Chávez se entrevistará por primera vez con el presidente Dmitri Medvédev, con quien desea crear una relación de "amistad y confianza política".
Venezuela negociará en Moscú una compra de tanques -lo más probable de T-90C-, está interesada también en comprar entre 10 y 20 sistemas de defensa antiaérea Tor-M1, del mismo tipo que el Kremlin vendió a Irán, y posiblemente aviones de transporte.
Moscú podría vender asimismo a Chávez tres submarinos diésel-eléctricos clase Kilo según la clasificación de la OTAN, Proyecto 636 según los rusos. Estos sumergibles de tercera generación, dotados de seis lanzatorpedos, permitirían a Venezuela retirar los dos alemanes de la clase 209 que la Armada tiene en servicio desde hace más de 30 años.
El paquete de compras de armamento por Venezuela puede superar los 1.000 millones de dólares.
Por si esto fuera poco, Caracas planea comprar en el futuro otros seis submarinos no atómicos y varias decenas de otro tipo de naves.
Rosoboronexport, la firma rusa que se ocupa de la venta de armas, está ofreciendo a Venezuela lanchas de patrullaje 1430 Mirage, lanchas de desembarco 12691E Murena, sistemas costeros móviles de misiles contra buques, lanchas y medios de desembarco que pueden dar contra blancos ubicados a 130 kilómetros de distancia.
Venezuela se ha convertido en el principal comprador latinoamericano de armas rusas en los últimos años. En 2005 y 2006, Chávez firmó contratos de compra de armamento ruso por más de 2.000 millones de euros: aviones de combate Sukhoi, helicópteros, sistemas de defensa antiaérea. Para dar mantenimiento a esas armas, en esta visita de Chávez se prevé firmar contratos para la creación en Venezuela de centros de servicio.
Pero los rusos están interesados no sólo en la cooperación en la esfera militar. Las grandes compañías energéticas rusas -Gazprom, Lukoil, TNK-BP- quisieran ampliar sus actividades en el mercado venezolano, así como el gigante de aluminio RusAl y otras empresas.
Agencias
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