4 jul 2016

Atentado en Bangladesh, ISIS, de nuevo

 El papa Francisco volvió a expresar sus condolencias y cercanía a las víctimas de los atentados sucedidos en Bagdad, y Daca, Bangladesh a causa del yihadismo y pidió a los fieles que rezen juntos por los difuntos y para “convertir el corazón de los violentos cegados por el odio”.
 “Expreso mi cercanía a los familiares de las víctimas y de los heridos del atentado sucedido ayer en Daca y también del sucedido en Bagdad. Recemos juntos. Recemos juntos por ellos, por los difuntos y pidamos al Señor para convertir el corazón de los violentos cegados por el odio”
El viernes 1 de julio de 2016, un grupo de terroristas islamistas entró en un restaurante de la capital de Bangladesh situado en una zona en la que residen extranjeros. Acabaron con la vida de unas 26 personas y provocaron numerosos heridos después de tomar rehenes durante toda la noche.
 Por otro lado, una 80 personas han muerto y 135 han resultado heridas en un atentado con coche bomba en la madrugada del domingo en una zona comercial del centro de Bagdad.
 Según la policía, un conductor suicida detonó el vehículo en medio de una multitud congregada cerca de la tienda de helados Yabar Abu al Sharbat, ubicada en el distrito de Karrada. El ISIS ha asumido la autoría de los dos ataques.
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Bangladesh; el aumento de la violencia que atemoriza a los cristianos
Después del ataque terrorista de Dacca, la tensión es alta y la vida de las minorías religiosas no islámicas es precaria. Los misioneros viven con escolta. El Papa: barbarie en contra de Dios y de la humanidad
AP
El ejército tras el atentado en Dacca
Vatican Insider
02/07/2016
PAOLO AFFATATO
Vivir con un miedo que paraliza cada día, a cada paso y en cualquier actividad, es muy difícil, y hoy la vida es así para las minorías religiosas, para los líderes sociales, para los activistas de los derechos humanos en Bangladesh. No es fácil tampoco para todos los que se definen ateos o para los que son simplemente extranjeros, comprometidos en el país por motivos profesionales o por actividades económicas. El atentado terrorista en un restaurante de Dacca (que provocó 20 muertos y numerosos heridos) marcó un cambio en la estrategia de los grupos radicales musulmanes, que desde hace tiempo pusieron en marcha una campaña violenta que pretende aterrorizar a la sociedad civil, pero que tiene también el objetivo indirecto de crear un terremoto institucional y poner en crisis al gobierno. 
El Papa, «profundamente adolorado por la violencia insensata perpetrada contra víctimas inocentes en Dacca, expresa de corazón las propias condolencias y condena estos actos bárbaros como ofensas contra Dios y contra la humanidad». Lo afirma un mensaje enviado a la diócesis de Dacca, en nombre del Papa, por el Secretario de Estado Pietro Parolin. El Papa además encomienda «los muertos a la misericordia de Dios, y asegura las propias oraciones a las familias en luto y a los heridos».  
«Estamos muy preocupados por el aumento del terrorismo. La situación en la que vivimos es verdaderamente difícil», dijo a la agencia vaticana Fides Dilip Costa, director de las Pontificias Obras Misionales en Bangladesh. Y añadió: «los peligros existen y también nosotros los cristianos los advertimos, puesto que ha habido ataques también contra lugares cristianos y de los misioneros. El gobierno dice que hace lo mejor que puede, pero evidentemente no es suficiente para detener estos ataques», añadió. También recordó que «las instituciones cristianas están protegidas por la policía», pero «todas las minorías viven en un estado de miedo y no sabemos hacia dónde llevará al país esta situación tan precaria. Como cristianos, rezamos y continuamos nuestra misión, sobre todo con las obras sociales», concluyó.  
La comunidad católica en Bangladesh (que tiene alrededor de 300 mil fieles, es decir el 0,2% de la población en una nación preponderantemente musulmana), en tiempos de malestar e incertidumbre, «vive pacíficamente, comprometiéndose en las actividades pastorales, en el diálogo y en las obras de caridad, consciente de estar en manos de la Providencia de Dios», dijo Theotonius Gomes, obispo auxiliar y profesor en el Seminario mayor de Dacca. El obispo expresó también su pésame por las víctimas del ataque terrorista y condenó a «esos grupos fanáticos que siembran violencia y muerte», formaciones que explotan ahora la “marca” del Estado Islámico (EI), en un marco de inestabilidad política y social que contribuye a aumentar la tensión en el país. 
El último que había sido asesinado antes del atentado en el restaurante de Dacca fue Shaymanonda Das, un sacerdote hindú de 45 años. Lo mataron a machetazos frente al templo de Radha Madan Gopal, en el distrito de Jhenaidah, a 300 kms. Al suroeste de la capital. El 5 de junio, un farmacéutico cristiano, Sunil Gómez, fue asesinado dentro de su negocio en un barrio cristiano del distrito de Natore. Y dos días después, Ananda Gopal Ganuli, líder religioso hindú, fue asesinado Jhenaidah después de haberse puesto sus paramentos rituales para el culto. 
El gobierno, por el momento, ha minimizado estos hechos, negando los contactos con formaciones terroristas internacionales. Hablando frente al Parlamento, hace dos semanas, la Primera Ministra Sheikh Hasina, prometió solemnemente que «los responsables de los asesinatos contra las minorías religiosas no quedarán impunes».  
Palabras que los últimos ataques desmienten clarmorosamente hoy, notó la abogada Rana Dasgupta, secretaria general del Fórum interreligioso Hindu Buddhist Christian Unity Council of Bangladesh: «enteras comunidades viven aterrorizadas y se sienten muy inseguras. No vemos ninguna intervención concreta de la política o de las instituciones para detener la violencia y encontrar situaciones adecuadas». 
«Los ataques contra las minorías religiosas por parte de grupos extremistas en Bangladesh han aumentado rápidamente en los últimos meses», indicó la ong Christian Solidarity Worldwide, pidiendo al gobierno «pasar de los discursos a la acción»: «los culpables deben ser arrestados y procesados para poner fin a la impunidad y asegurar la justicia para todos los ciudadanos de Bangladesh, sin importar su religión», afirmó. 
Lo afirma un mensaje enviado a la diócesis de Dacca, en nombre del Papa, por el Secretario de Estado Pietro Parolin. El Papa además encomienda «los muertos a la misericordia de Dios, y asegura las propias oraciones a las familias en luto y a los heridos». 
El asalto en el que un comando yihadista tomó rehenes en un restaurante en el barrio diplomático de la capital de Bangladesh, Dacca, concluyó este sábado 2 de julio tras 12 horas con la muerte de 20 extranjeros, según informó el Ejército del país. No se han precisado las nacionalidades de las víctimas, pero, según las fuerzas armadas, la mayoría son «japoneses o italianos». El ataque fue reivindicado en las primeras horas por el Estado islámico (EI). 

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