¡Tiene razón!
Queja y mentada/Jorge G. Castañeda
En Reforma, 7 Jul. 11
Que la ley de acciones colectivas aún no se publique, o que los mexicanos seamos muy individualistas y adversos al conflicto no significa que no se pueda quejar un usuario contra abusos de las empresas proveedoras. Es el caso de este artículo: se trata de una queja/denuncia/mentada contra el AICM, la empresa EULEN de seguridad, la SCT y todos los demás que resulten responsables del monumental caos que, con frecuencia creciente, se arma en los filtros de seguridad del aeropuerto. En realidad es la salida nacional de la T2 donde se produce el relajo. Y se trata de lo sucedido en las últimas semanas, que es una verdadera barbaridad.
Full disclosure: soy un usuario frecuente, en particular de vuelos nacionales. En los últimos seis meses he tomando no menos de 25 vuelos nacionales saliendo del DF; no tengo pasaporte diplomático, nunca uso la salida VIP, ni el salón VIP de protocolo: siempre hago cola.
Desde hace un par de semanas las autoridades (nadie sabe exactamente qué significa este término) han endurecido enormemente las revisiones en la salida nacional. Para empezar sacaron las charolas para objetos metálicos afuera del primer filtro donde empleados de la empresa española EULEN -mal pagados, mal preparados, mal educados, mal todo, aunque no por su culpa- piden por primera vez pase de abordar e identificación. Colocaron también un laberinto antes de esta primera inspección y ahí se forma la primera cola, en ocasiones eterna. Una vez que se pasa por los dependientes en cuestión -que con dificultades pueden leer el IFE y el pase de abordar- y ya cargando cada uno su charola, se pasa a la segunda cola dentro del área de seguridad camino a los rayos x y los arcos detectores.
Ahí empieza un segundo fastidio, a saber que los pobres empleados de EULEN a quienes se les ha pedido, obviamente, volverse mucho más rigurosos empiezan a fastidiar al usuario con todo tipo de discursos aberrantes, contradictorios y distintos cada hora y cada vuelo. Por último, la tercera cola que es la que se da justo antes del detector de metales, cuando los oligofrénicos de la máquina de rayos x quieren abrir una bolsa o una maleta, o cuando la persona que pasó por el arco lo hizo sonar, y tienen que ser revisados por un dependiente con detector manual de metales. En lugar de que revisen mientras los demás pasan, atoran toda la cola y pueden pasar de 10 a 20 minutos esperando a que se resuelva el misterio.
¿Por qué las autoridades endurecieron la vigilancia? (nadie sabe, porque no dan ninguna explicación). Ejemplos: hasta hace muy poco los iPads no debían ser sacados de las maletas o portafolios, ahora sí. La supuesta regla de meter los líquidos en una bolsa de plástico como ya ni siquiera en EU se exige realmente, ahora se ha vuelto de un rigor extraordinario: como si Bin Laden acabara de resucitar del fondo del Índico y estuviera instalado en México perpetrando alguna maldad a favor del narco y contra García Luna. Piden que se quite uno sacos, chamarras, cinturones, relojes, prácticamente todo; al mismo tiempo que elevaron la sensibilidad de los detectores de metal.
El resultado: caos, irritación de los usuarios y total indiferencia de las autoridades. ¿Por qué todo esto?, sepa Dios, pero una cosa es evidente. Desde 2001 el gobierno de México decidió acatar las indicaciones de la IATA, del PSA y de la SAA norteamericanas e imponer reglas que se establecieron en EU y el mundo después del 11/9. Pero a diferencia de EU, Europa, Chile, Brasil y otros países que contrataron a la policía federal; en México la policía federal es un joven que cotorrea con sus cuates y disque vigila a los de EULEN: empresa de inmensa mediocridad, tacaña y que contrata al personal menos calificado que puede encontrar. Sirva este texto para que los usuarios del AICM conozcan a uno que se ciñe a los procedimientos y reglas como todos los demás, pero que a diferencia de ellos sí alza la voz, se queja y mienta la madre a los de EULEN.
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