La PGR negó
durante meses la presencia del Ejército mexicano en las calles de Iguala
PARIS
ALEJANDRO SALAZAR | ESPECIALES LSR | 2015-10-19 21:22:00
CIUDAD
DE MÉXICO (La Silla Rota).- La Procuraduría General de la República (PGR) negó
durante meses la presencia del Ejército Mexicano en las calles de Iguala,
Guerrero, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, pero
documentos oficiales revelan que el Batallón 27 de Infantería presenció los
ataques a los normalistas de Ayotzinapa y la desaparición forzada de 43 de
ellos.
Agentes
de inteligencia, un convoy de militares y una “Fuerza de Reacción” salieron a
las calles de Iguala, además, durante horas personal del Ejército tuvo el mando
total del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4).
Desde
el principio de la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de
Ayotzinapa, el ex procurador Jesús Murillo Karam negó la presencia del Ejército
en las calles de Iguala, Guerrero, y la nueva titular, Arely Gómez, no se ha
pronunciado al respecto de la actuación u omisión del Ejército mexicano.
La
primera solicitud de información sobre la actuación del Ejército la noche de
los ataques a los normalistas la hizo la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, un mes antes que la PGR.
Incluso
el ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, responsabilizó al Ejército
mexicano de no responder al auxilio solicitado durante los ataques en Iguala a
los normalistas de Ayotzinapa.
Documentos
del Batallón 27 de Infantería a los cuales tuvo acceso LA SILLA ROTA y las
declaraciones de testigos contenidas en la versión pública del expediente de
Caso Iguala de la PGR muestran que el ejército estuvo en cinco puntos de la
ciudad a distintas horas, y en uno de ellos, presenció cómo policías
municipales de Iguala y Cocula levantaron al menos 14 normalistas que hoy están
en calidad de desaparecidos.
Comandancia
(Barandillas)
Jesús
Murillo Karam defendió ante cualquier cuestionamiento que no existían elementos
en la investigación para presumir la participación o la omisión de elementos
del Batallón 27 de Infantería en la desaparición de los 43 normalistas. Aseguró
que esa noche los soldados no salieron del cuartel.
“El
Ejército, como todos los ejércitos del mundo se mueve sólo con órdenes, y que
bueno, nada más le quiero hacer una pregunta –le dijo a una reportera-: ¿qué
hubiera pasado si el Ejército hubiera salido en ese momento?, ¿a quién hubiera
apoyado? Obviamente a la autoridad constituida, hubiera sido un problema mucho
mayor, que bueno que no salieron, y la Policía Federal tenía un pequeño
destacamento que estaba fundamentalmente donde está la caseta (de la
autopista)”, afirmó el 7 de noviembre de 2014.
Sin
embargo, existen testimonios que señalan que el Ejército impuso marcaje
personal a los normalistas de Ayotzinapa, lo hizo a través del C-4 y con un
agente de inteligencia militar vestido de civil y en una motoneta.
“Estando
allí en esos dos lugares, llega efectivamente la información de que se
encuentran presentes Policía Federal, están y tienen conocimiento el ejército,
el Batallón 27 con hombres de inteligencia desplazados en esos sitios, y además
se conocía por el C-4, que es un comando de comunicaciones donde están todas
las fuerzas públicas, que ellos (los normalistas) se desplazaban de
Chilpancingo hacia Iguala, está información le llega a todas las autoridades a
las 5:59 de la tarde”, relató Ángela Buitrago, especialista del GIEI.
La
comunicación entre el C-4 y los militares en las calles fue permanente.
A
las 19:30 horas del día 26 recibí una llamada proveniente del C-4
específicamente del sargento Cano; me informó que dos autobuses con estudiantes
específicamente normalistas de Ayotzinapa provenientes de Chilpancingo,
Guerrero, habían arribado a esta ciudad, uno de los dos autobuses se encontraba
en el cruce de carreteras conocido como Rancho del Cura que se encuentra a 15
minutos de este municipio, el segundo autobús estaba en la caseta de cobros
número tres del tramo carretero Puente de Ixtla. De inmediato, como todas las
llamadas, informo a mi superior, el coronel JRP (José Rodríguez Pérez) y al
cuartel general de la 35 zona militar a la cual le mencioné los hechos
reportados por el sargento Cano (FGC) quien se encontraba en el C-4”, relató el
militar EM ante la PGR en diciembre de 2014.
Después
de tomar cinco autobuses y salir de la Central Camionera de Iguala, los
normalistas fueron atacados a balazos por policías de Iguala.
Testigos
de la calle Juan N. Álvarez esquina con Periférico Norte, señalan que los
normalistas del autobús Estrella de Oro 1568 fueron detenidos y subidos a
patrullas municipales, luego este grupo de jóvenes sería visto en la
barandilla.
La
detención de los normalistas fue reconocida por el jefe de la policía de
Iguala, Felipe Flores Velásquez, quien se encuentra prófugo, y declaró ante la
Procuraduría General de Justicia de Guerrero que “en el transcurso de esas
horas de la madrugada tuve conocimiento que habían sido detenidos un grupo de
jóvenes, por lo que siendo las dos de la mañana le pregunté al C. José Ulises
Bernabé García, quien es el oficial de barandillas, respecto de la veracidad de
esa información, contestándome que, efectivamente, le habían llevado a unos
jóvenes, pero que esos se habían ido, que de hecho no habían entrado a
barandillas, sin darme más datos”.
José
Ulises Bernabé García, quien es el oficial de barandillas, declaró que 23:30
horas del 26 de septiembre de 2 014, llegó personal del B27, al mando del
capitán Crespo, preguntando por “una moto blanca” y le pidió revisar la
comandancia de policía.
“…
hasta las 23:30 que un tal Maximiliano le avisa que hay personal del 27
batallón en la comandancia. Quien se entrevista con él es el capitán Crespo le
pregunta por una moto blanca, le dice que no la ha visto, mientras le pide
revisar la Comandancia. Señala que la revisan los militares, ven los seis
detenidos, y que a las 23h 45 se fueron”, señala el informe del Grupo Interdisciplinario
de Expertos Independientes (GIEI).
En
ninguno de los partes militares y los oficios que envió el Batallón 27 de
Infantería a la CNDH como parte de la investigación CNDH/1/2014/6432/Q se
menciona esta visita de los soldados a la comandancia.
El
oficial de barandillas, José Ulises Bernabé García, posteriormente declaró que
“recibí amenazas, posteriormente, mi casa fue allanada por personas vestidas de
civil que se presentaron como policías y tuvo más visitas de la policía y
presencia de patrullas militares en la calle. Me entero por parte de mi familia
que los militares iban mucho, constantemente se estacionaban frente a la casa,
tomaban fotos de la casa y le preguntaban a vecinos por mí, que si sabían dónde
estaba yo, que si sabían qué hacía yo, dónde estaba. Cuando yo declaro en el
Ministerio Público Federal, en noviembre, se hizo más constante la presencia de
los militares en mi domicilio”.
En
los hospitales
Después
del primer ataque a los normalistas los soldados salieron a las 23:00 horas del
cuartel para buscar información sobre personas heridas con arma de fuego al
Hospital General “Dr. José Soberón Acevedo”.
“Con
14 de tropa, dos camionetas tipo Cheyenne, una estación de radio y un botiquín
de primeros auxilios al Hospital General de esta ciudad con el fin de verificar
la información relacionada con personas heridas con armas de fuego,
incorporándonos a las 23:20 aproximadamente, informando el resultado de su
indagatoria al ciudadano teniente de infantería **** (borrado) segundo comandante
del batallón”.
El
médico de guardia le informó que había tres personas heridas con las
características que buscaban.
Omar
García, normalista de Ayotzinapa, aseguró en una entrevista que el Ejército
estaba en la calles de Iguala e incluso los amedrentaron en el Hospital
Cristina.
Narró
a la cadena Telemundo el 9 de octubre de 2014: “de la carretera proveniente de
Teloloapan y de todos ese lugar hacía Iguala, estaba una parte oscura, cuando
escuchamos el ‘tableteo’ de los disparos, aproveche un momento, un rato en el
que supuse que estaban cambiando de parque o los cargadores de sus armas y es
cuando brinqué hacía la calle (Juan) N. Álvarez que va al centro donde estaban
mis demás compañeros. Cuando llegamos a dos tres cuadras el Ejército ya estaba
patrullando el lugar y nos decían: cállense, cállense, ustedes se lo buscaron,
querían ponerse con hombrecitos pues ahora éntrenle y aguántense”.
Un
grupo de normalistas llegó al Hospital María Cristina para que atendieran a su
compañero Aldo, quien había recibido un balazo en el rostro. Hasta ese lugar
también llegaron los militares, donde interrogaron a los estudiantes y les
tomaron fotografías.
“Ya
ellos (los militares) llamaron a una ambulancia entre comillas, tomaron
fotografías de todos, nos tomaron fotos a todos, incluso al compañero que
estaba herido, dijeron ‘le vamos a tomar fotografías para que la ambulancia ya
más o menos vaya tanteándole a qué viene, la gravedad del asunto’, la
ambulancia nunca llegó, entonces de ahí los compañeros se dispersaron y me dejaron
a mí y a otro maestro a cargo del compañero a riesgo de que nos mataran por las
calles”, contó el joven normalista.
En
un parte militar confirma que estuvieron presentes en el Hospital María
Cristina, información a la cual tuvo acceso la PGR en noviembre de 2014,
incluso vieron los cuerpos sin vida de dos estudiantes:
“VII.
01:07 HRS 27 SEP 2014 Al transitar a inmediaciones de la tienda comercial
Soriana el soldado perteneciente al pelotón de información de esta unidad
recibe una llamada telefónica el teniente ****(borrado) comandante del pelotón
de información para indicar que en la clínica María Cristina ubicada en la
calle Juan N. Álvarez de la ciudad de Iguala Guerrero se encontraban personas
portando armamento emitiendo la orden para que se verifican la información
antes mencionada por el suscrito con personal animando procedimos a
desplazarnos sobre anillo Periférico ‘Benito Juárez’ y entroncar con la calle
Juan N. Álvarez me percaté que en la esquina de la calle antes mencionada
habían dos cuerpos sin vida sobre la cinta asfáltica continuando mi recorrido
hacia la clínica María Cristina en virtud de haber recibido la orden de
corroborar la información en el interior de la citada clínica había gente
armada”.
Las
enfermeras que estaban de guardia salieron del Hospital María Cristina, y los
estudiantes se quedaron a esperar la llegada de algún médico.
“VIII.
01:15 HRS 27 SEP 2014 a. Al arribar a la clínica María Cristina se encontraban
las luces del edificio apagadas el subteniente **** (borrado) tocó la puerta
principal en forma enérgica por lo que le ordené que tocará más despacio y en
ese momento se aproximó interior una persona del sexo masculino para observar
nos percatarse de la presencia de personal militar levantando las manos le
indicamos que éramos personal del ejército mexicano.
“b.
La persona que vestía de civil procedió a abrir la puerta se le Indicó que
prendieron las luces de la recepción invitándolos a que se sentara en la sala
que se encuentra en la entrada de la clínica haciendo mención que eran
estudiantes de la normal de Ayotzinapa, Guerrero, y que había más de sus
compañeros en la parte superior del edificio”, señala el parte militar.
El
médico del Hospital María Cristina recibió la llamada de las enfermeras y se
trasladó al nosocomio para saber lo que sucedía, en su declaración señala que
ya había militares en las calles.
“Me
percato que siguen en el asfalto los dos muertos y se me hizo extraño ya que
había transcurrido más de hora y media. Igualmente sigo por la lateral que
antes me había ido, antes de llegar observo torretas pero estás eran de
vehículos militares eran dos camionetas y un aproximado de 10 oficiales del
ejército, al bajarme de mi vehículo observó que ya están en diversos puntos de
la calle y que había personal militar entrando **** (borrado) al caminar hacia
el acceso como medio metro se me acerca un militar que me no podía pasar, ya
que había un operativo le contesté que pero me impidió el paso”, relató.
Los
soldados también estaban en el interior del inmueble de salud, así lo contó el
médico, declaración que coinciden con el testimonio del normalista Omar García.
“(Observé)
perfectamente un aproximado de 20 o 30 jóvenes, algunos se encontraban sentados
en la sala y en la sillas que están en la sala de espera del pasillo. Camino
unos pasos hacia la puerta de acceso, acercándose un oficial que se identifica
como él que venía al mando del personal militar, me dijo que se encontraba
debido a un reporte sin decirme más. Me pregunto qué hacía ahí, le contesté que
yo trabajaba (como médico)… observo que el demás personal militar baja a otros
jóvenes que se encontraban en la planta alta, al parecer eran tres jóvenes, los
militares les dijeron que se sentaran”.
Tanto
el normalista Omar García como el médico aseguraron que los soldados ya estaban
en la esquina Periférico Norte y Juan N. Álvarez, pero el parte militar señala
que acordonaron la zona después de acudir al Hospital María Cristina.
“IX.
01:35 HRS 27 SEP 2014 Arribo al anillo Periférico ‘Benito Juárez’ esquina con
Juan N. Álvarez donde se localizaron dos cuerpos sin vida del sexo masculino
con impactos proyectil de arma de fuego, así como tres autobuses el servicio
público con múltiples impactos de proyectil informando a la comandancia del
Batallón los hechos ocurridos, recibiendo órdenes de que me trasladara
nuevamente a la clínica María Cristina (…) dividiendo la fuerza, dejando en la
esquina Periférico ‘Benito Juárez’ y Juan N. Álvarez al subteniente ****
(borrado) … me traslade a la clínica María Cristina aproximadamente a las 01:40
horas, pasaron de tránsito por anillo Periférico ‘Benito Juárez’ dos
ambulancias de la Cruz Roja observando el **** (borrado) que las ambulancias en
mención arribaron a la clínica María Cristina, procediendo a retirarse del
lugar ya que no se encontraba la persona a la cual iban a prestar los primeros
auxilios”.
Periférico
y Juan N. Álvarez
A
las 00:30 horas del 27 de septiembre de 2014 se registró el segundo ataque
contra los estudiantes mientras daban una conferencia de prensa en la calle
Juan N. Álvarez y Periférico Norte. Los disparos acabaron con la vida de los
normalistas, Daniel Solís y Julio César Ramírez. En su paso rumbo al Hospital
María Cristi.
De
acuerdo con el parte militar, en el traslado de los soldados al Hospital María
Cristina pudieron observar los cuerpos de los estudiantes pero no informaron,
aunque testimonios indican que ellos acordonaron antes de lo que informaron en
sus partes de novedades.
“02:00
HRS 27 DE SEP 2014 Arribo nuevamente a la calle Periférico esquina con Juan N
Álvarez, donde se establece la seguridad con la totalidad del personal a mí
mando para preservar y evitar contaminar el lugar de los hechos. Anexo fotos”.
Las
fotografías no forman parte del expediente de Caso Iguala de la PGR. Horas
después regresaron al cuartel.
“06:00
HRS 27 SEP 2014 El suscrito con personal a mí mando arribamos a las
instalaciones del 27 Batallón de Infantería sin novedad”.
Agentes
de inteligencia militar vestidos de civil seguían a los normalistas, quienes
recibieron información desde el C-4 y ellos transmitían al Batallón 27 y a la
35 Zona Militar lo que veían en las calles de Iguala.
Hay
dos periodos en los que no aparecen comunicaciones en el C-4 durante ciertas
horas. Dichos periodos coinciden con el tiempo posterior al primer ataque a los
normalistas en la calle Juan N. Álvarez y el segundo ataque cuando los
estudiantes daban una conferencia de prensa.
Una
situación rara, pero hoy se sabe que hubo un manejo controlado de la
información en el C-4 por parte del ejército.
Un
documento oficial de Protección Civil de la coordinación de Chilpancingo
evidenció que no tuvieron acceso a información del C-4 en ciertos momentos de
esa noche porque la comunicación está intervenida por Sedena (Secretaría de la
Defensa Nacional).
El
coordinador de Protección Civil del Estado de la Zona Norte, dirigió un reporte
al subsecretario de Protección Civil del municipio de Iguala, en el que informó
que esa noche Sedena manejó información de forma restringida en el C-4.
El
reporte del 27 de septiembre de 2014 dice: Así mismo el despachador del C-4
sigue indagando sobre más información, pero existe información que se le
restringe ya que dicha información es manejada por personal de la Sedena.
Horas
después fue encontrado el cuerpo de Julio César Mondragón “El Chilango” en la
zona industrial de Iguala, conocida como el Camino del Andariego, fue
localizado por otro grupo de soldados del Batallón 27 entren las 6:00 y 7:00
horas del 27 de septiembre.
Cruce
de Santa Teresa
Aproximadamente
a las 23:30 horas del 26 de septiembre se registró el ataque al autobús del
equipo de futbol “Los Avispones” de Chilpancingo, en la carretera a
Chilpancingo, en el cruce de Santa Teresa, a unos 15 kilómetros del centro de
Iguala. Resultan muertos un joven futbolista y una pasajera de un taxi que
pasaba por el lugar, horas después murió el chófer del autobús que transportaba
a los deportista.
El
informe de balística señala que los disparos se dirigían al interior del
autobús donde se encontraban los pasajeros.
Minutos
después del ataque se organizó una “Fuerza de Reacción” con soldados que se
encontraban en su día de descanso, de acuerdo al parte militar:
“En
relación a estos hechos, el personal militar intervino hasta que en las
instalaciones del C-4 Iguala, siendo aproximadamente las 23:40 horas del 26 de
septiembre de 2014, se recibió el reporte de que hombres armados se encontraban
realizando disparos a personal civil que transitaba a bordo de sus vehículos
sobre la carretera federal Iguala-Chilpancingo a la altura del poblado de Santa
Teresa, municipio de Iguala, Guerrero, por lo que esta unidad realizó las
siguientes acciones:
“23:50
HRS 26 SEP 2014 Siendo las 23:50 horas salió el ciudadano teniente de
infantería **** (Borrado) con 14 de tropa, dos camionetas tipo Cheyenne, una
estación de radio y un botiquín de primeros auxilios para verificar la
información de que en el crucero de Santa Teresa se encontraban personas con
armas de fuego”.
Hasta
después de las 3 de la mañana el ejército llegó a resguardar este sitio donde
murieron dos personas.
Palacio
de Justicia
El
agente de inteligencia EM fue testigo de lo que sucedió frente al Palacio de
Justicia entre las 22:00 y 23:00 horas: las agresiones y la detención de los
normalistas, hechos de los que informó a sus superiores. Señaló en su
declaración ante la PGR que de ese lugar volvió nuevamente al Batallón 27.
En
su declaración, el agente de inteligencia militar EM, dijo que a las 22:00
horas se desplazó hacia la zona frente al Palacio de Justicia, donde se
encontraba el autobús interceptado por la policía de Iguala, después de recibir
el aviso del sargento C del C-4, minutos después de que el autobús fuera
detenido.
Ante
la PGR señaló que el autobús Estrella de Oro 1531 fue e interceptado por dos
patrullas de la policía de Iguala, quienes trataban de bajar del autobús a los
normalistas, quienes se resistían. El agente de inteligencia militar estuvo en
el lugar de 45 minutos a una hora, lo que confirma que la acción de bajarlos y
detenerlos se dio durante un tiempo largo en el que permaneció ahí. Lo cual
documentó con fotografías, las que tampoco son parte de la investigación.
El
miembro del Ejército también informó que aproximadamente media hora después de
comunicar de los hechos a sus superiores, llegaron otras tres patrullas de
Iguala. El militar observó cómo los policías arrojaron dos granadas de gas
lacrimógeno al interior del autobús para bajar a los jóvenes.
El
agente EM le informó que se trataba de policías encapuchados, por su parte su
mando le indicó: “quédate por ahí otro rato, no te arriesgues ni te acerques
mucho”, por lo que fue testigo de todo lo sucedido.
Declaró
que los jóvenes estaban gritando: “Pinches policías, Ayotzi Vive”. Mientras que
la policía gritaba: “bájense, hijos de la chingada, si no les va a ir peor”.
Fue testigo de cómo unos 10 jóvenes eran bajados del autobús, esposados y
tirados agresivamente al piso.
Dijo
que tomó 4-5 fotografías de ese momento con su celular, y que entregó un
reporte de los hechos y las fotografías al teniente TG y posteriormente informó
al capitán C, aunque éste en su declaración no hace ninguna referencia a los
hechos. Las fotografías no se encuentran en el expediente de la PGR.
La
nota desclasificada del “parte de novedades” de esa noche, suscrita por el
comandante del Batallón 27 y dirigida al comandante de la Zona Militar 35,
refiere que una patrulla al mando de un teniente de infantería salió a las
23:50 horas y volvió a las 3:10 horas sin reportar ninguna novedad.
Sin
embargo, en esas horas se dieron todavía ataques a los normalistas y el impacto
de los hechos era evidente en las calles. No está claro si se trata de la misma
patrulla antes referida o se trata de otra patrulla distinta, debido a que las
horas no coinciden.
Un
coronel de infantería del Batallón 27 ordenó organizar con el personal de turno
de descanso “una fuerza de reacción” para salir en caso de que el teniente de
infantería requiriera apoyo. Y salió el convoy de militares en los primeros
minutos del 27 de septiembre de 2014, con rumbo al Palacio de Justicia.
“23:50h.
El C.TT.INF. **** (borrado) con ** (borrado) perts. Esta unidad, con la
finalidad de efectuar patrullamientos a inmediaciones de esta ciudad,
reincorporándose 03.10h, sin novedad”.
El
convoy de militares vio el autobús Estrella de Oro 1531, del cual fueron
desaparecidos al menos 14 estudiantes: Adán Abrajan de la Cruz, Alexander Mora
Venancio, Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre,
Israel Jacinto Lugardo, Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa, Jorge Aníbal Cruz
Mendoza, Jorge Antonio Tizapa Legideño, José Ángel Navarrete González, José
Eduardo Bartolo Tlantempa, Julio César López Patolzín, Luis Ángel Francisco
Arzola, Magdaleno Rubén Lauro Villegas y Martín Getsemany Sánchez García.
“V.
00:40 HRS 27 DE SEP 2014 Al presenciar los hechos que se desarrollaron por
parte de los estudiantes de Ayotzinapa el general **** (borrado) indicó que en
las inmediaciones del edificio del distrito judicial se encontraba un autobús
del servicio público estropeado, por tal motivo iniciaron los patrullamientos
(…) al arribar me percaté que efectivamente se encontraba un autobús de
pasajeros con vestigios de haber sido apedreado, con las llantas ponchadas con
las ventanas rotas, sin ninguna persona abordo y el servicio de grúas Nava
realizando maniobras para remolcarlo, permaneciendo en el lugar hasta las 00:
55 horas de las misma fecha”, señala el parte.
El
Ejército a pesar de tener conocimiento del ataque a los normalistas, no
siguieron a los policías municipales para saber a dónde era trasladados los
normalistas, ni tampoco resguardo el lugar para evitar su contaminación.
“VI.
01:00 HRS 27 SEP 2014 Una vez que el personal de grúas Nava terminó sus
maniobras y que tiró el autobús continúa el patrullamiento hacía la caseta de
peaje que se encuentra en la autopista Iguala-Cuernavaca continuando el
recorrido por el Boulevard Heroico Colegio Militar a entroncar en la carretera
federal Iguala-Taxco continuando por las calles (…) para continuar por la
carretera federal Iguala-Taxco hasta entroncar anillo Periférico Benito
Juárez”.
El
chófer del autobús Estrella de Oro 1531 fue detenido en otra patrulla mientras
era testigo de cómo los jóvenes eran bajados de la unidad y golpeados por los
policías. También señaló que un policía habría disparado contra uno de los
normalistas que se encontraba dentro del autobús.
El
GIEI investigó y confirmó que existían grabaciones de las cámaras de seguridad
del Palacio de Justicia en las que se veía la presencia del autobús y las
agresiones contra los normalistas. Las grabaciones estaban en poder de la
presidencia del Tribunal y la PGR tardó 10 meses en solicitar esa evidencia.
Los
horarios del partes militares ni las declaraciones de los militares coinciden,
quedan vacíos sobre algunas de la madrugada del 27 de septiembre en las que no
sé sabe qué hizo el ejército, se ocultaron fotografías claves para la
investigación y tampoco ha quedado claro porque restringieron información en el
C-4.
A
esto hay que sumarle que desde el principio de la investigación se trató de
ocultar que el ejército salió a las calles de Iguala, y no habría razón para
ello, si sólo realizaron patrullaje y apoyo en el acordonamiento de sitios
donde se perpetraron ataques.
Las
autoridades mexicanas no permitirán que los integrantes del GIEI entrevisten a
los soldados a pesar de las múltiples solicitudes.
La
declaración del médico del Hospital María Cristina -que fue llevado a
testificar al Batallón 27 un mes antes que a la PGR- hizo una revelación que le
confió un militar, dijo que "los jefes estaban preocupados por el conducir
del personal militar" la noche en que fueron desaparecidos los 43 normalistas
de Ayotzinapa, ya que "ya que dentro de la institución militar todo lo que
pasaba abajo se sabe arriba, y que los altos mandos querían saber la versión de
los hechos en relación a la conducta militar".
Abrir
una línea de investigación sobre la participación u omisión del Ejército es
necesaria para ayudar a esclarecer que ocurrió con los 43 normalistas de
Ayotzinapa.
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