Precisiones de Adolfo Gilly, El Correo Ilustrado, La Jornada, 25/04/2008;
El cronista que redactó la nota sobre la misa celebrada por los cuatro estudiantes asesinados en Ecuador (La Jornada, jueves 24 de abril, p. 15) escribió que estuve presente en dicha ceremonia “en nombre de las autoridades de la UNAM” y que “comulgué”. Esta información es falsa.
Asistí a la misa oficiada por monseñor Samuel Ruiz. No es la primera vez. Lo he hecho también en San Cristóbal, por otros muertos y otros vivos. He estado presente en ceremonias luctuosas o festivas de otros ritos: protestante, ortodoxo, judío, aymara. Esta vez asistí por solidaridad con los estudiantes asesinados de la UNAM y del IPN y con sus padres y amigos. Pero:
1) No fui “en nombre de las autoridades de la UNAM” sino en el mío propio, y de nadie más.
2) No comulgué, y mal habría hecho en hacerlo porque no soy creyente y no pertenezco al rito católico apostólico romano ni a ningún otro.
En la comunión o acto de comulgar se recibe la eucaristía, uno de los siete sacramentos de la Iglesia católica y de las iglesias orientales. Para los creyentes tomar este sacramento a la ligera es un sacrilegio. Para los no creyentes, hacerlo es una falta de respeto a los creyentes. Si el cronista es católico, tendrá que confesarse y el sacerdote le dirá si incurrió en pecado mortal o en pecado venial. Si no lo es, bastará con que la próxima vez se fije mejor en lo que ve y en lo que escribe.
Adolfo Gilly
Respuesta del reportero
Lamento haber confundido a la persona. Ofrezco una disculpa a Adolfo Gilly, a los lectores y a este diario.
El cronista que redactó la nota sobre la misa celebrada por los cuatro estudiantes asesinados en Ecuador (La Jornada, jueves 24 de abril, p. 15) escribió que estuve presente en dicha ceremonia “en nombre de las autoridades de la UNAM” y que “comulgué”. Esta información es falsa.
Asistí a la misa oficiada por monseñor Samuel Ruiz. No es la primera vez. Lo he hecho también en San Cristóbal, por otros muertos y otros vivos. He estado presente en ceremonias luctuosas o festivas de otros ritos: protestante, ortodoxo, judío, aymara. Esta vez asistí por solidaridad con los estudiantes asesinados de la UNAM y del IPN y con sus padres y amigos. Pero:
1) No fui “en nombre de las autoridades de la UNAM” sino en el mío propio, y de nadie más.
2) No comulgué, y mal habría hecho en hacerlo porque no soy creyente y no pertenezco al rito católico apostólico romano ni a ningún otro.
En la comunión o acto de comulgar se recibe la eucaristía, uno de los siete sacramentos de la Iglesia católica y de las iglesias orientales. Para los creyentes tomar este sacramento a la ligera es un sacrilegio. Para los no creyentes, hacerlo es una falta de respeto a los creyentes. Si el cronista es católico, tendrá que confesarse y el sacerdote le dirá si incurrió en pecado mortal o en pecado venial. Si no lo es, bastará con que la próxima vez se fije mejor en lo que ve y en lo que escribe.
Adolfo Gilly
Respuesta del reportero
Lamento haber confundido a la persona. Ofrezco una disculpa a Adolfo Gilly, a los lectores y a este diario.
Emir Olivares Alonso
La nota cuestionada:
Realizan misa en honor de los mexicanos asesinados en Ecuador
Deudos viajarán a Colombia para reprender a Álvaro Uribe
Deudos viajarán a Colombia para reprender a Álvaro Uribe
La Jornada, 24/04/2008;
Emir Olivares Alonso, reportero
Los padres de los cuatro mexicanos que perdieron la vida durante el ataque de la milicia colombiana contra un campamento de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador anunciaron que en breve irán a Colombia para exigir justicia y “reprender” al presidente Álvaro Uribe por los señalamientos que realizó de que sus hijos son “terroristas, secuestradores y narcotraficantes”.
El anuncio se dio después de la misa que ofreció el obispo emérito Samuel Ruiz en honor de Verónica Velázquez Ramírez, Soren Ulises Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado y Juan González del Castillo, los cuatro estudiantes mexicanos asesinados por el ejército colombiano.
Los cantos eucarísticos dieron inicio a una misa llena de emotividad que cumplió los lineamientos del rito católico. Al pie del altar, las urnas con las cenizas de los jóvenes se posaron sobre las banderas de México y Ecuador –país que recibió y apoyó a los deudos tras la muerte de los jóvenes– y ante inmensos carteles con las fotografías de los cinco estudiantes que se hallaban en el campamento de las FARC, incluida Lucía Morett, única connacional sobreviviente, la iglesia se vio colmada con la presencia de familiares, amigos, compañeros e integrantes de la comunidad universitaria para recordarlos.
La ceremonia religiosa
Justo a las seis de la tarde el obispo emérito Samuel Ruiz apareció en la entrada de la parroquia de Santa María de la Anunciación, perteneciente a la orden de los dominicos –quizás el templo religioso más cercano a Ciudad Universitaria– para acompañar a los deudos. Enfundado en un hábito blanco con coloridos bordados y un modesto crucifijo en su pecho, el purpurado acompañó a los familiares de las víctimas.
Entre los presentes estuvieron, en nombre de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el director de la Facultad de Filosofía y Letras, Ambrosio Velasco, y el historiador Adolfo Gilly –quienes incluso comulgaron–, así como activistas de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos.
“Dios ha recogido a nuestros hermanos en su reino y ahora celebramos en esperanza, sus cuerpos ahora están en putrefacción, pero serán resucitados como ocurrió con Jesús. Cristo triunfó sobre la muerte y por eso nosotros, como Cristo Jesús, resucitaremos y esperamos ser acogidos por él. Serán resucitados esos (cuatro) hermanos nuestros”, fue el mensaje del obispo durante la homilía.
En el sitio de honor, ante el altar, Ana María Ramírez, Marcelo Franco, Telésforo Avilés, Rita del Castillo y Álvaro González, padres de los estudiantes universitarios, escuchaban reflexivos la homilía y no pudieron ocultar su tristeza.
En voz de una de las asistentes se escucharon estas coplas del poeta uruguayo Mario Benedetti, transformadas en canción por Nacha Guevara: “Por las tierras invadidas / por los pueblos conquistados / por la gente sometida / por los hombres explotados / por los muertos en la hoguera / por el justo ajusticiado / por el héroe asesinado / por los fuegos apagados / yo te nombro libertad”.
Al final de la celebración el obispo bendijo los restos de los jóvenes fallecidos y a sus familiares. Al salir fueron recibidos con ¡goyas! y ¡uelums! para recordar a todos que los caídos en Ecuador fueron universitarios y politécnicos “conscientes, con valores más altos que los que representan los dólares y los lujos”, como lo afirmó durante la misa Rita del Castillo.
Posteriormente, en rueda de prensa y ante la sorpresa del director de Filosofía, los padres anunciaron su viaje a Colombia para “informar al pueblo de ese país” que Uribe ha mentido y difamado a sus hijos.
El directivo universitario brindó el apoyo para ese viaje.
Los padres de los cuatro mexicanos que perdieron la vida durante el ataque de la milicia colombiana contra un campamento de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Ecuador anunciaron que en breve irán a Colombia para exigir justicia y “reprender” al presidente Álvaro Uribe por los señalamientos que realizó de que sus hijos son “terroristas, secuestradores y narcotraficantes”.
El anuncio se dio después de la misa que ofreció el obispo emérito Samuel Ruiz en honor de Verónica Velázquez Ramírez, Soren Ulises Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado y Juan González del Castillo, los cuatro estudiantes mexicanos asesinados por el ejército colombiano.
Los cantos eucarísticos dieron inicio a una misa llena de emotividad que cumplió los lineamientos del rito católico. Al pie del altar, las urnas con las cenizas de los jóvenes se posaron sobre las banderas de México y Ecuador –país que recibió y apoyó a los deudos tras la muerte de los jóvenes– y ante inmensos carteles con las fotografías de los cinco estudiantes que se hallaban en el campamento de las FARC, incluida Lucía Morett, única connacional sobreviviente, la iglesia se vio colmada con la presencia de familiares, amigos, compañeros e integrantes de la comunidad universitaria para recordarlos.
La ceremonia religiosa
Justo a las seis de la tarde el obispo emérito Samuel Ruiz apareció en la entrada de la parroquia de Santa María de la Anunciación, perteneciente a la orden de los dominicos –quizás el templo religioso más cercano a Ciudad Universitaria– para acompañar a los deudos. Enfundado en un hábito blanco con coloridos bordados y un modesto crucifijo en su pecho, el purpurado acompañó a los familiares de las víctimas.
Entre los presentes estuvieron, en nombre de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el director de la Facultad de Filosofía y Letras, Ambrosio Velasco, y el historiador Adolfo Gilly –quienes incluso comulgaron–, así como activistas de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos.
“Dios ha recogido a nuestros hermanos en su reino y ahora celebramos en esperanza, sus cuerpos ahora están en putrefacción, pero serán resucitados como ocurrió con Jesús. Cristo triunfó sobre la muerte y por eso nosotros, como Cristo Jesús, resucitaremos y esperamos ser acogidos por él. Serán resucitados esos (cuatro) hermanos nuestros”, fue el mensaje del obispo durante la homilía.
En el sitio de honor, ante el altar, Ana María Ramírez, Marcelo Franco, Telésforo Avilés, Rita del Castillo y Álvaro González, padres de los estudiantes universitarios, escuchaban reflexivos la homilía y no pudieron ocultar su tristeza.
En voz de una de las asistentes se escucharon estas coplas del poeta uruguayo Mario Benedetti, transformadas en canción por Nacha Guevara: “Por las tierras invadidas / por los pueblos conquistados / por la gente sometida / por los hombres explotados / por los muertos en la hoguera / por el justo ajusticiado / por el héroe asesinado / por los fuegos apagados / yo te nombro libertad”.
Al final de la celebración el obispo bendijo los restos de los jóvenes fallecidos y a sus familiares. Al salir fueron recibidos con ¡goyas! y ¡uelums! para recordar a todos que los caídos en Ecuador fueron universitarios y politécnicos “conscientes, con valores más altos que los que representan los dólares y los lujos”, como lo afirmó durante la misa Rita del Castillo.
Posteriormente, en rueda de prensa y ante la sorpresa del director de Filosofía, los padres anunciaron su viaje a Colombia para “informar al pueblo de ese país” que Uribe ha mentido y difamado a sus hijos.
El directivo universitario brindó el apoyo para ese viaje.
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