Sesión solemne para recibir la visita de los Reyes de España...
Comisión
Permanente del H Congreso de la Unión, martes
30 de junio de 2015
El
Presidente Senador Miguel Barbosa Huerta: (12:01 horas)
Se abre la sesión solemne para recibir la visita de los Reyes
de España, don Felipe VI de Borbón y Grecia y doña Letizia Ortiz Rocasolano,
conforme al Acuerdo aprobado el 17 de junio pasado y con el quórum registrado
al iniciar la sesión de la Comisión Permanente de este día....
“La
Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión de los Estados Unidos
Mexicanos expresa la más cordial bienvenida a los Reyes de España....
Les
solicito ponernos de pie para la entonación de los Himnos Nacionales de México
y España.
(Se entonan los Himnos Nacionales de México y
España)
Gracias,
favor de tomar asiento.
Señoras
y señores: Carlos Fuentes expresó que “las culturas se fosilizan si están
aisladas, pero nacen o renacen en el contacto con otros hombres y mujeres”.
La
cultura hispanoamericana nació y continúa transformándose por la fusión de
Europa y América, tierra mestiza.
En
el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, mestizo es lo que
proviene de la mezcla de culturas distintas. España mestiza, creada de la
fusión de ibéricos, celtas, griegos, fenicios, cartagineses, romanos, godos,
árabes y judíos.
Hispanoamérica
mestiza, creada del encuentro de españoles, mexicas, otomíes, mayas, chontales,
incas y otros pueblos originarios.
El
mestizaje es nuestro sello, la característica que distingue a Hispanoamérica
del resto de las regiones del planeta.
Hace
523 años, dos mundos se encontraron, lo que cambió para siempre el destino de
los habitantes de ambos lados del Atlántico.
Por
varios siglos buscamos motivos para separarnos, cuando en verdad existen
fuertes razones para construir un futuro compartido.
Somos
complemento, fuerza centrífuga que nos mantiene conectados por la historia: la
cultura, la sociedad, la economía y, lo más importante, las personas.
Nuestro
idioma, el español, nos une, hermana y compromete. El español, como metal
precioso, aumenta su valor con el paso inexorable de los años.
Las
obras de Miguel de Cervantes, de Pedro Calderón de la Barca, de Félix Lope de
Vega, de Tirso de Molina, Francisco de Rojas Zorrilla, de Garcilaso de la Vega,
de Francisco de Quevedo y, por supuesto, de Sor Juana Inés de la Cruz, son el
verdadero tesoro que creamos y valoramos los hispanoamericanos.
Después
de José Echegaray y Eizaguirre, Jacinto Benavente, Juan Ramón Jiménez, Vicente
Aleixandre, Gabriela Mistral, Miguel Ángel Asturias, Camilo José Cela, José
Saramago, Pablo Neruda, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, y muchas
escritoras y escritores de América y de España, que con sus obras han dado
continuidad a la grandeza de nuestro idioma, una lengua vigorosa y en expansión
que hablan más de 500 millones de personas en el mundo.
El
idioma español, lo repito, el idioma español es el mejor producto del mestizaje
para América.
Pero
no sólo es el idioma, también está la música, la arquitectura y tantas otras
cosas que nos identifican; es la historia, es el temperamento, es la sangre,
sangre mestiza.
México
y España están unidos por la solidaridad ante los horrores de la guerra civil,
ante la lucha entre hermanos, ante las ideologías exacerbadas de izquierda y de
derecha.
México
recibió a miles de exiliados. El gobierno del General Lázaro Cárdenas del Río
dio un lugar a niños, mujeres y hombres, que perseguidos encontraron una patria
en estas tierras.
Ellas
y ellos enriquecieron nuestra cultura, nuestra ciencia y se sumaron a los
esfuerzos para desarrollar nuestro país. Que en nuestras naciones nunca más
exista una guerra entre hermanos que nos divida y que nos confronte.
Señor
don Felipe VI de Borbón y Grecia y señora doña Letizia Ortiz Rocasolano, Reyes
de España, la Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión de los
Estados Unidos Mexicanos realiza sesión solemne en su honor.
Su
visita de Estado a nuestro país expresa la voluntad de España por fortalecer
los vínculos con México y, en el caso de esta sesión solemne, sus deseos de
tener contacto directo con los representantes del Poder Legislativo Federal
mexicano.
Las
y los legisladores mexicanos estamos comprometidos con los esfuerzos de las
naciones que buscan nuevas oportunidades de acercamiento entre Estados.
Saludamos
los esfuerzos que el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a través
de la Secretaría de Relaciones Exteriores y de su titular, José Antonio Meade,
han realizado para ampliar los horizontes de la política exterior del Estado
mexicano para mirar hacia todas las partes del mundo y no sólo hacia el norte.
El
objetivo del Congreso mexicano es mantener y revitalizar las relaciones bilaterales
de nuestro país con otros gobiernos y procurar condiciones que faciliten
acuerdos en temas de interés común.
Con
España el horizonte de posibilidades es infinito.
España
es un socio fundamental para nuestro desarrollo, la presencia de empresas
españolas en territorio mexicano resulta fundamental para el sostenimiento de
ambas economías.
Debemos
de crear las condiciones para que nuestro intercambio comercial llegue a sus
verdaderas capacidades en ramos tan importantes como: la generación de energía,
las telecomunicaciones y el turismo, lo mismo ocurre en los ámbitos de
educación, la cultura y las artes.
Hemos
seguido con atención cómo España ha afrontado las crisis financieras que a
partir del 2009 han afectado a las principales economías europeas.
España
ha aplicado medidas duras, pero ha logrado evitar que la crisis económica mate
a la democracia.
Una
de las aportaciones fundamentales de España a la comunidad internacional en la
segunda mitad del siglo XX, y lo que va de éste, consiste en su proceso de
transición política.
El
Pacto de la Moncloa, una acción fundante, que expresa los deseos de
reconciliación de la sociedad y una visión estratégica de la Corona Española,
para impulsar el cambio político.
El
Rey Juan Carlos fue pieza fundamental de los cambios que experimentó España en
los últimos 50 años, que la han llevado a convertirse en una de las democracias
más sólidas de Europa y del mundo. Felicidades por ello.
México
es una República representativa, democrática, laica, federal, pluricultural y
pluriétnica, que por dos siglos ha luchado por su independencia y soberanía,
por buscar un lugar de respeto en la comunidad internacional.
México
vive un momento de cambio, cambios importantes en materia de energéticos,
telecomunicaciones, competencia económica, educación, seguridad y democracia.
En
menos de tres años, el Estado mexicano ha reformado aspectos sustantivos de su
estructura básica; reformas que han transitado a través de un intenso debate y
que ahora son productos legislativos, ante los cuales el Congreso debe
establecer un seguimiento puntual de acuerdo a la división y equilibrio de
poderes.
México
y España necesitan mayor cercanía para afrontar problemas que han adquirido una
dimensión global, me refiero al tráfico de drogas, el contrabando, la trata de
personas y la corrupción, que es uno de los peores flagelos que lastiman a
nuestras sociedades.
Mayor
cercanía para construir un ejercicio de gobierno transparente y que logre poner
un alto definitivo a la corrupción.
Cercanía
para contribuir a que en ambos lados del Atlántico se logre un futuro mejor
para las nuevas generaciones del Hispano Americanos.
Cercanía
para hacer la buena política, una política que se basa en el dialogo y en el
respeto mutuo, en la colaboración y en el trabajo cotidiano.
Tal
vez deberían recordarse aquellos consejos del Quijote a Sancho Panza, donde le
recomendaba la humildad, la virtud, la templanza y la honradez para quienes
ejercen una responsabilidad de gobierno.
Hago
votos para que ese hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín
flaco y galgo corredor, para que ese hombre de complexión recia, seco de carnes
y enjuto de rostro, siga cabalgando por la mancha, por España, por los valles,
montañas, páramos, desiertos y playas de toda Hispanoamérica Unida.
Señor
don Felipe VI, señora doña Leticia, Reyes de España, sean ustedes bienvenidos
al Congreso mexicano.
Muchas
gracias.
#
Conforme al
inciso c) del resolutivo cuarto del Acuerdo que norma está sesión solemne,
tiene la palabra don Felipe de Borbón y Grecia, Rey de España.
Adelante
don Felipe.
Felipe de
Borbón y Grecia, Rey de España:
Señor Presidente del Senado; señor Secretario
de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos Mexicanos; señor Presidente de
la Junta de Coordinación Política del Senado; señor Presidente de la Cámara de
Diputados; señores Embajadores, autoridades y miembros de las Cámaras
Legislativas; señoras y señores:
Es
para mí un verdadero honor y un privilegio intervenir en esta sesión solemne,
en la sede del Senado, ante la Comisión Permanente de Diputados y Senadores, en
este Congreso de la Unión.
Y
es un privilegio hacerlo en el contexto de esta visita oficial a la querida
nación mexicana. Les agradezco esta deferencia.
México
es una de las grandes democracias del mundo, un país dotado de un sistema
político abierto y vibrante, y de unas instituciones sólidas, donde el Poder
Legislativo, representado aquí por sus señorías, desempeña el papel esencial
que le corresponde como órgano de representación de la voluntad popular en una
democracia madura y consolidada.
Para
un español, México forma parte de su historia nacional y, por tanto, de su
propia identidad.
Insignias
mexicanos a lo largo de los siglos han participado en la historia de España, y
generaciones de españoles han contribuido a la construcción y al
engrandecimiento de éste México hospitalario y magnánimo.
Durante
siglos, miles de españoles han encontrado, en estas tierras y en este país, su
hogar. Nuestra gratitud es, por ello, inmensa.
En
esta casa del pueblo mexicano, quiero referirme a la primera gran experiencia
constitucional, que mexicanos y españoles compartimos: la de Cádiz de 1810, que
condujo a la aprobación de la Constitución de 1812, obra extraordinaria, gran
expresión jurídica del liberalismo clásico, puente normativo entre Europa e
Hispanoamérica.
Aquella
Constitución fue fruto del trabajo conjunto en arduas circunstancias, de
legisladores de ambos hemisferios, que reunidos por vez primera pensaron juntos
los grandes desafíos de un espacio presente entonces en todos los continentes.
Compartíamos,
como ahora, el idioma español y la cultura iberoamericana, que aquella
Constitución contribuyó a apuntalar y a proyectar hacia el mundo.
La
presencia Novohispana en las Cortes gaditanas, fue muy destacada por su
contribución a la elaboración de la norma suprema de Cádiz, y contó con la
participación de numerosos legisladores de alta conciencia política. Algunos de
ellos, una década después en 1821, firmarían el Acta de Independencia del
Imperio Mexicano.
También
algunos participaron más tarde en el nacimiento de la tradición constitucional
mexicana.
Desde
entonces, México se ha distinguido por formar parte de la vanguardia
democrática, y así fue por ser uno de los Estados pioneros en la lucha contra
la arbitrariedad del poder y la autocracia; en la defensa de los mecanismos
parlamentarios y de los equilibrios y contrapesos entre poderes e
instituciones; por la defensa de los derechos políticos y sociales del
individuo y por una decidida apuesta por la protección y la promoción de los
derechos del hombre.
En
los últimos 40 años, las relaciones parlamentarias entre nuestros dos países
han experimentado una profunda evolución, ganando en dinamismo y en un
conocimiento más cercano y ajustado de nuevas perspectivas y realidades.
Desde
encuentros, intercambios parlamentarios bilaterales, hasta el Foro
Parlamentario Iberoamericano, celebrado en la Cumbre de Veracruz, nuestras
relaciones en este terreno han sido ciertamente intensas y fructíferas.
Señores
y señores:
España
está unida a México por indiscutibles lazos históricos y culturales, pero sobre
todo, como ha dicho, Presidente, por íntimos vínculos humanos, fruto de la
tradicional presencia española en este gran país desde hace casi medio milenio.
Particularmente
las de las migraciones del exilio político y cultural de los años 30 y 40 del
pasado siglo; y la fuerte inversión y presencia empresarial española de los
últimos 25 años.
Efectivamente,
hoy en día más de 130 mil españoles residen en los Estados Unidos Mexicanos, la
gran mayoría con doble nacionalidad.
Más de 5,300
empresas españolas de todos los sectores están radicadas en México y
contribuyen a generar
empleo, riqueza y bienestar.
España es,
asimismo, el segundo inversor mundial en México, y este hecho
corrobora la confianza que España, sus empresas, sus gentes, depositan en las
posibilidades presentes y futuras de un país tan dinámico y una sociedad tan
vibrante como la mexicana.
Por
otro lado, México se ha convertido, en los últimos años, en el sexto inversor
internacional en España, primero latinoamericano, lo que pone de manifiesto la
potencia y alcance global de sus grandes empresas.
Expresión
de esa confianza que inspira a México, es el interés generado por las reformas
que ha puesto en marcha y que transmiten una clara determinación de su sociedad
e instituciones por avanzar y mejorar, una determinación plasmada en lo que en
su día fue el pacto alcanzado con gran visión, sentido de Estado y
responsabilidad histórica por parte de las principales fuerzas políticas, hoy
aquí representadas.
Desde
España se sigue con mucho interés este impulso, y por ello deseo ofrecer hoy
aquí nuestro apoyo y la mejor disposición a México en esta nueva etapa.
Estas
reformas abren, sin duda, nuevas vías para fortalecer y ampliar los flujos de
inversión y la colaboración en los más diversos ámbitos entre nuestros dos
países.
Las
relaciones entre España y México abarcan todos los campos. Por ejemplo, hoy
llevamos a cabo una notable cooperación conjunta para el desarrollo en terceros
países, principalmente Centroamérica y El Caribe.
Colaboramos
estrechamente en ámbitos como la defensa y la seguridad, y nuestras relaciones
culturales y educativas son profundas, ricas y diversas.
Nuestros
países son, en suma, como dije ayer, verdaderos socios estratégicos.
El
carácter de esta relación bilateral se traduce de igual manera en nuestra
actuación conjunta en el escenario internacional.
México
se proyecta como un gran actor de responsabilidad global y comparte con España,
además de valores e indudables intereses, una verdadera complicidad en los
grandes asuntos de la agenda internacional, que tan bien conoce este Senado.
Además,
ambos países somos miembros de la OCDE e importantes contribuyentes al
presupuesto de las Naciones Unidas.
El
apoyo activo de México que agradecemos especialmente a la candidatura de España
al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para el Bienio 2015-2016, puso de
manifiesto ese alto grado de entendimiento, y en ese terreno juntos
desempeñaremos una tarea importante en el proceso de reforma de las Naciones
Unidas, donde ambos abogamos por una mejora en los métodos de trabajo con el
objetivo de hacer de las Naciones Unidas, especialmente de su Consejo de
Seguridad, un órgano más democrático, más representativo y más eficiente.
Los
dos países defendemos una cultura del desarme, la paz y seguridad
internacionales; colaboramos de manera efectiva en conjunto en la lucha contra
el terrorismo y en el combate contra la delincuencia organizada; y hemos
demostrado, a través de nuestras respectivas y frecuentes participaciones en el
Consejo de Derechos Humanos, nuestro inquebrantable compromiso con los derechos
humanos, con las minorías y con los grupos más vulnerables.
Cambio
climático, Agenda de Desarrollo Post 2015 y Sesión Extraordinaria de la
Asamblea General en Materia de Drogas, son tres citas esenciales y próximas en
el calendario internacional que esperan nuestra contribución a un impulso
conjunto.
En
este contexto, quiero señalar con orgullo que México y España han inaugurado
recientemente una importantísima contribución en el ámbito de las operaciones
de mantenimiento de paz de Naciones Unidas, que ha hecho que personal mexicano
participe en ejercicios preparatorios del contingente español estacionado en
Líbano, en el marco de la operación de Naciones Unidas llamada UNIFIL.
Somos,
además, aliados en dos espacios regionales distintos; por un lado, España
defiende con decisión una relación entre México y la Unión Europea más cercana,
más moderna y más beneficiosa y productiva.
En
esa línea impulsamos de manera incondicional el actual proceso de renovación
del acuerdo global, y nos felicitamos porque la reciente Cumbre Unión
Europea-México haya logrado un resultado positivo y esperanzador.
Asimismo,
México, como actor político esencial en América Latina y El Caribe, ha sido uno
de los principales impulsores y artífices de la exitosa celebración de la
Segunda Cumbre Unión Europea-CELAC, manteniendo de este modo la plena vigencia
de este proceso esencial de acercamiento y coordinación entre las dos regiones
a las que respectivamente pertenecemos.
Y
la Comunidad Iberoamericana es el otro gran espacio en el que se despliega un
importante ejemplo de nuestro pensar y actuar conjunto.
Somos
grandes impulsores de la cohesión iberoamericana y de su concreción política en
las cumbres que periódicamente nos reúnen a los Jefes de Estado y de Gobierno,
y cuya última edición se celebró en Veracruz, el pasado mes de diciembre.
Quiero,
por ello, desde esta tribuna reconocer el compromiso de México con el
fortalecimiento y la proyección de la Conferencia Iberoamericana, y reiterar,
asimismo, el compromiso de España con un sistema iberoamericano renovado y
eficaz.
También
mi país, como observador de la Alianza del Pacífico, desea participar
activamente en este foro y aportar un conjunto de propuestas que contribuyan a
su éxito, éstas incluyen: la movilidad de talentos, la cooperación científica,
becas para la formación o ampliación de estudios, cooperación con el “Instituto
Cervantes”, turismo, gestión de catástrofes naturales y lucha contra la
delincuencia organizada.
Señor
Presidente; señores parlamentarios:
Como
podemos comprobar, el espacio de encuentro y actuación entre México y España no
tiene límites, como tampoco los tiene la justa aspiración de nuestras
sociedades a vivir en un entorno plural, transparente, democrático y más
próspero.
Tienen
sus señorías el privilegio de desempeñar un papel esencial en el camino hacia
la culminación de estas legítimas aspiraciones del pueblo mexicano, pero
también tienen México y España el deber y el honor de hacer juntos ese camino,
y de afrontar con la fuerza de nuestra hermandad los desafíos del nuevo siglo,
del nuevo milenio, que ya se ha abierto ante nosotros.
Les
vuelvo a agradecer esta oportunidad de dirigirles la palabra a la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión.
Ha
sido un placer.
Muchas
gracias.
(Aplausos)
El
Presidente Senador Miguel Barbosa Huerta: Gracias por su mensaje, señor don
Felipe VI de Borbón y Grecia, Rey de España.
Agradecemos
su visita y la de la señora doña Letizia Ortiz Rocasolano, Reina de España, a
esta Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
También
doy nuestro agradecimiento al doctor José Antonio Meade Kuribreña, Secretario
de Relaciones Exteriores, y al Diputado Julio César Moreno, Presidente de la
Cámara de Diputados, por su asistencia a esta sesión solemne.
Igualmente
agradezco a todos los distinguidos invitados, invitadas, que nos han acompañado
en esta sesión solemne.
Voy
a solicitar a las comisiones designadas se sirvan acompañar a nuestros
invitados hasta las puertas de este recinto.
Antes
de retirarse, le pido a don Felipe VI de Borbón y a doña Leticia Ortiz
Rocasolano, Reyes de España, suban a firmar el libro de visitantes
distinguidos, y posteriormente nos acompañen en la toma de la foto oficial de
la sesión solemne.
Les
pido a los coordinadores parlamentarios que deseen acompañarnos a la toma de la
fotografía oficial.
Les
solicito a los señores legisladores que integran la Comisión Permanente
trasladarnos al salón de sesiones para continuar nuestra sesión ordinaria.
Se
levanta la sesión solemne.
Muchas
gracias.
(Se levantó la sesión solemne a las 13:13
horas)
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