Los Infiltrados/ Anabel Hernández, Reporte Índigo;
http://download.reporteindigo.com/ic/pdf/104/reporte.pdf
Los cuatro hombres que abrieron fuego para defender a los Zambada, miembros del Cártel de Sinaloa, son policías en activo vinculados a la Secretaría de Seguridad Pública federal y al equipo cercano de Genaro García Luna.
De acuerdo a versiones periodísticas, el miércoles 22 de octubre, un grupo de la SSP acudió a la casa donde fueron aprehendidos los Zambada e intentaron irrumpir en el lugar sin autorización e los elementos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) que hacían un cateo.
El gran ausente en el operativo para capturar a los narcotraficantes fue la SSP.
De nueva cuenta, como en el caso de Lorena González Hernández, las autoridades mienten. Marco Antonio Valadez Rico, de 34 años, participó en el tiroteo para defender a los Zambada. La SIEDO dice que Váladez Rico es un ex elemento de la Policía Judicial Federal (PJF), pero en realidad es un mando medio-superior que está en activo en la Coordinación de Seguridad Regional de la PFP, cuyo titular es Ramón Pequeño.
Después de varios ascensos en la AFI, ingresó a la PFP el 1 de abril pasado con el grado de subinspector. Se supone que para ocupar ese puesto, debió haber pasado los exámenes de confianza
La refriega entre policías
El 20 de octubre pasado, a las tres de la tarde, inició la balacera en la tranquila cerrada de Santa Bárbara. Los casquillos rebotaban por doquier. Durante hora y media, los vecinos se mantuvieron encerrados en sus casas aterrados. En el intercambio de proyectiles, era imposible distinguir quiénes eran los buenos y quiénes los malos. En la calle había agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) adscritos a la SIEDO y elementos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).Arriba, en la azotea, había más elementos de la AFI, la PFP y la Policía Ministerial del Estado de México. Se balaceaban unos a otros.
Los cuatro hombres que abrieron fuego para defender a los Zambada, miembros del Cártel de Sinaloa, son policías en activo vinculados a la Secretaría de Seguridad Pública federal y al equipo cercano de Genaro García Luna.
De acuerdo a versiones periodísticas, el miércoles 22 de octubre, un grupo de la SSP acudió a la casa donde fueron aprehendidos los Zambada e intentaron irrumpir en el lugar sin autorización e los elementos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) que hacían un cateo.
El gran ausente en el operativo para capturar a los narcotraficantes fue la SSP.
De nueva cuenta, como en el caso de Lorena González Hernández, las autoridades mienten. Marco Antonio Valadez Rico, de 34 años, participó en el tiroteo para defender a los Zambada. La SIEDO dice que Váladez Rico es un ex elemento de la Policía Judicial Federal (PJF), pero en realidad es un mando medio-superior que está en activo en la Coordinación de Seguridad Regional de la PFP, cuyo titular es Ramón Pequeño.
Después de varios ascensos en la AFI, ingresó a la PFP el 1 de abril pasado con el grado de subinspector. Se supone que para ocupar ese puesto, debió haber pasado los exámenes de confianza
La refriega entre policías
El 20 de octubre pasado, a las tres de la tarde, inició la balacera en la tranquila cerrada de Santa Bárbara. Los casquillos rebotaban por doquier. Durante hora y media, los vecinos se mantuvieron encerrados en sus casas aterrados. En el intercambio de proyectiles, era imposible distinguir quiénes eran los buenos y quiénes los malos. En la calle había agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) adscritos a la SIEDO y elementos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).Arriba, en la azotea, había más elementos de la AFI, la PFP y la Policía Ministerial del Estado de México. Se balaceaban unos a otros.
La escena hubiera sido la envidia de Martin Scorsese, director de la multipremiada película “Los Infiltrados”, que retrata la penetración criminal en la Unidad de Investigación Especial en Boston. Pero lo que ocurrió en la calle Santa Bárbara, en la Colonia San Bartolo Atepehuacán, a un costado de la Lindavista, no fue ficción. Testigos presenciales narraron a Reporte Índigo lo que ocurrió en esa cerrada durante los últimos cuatro meses, desde que llegaron los Zambada a rentar una casa que estuvo desocupada durante mucho tiempo.
En los hechos del 20 de octubre, mientras los Zambada trataban de huir, los policías se enfrentaban entre sí. Unos defendían a los narcotraficantes, otros los enfrentaban.
Cuatro de los hombres que procuraban la fuga de los narcotraficantes son policías en activo vinculados a la SSP y al equipo más próximo al secretario Genaro García Luna
Así lo muestran los documentos oficiales en poder de Reporte Índigo.
Según información proporcionada por Marisela Morales, titular de la SIEDO, Marco Antonio Valadez Rico era un ex policía de la PJF. Sin embargo, documentos de la Secretaría de la Función Pública señalan que es un elemento activo de la PFP con grado de subinspector adscrito a la Coordinación de Seguridad Regional, cuyo titular es Ramón Pequeño.
Otros dos policías en activo son Carlos Gerardo Castillo Ramírez, elemento de la AFI adscrito al área de Despliegue Regional, y José Guillermo Báez Figueroa, miembro de la PFP adscrito a la Coordinación de Seguridad Regional que supuestamente estaba en proceso de baja desde febrero de este año, pero su credencial le fue entregada en marzo pasado. Además, su padre estuvo en la AFI hasta el 15 de julio pasado.
Por último está Francisco Montaño Ochoa, policía ministerial del Estado de México adscrito a Tlalnepantla. El director de la Policía Ministerial de esa entidad es Luis Manuel Becerril Mina, hombre de toda la confianza de García Luna y de Luis Cárdenas Palomino, coordinador general de Inteligencia para la Prevención del Delito de la PFP.
El 30 de marzo de este año, Becerril Mina dejó su cargo de director adjunto de la Coordinación de Seguridad Regional, que entonces encabezaba Edgar Eusebio Millán, para irse a trabajar al Estado de México por recomendación de la SSP.
Éstas son sus historias. Las de los narcopolicías. Los infiltrados
La Balacera
Hace cuatro meses, los Zambada llegaron a la calle Santa Bárbara, en la colonia San Bartolo Atepehuacán, una colonia de clase media-baja ubicada a un costado de la Lindavista, en la Delegación Gustavo A. Madero.
Ocuparon una enorme casa que por mucho tiempo estuvo en venta o renta. La vivienda tenía una ubicación privilegiada. Contaba con dos entradas, una sobre la avenida Wilfrido Massieu número 430 y otra sobre la discreta cerrada de Santa Rosa. En el lugar no había escándalos. Sus residentes eran tranquilos. Lo que preocupaba a los vecinos era la constante entrada y salida de policías armados. Eso llegó a inquietar a varios de los residentes, por lo que decidieron hacer una denuncia a las autoridades.
En la SIEDO tampoco sabían a ciencia cierta de qué se trataba.
El pasado 20 de octubre, quienes viven en la cerrada de Santa Bárbara se enteraron de que sus vecinos eran parientes de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa junto con Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ignacio Coronel Villarreal.
De acuerdo a la información que hicieron pública la PGR y la PGJDF, en el operativo conjunto fueron detenidos Jesús Zambada García, “El Rey”, su hijo Jesús Zambada Reyes, su hijastro Ricardo Flores Quintana y su sobrino Juan José Parra Zambada.
Los vecinos que pretendían salir de sus casas no lo pudieron hacer porque los agentes les advirtieron que había un problema.
Según versiones de varios testigos, los narcotraficantes intentaron escapar caminando, sin prisa. Pero cuando comenzaron a ser perseguidos, algunos intentaron evadirse a través de una reja de la cerrada que está clausurada, pero era muy alta para escalarla. Otros fueron detenidos en un pequeño jardín comunal.
Aparentemente, ni “El Rey” Zambada ni sus familiares hicieron un solo disparo. Lo hicieron por ellos los policías que los cuidaban, quienes se pertrecharon en la azotea de una de las casas y comenzaron a disparar.
Después de hora y media, los narcotraficantes fueron vencidos y detenidos.
Un detalle importante es que los elementos de la SIEDO pidieron auxilio a la PGJDF, no a la SSP ni a la Policía Federal Preventiva
Marco Antonio Valadez Rico
Marco Antonio Valadez Rico ingresó a la Policía Judicial Federal el 20 de diciembre de 1999 y fue adscrito a la delegación de la PGR en Hidalgo. Ahí permaneció durante años.
En 2006 se incorporó a la Dirección General de Despliegue Regional Policial, donde estaba Edgar Eusebio Millán, quien fue ejecutado en mayo de este año.
El 31 de marzo pasado salió de la AFI. Al día siguiente ingresó a la PFP con el grado de subinspector.
Según documentación de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Valadez Rico se incorporó a la Coordinación de Seguridad Regional cuando el titular era Millán.
Presentó su declaración patrimonial de inicio de cargo el 17 de junio, pero no permitió que se hicieran públicos sus datos patrimoniales. Actualmente es un elemento en activo.
Se supone que para ocupar el puesto que todavía tiene, debió pasar los exámenes de confianza del Estado Mayor de la PFP, cuyo titular es otro hombre cercano a García Luna: Oswaldo Luna Valderrábano.
La titular de la SIEDO afirmó que había sido elemento de la Policía Judicial Federal. No informó que es un elemento activo. ¿Por qué ocultó su estatus? ¿O quién le dio información equivocada? Fuentes de la PFP señalan que Valadez Rico también está adscrito al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Carlos Gerardo Castillo Ramírez
Ingresó a la AFI en 2002, cuando Genaro García Luna era el titular. Estaba adscrito al Centro de Mando, encabezado entonces por Domingo González Díaz, cercano colaborador del hoy secretario de Seguridad Pública.
González Díaz está prófugo desde el 11 de septiembre de 2004, cuando se le abrió la averiguación previa pgr/siedo/ueidcs /013/04 porque presuntamente recibió sobornos del Cártel de Sinaloa. De acuerdo a diversas informaciones periodísticas, su jefe, Javier Garza Palacios, entonces director general de Operaciones Especiales, lo alertó para que pudiera fugarse.
Castillo Ramírez estudió la licenciatura en Ciencias Aduanales y Comercio Exterior en el Colegio Holandés, pero sólo cursó hasta el segundo semestre. Antes de ingresar a la AFI, era asistente para administrar el archivo clínico del ISSSTE. Entró a la AFI gracias a los nuevos mecanismos de control de confianza diseñados por García Luna cuando era titular de la Agencia. Según él, eran similares a los del FBI.
En 2005, Castillo Ramírez fue reubicado en la Dirección General de Despliegue Regional, cuyo titular era Edgar Eusebio Millán. Actualmente, esa dependencia está a cargo de Francisco Javier Gómez Mesa. Apenas el 22 de mayo pasado, Carlos Gerardo Castillo Ramírez presentó su declaración patrimonial. En ella quedó asentado que percibía un ingreso mensual de 33 mil 690 pesos.
José Guillermo Báez Figueroa
Tiene 32 años y es originario de Mexicali, Baja California. Su nivel máximo de estudios es bachillerato. Ingresó a la AFI el 1 de enero de 2001, también bajo los nuevos mecanismos de control de confianza implementados por García Luna.
Tenía grado de suboficial. Presentó su última declaración patrimonial en 2003, cuando ingresó a la PFP como subdelegado adscrito al área de Inteligencia Federal.
A raíz de la balacera del 20 de octubre, la SIEDO señaló que José Guillermo Báez Figueroa estaba adscrito al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y se encontraba en proceso de baja de la PFP. Sin embargo, la credencial que portaba, y que fue presentada ante los medios de comunicación, documenta como inicio de vigencia el mes de marzo de 2008. Este documento de identificación tenía la firma de Facundo Rosas Rosas, subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP. Si Báez Figueroa estaba en proceso de baja, ¿por qué darle una nueva credencial? La SIEDO informó que estaba adscrito al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México bajo las órdenes de José Antonio Montes Garfias, a quien la SSP acusa de ser asesino de Edgar Eusebio Millán, ex coordinador de Seguridad Regional de la PFP ejecutado en mayo pasado.
En Reporte Índigo presentamos hace unas semanas la hoja de ingreso de Montes Garfias y sus cartas de recomendación. Entró a la PFP en agosto de 2000 a solicitud de Genaro García Luna y con una recomendación del vicealmirante José Luis Figueroa Cuevas, otro hombre muy cercano al titular de la SSP y a Wilfrido Robledo Madrid.
A la AFI también está adscrito otro José Guillermo Báez Figueroa, pero éste de 67 años y con una larga trayectoria en Mexicali. Fuentes de la PFP señalan que es padre del José Guillermo que participó en la balacera de la cerrada de Santa Bárbara.
José Guillermo padre estuvo de 1982 a 1993 en la Subjefatura de la aduana fronteriza de Mexicali, Baja California. De 1993 a 1994 se desempeñó como subdirector de la Policía Judicial del Distrito Federal. Estaba adscrito a las delegaciones Álvaro Obregón y Magdalena Contreras.
De 1994 a 1995 fue subdirector administrativo de la Dirección General de Reclusorios y Centros de Readaptación Social en la Secretaría de Gobernación.
Ingresó a la policía judicial en 1995 y permaneció hasta fines de 2001, cuando fue creada la AFI. Hasta agosto pasado, Báez Figueroa padre era agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Contra el Ambiente y Previstos en Leyes Especiales, que se ocupa desde el combate a casas de juego clandestinas, hasta el decomiso de químicos peligrosos.
Actualmente, el responsable es Salvador González de los Santos, quien fue procurador general de Justicia de Jalisco de 2005 a 2007. También fue subprocurador contra la Delincuencia Organizada. Báez Figueroa padre presentó su declaración patrimonial de conclusión de cargo el 13 de agosto de 2008. Tenía un sueldo mensual de 22 mil 300 pesos.
Francisco Montaño Ochoa
Primero fue presentado como policía ministerial del Estado de México adscrito a Tlalnepantla. Después dijeron que era policía municipal de del mismo municipio dedicado al combate de secuestros.
La página de Internet de la administración municipal de Tlalnepantla tiene registrados a todos los policías del ayuntamiento con nombre, apellidos y foto. En ningún lugar aparece Montaño Ochoa.
Fuentes consultadas por Reporte Índigo corroboraron que era policía ministerial.
El actual director de la Policía Ministerial del Estado de México es Luis Manuel Becerril Mina, hombre cercano a Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino. El 30 de marzo pasado, Montaño Ochoa dejó su cargo de director adjunto de la Coordinación de Seguridad Regional para trabajar en el Estado de México. Fue recomendado por la SSP. Es hombre cercano a Luis Cárdenas Palomino y Francisco Javier Garza Palacios. Este último actualmente es agregado de la PFP en la Embajada de México en Colombia.
Becerril Mina era agente de la Policía Judicial Federal cuando García Luna sustituyó a la PJF por la AFI, y se quedó en la corporación dentro del Cuerpo de Seguridad. En 2006, ascendió a primer subcomandante de Investigación de Delitos. Y al año siguiente ingresó a la PFP como comisario, trabajando directamente con el entonces comisionado interino Edgar Eusebio Millán. Después fue nombrado director adjunto de la Coordinación de Seguridad Regional.
Detienen a jefe De la PfP
El 22 de octubre pasado, dos días después de la detención de los Zambada y sus cómplices, fue aprehendido Julián Anguiano Díaz, comandante de la PFP responsable de la seguridad en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y ex miembro de la Secretaría de Marina. No fue detenido a raíz de las investigaciones sobre la penetración del Cártel de Sinaloa en el sistema de control del AICM, sino por cargos de violación y lesiones cuando fue encargado de la seguridad pública en Tapachula, Chiapas. Una mujer policía de su corporación lo acusó penalmente de haberla violado.
Pese a sus oscuros antecedentes, el 16 de agosto pasado ingresó a la PFP como director general. Le dieron el puesto de más alta jerarquía en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México bajo las órdenes de Ramón Pequeño. Fue detenido en las instalaciones del aeropuerto por elementos de la Policía Judicial de Chiapas.
La PFP obstaculiza la investigación
¿Por qué Genaro García Luna no ha dicho nada respecto a los elementos que están bajo su mando? ¿Por qué estaban con los Zambada el 20 de octubre? ¿Quién les daba autorización para ausentarse de sus puestos?
Ayer jueves, el periódico Reforma publicó una noticia que explica la tensa situación. “Agentes de la Policía Federal irrumpieron ayer en una diligencia que realizaba la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada en la casa en donde detuvieron a Jesús ‘Rey’ Zambada, el principal operador del Cártel de Sinaloa en el centro del País.
“Los agentes intentaron tirar una cerca contigua al inmueble ubicado en el número 430 de la Avenida Wilfrido Massieu, mientras la SIEDO realizaba peritajes en ese lugar.
“Alrededor de las 14:00 horas, cinco patrullas tipo Pick Up, con unos 10 elementos cada una, además de tres vehículos particulares, llegaron al lugar y traspasaron la línea perimetral que habían trazado los peritos.
“De uno de los vehículos, cuatro agentes armados descendieron e intentaron romper una reja, pero los agentes federales adscritos a la SIEDO se los impidieron. “Quien se presentó como responsable del contingente, y viajaba en un auto compacto deportivo color negro y sin placas, se entrevistó con una de las encargadas de la diligencia. “‘Vengo por instrucciones superiores’, dijo el hombre con chaleco antibalas, mientras se comunicaba con alguien en su radio nextel. “ ‘Yo necesito que me diga quién lo mandó’, espetó la funcionaria de la PGR. “Tres minutos después se retiraron del lugar”.
Los vecinos afirman que de la casa de seguridad de los Zambada entraban y salían policías. ¿Por qué fueron elementos de la PFP a esa vivienda?
En los hechos del 20 de octubre, mientras los Zambada trataban de huir, los policías se enfrentaban entre sí. Unos defendían a los narcotraficantes, otros los enfrentaban.
Cuatro de los hombres que procuraban la fuga de los narcotraficantes son policías en activo vinculados a la SSP y al equipo más próximo al secretario Genaro García Luna
Así lo muestran los documentos oficiales en poder de Reporte Índigo.
Según información proporcionada por Marisela Morales, titular de la SIEDO, Marco Antonio Valadez Rico era un ex policía de la PJF. Sin embargo, documentos de la Secretaría de la Función Pública señalan que es un elemento activo de la PFP con grado de subinspector adscrito a la Coordinación de Seguridad Regional, cuyo titular es Ramón Pequeño.
Otros dos policías en activo son Carlos Gerardo Castillo Ramírez, elemento de la AFI adscrito al área de Despliegue Regional, y José Guillermo Báez Figueroa, miembro de la PFP adscrito a la Coordinación de Seguridad Regional que supuestamente estaba en proceso de baja desde febrero de este año, pero su credencial le fue entregada en marzo pasado. Además, su padre estuvo en la AFI hasta el 15 de julio pasado.
Por último está Francisco Montaño Ochoa, policía ministerial del Estado de México adscrito a Tlalnepantla. El director de la Policía Ministerial de esa entidad es Luis Manuel Becerril Mina, hombre de toda la confianza de García Luna y de Luis Cárdenas Palomino, coordinador general de Inteligencia para la Prevención del Delito de la PFP.
El 30 de marzo de este año, Becerril Mina dejó su cargo de director adjunto de la Coordinación de Seguridad Regional, que entonces encabezaba Edgar Eusebio Millán, para irse a trabajar al Estado de México por recomendación de la SSP.
Éstas son sus historias. Las de los narcopolicías. Los infiltrados
La Balacera
Hace cuatro meses, los Zambada llegaron a la calle Santa Bárbara, en la colonia San Bartolo Atepehuacán, una colonia de clase media-baja ubicada a un costado de la Lindavista, en la Delegación Gustavo A. Madero.
Ocuparon una enorme casa que por mucho tiempo estuvo en venta o renta. La vivienda tenía una ubicación privilegiada. Contaba con dos entradas, una sobre la avenida Wilfrido Massieu número 430 y otra sobre la discreta cerrada de Santa Rosa. En el lugar no había escándalos. Sus residentes eran tranquilos. Lo que preocupaba a los vecinos era la constante entrada y salida de policías armados. Eso llegó a inquietar a varios de los residentes, por lo que decidieron hacer una denuncia a las autoridades.
En la SIEDO tampoco sabían a ciencia cierta de qué se trataba.
El pasado 20 de octubre, quienes viven en la cerrada de Santa Bárbara se enteraron de que sus vecinos eran parientes de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa junto con Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ignacio Coronel Villarreal.
De acuerdo a la información que hicieron pública la PGR y la PGJDF, en el operativo conjunto fueron detenidos Jesús Zambada García, “El Rey”, su hijo Jesús Zambada Reyes, su hijastro Ricardo Flores Quintana y su sobrino Juan José Parra Zambada.
Los vecinos que pretendían salir de sus casas no lo pudieron hacer porque los agentes les advirtieron que había un problema.
Según versiones de varios testigos, los narcotraficantes intentaron escapar caminando, sin prisa. Pero cuando comenzaron a ser perseguidos, algunos intentaron evadirse a través de una reja de la cerrada que está clausurada, pero era muy alta para escalarla. Otros fueron detenidos en un pequeño jardín comunal.
Aparentemente, ni “El Rey” Zambada ni sus familiares hicieron un solo disparo. Lo hicieron por ellos los policías que los cuidaban, quienes se pertrecharon en la azotea de una de las casas y comenzaron a disparar.
Después de hora y media, los narcotraficantes fueron vencidos y detenidos.
Un detalle importante es que los elementos de la SIEDO pidieron auxilio a la PGJDF, no a la SSP ni a la Policía Federal Preventiva
Marco Antonio Valadez Rico
Marco Antonio Valadez Rico ingresó a la Policía Judicial Federal el 20 de diciembre de 1999 y fue adscrito a la delegación de la PGR en Hidalgo. Ahí permaneció durante años.
En 2006 se incorporó a la Dirección General de Despliegue Regional Policial, donde estaba Edgar Eusebio Millán, quien fue ejecutado en mayo de este año.
El 31 de marzo pasado salió de la AFI. Al día siguiente ingresó a la PFP con el grado de subinspector.
Según documentación de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Valadez Rico se incorporó a la Coordinación de Seguridad Regional cuando el titular era Millán.
Presentó su declaración patrimonial de inicio de cargo el 17 de junio, pero no permitió que se hicieran públicos sus datos patrimoniales. Actualmente es un elemento en activo.
Se supone que para ocupar el puesto que todavía tiene, debió pasar los exámenes de confianza del Estado Mayor de la PFP, cuyo titular es otro hombre cercano a García Luna: Oswaldo Luna Valderrábano.
La titular de la SIEDO afirmó que había sido elemento de la Policía Judicial Federal. No informó que es un elemento activo. ¿Por qué ocultó su estatus? ¿O quién le dio información equivocada? Fuentes de la PFP señalan que Valadez Rico también está adscrito al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Carlos Gerardo Castillo Ramírez
Ingresó a la AFI en 2002, cuando Genaro García Luna era el titular. Estaba adscrito al Centro de Mando, encabezado entonces por Domingo González Díaz, cercano colaborador del hoy secretario de Seguridad Pública.
González Díaz está prófugo desde el 11 de septiembre de 2004, cuando se le abrió la averiguación previa pgr/siedo/ueidcs /013/04 porque presuntamente recibió sobornos del Cártel de Sinaloa. De acuerdo a diversas informaciones periodísticas, su jefe, Javier Garza Palacios, entonces director general de Operaciones Especiales, lo alertó para que pudiera fugarse.
Castillo Ramírez estudió la licenciatura en Ciencias Aduanales y Comercio Exterior en el Colegio Holandés, pero sólo cursó hasta el segundo semestre. Antes de ingresar a la AFI, era asistente para administrar el archivo clínico del ISSSTE. Entró a la AFI gracias a los nuevos mecanismos de control de confianza diseñados por García Luna cuando era titular de la Agencia. Según él, eran similares a los del FBI.
En 2005, Castillo Ramírez fue reubicado en la Dirección General de Despliegue Regional, cuyo titular era Edgar Eusebio Millán. Actualmente, esa dependencia está a cargo de Francisco Javier Gómez Mesa. Apenas el 22 de mayo pasado, Carlos Gerardo Castillo Ramírez presentó su declaración patrimonial. En ella quedó asentado que percibía un ingreso mensual de 33 mil 690 pesos.
José Guillermo Báez Figueroa
Tiene 32 años y es originario de Mexicali, Baja California. Su nivel máximo de estudios es bachillerato. Ingresó a la AFI el 1 de enero de 2001, también bajo los nuevos mecanismos de control de confianza implementados por García Luna.
Tenía grado de suboficial. Presentó su última declaración patrimonial en 2003, cuando ingresó a la PFP como subdelegado adscrito al área de Inteligencia Federal.
A raíz de la balacera del 20 de octubre, la SIEDO señaló que José Guillermo Báez Figueroa estaba adscrito al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y se encontraba en proceso de baja de la PFP. Sin embargo, la credencial que portaba, y que fue presentada ante los medios de comunicación, documenta como inicio de vigencia el mes de marzo de 2008. Este documento de identificación tenía la firma de Facundo Rosas Rosas, subsecretario de Estrategia e Inteligencia Policial de la SSP. Si Báez Figueroa estaba en proceso de baja, ¿por qué darle una nueva credencial? La SIEDO informó que estaba adscrito al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México bajo las órdenes de José Antonio Montes Garfias, a quien la SSP acusa de ser asesino de Edgar Eusebio Millán, ex coordinador de Seguridad Regional de la PFP ejecutado en mayo pasado.
En Reporte Índigo presentamos hace unas semanas la hoja de ingreso de Montes Garfias y sus cartas de recomendación. Entró a la PFP en agosto de 2000 a solicitud de Genaro García Luna y con una recomendación del vicealmirante José Luis Figueroa Cuevas, otro hombre muy cercano al titular de la SSP y a Wilfrido Robledo Madrid.
A la AFI también está adscrito otro José Guillermo Báez Figueroa, pero éste de 67 años y con una larga trayectoria en Mexicali. Fuentes de la PFP señalan que es padre del José Guillermo que participó en la balacera de la cerrada de Santa Bárbara.
José Guillermo padre estuvo de 1982 a 1993 en la Subjefatura de la aduana fronteriza de Mexicali, Baja California. De 1993 a 1994 se desempeñó como subdirector de la Policía Judicial del Distrito Federal. Estaba adscrito a las delegaciones Álvaro Obregón y Magdalena Contreras.
De 1994 a 1995 fue subdirector administrativo de la Dirección General de Reclusorios y Centros de Readaptación Social en la Secretaría de Gobernación.
Ingresó a la policía judicial en 1995 y permaneció hasta fines de 2001, cuando fue creada la AFI. Hasta agosto pasado, Báez Figueroa padre era agente del Ministerio Público adscrito a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Contra el Ambiente y Previstos en Leyes Especiales, que se ocupa desde el combate a casas de juego clandestinas, hasta el decomiso de químicos peligrosos.
Actualmente, el responsable es Salvador González de los Santos, quien fue procurador general de Justicia de Jalisco de 2005 a 2007. También fue subprocurador contra la Delincuencia Organizada. Báez Figueroa padre presentó su declaración patrimonial de conclusión de cargo el 13 de agosto de 2008. Tenía un sueldo mensual de 22 mil 300 pesos.
Francisco Montaño Ochoa
Primero fue presentado como policía ministerial del Estado de México adscrito a Tlalnepantla. Después dijeron que era policía municipal de del mismo municipio dedicado al combate de secuestros.
La página de Internet de la administración municipal de Tlalnepantla tiene registrados a todos los policías del ayuntamiento con nombre, apellidos y foto. En ningún lugar aparece Montaño Ochoa.
Fuentes consultadas por Reporte Índigo corroboraron que era policía ministerial.
El actual director de la Policía Ministerial del Estado de México es Luis Manuel Becerril Mina, hombre cercano a Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino. El 30 de marzo pasado, Montaño Ochoa dejó su cargo de director adjunto de la Coordinación de Seguridad Regional para trabajar en el Estado de México. Fue recomendado por la SSP. Es hombre cercano a Luis Cárdenas Palomino y Francisco Javier Garza Palacios. Este último actualmente es agregado de la PFP en la Embajada de México en Colombia.
Becerril Mina era agente de la Policía Judicial Federal cuando García Luna sustituyó a la PJF por la AFI, y se quedó en la corporación dentro del Cuerpo de Seguridad. En 2006, ascendió a primer subcomandante de Investigación de Delitos. Y al año siguiente ingresó a la PFP como comisario, trabajando directamente con el entonces comisionado interino Edgar Eusebio Millán. Después fue nombrado director adjunto de la Coordinación de Seguridad Regional.
Detienen a jefe De la PfP
El 22 de octubre pasado, dos días después de la detención de los Zambada y sus cómplices, fue aprehendido Julián Anguiano Díaz, comandante de la PFP responsable de la seguridad en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y ex miembro de la Secretaría de Marina. No fue detenido a raíz de las investigaciones sobre la penetración del Cártel de Sinaloa en el sistema de control del AICM, sino por cargos de violación y lesiones cuando fue encargado de la seguridad pública en Tapachula, Chiapas. Una mujer policía de su corporación lo acusó penalmente de haberla violado.
Pese a sus oscuros antecedentes, el 16 de agosto pasado ingresó a la PFP como director general. Le dieron el puesto de más alta jerarquía en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México bajo las órdenes de Ramón Pequeño. Fue detenido en las instalaciones del aeropuerto por elementos de la Policía Judicial de Chiapas.
La PFP obstaculiza la investigación
¿Por qué Genaro García Luna no ha dicho nada respecto a los elementos que están bajo su mando? ¿Por qué estaban con los Zambada el 20 de octubre? ¿Quién les daba autorización para ausentarse de sus puestos?
Ayer jueves, el periódico Reforma publicó una noticia que explica la tensa situación. “Agentes de la Policía Federal irrumpieron ayer en una diligencia que realizaba la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada en la casa en donde detuvieron a Jesús ‘Rey’ Zambada, el principal operador del Cártel de Sinaloa en el centro del País.
“Los agentes intentaron tirar una cerca contigua al inmueble ubicado en el número 430 de la Avenida Wilfrido Massieu, mientras la SIEDO realizaba peritajes en ese lugar.
“Alrededor de las 14:00 horas, cinco patrullas tipo Pick Up, con unos 10 elementos cada una, además de tres vehículos particulares, llegaron al lugar y traspasaron la línea perimetral que habían trazado los peritos.
“De uno de los vehículos, cuatro agentes armados descendieron e intentaron romper una reja, pero los agentes federales adscritos a la SIEDO se los impidieron. “Quien se presentó como responsable del contingente, y viajaba en un auto compacto deportivo color negro y sin placas, se entrevistó con una de las encargadas de la diligencia. “‘Vengo por instrucciones superiores’, dijo el hombre con chaleco antibalas, mientras se comunicaba con alguien en su radio nextel. “ ‘Yo necesito que me diga quién lo mandó’, espetó la funcionaria de la PGR. “Tres minutos después se retiraron del lugar”.
Los vecinos afirman que de la casa de seguridad de los Zambada entraban y salían policías. ¿Por qué fueron elementos de la PFP a esa vivienda?
2 comentarios:
El poder es dominanante, siempre habra gente sin principios que abusando de los cargos y no respetrando a nadie, lo quiera siempre tener y no perderlo un solo, instante.
esto solo parece ser una pequena coladera de la gran cañería de inmundicia y deslealtad en que estan convertidas las areas de seguridad en mexico, llamese pgr, afi, judicial del d.f. ministeriales de cualquier estado, estatales y municipales.
olvide a algunos? perdon pero por favor ... anotense.
desde que ingreso al icap marco antonio siempre destco por su hipocresia y por decir simepre que el era mucho mejor eso me consta porquer yo fui compañero de el en el icap deberian investigra a su compadre juan manuel gove otr agente de la AFI comisionado en la zona rosa y demuchos agentes mas que se venden
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