La ‘nena’ del narco y su polémico cetro
Medios locales destacaron que el concurso de bellezaestaba arreglado para queg anara “la menos preparada”
Juan Veledíaz, reportero
Juan Veledíaz, reportero
El Universal, Miércoles 24 de diciembre de 2008;
Perla Beltrán Acosta lloraba y estaba inconsolable en su camerino que ya ni salió para la última sesión de fotos del certamen Nuestra Belleza Sinaloa 2008.
El público en el teatro Angela Peralta de Mazatlán, donde se celebraba la final del concurso aquel martes 8 de julio, estaba desconcertado, molesto porque no sólo había perdido la corona esta joven de 21 años oriunda de Culiacán, quien había mostrado mejor dicción y cultura entre las concursantes al responder al jurado, sino porque la ganadora, Laura Zúñiga Huízar, lució torpe al hablar, con lagunas en su preparación y encima su imagen era la de una chica “poco natural, superficial y con sospechas de cirugía plástica en el cuerpo”.
Cuando Sibely Cañedo, reportera local, recuerda aquel certamen de belleza, lo resume como un acto donde todo parecía “arreglado para que ganara la menos preparada”.
Así, Laura Zúñiga Huízar saltó a las portadas de revistas y diarios en Sinaloa y a los programas de espectáculos cuando se hizo del cetro de Nuestra Belleza Sinaloa 2008.
Desde entonces en columnas de espectáculos y sociales en medios impresos de la entidad comenzó a circular la versión de que “alguien” había comprado el título a la nueva reina de belleza en el estado; una entidad donde el culto a la estética femenina es parte nodal de la cultura popular como la comida o la música de banda.
En noviembre de 2005, cuando Ricardo García Urquiza, un médico cirujano de profesión, fue detenido por el ejército en el DF, el entonces titular de la PGR, Daniel Cabeza de Vaca, lo calificó como el mejor ejemplo de la “nueva era” de narcotraficantes que habían irrumpido en el escenario delictivo en México, con preparación universitaria y perfil empresarial.
Apodado El Doctor, a este hombre se le vinculó con Vicente Carrillo Fuentes a un nivel de principal operador del cártel, pues era “el distribuidor más grande de droga del país quien tan sólo en un mes comercializaba cinco toneladas de estupefacientes con ingresos mensuales por 23 millones de pesos”.
La madrugada del martes, su hermano Ángel Orlando García Urquiza fue detenido en Zapopan, Jalisco, en compañía de Laura Zúñiga con un arsenal y varios miles de dólares en compañía de seis hombres que despertaron más suspicacias que certezas cuando la joven declaró que se disponía a viajar con ellos de compras a Bolivia y Colombia. Entonces tomó forma la identidad de quien presuntamente le habría “comprado” su corona el verano pasado.
La típica ‘buchona’
La personalidad de la mujer, una vez que circuló desde temprana hora la noticia de su detención, comenzó a generar comentarios en blogs de diarios locales. La tomaron como ejemplo de la típica buchona, un adjetivo con el que se denomina a las mujeres bonitas con poca preparación escolar, que suelen acompañar a los narcos con quienes pasean a bordo de lujosas camionetas rodeados de guardaespaldas por avenidas y bares de Culiacán.
Porque para el imaginario popular en Sinaloa, Laura Elena se convirtió desde ayer en el prototipo de “la nena buchona”.
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El público en el teatro Angela Peralta de Mazatlán, donde se celebraba la final del concurso aquel martes 8 de julio, estaba desconcertado, molesto porque no sólo había perdido la corona esta joven de 21 años oriunda de Culiacán, quien había mostrado mejor dicción y cultura entre las concursantes al responder al jurado, sino porque la ganadora, Laura Zúñiga Huízar, lució torpe al hablar, con lagunas en su preparación y encima su imagen era la de una chica “poco natural, superficial y con sospechas de cirugía plástica en el cuerpo”.
Cuando Sibely Cañedo, reportera local, recuerda aquel certamen de belleza, lo resume como un acto donde todo parecía “arreglado para que ganara la menos preparada”.
Así, Laura Zúñiga Huízar saltó a las portadas de revistas y diarios en Sinaloa y a los programas de espectáculos cuando se hizo del cetro de Nuestra Belleza Sinaloa 2008.
Desde entonces en columnas de espectáculos y sociales en medios impresos de la entidad comenzó a circular la versión de que “alguien” había comprado el título a la nueva reina de belleza en el estado; una entidad donde el culto a la estética femenina es parte nodal de la cultura popular como la comida o la música de banda.
En noviembre de 2005, cuando Ricardo García Urquiza, un médico cirujano de profesión, fue detenido por el ejército en el DF, el entonces titular de la PGR, Daniel Cabeza de Vaca, lo calificó como el mejor ejemplo de la “nueva era” de narcotraficantes que habían irrumpido en el escenario delictivo en México, con preparación universitaria y perfil empresarial.
Apodado El Doctor, a este hombre se le vinculó con Vicente Carrillo Fuentes a un nivel de principal operador del cártel, pues era “el distribuidor más grande de droga del país quien tan sólo en un mes comercializaba cinco toneladas de estupefacientes con ingresos mensuales por 23 millones de pesos”.
La madrugada del martes, su hermano Ángel Orlando García Urquiza fue detenido en Zapopan, Jalisco, en compañía de Laura Zúñiga con un arsenal y varios miles de dólares en compañía de seis hombres que despertaron más suspicacias que certezas cuando la joven declaró que se disponía a viajar con ellos de compras a Bolivia y Colombia. Entonces tomó forma la identidad de quien presuntamente le habría “comprado” su corona el verano pasado.
La típica ‘buchona’
La personalidad de la mujer, una vez que circuló desde temprana hora la noticia de su detención, comenzó a generar comentarios en blogs de diarios locales. La tomaron como ejemplo de la típica buchona, un adjetivo con el que se denomina a las mujeres bonitas con poca preparación escolar, que suelen acompañar a los narcos con quienes pasean a bordo de lujosas camionetas rodeados de guardaespaldas por avenidas y bares de Culiacán.
Porque para el imaginario popular en Sinaloa, Laura Elena se convirtió desde ayer en el prototipo de “la nena buchona”.
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Excélsior, 24-Diciembre-2008
Balconean resbalones de bellezas
Claudia Solera
El periódico colombiano El Espectador publicó en junio de este año, la historia de seis mujeres. Algunas eran actrices, otras modelos o reinas de belleza. El común denominador entre ellas es que son hermosas y que sus nombres aparecieran en la computadora de Wilber Varela, El Jabón, líder del cártel del Norte del Valle. Fue uno de los diez hombres más buscados por el FBI, que lo encontró muerto en un hotel de Venezuela, en enero.
Las seis mujeres desfilaron ante el despacho del fiscal Jaime Reyes, encargado de la extinción de dominio, que hasta el momento, por este caso, ha incautado 50 millones de dólares.
Ninguna confesó su relación con el narcotraficante, pero unas sí aceptaron haber recibido un automóvil con un valor aproximado de 50 mil de dólares.
Según investigaciones de El Espectador, El Jabón se convirtió en un benefactor del concurso Chica Med, en 1998. La mujer que pisaba este certamen aseguraba su futuro como estrella de televisión.
Wilber Varela utilizaba a Chica Med para lavar dinero y esconder propiedades.
A través de la Chica Med, se destapó el filtro que existía en Colombia entre el narcotráfico y los jurados de belleza.
En 2003, Bianca Arango ganó la corona, pero minutos después del veredicto fue despojada de su título, porque Alberto Borda, el director del certamen, delató ante la opinión pública que los jueces habían sido comprados.
Al año siguiente, Borda ya estaba muerto: lo habían asesinado.
Las declaraciones de algunas de las seis mujeres ante la Fiscalía fueron:
Sobre Marily Patiño, modelo y actriz, su abogado Abelardo de la Espriella dijo: “Mi cliente no tuvo ninguna relación afectiva ni de negocios con ese señor Varela. Fue candidata en un concurso que ganó y recibió unos premios.
Ella no tenía conocimiento de las actividades de Varela y no tiene vinculación penal en el proceso”.
Nataly Umaña, modelo y actriz, dijo que mientras participaba en Chica Med, 2004, habló con Wilbert Varela y allí el capo le ofreció un patrocinio, pero que lo rechazó. También afirmó que recibió como premio del concurso un carro de 50 mil dólares.
María Mónica Urbina, reina de Colombia en 1985 afirmó no la había llamado la Fiscalía, que no conocía el caso y menos a Wilbert Varela.
Balconean resbalones de bellezas
Claudia Solera
El periódico colombiano El Espectador publicó en junio de este año, la historia de seis mujeres. Algunas eran actrices, otras modelos o reinas de belleza. El común denominador entre ellas es que son hermosas y que sus nombres aparecieran en la computadora de Wilber Varela, El Jabón, líder del cártel del Norte del Valle. Fue uno de los diez hombres más buscados por el FBI, que lo encontró muerto en un hotel de Venezuela, en enero.
Las seis mujeres desfilaron ante el despacho del fiscal Jaime Reyes, encargado de la extinción de dominio, que hasta el momento, por este caso, ha incautado 50 millones de dólares.
Ninguna confesó su relación con el narcotraficante, pero unas sí aceptaron haber recibido un automóvil con un valor aproximado de 50 mil de dólares.
Según investigaciones de El Espectador, El Jabón se convirtió en un benefactor del concurso Chica Med, en 1998. La mujer que pisaba este certamen aseguraba su futuro como estrella de televisión.
Wilber Varela utilizaba a Chica Med para lavar dinero y esconder propiedades.
A través de la Chica Med, se destapó el filtro que existía en Colombia entre el narcotráfico y los jurados de belleza.
En 2003, Bianca Arango ganó la corona, pero minutos después del veredicto fue despojada de su título, porque Alberto Borda, el director del certamen, delató ante la opinión pública que los jueces habían sido comprados.
Al año siguiente, Borda ya estaba muerto: lo habían asesinado.
Las declaraciones de algunas de las seis mujeres ante la Fiscalía fueron:
Sobre Marily Patiño, modelo y actriz, su abogado Abelardo de la Espriella dijo: “Mi cliente no tuvo ninguna relación afectiva ni de negocios con ese señor Varela. Fue candidata en un concurso que ganó y recibió unos premios.
Ella no tenía conocimiento de las actividades de Varela y no tiene vinculación penal en el proceso”.
Nataly Umaña, modelo y actriz, dijo que mientras participaba en Chica Med, 2004, habló con Wilbert Varela y allí el capo le ofreció un patrocinio, pero que lo rechazó. También afirmó que recibió como premio del concurso un carro de 50 mil dólares.
María Mónica Urbina, reina de Colombia en 1985 afirmó no la había llamado la Fiscalía, que no conocía el caso y menos a Wilbert Varela.
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