El director de Comunicación Social de la Arquidiócesis primada de México, Hugo Valdemar, envió una nota (…), indicando que "El semanario Desde la fe de la Arquidiócesis de México no es la voz oficial ni de la Arquidiócesis ni de su arzobispo, el cardenal Norberto Rivera Carrera. Los artículos editoriales son la opinión del Consejo Editorial, que preside un servidor, mas no pueden ser atribuidos a la autoría o a la opinión del cardenal Rivera; en todo caso, el responsable de dichas posturas es un servidor...
«Alguien
aconseja mal al Papa»
Con
un editorial sin firma, el periódico diocesano de la Ciudad de México critica
las frases que Francisco añadió improvisando a su discurso a los obispos del
país
Vatican Insider, 08/03/2016/ANDREA
TORNIELLI
CIUDAD
DEL VATICANO
El
discurso de Papa Francisco a los obispos de México, el texto más intrincado y
personal de los que pronunció durante su viaje de febrero, no gustó a algunos
en México. En un editorial sin firma, publicado hace algunos días en la revista
de la diócesis «Desde la fe», se critica al Pontífice por haber añadido,
improvisando, una frase que no formaba parte del discurso. El texto concluye
que Francisco recibió informaciones erróneas sobre la situación del episcopado
mexicano.
Como
se recordará, en aquel discurso Francisco pidió al episcopado de México:
«vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la
mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las
ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza
en los "carros y caballos" de los faraones actuales», y, por el
contrario, «reclínense, con delicadeza y respeto, sobre el alma profunda de su
gente». El Papa también invitó a los obispos a abandonar cualquier forma de
clericalismo, a no perder tiempo y energías «en las cosas secundarias, en las
habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de carrera, en los vacíos planes
de hegemonía, en los infecundos clubs de intereses o de consorterías. No se
dejen arrastrar por las murmuraciones y las maledicencias». Les pidió que no
cayeran en la parálisis «de dar viejas respuestas a las nuevas demandas», y que
también hicieran mucho más contra la plaga del narcotráfico y que continuaran
con su compromiso por los migrantes.
Este
es el pasaje del discurso de Francisco que fue tomado como blanco por el
comentario crítico de la revista diocesana: «La misión es vasta, y sacarla
adelante exige múltiples vías. Y con la más viva insistencia les exhorto a
conservar la comunión y la unidad entre ustedes. Esto es esencial, hermanos.
Esto no está en el texto, pero me viene ahora. Si tienen que pelarse, peléense;
si tienen que decir cosas, se las digan, como hombres, en la cara, y como
hombres de Dios, que van a rezar y discernir juntos, y si se pasaron de la raya
después se van a pedir perdón, pero mantengan la unidad episcopal. Comunión y
unidad entre ustedes. La comunión es la verdadera forma vital de la Iglesia y
la unidad de sus pastores da prueba de su veracidad… No son necesarios
“príncipes” —explicó—, sino una comunidad de testigos del Señor».
Estas
palabras, evidentemente fueron interpretadas por los medios de comunicación
como un regaño: el Papa, en esta y en otras partes de su discurso, daba la
impresión de referirse a hechos específicos. El editorial de «Desde la fe»
acusa de recibo y considera estas frases injustas: «Aquí cabe preguntarse:
¿tiene el Papa alguna razón para regañar a los obispos mexicanos? Lo que sí
tiene el Papa, y muy claro, es que la Iglesia en México es un caso atípico en
relación con otros países de América». Una alusión potencia y ni siquiera tan
velada a la situación de Argentina.
Para
concluir, el texto de la revista insiste en los «visibles signos de santidad»
del episcopado mexicano durante los años de la ofensiva anticlerical y masónica
de los años veinte del siglo pasado. «El Episcopado Mexicano —concluye el texto
sin firma— está unido y dispuesto a hacer frente a los retos que Su Santidad le
ha puesto enfrente. Lamentablemente, existe la mano de la discordia que intentó
poner los acentos negativos, parcializando la visión de Iglesia y tratando de
influir en el discurso Pontificio para conseguir un efecto contrario en el
público, al subrayar desafíos y tentaciones como males del episcopado. No es
así. Y aquí cabe la cuestión ¿por qué tratar de demeritar el trabajo de los
obispos mexicanos? Afortunadamente el pueblo conoce a sus pastores, y los
acompaña en la construcción del reino de Dios, al precio que sea, como ha sido
a lo largo de la historia de este país… ¿O será que las palabras improvisadas
del Santo Padre responderían a un mal consejo de alguien cercano a él? ¿Quién
mal aconsejó al Papa?».
Ahora
bien, algunas divisiones dentro del episcopado mexicano son bien conocidas
desde hace tiempo. La alusión que hizo Francisco a los «clubes», (El otrora Club de Roma) por ejemplo,
se refiere a grupúsculos y círculos que resultan particularmente influyentes en
los nombramientos episcopales, gracias a sus contactos romanos. Y no es ningún
misterio que haya habido problemas entre los obispos también en relación con la
organización del viaje papal. En cuanto al responsable de haber «mal
aconsejado» al Papa, el artículo de la revista diocesana no da nombres. Como en
todos los países que visita, un papel importante para informar al Pontífice y
en general a la Santa Sede lo juega el nuncio apostólico. En México, desde
2007, es el arzobispo francés Christophe Pierre, quien, después de casi una
década en el país, estaría por ser transferido a otra sede.
El
director de Comunicación Social de la Arquidiócesis primada de México, Hugo
Valdemar, envió una nota a Vatican Insider, indicando que "El semanario
Desde la fe de la Arquidiócesis de México no es la voz oficial ni de la
Arquidiócesis ni de su arzobispo, el cardenal Norberto Rivera Carrera. Los
artículos editoriales son la opinión del Consejo Editorial, que preside un
servidor, mas no pueden ser atribuidos a la autoría o a la opinión del cardenal
Rivera; en todo caso, el responsable de dichas posturas es un servidor, más no
el Arzobispo". Por este motivo, continuó, "no es correcto imputar al
Arzobispo de México un disgusto a causa de las palabras pronunciadas por el
Santo Padre en la Catedral Metropolitana de México".
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