Uruapan: la erupción de 70,000 almas y el desafío al Estado
La tragedia se viste de blanco y se calza un sombrero de luto. El asesinato del alcalde en funciones, Carlos Manzo; es un estruendoso y directo mensaje de desafío del crimen organizado a la autoridad y a la paz social, escenificado en Uruapan, uno de los municipios más violentados de México.
La imagen de la alcaldesa Grecia Quiroz sosteniendo el sombrero de su esposo no solo simboliza la continuidad de una lucha; cristaliza el rotundo fracaso de las estrategias de seguridad a nivel municipal, estatal y federal. Sin embargo, la verdadera magnitud de la crisis se midió en las calles: el ayuntamiento estimó la asistencia de más de 70,000 uruapensesen una caravana de cuatro horas.
Esta movilización masiva, convocada por los mismos sectores productivos (empresarios, aguacateros, comerciantes) que son víctimas directas de la extorsión, es la evidencia irrefutable de un hartazgo social que ha rebasado los cauces institucionales. Esas 70,000 voces en la calle demuestran que, en Uruapan, el crimen organizado ha logrado establecer un "régimen criminal" que desafía abiertamente la gobernabilidad, haciendo de la extorsión el motor de su economía y del terror su herramienta de control.
La indignación de Uruapan es un espejo de la situación nacional, una evidencia de la normalización de la violencia extrema y la impunidad, donde la capital aguacatera se mantiene como un foco rojo con percepciones de inseguridad que superan a ciudades como Morelia.
El abandono institucional y la cruda realidad de la nueva Alcaldesa
Las palabras de la alcaldesa, aunque cargadas de emotividad y valentía, exponen una cruda realidad institucional en dos planos:
I) La Ineficacia Estatal llevada a Palacio Nacional: El hecho de que Quiroz García haya tenido que ir a la sede presidencial —no a suplicar, sino a "exigir" a la Presidenta de México que "volteen a ver" al municipio y "saquen a todos esos delincuentes que ellos (gobierno federal) saben en dónde se encuentran"— subraya la percepción de abandono y la sospecha de una incapacidad estructural de las altas esferas para desmantelar las redes criminales.
ii) La Democracia Sitiada: El recuerdo de la abuela del alcalde asesinado, advirtiéndole del riesgo del cargo, evidencia que la clase política honesta en Michoacán opera bajo una sentencia de muerte implícita. El fuerte dispositivo de seguridad que ahora protege a la nueva alcaldesa es el símbolo visible de una democracia sitiada por el miedo.
El "voto de castigo" para el 27…
El llamado de Grecia Quiroz a un "voto de castigo" en 2027 para Michoacán, en honor a su esposo, es el elemento político más crítico. Este llamado trasciende el dolor personal para convertirse en una amenaza política frontal al partido en el poder (Morena), responsabilizándolo de facto por la sangre derramada.
Si bien el voto de castigo es una herramienta democrática, la relevancia de esta convocatoria radica en su origen: una víctima directa, respaldada por la movilización cívica más grande registrada, compuesta por la sociedad productiva. El mensaje de los 70,000 es inequívoco: si el gobierno no logra garantizar la seguridad ni desarticular las redes de extorsión que asfixian a la región, la ciudadanía empuñará su voto como la última arma.
La retórica del "sombrero imparable" y la demanda de que "tendrían que venir y matarnos a todos para que esta lucha deje de caminar" subraya la transformación de la indignación en un movimiento de resistencia civil organizada.
La respuesta desfasada de la Presidencia: el agotamiento de la narrativa
El reto para Sheiunbaun: la tragedia de Uruapan y el desafío de los 70,000 marchantes obligan a una revisión profunda de la estrategia de seguridad que, hasta ahora, solo ha contenido las cifras sin desmantelar el poder criminal. El costo de la inacción ya no es solo político; es la vida de sus gobernantes y la soberanía del territorio.
Crece el movimiento del sombrero, y la Presidenta Sheinbaum presentará mañana su Plan Michoacán.
Ante la indignación social, la pregunta de una reportera en la mañanera de ayer fue directa : "¿Qué está fallando si la 'Atención a las Causas' no ha sido suficiente?"
La respuesta de la Presidenta resulta insuficiente, autojustificatoria y peligrosamente desfasada de la urgencia nacional.
La pregunta que surge es: ¿Cuánto tiempo más debemos esperar a que la 'Atención a las Causas' surta efecto, mientras el crimen recluta y arma a nuestros jóvenes hoy?
El inminente "Plan Michoacán por la Paz y la Justicia" anunciado, mientras promete que "no están solas" las familias, corre el riesgo de ser percibido como una reconfiguración meramente táctica y burocrática, más que como un giro estratégico decisivo.
El clamor ciudadano es claro y no puede ser ignorado: se exige una intervención de seguridad y justicia que sea tan rápida, implacable y eficaz como la brutalidad del crimen organizado .
El agotamiento de la "narración del agravio"
Ya no es válido culpar a los García Luna por la violencia y crímenes de hoy, como la aparición de nuevos grupos o las fosas clandestinas que ocurren casi dos décadas después en estados gobernados por Morena, como bien lo dijo Carlos A. Pérez Ricart, un analista cercano a la 4T, la narrativa de Sheinbaum se ha agotado:
"Quienes miramos con simpatía el proyecto de la 4T habremos de reconocerlo: diecinueve años después, el argumento se agotó. García Luna está preso; Calderón está lejos; los muertos, en cambio, siguen aquí. Y muchos de los responsables no están en la cárcel, ni siquiera cerca."
Gobernar agrega exige la "voluntad de hacerse responsable del presente" y dejar de vivir en la "narración del agravio". Si la violencia sigue siendo culpa de 2006, la pregunta final es: "¿Para qué queríamos 2018?", comento. Y coincido.
Uruapan: la Erupción de 70,000 almas y el desafío a la Nación
La tragedia se viste de blanco y se calza un sombrero de luto. El asesinato del alcalde en funciones, Carlos Manzo, no es un suceso aislado; es un estruendoso y directo mensaje de desafío del crimen organizado a la autoridad y a la paz social, escenificado en Uruapan, uno de los municipios más violentados de México.
La presentación de Grecia Quiroz García, sosteniendo el sombrero de su esposo, no solo simboliza la continuidad de una lucha; cristaliza el rotundo fracaso de las estrategias de seguridad a nivel municipal, estatal y federal. Sin embargo, la verdadera magnitud de la crisis se midió en las calles: el ayuntamiento estimó la asistencia de más de 70,000 uruapensesen una caravana de cuatro horas.
Esta movilización masiva, convocada por los mismos sectores productivos (empresarios, aguacateros, comerciantes) que son víctimas directas de la extorsión, es la evidencia irrefutable de un hartazgo social que ha rebasado los cauces institucionales. 70,000 voces en la calle demuestran que, en Uruapan, el crimen organizado ha logrado establecer un "régimen criminal" que desafía abiertamente la gobernabilidad, haciendo de la extorsión el motor de su economía y del terror su herramienta de control.
La indignación de Uruapan es un espejo de la situación nacional, una evidencia de la normalización de la violencia extrema y la impunidad, donde la capital aguacatera se mantiene como un foco rojo con percepciones de inseguridad que superan a ciudades como Morelia.
Las palabras de la alcaldesa, aunque cargadas de emotividad y valentía, exponen una cruda realidad institucional:
i) La ineficacia estatal llevada a Sheiunbaum : el hecho de que Quiroz García haya tenido que ir a Palacio Nacional no a suplicar, sino a "exigir" a la Presidenta de México que "volteen a ver" al municipio y "saquen a todos esos delincuentes que ellos (gobierno federal) saben en dónde se encuentran", subraya la percepción de abandono y la sospecha de una incapacidad estructural de las altas esferas para desmantelar las redes criminales.
ii) El recuerdo de la abuela del alcalde asesinado, advirtiéndole del riesgo del cargo, evidencia que la clase política honesta en Michoacán opera bajo una sentencia de muerte implícita. El fuerte dispositivo de seguridad que ahora protege a la nueva alcaldesa es el símbolo visible de una democracia sitiadapor el miedo.
El "voto de castigo": la amenaza de la resistencia civil
El llamado de Grecia Quiroz a un "voto de castigo" en 2027 para Michoacán, en honor a su esposo, es el elemento político más crítico. Este llamado trasciende el dolor personal para convertirse en una amenaza política frontal al partido en el poder (Morena), responsabilizándolo de facto por la sangre derramada.
Si bien el voto de castigo es una herramienta democrática, la relevancia de esta convocatoria radica en su origen: una víctima directa, respaldada por la movilización cívica más grande registrada, compuesta por la sociedad productiva. El mensaje de los 70,000 es inequívoco: si el gobierno no logra garantizar la seguridad ni desarticular las redes de extorsión que asfixian a la región, la ciudadanía empuñará su voto como la última arma.
La retórica del "sombrero imparable" y la demanda de que "tendrían que venir y matarnos a todos para que esta lucha deje de caminar" subraya la transformación de la indignación en un movimiento de resistencia civil organizada. El reto para el Estado mexicano es ineludible: la tragedia de Uruapan y el desafío de los 70,000 marchantes obligan a una revisión profunda de la estrategia de seguridad que, hasta ahora, solo ha contenido las cifras sin desmantelar el poder criminal. El costo de la inacción ya no es solo político; es la vida de sus gobernantes y la soberanía del territorio.
Crece el movimiento del sombrero…; y la presidenta Sheiunbaum presentará mañana su Plan Michoacan…
Ante la indignación social, la pregunta periodística en la mañanera de ayer por una perortea fue ineludible: ¿Qué está fallando si la 'Atención a las Causas' no ha sido suficiente?
La respuesta de la Presidenta, aunque repite el diagnóstico correcto —la necesidad de ir más allá de las detenciones y atender la marginación tras 36 años de abandono—, resulta insuficiente, autojustificatoria y peligrosamente desfasada de la urgencia nacional.
Con todo respeto, la pregunta ineludible que surge es: ¿Cuánto tiempo más debemos esperar a que la 'Atención a las Causas' surta efecto, mientras el crimen recluta y arma a nuestros jóvenes hoy?
El inminente "Plan Michoacán por la Paz y la Justicia" anunciado por la Presidenta, mientras promete que "no están solas" las familias, corre el riesgo de ser percibido como una reconfiguración meramente táctica y burocrática, más que como un giro estratégico decisivo.
La lentitud del Estado contrasta de forma ofensiva con la desesperación social: mientras la máxima autoridad anuncia la presentación de un plan para "este domingo", la sociedad civil en Uruapan ya decretó un paro general y tuvo que salir a las calles a marchar exigiendo seguridad contundente.
El clamor ciudadano en las calles esta ahí…, lo vimos ayer en Uruapan..y hace semanas en Culiacan... es claro y no puede ser ignorado: se exige una intervención de seguridad y justicia que sea tan rápida, implacable y eficaz como la brutalidad del crimen organizado que actúa en este momento.
Ya no se vale culpar a un hombre preso en Colorado (García Luna) por la violencia y crímenes de hoy, como la aparición de nuevos grupos o las fosas clandestinas que ocurren casi dos décadas después en estados gobernados por la administración actual.; como dice un analista cercano a la cuatrote la narrativa de DSheiunbaum se ha agotado, "Quienes miramos con simpatía el proyecto de la 4T habremos de reconocerlo: diecinueve años después, el argumento se agotó. García Luna está preso; Calderón está lejos; los muertos, en cambio, siguen aquí. Y muchos de los responsables no están en la cárcel, ni siquiera cerca."
Coincido que gobernar exige la "voluntad de hacerse responsable del presente" y dejar de vivir en la "narración del agravio". Si la violencia sigue siendo culpa de 2006, la pregunta final es: "¿para qué queríamos 2018?", comentó Pérez Ricart un anañista cercano a la cuatroté...
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