Las presunta hija de Joaquín Loera en las columnas políticas hoy, 8 de marzo de 2016...
Hoy es día internacional de la mujer, la efeméride, reivindica la igualdad de derechos,; felicidades a todas ellas..
Pero yo......."Prefiero en el amor los aniversarios no exactos que se celebran todos los días...."Wislawa Szymboska
I.Inconcebible. No cabe calificar de otra manera la telenovela en que se ha convertido la detención de Joaquín El Chapo Guzmán. La escalonada aparición de familiares del narcotraficante y el cabildeo periodístico de sus abogados lo están haciendo aparecer como “víctima” del gobierno federal. Sin duda, la procuradora Arely Gómez González no se esperaba esta dinámica mediática donde El Chapo se está escapando, no de la cárcel, sino del juicio popular respecto al nivel de crímenes cometidos. Por demás, se corre el riesgo de que la PGR indague el perfil de la supuesta hija, Rosa Isela Guzmán Ortiz, en lugar de fincarle responsabilidades por su participación en el crimen organizado, como ella misma lo ha dicho.
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TEMPLO MAYOR/Reforma
¡FUEGO! Estrategia mediática o no, la familia o, mejor dicho, la supuesta familia de Joaquín “El Chapo” Guzmán se está convirtiendo en un nuevo incendio para las autoridades.
PRIMERO fue Rosa Isela Guzmán Ortiz, una mujer que, de pronto, apareció como presunta hija del capo y dio a conocer que supuestamente éste fue traicionado por el gobierno.
LUEGO salió la presunta esposa, Emma Coronel, diciendo que la hija no es la hija, que no la conoce y que nunca ha escuchado hablar de ella.
LO CURIOSO es que a esta última también la desacreditaron las propias autoridades carcelarias, pues no la reconocen como la esposa legítima de Joaquín Guzmán, por lo que le niegan la visita conyugal.
TOTAL que ante esta nueva telenovela, seguramente el clásico diría: ¡Qué bonita familia!
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‘EL CHAPO’ VS. SU “HIJA”/Carlos Loret de Mola
El Universal
A pocas horas de haber sido detenido en enero de este año, cuando ya estaba sometido y aún sin presencia de sus abogados, Joaquín El Chapo Guzmán Loera —no se sabe si por estrategia propia, por cautela o porque sea cierto— exoneró a todas las autoridades gubernamentales de su fuga en julio de 2015.
Según dos fuentes que presenciaron este testimonio que quedó grabado, el líder del Cártel de Sinaloa aseguró que nadie del gobierno lo ayudó y que ni siquiera intentó corromper a los policías del penal porque no tenía claro quién estaba al mando.
Las dos veces que lo aprehendieron en este sexenio, cuando ya lo tienen bajo resguardo, autoridades federales de distintas dependencias inundan con cuestionamientos al líder del Cártel de Sinaloa. Muchas de ellas buscan confirmar sus hipótesis, ensanchar sus expedientes y hasta obtener más información que les pueda servir para sus análisis de inteligencia. No queda de ellas constancia en averiguaciones previas porque no se trata de diligencias formales.
Fue el caso del 8 de enero de este 2016 cuando a varias preguntas expresas, dio detalles de cómo se organizó para construir el túnel y repitió una y otra vez que no tuvo cómplices dentro de la cárcel ni dentro del gobierno. Y hasta expresó “mis respetos” por las autoridades federales.
Este dicho de Joaquín Guzmán Loera contrasta con lo expresado por Rosa Isela Guzmán Ortiz, presentada por el diario The Guardian como hija del Chapo. (La actual mujer del narcotraficante, Emma Coronel, divulgó en una carta que Joaquín, sus hermanas y ella no conocen a Rosa Isela y descalificaron sus afirmaciones; las partes aceptaron un examen de ADN).
Rosa Isela Guzmán Ortiz denunció que la fuga de su papá fue pactada con el gobierno (la nota no aclara si la entrevistada presentó alguna prueba de sus “explosivas” declaraciones) y amagó con que su familia analiza divulgar los cheques con los que el capo de Sinaloa habría financiado a políticos.
Hasta ahora, la investigación oficial de la PGR habla de que los funcionarios responsables del Cefereso número uno fallaron por omisión. Cada que escucho que fue sólo omisión, me suenan en la cabeza los ruidos del taladro que “nadie detectó” por días en la celda supuestamente hipermonitoreada. Ruidos a los que en la primera versión oficial de la fuga les bajaron todo el volumen. Yo le revelé, en estas Historias de Reportero y en Primero Noticias, los videos originales con audio que tumbaron tal versión oficial.
Así pues, no me imagino la fuga sin corrupción. Pero aún no le encuentro lógica a la versión de que su escape fue fruto de un pacto, por lo menos de alto nivel: ¿a cambio de qué el gobierno de Peña Nieto habría abierto la puerta a El Chapo?, ¿qué cantidad de dinero vale la burla internacional?, ¿con qué pudo haber contribuido El Chapo fuera de la cárcel, que hiciera olvidar el escándalo del túnel?, ¿a quién habría delatado más importante que él mismo?
SACIAMORBOS. El asunto es que este oficio no es de imaginar. Lo primero es confirmar que la “hija” es hija. Lo segundo, que haya tenido acceso al papá como para saber todo lo que soltó. Y tercero, probar todo lo que dijo.
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El Universal
A pocas horas de haber sido detenido en enero de este año, cuando ya estaba sometido y aún sin presencia de sus abogados, Joaquín El Chapo Guzmán Loera —no se sabe si por estrategia propia, por cautela o porque sea cierto— exoneró a todas las autoridades gubernamentales de su fuga en julio de 2015.
Según dos fuentes que presenciaron este testimonio que quedó grabado, el líder del Cártel de Sinaloa aseguró que nadie del gobierno lo ayudó y que ni siquiera intentó corromper a los policías del penal porque no tenía claro quién estaba al mando.
Las dos veces que lo aprehendieron en este sexenio, cuando ya lo tienen bajo resguardo, autoridades federales de distintas dependencias inundan con cuestionamientos al líder del Cártel de Sinaloa. Muchas de ellas buscan confirmar sus hipótesis, ensanchar sus expedientes y hasta obtener más información que les pueda servir para sus análisis de inteligencia. No queda de ellas constancia en averiguaciones previas porque no se trata de diligencias formales.
Fue el caso del 8 de enero de este 2016 cuando a varias preguntas expresas, dio detalles de cómo se organizó para construir el túnel y repitió una y otra vez que no tuvo cómplices dentro de la cárcel ni dentro del gobierno. Y hasta expresó “mis respetos” por las autoridades federales.
Este dicho de Joaquín Guzmán Loera contrasta con lo expresado por Rosa Isela Guzmán Ortiz, presentada por el diario The Guardian como hija del Chapo. (La actual mujer del narcotraficante, Emma Coronel, divulgó en una carta que Joaquín, sus hermanas y ella no conocen a Rosa Isela y descalificaron sus afirmaciones; las partes aceptaron un examen de ADN).
Rosa Isela Guzmán Ortiz denunció que la fuga de su papá fue pactada con el gobierno (la nota no aclara si la entrevistada presentó alguna prueba de sus “explosivas” declaraciones) y amagó con que su familia analiza divulgar los cheques con los que el capo de Sinaloa habría financiado a políticos.
Hasta ahora, la investigación oficial de la PGR habla de que los funcionarios responsables del Cefereso número uno fallaron por omisión. Cada que escucho que fue sólo omisión, me suenan en la cabeza los ruidos del taladro que “nadie detectó” por días en la celda supuestamente hipermonitoreada. Ruidos a los que en la primera versión oficial de la fuga les bajaron todo el volumen. Yo le revelé, en estas Historias de Reportero y en Primero Noticias, los videos originales con audio que tumbaron tal versión oficial.
Así pues, no me imagino la fuga sin corrupción. Pero aún no le encuentro lógica a la versión de que su escape fue fruto de un pacto, por lo menos de alto nivel: ¿a cambio de qué el gobierno de Peña Nieto habría abierto la puerta a El Chapo?, ¿qué cantidad de dinero vale la burla internacional?, ¿con qué pudo haber contribuido El Chapo fuera de la cárcel, que hiciera olvidar el escándalo del túnel?, ¿a quién habría delatado más importante que él mismo?
SACIAMORBOS. El asunto es que este oficio no es de imaginar. Lo primero es confirmar que la “hija” es hija. Lo segundo, que haya tenido acceso al papá como para saber todo lo que soltó. Y tercero, probar todo lo que dijo.
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Estrictamente personal/Raymundo Riva Palacio
Ejecentral.com.
La propaganda de "El Chapo"
Desde hace casi dos años un sujeto introvertido, disciplinado, metódico y de pocas palabras, decidió que Hollywood lo inmortalizara con una película. Autoridades federales mexicanas tienen evidencias que la intención de Joaquín "El Chapo" Guzmán por llevar su vida a la pantalla -con una narrativa controlada por él-, no era una idea original suya, sino del Cártel del Pacífico, que aprovechando la fama que la revista estadounidense Forbes le dio internacionalmente como miembro del selecto grupo de multimillonarios en el mundo, querían fortalecer su imagen como marca. Desde 2009 su familia ha querido registrar la marca "El Chapo" en Estados Unidos y México, en lo que sugiere un largo camino, nada improvisado, por convertirlo en la figura que representa los intereses de un amplio sector de los mexicanos. Parece un contrasentido: ¿por qué un criminal sería el arcángel de los millones que se sienten agraviados por el Gobierno?
Ya fuera mediante un diagnóstico y análisis de posibilidades o no, lo que "El Chapo" y todo el entramado detrás de este objetivo logró, fue aprovechar la fractura en la sociedad mexicana y el enojo creciente contra sus gobernantes. El Cártel del Pacífico encontró -una vez más, intuitiva o racionalmente-, un terreno fértil para ello. En abril de 2010 tuvieron su primera acción pública de propaganda. Ismael "El Mayo" Zambada, jefe del Cártel del Pacífico, utilizó al venerado periodista Julio Scherer para que en formato de conversación acrítica, transmitiera un mensaje al entonces Presidente Felipe Calderón: en nuestra guerra, las familias son intocables; no te metas con la mía, no me meto con la tuya. Para entonces, el narcotráfico ya le había tomado la medida a los medios mexicanos que publicaban sin filtros sus decapitados -propaganda de terror refinada por Estados Unidos en las guerras en América Central-, y le abrían los micrófonos a los criminales que quisieran dialogar a través de sus micrófonos, con las autoridades.
En la mayoría de las instancias, la propaganda tuvo éxito. Los decapitados minaron la capacidad de las autoridades y las desacreditaron, generando con el terror un consenso en contra de las políticas de seguridad. Fue tan poderosa la generación de una opinión negativa durante el Gobierno de Calderón, que el equipo entrante a la administración del Presidente Enrique Peña Nieto creyó más a la prensa que a los informes gubernamentales y durante ocho meses, bajo la creencia que la violencia se originaba en la confrontación con las organizaciones delincuenciales, abandonó el combate a los cárteles y las pandillas, y cerró las puertas a las agencias de inteligencia y policiales de Estados Unidos en una forma tan extrema como fue la apertura que les dio Calderón.
El Gobierno de Peña Nieto tenía la convicción de que el problema de inseguridad era de opinión pública, y que esta se resolvía presionando y censurando a los medios. El Presidente vació su discurso de lenguaje criminal -un gran acierto-, pero su gabinete de cocina en Los Pinos decretó que con silenciar a los medios se modificarían las percepciones. La resaca fue peor: la realidad rebasó a la propaganda. En el Gobierno piensan que la prensa es la principal responsable de la mala imagen del Presidente, lo que les impide ver el fenómeno con asertividad, y aceptar que la sociedad está indignada con el Gobierno. A las encuestas de aprobación presidencial que están en la parte baja de los 20s por ciento y el humor social que es proporcionalmente invertido a su apoyo nacional, se les suma la creciente irritación de los electores contra los tres grandes partidos: PRI, PAN y PRD. Esto no es marginal. En cada elección crece el número de mexicanos que votan contra ellos tres, que son el tronco del régimen: 19 por ciento en 2009, 20 por ciento en 2012, y 39 por ciento en 2015, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional Electoral del total de votación válida.
El quiebre político refleja el quiebre de la sociedad, donde los medios son una parte importante como vehículo de sus frustraciones y angustias. La pérdida de consenso nacional es cristalina, reflejada cotidianamente cuando los actores anti sistémicos o críticos del Gobierno actúan. En este caso es "El Chapo" Guzmán y su entorno, así como -se podría suponer- una mente entrenada, que han venido trabajando en el esquema de propaganda del criminal y el Cártel del Pacífico, aprovechando la debilidad del Gobierno de Peña Nieto. En el balance de las dos primeras semanas de esta estrategia, el saldo para Guzmán es altamente positivo.
Los mensajes que ha transmitido su familia y abogado han entrado en los medios mexicanos e internacionales como una verdad absoluta, tímidamente cuestionada en el menor número de ellos, y ampliamente asumida como una verdad. ¿Cuál?: El Gobierno de Peña Nieto pactó con el narcotráfico y lo traicionó; el Gobierno de Peña Nieto lo tortura en la cárcel. Es tan crítica su situación en un Penal de máxima seguridad -de donde se fugó-, que su vida está en riesgo. No importa si se trata de un acto criminal contra 43 normalistas de Ayotzinapa o la acción contra un criminal que ha contribuido con el baño de sangre nacional: la culpa es del Estado, con "E" mayúscula, cuyo mensaje subliminal tiene el nombre de Enrique Peña Nieto.
Mañana: Peña Nieto: la impericia mediática
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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Ejecentral.com.
La propaganda de "El Chapo"
Desde hace casi dos años un sujeto introvertido, disciplinado, metódico y de pocas palabras, decidió que Hollywood lo inmortalizara con una película. Autoridades federales mexicanas tienen evidencias que la intención de Joaquín "El Chapo" Guzmán por llevar su vida a la pantalla -con una narrativa controlada por él-, no era una idea original suya, sino del Cártel del Pacífico, que aprovechando la fama que la revista estadounidense Forbes le dio internacionalmente como miembro del selecto grupo de multimillonarios en el mundo, querían fortalecer su imagen como marca. Desde 2009 su familia ha querido registrar la marca "El Chapo" en Estados Unidos y México, en lo que sugiere un largo camino, nada improvisado, por convertirlo en la figura que representa los intereses de un amplio sector de los mexicanos. Parece un contrasentido: ¿por qué un criminal sería el arcángel de los millones que se sienten agraviados por el Gobierno?
Ya fuera mediante un diagnóstico y análisis de posibilidades o no, lo que "El Chapo" y todo el entramado detrás de este objetivo logró, fue aprovechar la fractura en la sociedad mexicana y el enojo creciente contra sus gobernantes. El Cártel del Pacífico encontró -una vez más, intuitiva o racionalmente-, un terreno fértil para ello. En abril de 2010 tuvieron su primera acción pública de propaganda. Ismael "El Mayo" Zambada, jefe del Cártel del Pacífico, utilizó al venerado periodista Julio Scherer para que en formato de conversación acrítica, transmitiera un mensaje al entonces Presidente Felipe Calderón: en nuestra guerra, las familias son intocables; no te metas con la mía, no me meto con la tuya. Para entonces, el narcotráfico ya le había tomado la medida a los medios mexicanos que publicaban sin filtros sus decapitados -propaganda de terror refinada por Estados Unidos en las guerras en América Central-, y le abrían los micrófonos a los criminales que quisieran dialogar a través de sus micrófonos, con las autoridades.
En la mayoría de las instancias, la propaganda tuvo éxito. Los decapitados minaron la capacidad de las autoridades y las desacreditaron, generando con el terror un consenso en contra de las políticas de seguridad. Fue tan poderosa la generación de una opinión negativa durante el Gobierno de Calderón, que el equipo entrante a la administración del Presidente Enrique Peña Nieto creyó más a la prensa que a los informes gubernamentales y durante ocho meses, bajo la creencia que la violencia se originaba en la confrontación con las organizaciones delincuenciales, abandonó el combate a los cárteles y las pandillas, y cerró las puertas a las agencias de inteligencia y policiales de Estados Unidos en una forma tan extrema como fue la apertura que les dio Calderón.
El Gobierno de Peña Nieto tenía la convicción de que el problema de inseguridad era de opinión pública, y que esta se resolvía presionando y censurando a los medios. El Presidente vació su discurso de lenguaje criminal -un gran acierto-, pero su gabinete de cocina en Los Pinos decretó que con silenciar a los medios se modificarían las percepciones. La resaca fue peor: la realidad rebasó a la propaganda. En el Gobierno piensan que la prensa es la principal responsable de la mala imagen del Presidente, lo que les impide ver el fenómeno con asertividad, y aceptar que la sociedad está indignada con el Gobierno. A las encuestas de aprobación presidencial que están en la parte baja de los 20s por ciento y el humor social que es proporcionalmente invertido a su apoyo nacional, se les suma la creciente irritación de los electores contra los tres grandes partidos: PRI, PAN y PRD. Esto no es marginal. En cada elección crece el número de mexicanos que votan contra ellos tres, que son el tronco del régimen: 19 por ciento en 2009, 20 por ciento en 2012, y 39 por ciento en 2015, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional Electoral del total de votación válida.
El quiebre político refleja el quiebre de la sociedad, donde los medios son una parte importante como vehículo de sus frustraciones y angustias. La pérdida de consenso nacional es cristalina, reflejada cotidianamente cuando los actores anti sistémicos o críticos del Gobierno actúan. En este caso es "El Chapo" Guzmán y su entorno, así como -se podría suponer- una mente entrenada, que han venido trabajando en el esquema de propaganda del criminal y el Cártel del Pacífico, aprovechando la debilidad del Gobierno de Peña Nieto. En el balance de las dos primeras semanas de esta estrategia, el saldo para Guzmán es altamente positivo.
Los mensajes que ha transmitido su familia y abogado han entrado en los medios mexicanos e internacionales como una verdad absoluta, tímidamente cuestionada en el menor número de ellos, y ampliamente asumida como una verdad. ¿Cuál?: El Gobierno de Peña Nieto pactó con el narcotráfico y lo traicionó; el Gobierno de Peña Nieto lo tortura en la cárcel. Es tan crítica su situación en un Penal de máxima seguridad -de donde se fugó-, que su vida está en riesgo. No importa si se trata de un acto criminal contra 43 normalistas de Ayotzinapa o la acción contra un criminal que ha contribuido con el baño de sangre nacional: la culpa es del Estado, con "E" mayúscula, cuyo mensaje subliminal tiene el nombre de Enrique Peña Nieto.
Mañana: Peña Nieto: la impericia mediática
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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LAS MUJERES QUE DEFIENDEN A ‘EL CHAPO’, EL HOMBRE BUENO/Ricardo Alemán
Si tiene dinero para escapar de un penal de máxima seguridad, como El Altiplano, sin duda que El Chapo no escatima recursos para mudar su imagen de criminal, narco y hombre más buscado.
Y la nueva imagen que intenta forjar —con dinero y a través del impacto mediático—, es la del hombre bueno, hijo ejemplar, luchón y talentoso; padre de familia responsable y amoroso con sus hijas y —por si hiciera falta—, hombre desesperado que —frente a la adversidad—, no tuvo más remedio que el camino criminal.
Pero también hace lo necesario para ofrecer la imagen de víctima de las perversidades del “sistema represor” que, sin piedad, lo persigue porque “lo quieren muerto”. Y el mejor ejemplo de que El Chapo invirtió lo necesario en una campaña de medios es la creación del “pegador” eslogan que a fuerza de imágenes mediáticas posicionó en el imaginario colectivo: “¡Sólo quiero dormir!”.
Lo curioso es que parte del circo mediático montado por asesores y abogados de El Chapo —para convencer a los ciudadanos y para vencer al Estado—, se apoyó precisamente en el mensaje femenino.
De manera repentina “las mujeres” de El Chapo fueron encargadas de dibujar la imagen del hombre bueno, perseguido, traicionado por el Estado y el ciudadano reducido a piltrafa por la tortura de “no dejarlo dormir”. Poco a poco, gracias a la certera estrategia mediática, la imagen del criminal cambió y hoy no pocos despistados olvidaron los miles de muertos que dejó a su paso la ambición sin límite del criminal. Sólo falta que en caricatura dantesca algunos digan “fue el Estado”.
Y si dudan de la estratagema, vale recordar que la primera que ofreció entrevistas fue María Consuelo Loera Pérez, madre de El Chapo, quien el 8 de enero dijo a Ríodoce: “Mi Dios no quiere que esté preso; por eso él pone los medios para que mi hijo salga y el gobierno no entiende eso”.
Pero la que prodigó entrevistas en prensa, radio y televisión —casi todas a modo, en México y allende fronteras—, fue nada menos que Emma Coronel, la esposa en turno de El Chapo y quien marcó la pauta para exaltar al hombre bueno, traicionado por el Estado, perseguido, al que quieren muerto y a quien el Estado tortura.
Luego apareció Rosa Isela Guzmán, presunta hija del Chapo quien de la nada reveló a The Guardian que la fuga de “su padre” fue un acuerdo con políticos mexicanos a los que el narcotraficante financió. “Sí hay un pacto, ellos no lo respetaron. Ahora que lo detuvieron dicen que es un criminal, un asesino. Pero no dijeron eso cuando le pidieron dinero para sus campañas. Son hipócritas”, dijo la presunta hija del criminal.
Y apenas el pasado fin de semana —y también de la nada—, apareció Bernarda Guzmán, hermana del narcotraficante —que vive en Culiacán—, y quien se dejó ver a los ojos del que quisiera en el penal de El Altiplano. Ahí, en declaraciones “banqueteras” repitió el guión: “Hasta un animal irracional busca la libertad, pero mi hermano no dañó a nadie, es un hombre bueno”.
Y qué decir de Kate del Castillo, atolondrada “estrella” que prodigaba miel al valor y talento de El Chapo, a quien casi imaginaba como candidato presidencial.
Sin duda que El Chapo y estrategas juegan su juego: presión mediática contra las instituciones. Y es que el criminal quiere privilegios y un trato, supuestamente a cambio de no abrir la boca. El Estado mexicano respondió con lo que parece un rotundo “no”.
Pero tampoco existe duda de que El Chapo insistirá y que muchos bobos se tragarán el anzuelo.
¿Quién se doblará primero?
Al tiempo.
www.ricardoaleman.com.mx
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