El cártel que no ve el gobernador
Ricardo Ravelo
Revista Proceso 1806, 12 de junio de 2011
Muy preocupado ante la posibilidad de ver desfondada la plataforma sobre la que insiste en posicionarse como candidato del PRI a la Presidencia en 2012, el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, se niega a ver que, al amparo de “altos funcionarios” y policías de su administración, en territorio mexiquense opera a sus anchas el cártel de La Familia Michoacana. Más aún, para Peña Nieto ese estado es una suerte de paraíso de tranquilidad gracias a los buenos oficios de su gobierno.
TOLUCA, MÉX.- En los últimos cinco años, Enrique Peña Nieto logró consolidar su proyecto político con miras a ser candidato de su partido, el PRI, a la Presidencia de la
República para 2012. Y a la par que posicionaba su imagen en los medios, en el estado que gobierna se afianzó el cártel de La Familia Michoacana, cuyos operadores controlan hoy el narcomenudeo y los secuestros en la entidad.
Una averiguación previa emprendida hace tres años por la Subsecretaría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (PGR/SIEDO/UEIDCS/2008) señala que la procuraduría estatal, así como las policías federal, estatal y ministerial, y aun las municipales, protegen los actos criminales de esa organización contra empresarios, e indica que algunos agentes administran incluso tienditas locales donde se vende todo tipo de drogas.
Los testimonios contenidos en ese documento son de antiguos integrantes del citado cártel procesados actualmente por tráfico de drogas, secuestro y homicidio, entre otros delitos; también se incluye el de Ahiezer Noé Sánchez Avendaño, identificado como Sergio Pérez, quien durante años fue vendedor de droga y administrador de las narcotienditas en municipios mexiquenses.
La voz de Sergio Pérez no tardó en ser acallada. El 21 de agosto de 2008, semanas después de su primera declaración, su cuerpo apareció tirado en La Marquesa. Un grupo armado arribó a un restaurante donde se encontraba comiendo. Lo llamaron y cuando salió lo ejecutaron. También murieron sus escoltas César Noé Nava Gómez y Luis Enrique Cruz Ruiz, agentes federales.
En su primera comparecencia, el testigo afirmó que durante el tiempo que se dedicó al narcomenudeo, en territorio mexiquense la organización criminal a la que perteneció nunca tuvo problemas con las autoridades locales; comentó que él y sus compañeros se arreglaban con José Manzur Ocaña, quien hasta el 6 de julio de 2008 fungió como delegado de la PGR en el Estado de México
Manzur Ocaña es primo hermano de José Manzur Quiroga, quien fue subsecretario general de Gobierno y es protegido de Humberto Benítez Treviño, diputado federal. Según el testigo, además de los policías, funcionarios de alto nivel del gobierno mexiquense eran los que decidían dónde y cuándo debían abrirse las tienditas y coordinaban la venta de droga a granel.
Narcoinvasión
Poco a poco, los gatilleros de La Familia Michoacana desplazaron a los integrantes del cártel del Golfo –y a los zetas que se habían adherido– y se expandieron a sangre y fuego a Jalisco, Guanajuato, Hidalgo y el Estado de México. En esa última entidad disputaron la región a los hermanos Beltrán Leyva y al cártel de Sinaloa, que por aquel tiempo controlaban la zona.
Hoy, el cártel michoacano domina la entidad gobernada por Enrique Peña Nieto, el político priista mejor posicionado para ser candidato presidencial en 2012, aun cuando él se jacta de que el Estado de México es seguro y no tiene tantos problemas de delincuencia como otros estados.
De acuerdo con la averiguación citada, en dicha entidad el crimen organizado está bien protegido. Los declarantes aseguran que son los altos mandos de policías de distintos niveles los que se encargan de cuidar que los rivales de La Familia Michoacana no invadan el territorio. Cuando eso ocurre, los agentes secuestran o eliminan a los competidores; y cuando algún funcionario ordena cerrar alguna narcotiendita, ellos mismos se encargan de reabrir el negocio en otro sitio.
En su testimonio del 26 de junio de 2008, Sergio Pérez refiere que el organigrama de La Familia Michoacana en el Estado de México es amplio. Y expone que hizo sus declaraciones luego del secuestro de su hermano Mizrraín Jonathan Sánchez Avendaño, quien trabajaba para la misma organización criminal:
Recientemente tomó el control del narcomenudeo en el Estado de México el grupo denominado La Familia Michoacana, mismos que reciben apoyo de diversos servidores públicos adscritos a diversas dependencias de los municipios de Toluca, Zinacantepec, Atlacomulco, Lerma, Tenango, Almoloya de Juárez, Xonacatlán y San Mateo Atenco.
El apoyo al narcotráfico y a todos los miembros de La Familia lo brindan la Policía Municipal, la Policía Estatal, la Policía Ministerial, la Agencia Federal de Investigación, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, la delegación de la Procuraduría General de la República en el Estado de México… Todo esto me consta en virtud de que he participado como cobrador de las rentas a tienditas de droga y piratería junto con mi hermano Mizrraín Jonathan.
En otra declaración, el testigo señaló que La Familia Michoacana obtiene la mayoría de sus ingresos de la venta de droga a granel. Según sus cálculos, cada tiendita deja una ganancia de 25 mil pesos a la semana
Según él, parte de ese dinero se distribuye entre las autoridades que toleran ese tipo de negocio e incluso a los distribuidores de droga; también comentó que cuando la organización criminal tomó el control del Estado de México amplió la red de tienditas, sobre todo en la ciudad de Toluca.
… La cocaína o el crack se vende con el apoyo de las policías de los tres niveles, cuando yo estuve metido en el negocio pude conocer no sólo a los dueños de las tienditas, sino a los que directamente venden la cocaína en distintos lugares, conocí cómo se desarrolla el negocio de la venta de droga, que si bien es al menudeo, de ahí obtiene La Familia Michoacana sus ingresos para pagar la protección a los servidores públicos que toleran la venta de droga en el estado y les permiten seguir trabajando libremente y que esto lo sé porque, como ya he referido, estuve trabajando libremente y estuve presente en varias ocasiones en que le entregábamos su cuota al comandante de la UMAN (Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo) Javier Carrasco, alias Chácharas, por la protección que continuó haciendo para La Familia, dijo el testigo en su declaración ampliada.
Narcotienditas y distribuidores
Sergio Pérez mencionó también el modus operandi de los policías cuando las autoridades cierran alguna tiendita:
Hace unos meses estaba una narcotiendita en la avenida Alfredo del Mazo, frente a las oficinas del PRI, pero como fue cateado el local por la Fiscalía de Delitos Federales, se cambió para un depósito de refrescos, en el número 2922 de la misma calle, como lo señalé previamente, y esto lo hacen porque por lo regular no se detiene al vendedor y mucho menos a los propietarios de las tienditas.
En una tercera declaración, el testigo aportó los nombres de los principales distribuidores de droga de La Familia Michoacana en el Estado de México: Aquiles Camerino y Colín Vallejo, así como Raúl López, Mike, El Pit’s, Jumar Maldonado Mondragón, El Checo y Kiko.
A todos los conocí y conviví con ellos durante el año y medio que brindé mis servicios a la organización como cobrador de las rentas e intermediario para el establecimiento de nuevas tienditas, trabajo que realiza actualmente Felipe “N”; las tiendas están establecidas en locales, los cuales acondicionan como búnkeres con enrejados y sólo los dueños tienen las llaves para evitar que los vendedores se vayan con el dinero o los consumidores quieran robarse las grapas, pues las tienditas no cuentan con vigilancia fija y los turnos son de 24 horas, tiempo en el que no se le permite salir al vendedor.
Quiero aclarar que si bien es cierto que toman sus precauciones, las personas que mencioné cuentan con sus vendedores establecidos, mismos que les han trabajado por mucho tiempo, a quienes los van rolando en las diferentes tiendas o con otros distribuidores cuando se cambian de lugar, porque todos se conocen y les tienen confianza porque no se consumen las grapas ni las regalan a sus amigos. Que todo esto lo sé por el propio dicho de los judiciales y comandantes de la Ministerial que he señalado y con los que yo trabajaba, pues ellos eran los que les decían los momentos en que debían cambiarse de lugar y qué medidas de seguridad debían tomar e incluso les recomendaban a algunos vendedores.
Los vendedores ingresan a la organización por recomendación de los mismos jefes del cártel o por recomendación de los servidores públicos que están coludidos con el narcotráfico, pues consideran que vender droga es como un empleo por el que reciben quinientos pesos diarios.
El expediente de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) incluye los nombres de los principales vendedores de droga presuntamente protegidos por las autoridades mexiquenses. De acuerdo con Sergio Pérez, el principal distribuidor de cocaína es Raúl López, quien tiene un ayudante llamado Edén. Ambos controlan a mil vendedores en todo el Estado de México y su ámbito de influencia abarca Tenango, Tenancingo, Xaxalpa y Mexicaltzingo. En este último municipio tiene su principal centro de operaciones en el rancho llamado La Granja.
Con respecto a Kiko, el declarante aseguró que el distribuidor vive en la casa 18 de la segunda cerrada de Exhacienda de Herrero, en el fraccionamiento San Jorge, en la capital mexiquense:
Cabe precisar que los que venden droga en vehículos o a pie tienen la doble función de venta de cocaína y como una especie de antenas, pues los distribuidores les pagan para que les den el pitazo en caso de que haya movimiento de autoridades ajenas a las del estado porque a éstas ya las tienen controladas. Sé que la paga que les hacen es con droga y con ellos se ganan la autorización de vender en los vehículos.
Los vendedores le compran a La Familia Michoacana la droga por onza y sé que muchos servidores públicos del gobierno del estado les brindan protección… Que cuando un grupo se quiere instalar a la brava, anteriormente las autoridades coludidas, como son la ministerial y la delegación, las reventaban, pero desde que llegó La Familia lo que hacen es desaparecer a los dueños y vendedores de las tienditas que no tienen autorización. Por esa razón yo no quise seguir trabajando para La Familia, pues sé que son muy sanguinarios, ya que desde que entraron a Tejupilco, Sultepec, Ixtapa de la Sal, Tenancingo y pueblos circunvecinos empezaron a hacer levantones y a desaparecer a la gente.
Estructura criminal
Marcada por un fuerte sentimiento religioso –inculcado por quien fuera su líder, Nazario Moreno, El Chayo, El Doctor o El Más Loco– la estructura de mando de La Familia Michoacana emula a Jesucristo y sus apóstoles: su consejo lo componen 12 jefes liderados por Jesús Méndez Vargas, El Chango, quien sustituyó a Moreno tras su muerte a manos de militares en diciembre pasado.
La PGR los tiene plenamente identificados: Ignacio Rentería, El Franky; Jesús Méndez Jr. (presunto hijo de El Chango Méndez); Gustavo Malfavón, El Tavo; Javier Barragán, El Borrado; Alfonso Morales, La Moraleja; Sergio Pérez, El Checo; Javier Suárez, y Francisco Servando González, La Tuta. Otros miembros de la organización los menciona la dependencia por su nombre: Miguel, José y Refugio.
Informes de inteligencia consultados por este semanario indican que La Familia Michoacana controla sus fuentes de abastecimiento y el proceso de producción de la cocaína que introduce a México. Adquieren la hoja de coca en Bolivia o Perú, desde donde la envían a Arequipa o al puerto El Callao, en Perú. Luego la procesan para obtener el clorhidrato de cocaína.
Posteriormente, trasladan el producto por avión a Putumayo, en Colombia, y sigue su trayecto por tierra hacia las costas caribeñas de ese país para continuar por mar y aire hacia El Salvador, Belice y las costas de Chiapas.
Según los informes, La Familia Michoacana paga derecho de suelo en la frontera sur a los cárteles del Golfo y al de Los Zetas. Por otra parte, como también distribuyen drogas sintéticas, los precursores químicos los reciben de Asia y entran a México por los puertos del Pacífico.
En el Estado de México sus principales operadores son Luis Osvaldo González Zepeda, Pedro Flores Solórzano y Francisco Carlos Velásquez, quienes corrompen a las autoridades y se encargan de ejecutar a los rivales de la organización con el apoyo de la policía mexiquense, según el expediente referido en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/2008.
El testigo Sergio Pérez declaró que en los últimos años La Familia Michoacana ha crecido tanto que cuenta incluso con un brazo armado denominado La Lumbre. Comandado por Adrián “N”, un sicario nacido en la comunidad mexiquense Palmar Chico, municipio de Tejupilco, el grupo se dedica a asesinar a opositores del cártel y a levantar empresarios.
Según la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/231/2008, los policías relacionados con La Familia Michoacana en el Estado de México son Javier García Carrasco, comandante de la UMAN adscrito al municipio de Metepec y al que también se le ubica como cobrador de las rentas a los distribuidores; Ángel Jardón Cervantes, comandante de la Policía Ministerial, y Luis Alberto Huerta Galván, jefe de grupo de la misma corporación.
Según el testigo Sergio Pérez, ellos protegen las actividades de Jumar Maldonado, distribuidor de droga de la organización. Otros mandos policiacos incriminados son: Rafael Gil Salgado y Samuel Rojas Gutiérrez, ambos adscritos al área de secuestros; de acuerdo con el declarante, se dedican a extorsionar y a cobrar las rentas de las narcotienditas, así como a los vendedores de artículos pirata. l
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