Castro
se suma a la 'revolución Francisco'
La
audiencia ha servido como 'preparación del viaje a Cuba' del pontífice en
septiembre
MÒNICA
BERNABÉ, Especial para EL MUNDO Roma : 11/05/2015 04:25 horas.
El
encuentro fue totalmente privado, se celebró en el despacho papal en el
Vaticano y no se facilitó ningún detalle a la prensa. Tan sólo el presidente
cubano, Raúl Castro, declaró ayer fugazmente a la salida de la visita que había
"agradecido al Papa su contribución al acercamiento entre Cuba y Estados
Unidos". Pero en la rueda de prensa posterior que el líder comunista
ofreció junto al primer ministro italiano, Matteo Renzi, en el palacio Chigi
-la sede del gobierno en Roma-, quedó claro cómo había ido su reunión con el
pontífice.
"Le
he dicho al Papa: yo he oído más misa que tú", soltó Castro en su
comparecencia, mientras Renzi se desternillaba a su lado por la ocurrencia.
"Él es jesuita", continuó relatando el presidente cubano en alusión a
Francisco, "y yo también en cierta manera porque siempre he estado en una
escuela jesuita". Y remató: "Como el Papa siga así, yo vuelvo a rezar
y a la Iglesia. ¡Y no es broma!".
No
se sabe qué explicó Jorge Mario Bergoglio al hermano menor de Fidel pero, de lo
que no hay duda, es que el líder castrista salió anonadado del Vaticano. Tras
el encuentro que duró 55 minutos, hablaba del Papa como si se tratara de un
viejo amigo, y en la rueda de prensa estaba tan exultante que incluso llegó a
alabar al presidente estadounidense, Barack Obama: "Ya dije una vez que es
un hombre honesto, y lo vuelvo a decir aquí", declaró. Tras lo ocurrido
ayer, muchos ya dicen que Francisco no es el Papa de los pobres, sino
directamente el Papa de la diplomacia.
El
vaticanista argentino Andrés Beltramo Álvarez -que acaba de publicar el libro
sobre Bergoglio La reforma en marcha- considera que el secreto del pontífice es
"su capacidad de generar empatía, tratar al otro de igual a igual, y
salirse del protocolo con chistes y bromas". O sea, lo que se diría
meterse a la gente en el bolsillo. "Esto hace que los actores políticos se
den cuenta de que es posible encontrar otras vías, más allá de la diplomacia
convencional", apunta el experto, que también subraya que el hecho de que
Francisco sea latinoamericano ha facilitado su acercamiento al régimen cubano.
Aunque Bergoglio no se ha alineado sólo con los Castro.
Por
ejemplo, Beltramo recuerda que el pontífice también recibió en audiencia
privada en el Vaticano en mayo del año pasado a la viuda e hijos del fallecido
líder opositor cubano Oswaldo Payá, y asimismo se ha ganado el favor de Obama.
El presidente estadounidense y el cubano coincidieron en elogiar la mediación
del Papa entre ambos países cuando el 17 de diciembre anunciaron por sorpresa
el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba
después de más de medio siglo. Las negociaciones secretas se llevaron a cabo en
Canadá y en el propio Vaticano.
El
rol de mediador no es algo nuevo en Bergoglio. En 1984 ya intercedió entre
Chile y Argentina por sus diferencias sobre el canal Beagle. Y cuando era
arzobispo de Buenos Aires promovió una mesa de diálogo durante el denominado
corralito, el colapso financiero de Argentina en 2001.
La
periodista argentina Elisabetta Piqué -que informa desde el Vaticano desde 1999
y es autora de Francisco, vida y revolución- destaca que Bergoglio ha actuado
como un diplomático desde el momento que fue nombrado papa el 13 de marzo de
2013, aunque tal vez más de puntillas. "En septiembre de 2013 envió una
carta a Vladimir Putin, anfitrión del G-20 reunido en San Petersburgo, llamando
a cada uno de los líderes políticos allí presentes a abandonar cualquier
pretensión de una solución militar y evitar una inútil masacre en Siria",
recuerda la corresponsal.
Algo
parecido ocurrió antes de su viaje a Tierra Santa. "Contactó con los presidentes
de Israel y los territorios palestinos a través de un intermediario para que se
hiciera una histórica plegaria conjunta por la paz en Medio Oriente en los
Jardines del Vaticano el 6 de junio pasado", revela también Piqué.
Beltramo
menciona otros ejemplos: "Intercedió con una misiva especial cuando el
cardenal Pietro Parolin era nuncio de Venezuela, y hace un mes remitió otra
carta a Colombia informando sobre su próximo viaje a ese país y la importancia
de no olvidar a las víctimas [del conflicto]", manifiesta el vaticanista.
Según
Piqué, lo que está ocurriendo es que "la diplomacia vaticana está
recuperando su esplendor". De hecho, el papa Juan Pablo II ya jugó un
papel crucial en la caída del muro de Berlín, y cuando visitó la Habana en 1998
ya pidió: "Que el mundo se abra a Cuba, y Cuba se abra el mundo".
La
experta argentina opina que la siguiente meta de Francisco será China.
Bergoglio ya envió una carta sellada al presidente chino Xi Jinping en
septiembre pasado a través de dos emisarios argentinos. Y también llama la
atención que el primer país asiático que visitó el Papa fuese precisamente
Corea del Sur.
Raúl
Castro también declaró ayer en la capital italiana que espera que el próximo 28
de mayo el Congreso norteamericano dé luz verde al gobierno estadounidense para
que saque a Cuba de "la lista de países terroristas". En septiembre
Francisco viajará a la Habana, y después se trasladará a Washington donde se
convertirá en el primer papa que hablará ante las dos cámaras del Congreso
estadounidense. En el Parlamento europeo y el Consejo de Europa, sus discursos
ya pusieron la piel de gallina. No se sabe qué sucederá en la capital
norteamericana.
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