Palabras
del Presidente Enrique Peña Nieto,
durante el 7º Foro Nacional sobre Seguridad y Justicia. Reforma al Sistema de
Justicia Penal a un Año de Vigencia
Muchas
gracias.
Muy
buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Quiero
saludarles con afecto, particularmente a Alejandro Martí, a Ernesto Canales,
quienes desde hace ya, siete años han sido promotores de este Foro sobre
Seguridad y Justicia.
Quiero
felicitarles a ustedes y a las demás asociaciones, organizaciones de la
sociedad civil que participan en este esfuerzo.
Académicos,
a estudiantes de distintas instituciones de educación superior y a todos
quienes han hecho suyo este cambio paradigmático para la justicia de nuestro
país.
Hace
un momento, al escuchar al propio Alejandro, a Miguel Carbonell, sin duda, se
recupera y resalta realmente el compromiso de todas las asociaciones que aquí
participan por acompañar este compromiso, esta obligación que tiene el Estado
mexicano, para realmente arribar a un nuevo modelo de justicia penal, oral y
adversarial.
Esto,
como aquí se ha dicho, es un cambio de modelo. Es cambiar el modelo que por más
de 100 años tuvo nuestro país, para incursionar en uno nuevo.
Y
en esta vacatio legis, en este periodo concedido por el Constituyente
Permanente, al haber hecho este cambio de modelo de justicia para nuestro país.
De ocho años, hoy estamos cada día más cerca de arribar a la fecha, 18 de junio
del próximo año, en la que el Estado mexicano tiene la obligación de que este
modelo exista y sea el que prevalezca y tenga plena vigencia en todo el
territorio nacional.
Es
claro que la tarea no ha sido fácil, y yo quiero felicitarles, porque ustedes
han hecho suyo este mismo propósito, lo han asumido con enorme compromiso, con
enorme entusiasmo y, sobre todo, con enorme responsabilidad social.
Haciendo
referencia a la cita que hiciera Alejandro Martí hace un momento, ustedes son
de los que decidieron no quedarse sentados a esperar qué pasaba, sino que se
involucraron y desde la sociedad han venido alzando la voz para apoyar y
acompañar este proceso de cambio en favor de la justicia y seguridad de nuestro
país.
En
nombre de la sociedad mexicana y como Presidente de México, les expreso mi
felicitación y mi más amplio reconocimiento.
Ustedes,
como aquí lo señalo, y perdónenme, saludo a todos los integrantes de este
presídium.
Al
señor Jefe de Gobierno del Distrito Federal; a los señores gobernadores de
distintas Entidades Federativas; a representantes del Senado de la República,
de la Cámara de Diputados, a Senadoras y Senadores, Diputadas y Diputados aquí
presentes.
A
todas las autoridades de diferentes órdenes de Gobierno, del Gobierno de la
República, del Poder Judicial.
A
la Magistrada representante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de
su Presidente.
Saludo
también a los Presidentes de Tribunales de Justicia aquí presentes,
particularmente al del Distrito Federal, que además es Presidente del órgano y
de esta asociación que hay de todos los Tribuales de Justicia del país, de las
distintas Entidades Federativas.
Académicos,
a universitarios.
A
procuradores de justicia de distintas Entidades Federativas. En fin.
A
esta importante audiencia que, sin duda, representa a distintas áreas
gubernamentales que están involucradas y con enorme compromiso de participar en
la instrumentación del Sistema de Justicia, que hoy nos convoca y nos ocupa.
La
sociedad civil, les saludo con respeto, a todas y a todos ustedes.
Decía
yo que la sociedad civil, sin duda, ha sido un motor realmente muy importante
de este cambio y de este modelo.
Quiero
decirte, Alejandro, o decirles a todas y a todos ustedes, que la presencia de
un servidor hoy, aquí, como la que he tenido en el pasado, en mi
responsabilidad como Presidente de la República, como Gobernador del Estado de
México, que justamente coincidió con el momento en que se da este cambio de
modelo de justicia, responde, primero, a la obligación que tiene el Ejecutivo
Federal, para ser parte de la debida instrumentación de este Sistema de Justicia
nuevo para el país.
Pero,
además, entraña también un compromiso personal, un entusiasmo personal que hay,
al igual que entre ustedes tienen, porque realmente este nuevo Sistema de
Justicia sirva para que en el país haya, como lo ha dicho Miguel Carbonell,
justicia pronta y expedita.
Éste
es el anhelo y éste es el deseo que está marcado en nuestra Constitución. Eso
es lo que quiere la sociedad mexicana.
Hoy,
somos una sociedad muy distinta de aquella que había cuando se hizo la
Constitución de 1917 y que desde entonces mandató la creación de un sistema,
hoy diferente, por el que estamos trabajando, para que hubiese justicia pronta
y expedita.
Y
es claro que es un anhelo no debida y suficientemente alcanzado.
Y
hoy, que somos una sociedad con más integrantes, con mayor demografía, con
avances institucionales importantes, sin duda nos ocupa realmente hacer que
este modelo pruebe su éxito y cumpla con el deseo que está trazado en la
Constitución: justicia pronta y expedita para todas y todos los mexicanos.
Por
eso estamos aquí, les quiero decir, porque el Gobierno de la República asume
esta obligación y la asume con gran entusiasmo.
Y
prueba de ello es justamente lo que quiero compartirles en algunas cifras que
se suman a las que aquí ya han dado quienes me han antecedido en el uso de la
palabra.
Tanto
en el informe o datos que nos compartió la representante de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, la Magistrada, quien ha hecho referencia del compromiso
que tiene la Suprema Corte de Justicia; la que aquí habré de compartirles que
hace a la tarea que hace al Gobierno de la República, y avances otros que
seguramente ustedes estarán aquí, hoy compartiendo en este foro a través de
distintos participantes que han sido invitados al mismo.
Yo
nuevamente quiero felicitar a todas las organizaciones de la sociedad civil por
su compromiso, y porque veo cómo se acrecienta la participación entusiasta de
cada vez un mayor número de más organizaciones.
Comentaba
con Alejandro que cuando inició este primer foro, el primer foro que se
organizó hace siete años eran muy pocos. Este espacio hubiese estado sobrado,
realmente, para albergar a los muy pocos que había en aquél entonces, pero, sin
duda, cada día crece en número de actores, de organizaciones y de voces de la
sociedad civil que hacen suyo este propósito.
El
Gobierno de la República además, en esta tarea como en otras, tiene un, o le
inspira, realmente, un espíritu transformador.
Hemos
sido un Gobierno que ha decidido hacer cambios paradigmáticos en distintos
órdenes, entendiendo que no son fáciles.
Que
cuando se resuelve cambiar y transformar para llegar a mejores condiciones,
romper con los tabúes, romper con paradigmas del pasado, romper con costumbres
inerciales de varias generaciones, no resulta fácil.
Pero
hoy en día es imprescindible, si realmente queremos trazar para esta sociedad
un futuro más esperanzador y un futuro de mejores condiciones, simplemente
porque hemos cambiado, porque el mundo está cambiando y lo sigue haciendo, y
porque seguimos siendo parte de una dinámica de cambio constante, como ocurre
en el devenir histórico de cualquier sociedad.
Y
lo que nos habrá de ocupar es, precisamente, ser parte de las transformaciones,
de los cambios que resulten en condiciones de mayor calidad de vida para la
sociedad presente, de mayor bienestar y para las futuras generaciones.
Déjenme
compartir los siguientes datos sobre cómo está hoy el Sistema de Justicia
Penal, que es el tema de esta convocatoria, el día de hoy.
En
el 2016, como aquí ya se ha dicho, el Sistema Procesal Penal Acusatorio deberá
estar operando en las 32 entidades del país y a nivel Federal.
El
Gobierno de la República ha acompañado este esfuerzo, y para ello hemos llevado
a cabo las siguientes acciones.
Asignamos
un presupuesto histórico de casi 10 mil millones de pesos, para la
implementación del sistema en las Entidades Federativas.
Establecimos
un plan de aceleración para acompañar a las Entidades Federativas en su
instrumentación.
Realizamos
un esfuerzo de capacitación para garantizar que todos los operadores cuenten
con los conocimientos necesarios.
Junto
con los Congresos locales, avanzamos en un 90 por ciento en la armonización
estatal con el Código Nacional de Procedimientos Penales, y estamos
desarrollando las herramientas e infraestructura para garantizar una
investigación científica de los delitos, elemento clave para el éxito del
sistema.
A
nivel estatal, el Sistema Procesal Penal Acusatorio opera ya de forma total o
parcial en 30 Entidades Federativas; mientras que el Código Nacional de
Procedimientos Penales funciona en 23 de ellas.
En
el ámbito Federal, tanto el nuevo sistema procesal, como el Código Nacional, se
proyecta que opere, a finales de este año en 14 entidades, y para junio del
próximo año, de 2016, estarán funcionando en toda la geografía nacional.
En
síntesis. El Gobierno de la República ha hecho de la instrumentación de la
Reforma Penal una prioridad nacional.
No
hemos, y ustedes lo saben porque nos han acompañado en este propósito, no hemos
escatimado esfuerzos para respaldar a los gobiernos estatales en esta
importante transición.
Pero
también hay que dejar muy en claro que esto no sólo depende de la voluntad del
Gobierno de la República. Depende también del esfuerzo propio que haga cada una
de las entidades, y cada estado y su sociedad podrá evaluar y ponderar
realmente en dónde ha habido un compromiso serio de todos los Poderes de cada
entidad por asumir la responsabilidad plena frente a este reto que todos
tenemos.
Por
su parte, quiero decirles que las dependencias del Gobierno de la República
están trabajando en el cumplimiento de las indicaciones que les he dado, y que
quiero también referirles. Cinco son, puntualmente.
La
primera: Mantener el respaldo institucional a las entidades para cumplir el
plazo constitucional que está fijado.
Segundo.
Agilizar y ampliar los procesos de capacitación de policías, Ministerios
Públicos, defensores de oficio, peritos y otros servidores públicos federales,
fomentando entre ellos una estrecha colaboración institucional.
Tercero.
Fortalecer el diálogo con el Congreso para concretar las leyes pendientes.
Miguel
Carbonell, en su intervención, hizo referencia a ello. Además, me lo ha
solicitado y con entusiasmo asumo el compromiso, realmente, de ser voz que
insista ante el Congreso de la Unión para que todos estos ordenamientos
pendientes de ser aprobados puedan realmente materializarse en el más breve
tiempo y en el plazo más breve.
Ese
es mi compromiso.
Cuarto.
Mantener las respetuosas y constructivas reuniones de trabajo de alto nivel con
el Poder Judicial de la Federación, a partir de las bases de colaboración que
hemos convenido con este Poder.
Y
quinto: Intensificar las campañas de difusión para que más mexicanos conozcan
el nuevo Sistema de Justicia Penal y los beneficios que trae consigo.
El
propio Miguel Carbonell dio algunos ejemplos muy ilustrativos de cómo, sin
duda, este Sistema de Justicia cambia y acredita en su funcionamiento que sirve
a dictar una justicia más pronta, significa en menos tiempo, de manera más
breve y de forma oportuna.
Los
números hablan por sí mismos, como también será importante fijar indicadores
puntuales para la evaluación del sistema ya una vez operando. Tanto en lo que
va de este tramo de implementación, en donde hay indicadores muy puntuales, que
ustedes mismos aquí han referido, como lo que significará realmente ya la evaluación
que se tenga en cada entidad y a nivel federal de este Sistema nuevo de
Justicia Penal en los indicadores que se fijen, se determinen y permitan
evaluar cómo funciona el sistema.
Quiero
concluir diciendo lo siguiente:
Sin
duda, estamos frente a un cambio, como ya lo señalé, paradigmático. Así nos lo
hemos propuesto en otras tareas y en otros órdenes, pero en materia de
justicia, sin duda, es uno en donde había una tarea pendiente y había una deuda
con la sociedad mexicana.
Llevar
este modelo a su debida instrumentación, no sólo significa haber hecho los
cambios legales necesarios para ello.
Las
leyes por sí mismas no aseguran su debida aplicación. Son las instituciones del
Estado mexicano, en los Poderes y en los órdenes de Gobierno en donde debe materializarse
debidamente.
Y
esto implica un cambio de cultura, como lo expresara el propio Alejandro Martí,
un cambio cultural, no sólo de quienes son autoridad, sino también de quienes
están formando, desde la academia, para ser actores y protagonistas de la
instrumentación de este nuevo modelo de justicia penal que queremos para el
país, para alcanzar este propósito: justicia pronta y expedita para todas y
todos los mexicanos.
Reitero
mi compromiso, y con ello concluyo. Tengan la certeza, todas las asociaciones
aquí presentes, todos los actores que representan distintas instituciones
académicas, de investigación del Estado mexicano, que el Gobierno de la
República es un entusiasta participante y debidamente comprometido para llevar
a muy buen término la conclusión de la instrumentación de este Sistema de
Justicia Penal Acusatorio para todos los mexicanos.
El
Gobierno de la República está puesto y tienen, en el Presidente de la
República, a un aliado permanente.
Muchas
gracias.
Procedo
a la Declaratoria de Inauguración de este 7º Foro Nacional Sobre Seguridad y
Justicia, reiterando mi felicitación a todas y a todos los participantes en el
mismo, a quienes habrán de encontrar en este espacio, un amplio debate sobre lo
que se ha hecho y sobre lo que falta por hacer.
Y
yo también deseo que las instituciones que aquí participen puedan, realmente,
mostrar lo que han trabajado y lo que les falta por hacer. Es tarea de todos.
Porque,
al final de cuentas, no es sólo obligación de unos cuantos, sino de todos,
especialmente de quienes tienen responsabilidad pública y de quienes son la
sociedad, la beneficiaria de este sistema que hemos trabajado y que ustedes han
acompañado para todo el país.
Por
eso, deseo el mayor de los éxitos. Y es para mí un gran honor, como Presidente
de la República, declarar formalmente inaugurado, hoy 20 de mayo del 2015, este
Foro Nacional Sobre Seguridad y Justicia, el séptimo, con la certeza que las
deliberaciones y propuestas contribuirán a consolidar a nuestro país como un
Estado democrático de derecho.
Hago
votos porque así sea.
Felicidades
y éxito.
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