6 nov 2025

La democracia de Nueva York no se exporta ni se Cuestiona desde Tel Aviv

 La democracia de Nueva York no se exporta ni se Cuestiona desde Tel Aviv

Las recientes y lamentables declaraciones del Ministro israelí de la Diáspora y de la Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, tras la histórica elección de Zohran Mamdani como Alcalde de Nueva York, constituyen una inaceptable injerencia en el proceso democrático de una nación soberana y un preocupante ejemplo de retórica divisiva.

El ministro Chikli, respaldado por el ultraderechista Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, utilizó la plataforma de la red social X para calificar a Mamdani, el primer alcalde musulmán de Nueva York, como un "partidario de Hamas" y para instar directamente a la comunidad judía neoyorquina a considerar la emigración a Israel.

Cuestionando la legitimidad democrática

La elección de Zohran Mamdani, un político de 34 años con una plataforma centrada en la asequibilidad de la vivienda y la justicia social, fue el resultado de un ejercicio democrático legítimo con una alta participación.

El Alcalde electo ganó con un mensaje de cambio, superando a sus rivales con el apoyo de una coalición diversa de jóvenes, minorías y trabajadores.

 Al intentar deslegitimar esta victoria con acusaciones infundadas y generalizaciones simplistas, el Ministro Chikli no solo falta al respeto a Mamdani, sino a la voluntad de más de un millón de votantes.

Islamofobia y división: 

Reducir la victoria de un líder electo a su identidad religiosa y a su postura en política exterior es una peligrosa muestra de islamofobia que busca sembrar el miedo y la división en una de las ciudades más diversas del mundo.

Falsa equiparación y uso cínico del Antisemitismo

La retórica de Chikli y sus aliados, incluyendo la intervención del expresidente Donald Trump, busca crear una falsa equivalencia entre la legítima crítica a las políticas del Estado de Israel (al que Mamdani ha calificado de "régimen de apartheid") y el repudio al antisemitismo.

Criticar las acciones de un gobierno extranjero, incluso de manera contundente como lo ha hecho Mamdani al denunciar un "genocidio" en Gaza, es un acto político amparado por la libertad de expresión. 

Y equiparar esta crítica con el apoyo al terrorismo o con el antisemitismo es un intento cínico de silenciar a los opositores.

Posicionamiento de Mamdani: 

Mamdani ha denunciado públicamente el antisemitismoy la islamofobia, demostrando su compromiso con la protección de todas las comunidades de Nueva York, incluida la judía.

Un llamamiento a la soberanía de Nueva York

La ciudad de Nueva York, un crisol de culturas, religiones e ideologías, no necesita la tutela de un ministro de Asuntos de la Diáspora de un gobierno extranjero. Las declaraciones de Amichai Chikli no tienen cabida en el debate político estadounidense y deben ser condenadas por todos los demócratas, independientemente de su postura sobre el conflicto israelí-palestino.

 El próximo alcalde de Nueva York ha sido elegido por los neoyorquinos para abordar sus problemas locales: la crisis de la vivienda, el transporte público y la asequibilidad. 

El Ministro Chikli debería ocuparse de los asuntos de su propio país en lugar de incitar a la división en el extranjero y cuestionar la elección democrática de un nuevo líder.

Nueva York seguirá siendo un símbolo de libertad y diversidad, que se enorgullece de su proceso democrático y rechaza cualquier intento de socavarlo con retóricas de miedo y prejuicio. 

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