6 nov 2025

La "Ayudantía": una Improvisación Peligrosa que expone la Integridad Presidencial

 La "Ayudantía": una Improvisación Peligrosa que expone la Integridad Presidencial

El alto precio de sustituir al EMP

El reciente incidente de acoso y agresión física sufrido por la Presidenta ha colocado a la Ayudantía Presidencial en el ojo del huracán, exhibiendo una vulnerabilidad inadmisible. Este grupo es la materialización de una decisión política: sustituir la seguridad especializada del extinto Estado Mayor Presidencial (EMP) por un modelo civil y de "cercanía". La trágica lección es que esta improvisación ha expuesto la integridad de la Jefa del Estado.

El Conflicto de atribuciones: si No es seguridad, ¿quién la cuida?

La seguridad de la Presidenta recae en un equipo de unas 20 personas, subordinado a la Coordinación General de Política y Gobierno y bajo la órbita de figuras políticas como el ministro en retiro Arturo Zaldívar. Sus atribuciones oficiales incluyen el apoyo logístico, el acondicionamiento de escenarios y, crucialmente, la tarea de "determinar las acciones necesarias para resguardar su integridad".

Sin embargo, el senador morenista Adán Augusto López asestó ayer un golpe directo a la narrativa oficial, deslindando al grupo de su responsabilidad más elemental. En un comentario a medios, el político de Morena fue categórico:

"Desde la época del presidente López Obrador desapareció el concepto de Estado Mayor y de cuerpos de seguridad y se creó la Ayudantía de la Presidencia. La Ayudantía cumple con una tarea específica que NO es precisamente de proporcionar seguridad al titular o a la titular del Poder Ejecutivo."

Ante la insistencia del reportero sobre si la situación no puso en riesgo a la Presidenta de México, el Senador se mostró tajante: "Yo creo que no, ni pensemos en ello".

López Hernández concluyó la entrevista argumentando que tanto el presidente López Obrador como la presidenta Sheinbaum "tienen un estilo muy particular; son muy cercanos a la gente los dos". Enfatizó que este contacto no es nuevo, por lo que "hay que siempre priorizar eso: el contacto con la gente."

Mmm.

Finalmente, al recordarle que "Carlos Manzo también tenía cercanía con la gente. Y ya ve lo que pasó", el Senador guardó silencio y no emitió respuesta.

La pregunta se impone con urgencia: ¿Y entonces, quién garantiza la seguridad presidencial? Si el equipo encargado de "resguardar su integridad" no tiene la función de protegerla, el modelo no solo es débil, es inexistente en términos de seguridad de Estado.

Este dilema se agrava al analizar la composición interna de la Ayudantía, donde la confianza política ha desplazado a la pericia técnica:

i) perfiles sin especialización: Sus integrantes no son profesionales en seguridad ejecutiva; son perfiles multidisciplinarios cuyas funciones se inclinan hacia la logística y la asistencia, dejando la protección en un peligroso segundo plano;

ii) Politización y salarios decorosos: La coordinación de Juan José Ramírez Mendoza –cuya alta remuneración y vínculo familiar con la dirigencia de Morena en la CDMX– subraya la politización de una función vital que debería ser estrictamente técnica e imparcial.

iii) Cuotas políticas: La reciente inclusión de tres excolaboradores del ministro Arturo Zaldívar (Carlos Javier Castaños, Miguel Óscar Casillas y Manuel Alejandro Téllez) refuerza la tesis de que los criterios de selección responden a la lealtad y al favor político, y no a la certificación en protección ejecutiva.

La fragilidad inaceptable de la "cercanía"

La crisis de seguridad que permitió que un hombre, presuntamente intoxicado, vulnerara el perímetro y agrediera físicamente a la Presidenta, expone la fragilidad crítica de este modelo improvisado.

Este incidente es una prueba irrefutable: la "Ayudantía" carece de la capacitación y los protocolos robustos necesarios para anticipar, contener y neutralizar amenazas de contacto físico en entornos masivos. El costo de priorizar la imagen de la "cercanía" sobre la seguridad profesional y protocolaria ha sido la vulneración directa de la integridad presidencial.

Una pregunta que exige consecuencias

¿Qué consecuencias operativas y directivas se aplicarán a los mandos de seguridad que permitieron que la integridad presidencial fuera vulnerada con tanta facilidad?

En la seguridad de Estado, el profesionalismo, el protocolo y la jerarquía técnica deben prevalecer siempre sobre la afinidad y la confianza personal. De no haber consecuencias, se estará validando que el caos y la improvisación son la nueva norma

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