último siglo.
Es
urgente que el Congreso promulgue las leyes indispensables para la reforma. La
Ley Contra la Delincuencia Organizada; la Ley Nacional de Ejecución Penal, las modificaciones
a la Ley de Amparo acordes a la reforma; la Ley de Justicia para Adolescentes,
la adecuación de la nueva Ley de Justicia Militar y las modificaciones a la Ley
General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre las más relevantes.
No
tener estas leyes, es querer volar y aterrizar un avión sin manuales. Y si no
acompañamos en el vuelo y en el aterrizaje a las 32 entidades federativas,
corremos el gran riesgo de que la reforma nunca llegue con bien a su destino.
No
habría pecado más grave que abandonar la reforma a su suerte, porque dejaríamos
a la deriva la aplicación de la ley, la justicia y la seguridad.
La
reforma penal se tiene que implementar al cien por ciento en todo el país, sin
excusas, sin dudas y sin regateos.
Por
qué.
Porque
la justicia no admite términos medios; se imparte justicia con probidad o
simplemente no hay justicia. Sin embargo, no debemos pensar que el 1 de julio
de 2016 el país cambiará radicalmente, hace falta un cambio de mentalidad en
todo el sistema judicial.
La
reforma no se alcanza con las leyes, no concluye con un listado de procesos y
sistemas, o la construcción de salas y juzgados. Se trata de un cambio de
cultura en donde se deben de romper paradigmas de todos los que operan y
administran la justicia y, obviamente, de quienes somos sujetos y beneficiarios
de ella.
Ahí
está el gran reto. Por eso, es fundamental la voluntad política de quienes
toman las decisiones.
Aquí,
es necesario señalar una gran verdad. La reforma no arrancó pareja a nivel
nacional, porque algunos Gobernadores no han hecho lo que están obligados a
hacer.
Ellos
en ese caso, son adalides del federalismo cuando se trata de la implementación
de un mandato tan importante, pero a la hora de luchar por la seguridad y la
justicia se vuelven centralistas, y me choca dar ejemplos, pero la verdad, el
gran ejemplo lo tenemos en Sonora. Qué vergüenza, a 13 meses no se ha iniciado
nada. Es una verdadera lástima.
Y
yo creo que quien no implementa la reforma, el Gobernador que no insiste en
hacer, está traicionando los intereses de todos los ciudadanos.
Sin
embargo, también hay que decir que gracias a que algunos gobernadores
desarrollaron buenas prácticas, las entidades que requieren mayor ayuda pueden
valerse de estos modelos de éxito. El hecho es que la reforma sí funciona.
Amigas
y amigos:
Quiero
advertir aquí que la mayor amenaza al éxito de la reforma al Sistema de
Justicia Penal, es la situación de las policías.
En
el nuevo sistema de justicia, la policía es un actor fundamental para el proceso
penal y, seamos francos; vamos muy atrasados, especialmente en lo que toca a
las policías municipales.
Hoy,
esta mañana, señor Presidente, constatamos los ejemplos que la Policía Federal
nos da ya de la preparación que tiene la Policía Federal para la Reforma Penal.
Es encomiable, también es muy, para felicitar a las Fuerzas Armadas que han
adelantado muchísimo, pero lamentablemente el país en general, en policía,
sobre todo en los estados y en los municipios es un verdadero problema que
tenemos que afrontar en forma urgente.
Sin
una buena policía todo el trabajo realizado puede tirarse por la borda,
colapsando el sistema. Es urgente avanzar en la profesionalización de nuestras
policías, que sean verdaderos investigadores en procurar su desarrollo y el de sus
familias, en homologar y dignificar sus salarios y prestaciones, así como
invertir seriamente en centros donde se instruya en ciencias forenses.
Es
increíble que las personas, las cuales está en nuestras manos, estamos en sus
manos, que cuidan a nuestras familias, no tengamos un sistema de salarios y
dignificación correcta. Es una tarea y es un pendiente que tenemos con ellos.
Hoy,
el desafío es mayúsculo, porque a veces ante la debilidad de las policías
estamos viendo más casos en los que abogados de criminales ganan juicios a la
autoridad. Estamos ante una nueva forma de aplicar la justicia en medio de
altos índices de criminalidad que lastiman a la sociedad.
Jueces,
magistrados y ministros tienen una responsabilidad clave para que la reforma
sea eficaz. No basta con oír los alegatos de la defensa, sino realmente medir
las repercusiones de liberar un criminal.
Yo
creo que ese es el principio de la justicia: hacer justicia.
Se
trata de hacer justicia a las víctimas, no de aprovechar resquicios o fundamentos
legaloides que fomentan la impunidad, que tienen su origen muchas veces en
malas averiguaciones previas.
Señor
Presidente:
El
1º de junio de 2016 marca un inicio, no una terminación. Ese día apenas estarán
fincadas las bases, la mayoría de los sistemas y la operación de la
implementación del Sistema de Justicia.
El
esfuerzo de México SOS, de RENACE, de la Red Nacional de Juicios Orales, de
SETEC y de todas las otras organizaciones que han acompañado este gran
proyecto, no debe concluir en 2016.
Hay
mucho camino que recorrer. Falta el trabajo fino de implementación y
armonización de leyes y procesos. Falta avanzar en la corrección de
implementaciones erróneas. Es necesario seguir con la creación de plataformas
de información nacional, que permitan la evaluación sistemática de la reforma.
Señor
Presidente:
Siempre
pedimos algo. Pedimos con urgencia que se modifique el mandato constitucional
que finiquita al órgano responsable de la implementación, SETEC, en octubre de
2016.
Es
muy importante que se prorrogue su función unos años más, a fin de asegurar la
implementación, la operación de excelencia, la uniformidad, la transparencia y
la homologación de los más de 70 sistemas que se reformaron, así como la decena
de leyes que homologara en cada entidad.
Falta
mucho por hacer en lo más importante, lograr que el orden jurídico sea
accesible y comprensible para toda la sociedad y, sobre todo, que obedezca
nuestra realidad en la vida diaria de los ciudadanos que padecemos altos
índices de delincuencia.
Si
la reforma no es reconocida por los ciudadanos, si cada mexicano no tiene un
beneficio de ella, no sólo habremos perdido el tiempo y recursos, sino la
esperanza de un México diferente.
La
reforma es para los ciudadanos. Son ellos, quienes deben percibir los cambios y,
así, recuperar la confianza en la justicia en nuestro país. De otra manera,
nuestro esfuerzo sería en vano y nuestra responsabilidad histórica enorme.
Señoras
y señores:
Vale
la pena invertir el tiempo y los recursos necesarios para que la reforma al Sistema
de Justicia Penal sea exitosa. Vale la pena redoblar el esfuerzo para construir
un México libre de las cadenas de la impunidad.
Sigamos
trabajando unidos para que la reforma al Sistema de Justicia Penal nos haga
recuperar la esperanza en que logremos convertir a México en una Nación de
leyes y libertades.
Muchas
gracias.
-MODERADOR:
Escucharemos la intervención del doctor Miguel Carbonell Sánchez, miembro del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
-DR.
MIGUEL CARBONELL SÁNCHEZ: Licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; Magistrada Martha María del
Carmen Hernández, representante del Presidente del Consejo de la Judicatura
Federal y del Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Licenciado
Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; licenciada Arely Gómez
González, Procuradora General de la República; señor Alejandro Martí;
licenciado Ernesto Canales.
Distinguidos
integrantes del presídium.
Señoras
y señores:
Luego
de lo que parecía un muy largo periodo de vacatio legis de ocho años, estamos a
pocos meses de enfrentarnos a una de las más arduas pruebas de fuego para el
sistema jurídico mexicano e, incluso, podría decirse que para el país en su
conjunto.
El
18 de junio de 2016 tendremos que estar listos para que en todo el territorio
nacional funcione, de manera radicalmente distinta, nuestro nuevo procedimiento
penal.
El
tiempo de debatir sobre la pertinencia de la Reforma Penal de 2008 y de
analizar sus principales elementos, está concluyendo.
El
paso que debemos dar en lo inmediato es ponerla en práctica, y tener una mejor
justicia penal en todos y cada uno de los rincones del país.
Se
trata, como sabemos, de la transformación más ambiciosa del Sistema Penal
Mexicano en los últimos cien años, y también de la reforma de más largo alcance
en toda América Latina.
Aunque
otros países nos han precedido en el proceso de mejorar la justicia penal,
nunca un esfuerzo de transformación tan complejo se había llevado a cabo en un
país como México, con una estructura Federal que conlleva el funcionamiento de
34 distintas jurisdicciones penales; una Federal, 32 en cada una de las
entidades federativas y una dedicada a la justicia militar, en el ámbito de los
delitos y faltas contra la disciplina castrense.
Con
más de 112 millones de habitantes y con una extensión territorial de casi dos
millones de kilómetros cuadrados, la Reforma Penal mexicana, que no le quepa
duda a nadie, está escribiendo una página completamente nueva en la historia
jurídica de América Latina.
En
este contexto, el 7º Foro de Seguridad y Justicia, que hoy está dando inicio,
quiere servir como espacio para apoyar desde la sociedad civil, los esfuerzos
de las autoridades que tienen la enorme responsabilidad de hacer que la reforma
esté funcionando correctamente dentro de muy poco tiempo.
Queremos
estar cerca de los tomadores de decisión y de los operadores prácticos del
sistema penal, pues entendemos que se trata de un esfuerzo conjunto entre el
Estado mexicano y la ciudadanía.
Como
ciudadanos, somos los primeros interesados en que la reforma ofrezca buenos
resultados y podamos tener un procedimiento penal más justo y que funcione
mejor en su conjunto.
Ahora
bien, todavía nos queda mucho trabajo por hacer antes del 18 de junio de 2016,
la reforma no se va a implementar sola, sino que tenemos que poner manos a la
obra para que todo salga bien.
Quisiera
aprovechar este acto inaugural para poner de manifiesto cinco de los
principales asuntos que debemos abordar a la brevedad, a fin de poder tener un
proceso de implementación que esté a la altura del enorme desafío que supone la
reforma.
Uno.
Todavía, ya lo dijo Alejandro Martí, todavía no hemos completado la expedición
de las leyes necesarias para aplicar la reforma.
Señor
Presidente de la República:
Le
pedimos que nos apoye para sensibilizar a los Legisladores Federales sobre la
urgencia de que aprueben lo antes posible la Ley Nacional de Ejecución de
Sanciones Penales; reformas a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada;
la Ley de la Fiscalía General de la República; la reforma a la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación; etcétera.
Ojalá
pueda, señor Presidente, transmitir en la próxima reunión de la CONAGO o de la
Conferencia Permanente de Congresos Locales, la COPECOL, la urgencia de
impulsar reformas análogas en el ámbito de las entidades federativas.
En
su papel de Jefe del Estado mexicano, estamos seguros de que su voz a favor de
las reformas legislativas que nos urge ver aprobadas, encontrará el eco que
merece entre los Legisladores Federales y locales.
Dos.
Necesitamos transformar las capacidades operativas de los principales actores
del procedimiento penal mexicano. La expedición de buenas leyes no basta,
necesitamos que quienes las aplican tengan el conocimiento, las habilidades y
las competencias para transformar la realidad.
Nos
hacen falta policías totalmente certificados y profesionales; Ministerios
Públicos que sepan investigar y no solamente enviar oficios de una oficina a
otra; jueces cercanos a la realidad sobre la que deben emitir un veredicto y
que no se pierdan entre puras formalidades; defensores públicos y privados que
se conduzcan con eficacia en el nuevo sistema de audiencias orales; cárceles
que estén limpias en el sentido más amplio del término.
El
éxito de la reforma depende al cien por ciento de lo que hagan sus operadores
prácticos.
El
alma de la reforma son las personas de carne y hueso que la van a aplicar.
Si
queremos que la reforma funcione bien, necesitamos asegurarnos que sus actores
principales estén perfectamente preparados.
Hacemos
un llamado a las más de mil 600 escuelas y facultades de Derecho del país para
que se sumen decididamente a este esfuerzo transformador.
Las
voces de la academia y de la inteligencia nacional deben escucharse en este
proceso, pues de ello depende en buena medida la formación de las generaciones
futuras de abogados, a quienes les tocará seguir implementando esta reforma.
Tres.
Sería muy bueno contar con un catálogo de buenas prácticas que nos permita
identificar lo que se está haciendo bien en México, o sea, todo aquello que ya
sabemos, a casi ocho años de distancia de la reforma 2008, que ya sabemos que
sí está funcionando adecuadamente.
Me
refiero a experiencias como la de la fuerza civil y la defensoría pública en
Nuevo León, los centros de atención integral y de conciliación en Chihuahua y
Baja California, la Unidad de Medidas Cautelares en Morelos, etcétera.
Cómo
podemos hacer para trasladar esas experiencias a las demás entidades
federativas y también hasta el nivel federal.
Qué
pasos se dieron en esos estados, para obtener buenos resultados y qué podemos
aprender de ellos en lo inmediato.
Sabemos,
por seguir poniendo algunos ejemplos, que mientras en el viejo Sistema de
Justicia Penal se resuelven en promedio una de cada seis averiguaciones previas
iniciadas, en las entidades federativas que ya adoptaron la reforma, se
resuelven una de cada tres; e incluso en estados con buenos sistemas de gestión
de las investigaciones, como Baja California o Nuevo León, se llegan a resolver
una de cada dos. Esto es, la reforma incrementa la eficiencia en la
averiguación previa en un 300 por ciento.
También
sabemos que el promedio de resolución de los casos en los estados sin reforma,
es de 180 días; mientras que en estados como Chihuahua, voy a citar el ejemplo
del estado aquí representado por su señor Gobernador, que ya implementaron la
reforma, se demoran en promedio apenas 90 días cuando se abre juicio oral, 60
días cuando los asuntos se resuelven por procedimiento abreviado, 45 días
cuando hay suspensión del procedimiento a prueba y 30 días en promedio, cuando
existen acuerdos reparatorios.
Hay
avances importantes también, en materia de reducción de la prisión preventiva.
Un 69 por ciento de disminución de ingresos en las prisiones del DF y una
estimación de que en dos entidades federativas que ya tienen la reforma, se
evitó, y son datos del año 2013, la entrada en prisión de casi 15 mil personas,
con los consiguientes ahorros económicos y el respeto a su presunción de
inocencia.
Obviamente,
un catálogo de buenas prácticas también debería servir para poner en evidencia
a ciertas entidades federativas en las que no todo está funcionando como
quisiéramos. Por ejemplo, en al menos dos entidades federativas del Centro de
nuestro país, las procuradurías están evitando a toda costa, violando con ello,
de forma evidente la ley, que los asuntos lleguen a la etapa de juicio oral.
Se
están forzando, entre comillas, conciliaciones que no se deberían permitir, y
pese a la fuerte inversión que se ha hecho en preparar jueces y dotarlos de la
infraestructura necesaria para hacer su trabajo, son nulas o muy escasas las
audiencias de juicio que han podido llegar a ser desahogadas.
Esas
son las experiencias que necesitamos también documentar y difundir, para evitar
que sigan sucediendo y que su mal ejemplo contamine al resto del proceso de
implementación.
Hay
experiencias buenas y no tan buenas en lo que ya se ha hecho. Necesitamos
conocerlas, difundirlas y analizarlas para estar en capacidad de tomar las
mejores decisiones hacia adelante.
Cuatro.
En un sentido parecido, necesitamos convocar a las instituciones responsables
para efectuar mediciones sobre la calidad de la justicia que se imparte y
procura en México.
En
esto, el INEGI nos puede ayudar de manera decisiva. Solamente aquello que se
mide, puede ser evaluado. Solamente cuando hay evaluación, puede existir
rendición de cuentas. Solamente cuando existe rendición de cuentas, podemos,
como sociedad, exigir responsabilidades a nuestros gobernantes.
No
se trata de un simple juego de palabras. Necesitamos que nos digan cuántos
casos se resuelven por medidas alternativas al juicio, cuántos procedimientos
abreviados se producen, cuántos asuntos llegan a juicio. Necesitamos saber
cuánto tarda en resolverse por salidas alternativas, y si es efectiva, en la
práctica, la reparación del daño.
Queremos
conocer si las medidas cautelares están funcionando bien, y si las sentencias
que se dictan protegen adecuadamente el debido proceso legal, sin descuidar la
igualmente importante protección de los derechos de las víctimas. Esa debe ser
nuestra cuarta tarea.
Sobre
este punto, nos parece poco apropiado que el Censo de Administración de
Justicia Federal en Materia Penal lleve dos años de retraso en la difusión de
sus datos.
El
INEGI tiene los datos de 2012 como los más actualizados. Antes, conocer esa
información tomaba apenas ocho meses. Ahora, llevamos más de dos años de
retraso, y ni siquiera sabemos cuándo la van a dar a conocer.
Hay
que poner más atención a estos asuntos para contar con información fidedigna
que nos ofrezca orientaciones certeras en la puesta en práctica de la Reforma
Penal.
Cinco.
Finalmente, propongo, como un quinto aspecto, el enfocar nuestra atención en la
forma en la que están trabajando nuestros jueces.
Necesitamos
Poderes Judiciales que no nos receten procedimientos largos y tortuosos que se
extiendan sin sentido durante años, lastimando de esa forma tanto a procesados
como a víctimas, y haciendo inútil el trabajo de la policía y el Ministerio
Público.
Queremos
una justicia pronta y expedita, como lo ordena nuestra Constitución. También,
queremos jueces independientes y autónomos, que no respondan a intereses
políticos.
Los
jueces no deben estar subordinados, en ningún caso, a los Poderes Ejecutivo y
Legislativo, y mucho menos a los poderes informales de nuestra sociedad, como
los medios de comunicación, las iglesias o los sindicatos.
Esto
no implica, que nadie se confunda, que queramos jueces autistas, sino recios
aplicadores de la ley con sentido humano y con mucho sentido común. En
concreto, hacemos un llamado a los jueces Federales para que eviten que el
juicio de amparo se convierta en un obstáculo para el funcionamiento de la
nueva justicia penal.
El
orgullo legítimo que sentimos en México por nuestro juicio de amparo, debe
suponer, en pleno Siglo XXI, el deber de articular de forma ordenada y
responsable a la jurisdicción penal con la jurisdicción de amparo.
No
se trata de ámbitos contrapuestos, sino complementarios. Ojalá y así lo
entiendan, como estoy seguro que lo harán nuestros jueces, magistrados y
ministros, todos ellos integrantes del Poder Judicial de la Federación, que con
tanta pasión e inteligencia sirven a México.
Señor
Presidente.
Señoras
y señores:
El
tiempo de la nueva justicia penal es ahora, no mañana, ni pasado mañana. Ahora
mismo. Nuestro tiempo ha llegado. Las excusas y las demoras deben quedar atrás.
Dentro
de muchas décadas, cuando las futuras generaciones se pregunten qué fue lo
hicimos los mexicanos que habitamos el país en las primeras décadas del Siglo
21, espero que puedan observar que una de las mejores herencias que les dejamos
fue una justicia penal con rostro humano; una justicia penal más transparente y
cercana; una justicia penal solidaria con el dolor de las víctimas; una
justicia penal que sea eso; justicia, y no venganza, dado que se encarga de
tutelar con firmeza granítica el debido proceso legal.
En
suma. Ojalá que en el futuro volteen a ver nuestro legado y puedan con orgullo
decir: cumplieron con su tarea, estuvieron a la altura de los tiempos que les
tocó vivir. Que eso suceda depende, ni más ni menos, de todos y cada uno de
nosotros.
No
nos demoremos más en poner manos a la obra.
Muchas
gracias, y mucho éxito en este foro.
-MODERADORA:
Corresponde el uso de la palabra a la Magistrada Martha María del Carmen
Hernández Álvarez, Consejera de la Judicatura Federal y representante del
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
-MAGDA.
MARTHA MARÍA DEL CARMEN HERNÁNDEZ ÁLVAREZ: Señor licenciado Enrique Peña Nieto,
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Licenciado
Alejandro Martí García, Presidente de México SOS; licenciado Ernesto Canales
Santos, presidente del Patronato de Institución Renace A.B.P.; licenciado
Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación; distinguido presídium y
distinguidos asistentes:
Acudo
a este 7º Foro Nacional sobre Seguridad y Justicia en representación del
Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la
Judicatura Federal, Ministro Luis María Aguilar Morales, a quien
lamentablemente no le ha sido posible participar en esta ceremonia inaugural,
como era su deseo, debido a que fue convocado a la Primera Sesión Ordinaria del
Pleno del Sistema Nacional de Atención a Víctimas, del que es integrante en
términos de lo dispuesto por la Ley General de Víctimas.
Quisiera
comenzar por agradecer la invitación formulada por las organizaciones
convocantes y, de manera especial, a México SOS y a la institución RENACE
A.B.P. Y, por supuesto, a los Presidentes de las mismas; don Alejandro Martí
García y don Ernesto Canales Santos, respectivamente, quienes han trabajado
arduamente para lograr que este Foro Nacional sea un referente que integra
opiniones y compromisos de los principales actores del Sistema de Justicia
Penal, representantes de organizaciones civiles, académicos y líderes de
opinión en torno al proceso de implementación del Sistema de Justicia Penal
Acusatorio en México:
En
los anteriores Foros Nacionales sobre Seguridad y Justicia, por parte del Poder
Judicial de la Federación, se ha reconocido que el funcionamiento moderno de
las instituciones del Estado se construye a partir de relaciones estrechas,
productivas y respetuosas con la sociedad civil, con los ciudadanos; y que en
una república democrática, como la nuestra, las instituciones son fuertes y se
fortalecen aún más cuando están cerca de la sociedad, cuando las saben
escuchar, cuando realizan correctamente y con pulcritud sus funciones constitucionales.
También,
se ha ratificado que el Poder Judicial de la Federación, consciente de su
responsabilidad dentro de la reforma, ha establecido objetivos específicos
tendientes a dar continuidad y a contribuir en la instrumentación del nuevo
Sistema de Justicia Penal Acusatorio.
Que
se continúan desarrollando actividades conforme a los tres ejes fundamentales
de la reforma constitucional: el eje de cambio organizacional, el de cambio
cultural y el de la coordinación institucional.
A
395 días de que venza el plazo constitucional para la implementación de la
reforma penal en todo el país, como ustedes saben, la página web de la
Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del
Sistema de Justicia Penal, marca los días, las horas, los minutos y los
segundos restantes para la terminación de la vacancia constitucional, que
concluye el 18 de junio de 2016.
Y
para ser consistente en el planteamiento central de este sistema y foro
nacional, la reforma al Sistema de Justicia Penal, a un año de vigencia; qué
falta y quién está en falta, resulta oportuno repasar cuáles son las
obligaciones del Poder Judicial Federal, advertidas en la Constitución por la
incorporación del Sistema Procesal Penal Acusatorio.
En
este sentido, para lograr identificarlas, es necesario atender en particular a
lo dispuesto por los artículos 16 párrafo segundo y décimo tercero; 17,
párrafos tercero, cuarto y sexto, 19, 20 y 21 párrafo séptimo de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reformados mediante
decreto publicado el 18 de junio de 2008, por ser aquellos, donde formalmente
se prevé el Sistema Procesal Penal Acusatorio de acuerdo con el artículo
segundo transitorio de la propia Constitución.
Empero,
también, diversos artículos y párrafos de aquellos numerales que materialmente
tienen impacto en dicho sistema, tales como los arábigos 16, párrafos primero,
octavo, noveno y décimo; 18, párrafo segundo, octavo y noveno; y 21, párrafos
primero, segundo y tercero de la Constitución Federal.
Ahora
bien, precisamente, de la revisión de tales artículos se advierten como
obligaciones generales, que necesariamente se vinculan con la totalidad del
cambio normativo a la capacitación, difusión, planeación y evaluación, dada la
propia naturaleza de dicha evolución legal, que amerita tanto en la instrucción
a los futuros actores operadores, personal de apoyo y foro jurídico, tanto de
sus generalidades, como de sus particularidades.
Como
la difusión simultánea de tales cambios a esos destinatarios y a la sociedad, y
genera igualmente, la necesidad de organizar y proyectar las acciones
necesarias para la implementación de la reforma penal, así como su supervisión
y seguimiento.
Por
tal motivo, el deber del Poder Judicial de la Federación de capacitar,
difundir, planear y evaluar en relación con el Sistema Procesal Penal
Acusatorio, deriva del propio hecho de haberse instruido un cambio de sistema
procesal y éste último debe contemplarse en esas acciones, porque su
integralidad influye en todas ellas.
Ahora
bien, a poco más de un año de que el futuro nos alcance, qué es lo que podemos
reportar en el marco de este Séptimo Foro Nacional sobre Seguridad y Justicia.
Con
relación a la gradualidad de la entrada en vigor, la implementación del sistema
penal acusatorio a nivel Federal ha sido gradualmente dividida en diferentes
etapas. Por ello, doy cuenta con que el 24 de noviembre de 2014 iniciaron
funciones los Centros de Justicia Penal Federal con sede en San Andrés Cholula,
en Puebla; y Durango, Durango.
El
16 de marzo, asimismo de 2015, se pusieron en marcha los Centros de Justicia
Penal con residencia en Mérida, Yucatán, y Zacatecas, Zacatecas.
El
29 de abril de 2015 el Congreso de la Unión emitió la declaratoria de entrada
en vigor del Código Nacional de Procedimientos Penales en los estados de Baja
California Sur, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, a partir del 1 de
agosto de 2015, fecha en la que se pondrán en marcha los Centros de Justicia
Penal Federal en esas entidades.
Esperamos
para noviembre de 2015, que entre en vigor el sistema en los estados de
Nayarit, Tlaxcala, Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Coahuila y probablemente en
Aguascalientes, Colima e Hidalgo.
Asimismo,
se tiene previsto para enero de 2016, la implementación del sistema en el
Distrito Federal, Morelos, Nuevo León, Quintana Roo y, tal vez, Campeche,
Michoacán y Sinaloa.
Finalmente.
No existe fecha respecto de cuándo entrará en vigor el nuevo Sistema de
Justicia Penal en el resto de las entidades federativas.
Con
referencia a la infraestructura, actualmente están en funciones los Centros de
Justicia Penal Federal con sede en Durango, Durango; San Andrés Cholula,
Puebla; Mérida, Yucatán, y Zacatecas, Zacatecas.
Asimismo,
están en proceso de construcción los Centros de Justicia Penal Federal en la
Paz, Baja California; Cintalapa, Chiapas; Tepic, Nayarit; Apizaco, Tlaxcala;
Colima, Colima; Coatzacoalcos, Veracruz, y Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de
México.
En
breve, iniciarán las obras de construcción, o adaptación de las Salas de
Juicios Orales en Querétaro, Querétaro; Guanajuato, Guanajuato; San Luis
Potosí, San Luis Potosí; Mexicali y Tijuana, Baja California, y Oaxaca, Oaxaca.
Por
otra parte, se han firmado convenios con el Distrito Federal y el Estado de
Jalisco, con el objeto de que se otorgue a favor del Poder Judicial de la
Federación el uso y aprovechamiento por tiempo indefinido de los inmuebles que
ocupan actualmente los órganos jurisdiccionales especializados en procesos
penales federales ubicados en las inmediaciones de los reclusorios Norte, Sur y
Oriente del Distrito Federal, y del Penal de Puente Grande, en Jalisco; esto
con la finalidad de iniciar en esos espacios la construcción de los centros de
justicia penal federal correspondientes.
En
las restantes entidades federativas, continúan las gestiones encaminadas a la
adquisición, ya sea mediante donación o compraventa, de los terrenos en los que
se construirán los Centros de Justicia Penal Federal, o bien a la adaptación de
espacios que ya están en posesión del propio Consejo de la Judicatura Federal.
Acaso,
en el tema de mayor relevancia, y me refiero desde luego a la selección de
jueces, me permito darles cuenta con el hecho de que durante los meses de
septiembre a octubre de 2014, se realizó el primer concurso interno de
oposición para la designación de jueces de distrito especializados en el nuevo
Sistema de Justicia Penal Acusatorio, de donde salieron vencedores los jueces
de distrito que actualmente están adscritos a los centros de justicia penal
federal en San Andrés Cholula, Puebla; y en Durango, Durango.
Asimismo,
de enero a marzo de 2015, se realizó el Segundo Concurso Interno de Oposición
para la Designación de Jueces de Distrito Especializados en el nuevo Sistema de
Justicia Penal Acusatorio, en el que resultaron vencedores 25 jueces.
De
éstos, cuatro ya fueron adscritos a los Centros de Justicia Penal Federal de
Mérida, Yucatán; y Zacatecas, Zacatecas; y los restantes serán adscritos a los
centros de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Baja California Sur, que
iniciarán funciones en agosto de este año.
Por
ello, actualmente se encuentra en desarrollo también el Tercer Concurso Interno
de Oposición para la Designación de Jueces de Distrito especializados en el
nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, de manera que, en este momento,
existen nombrados 30 jueces especializados en el nuevo Sistema Penal
Acusatorio.
De
esos 30, hay nueve adscritos: tres a Durango, dos a Puebla, dos a Mérida y dos
a Zacatecas; y apenas el 16 de mayo fue adscrito otro juez a Puebla como
administrador, y el próximo 16 de junio serán adscritos otros dos jueces a
Mérida y Zacatecas, respectivamente, también como administradores.
Finalmente,
en otra materia de carácter prioritario, que es la capacitación, debo darles
cuenta con que el Instituto de la Judicatura Federal ha impartido diversos
cursos y diplomados sobre el nuevo Sistema de Justicia Penal.
Cabe
destacar que actualmente se imparte el Diplomado de Formación en torno al nuevo
Sistema de Justicia Penal, que cuenta con aproximadamente tres mil 600 alumnos
inscritos; entre jueces, magistrados, secretarios, actuarios y oficiales
administrativos.
De
manera presencial, en la sede del Instituto de la Judicatura Federal, y
también, se transmite por video conferencia a todas las extensiones y aulas del
Instituto en todo el país.
Asimismo,
están por iniciar más cursos sobre los principios rectores del Sistema Penal
Acusatorio y los medios alternativos de solución de controversias en materia
penal.
En
este ámbito, destaca que un grupo de magistrados de circuito ya tomó el curso
de inducción al Sistema de Justicia Penal Acusatorio, conjuntamente con los
aspirantes a jueces de distrito del segundo concurso de oposición antes citado,
para poder seleccionar a aquellos que en su momento conocerán de la segunda
instancia en el nuevo sistema.
Por
todo lo anterior, tengo la plena confianza en que el Poder Judicial de la
Federación está cabalmente preparado para dar cumplimiento con la misión que
tiene encomendada, para que a más tardar a mediados del año próximo, el país
cuente con el nuevo Sistema de Justicia Penal.
A
las instituciones convocantes de este 7º Foro, que es ya, también, un faro
referencial para el fortalecimiento del Estado de Derecho, dado el enorme
prestigio y reconocimiento de todos sus integrantes, les reitero mi
agradecimiento y la mayor voluntad para que en esta fase decisiva para la
implementación del Sistema de Justicia Penal Acusatorio en México, sigamos
trabajando, hombro con hombro, en beneficio de la sociedad y, en general, en
beneficio de todo nuestro país.
Muchísimas
gracias.
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