2 jun 2014

Michoacán sigue en guerra: reportaje Proceso


Michoacán sigue en guerra/JOSÉ GIL OLMOS
Revista Proceso # 1961, 31 de mayo de 2014
El líder de las autodefensas michoacanas, José Manuel Mireles, desmiente rotundamente al presidente Enrique Peña Nieto, al secretario de Gobernación y al comisionado Castillo: en Michoacán no hay paz, “seguimos en guerra”. Ante un público de estudiantes y profesores universitarios y en entrevista con Proceso, el médico de Tepalcatepec desglosó la situación de una entidad copada por el crimen organizado, donde las autoridades desarman a los ciudadanos que se defienden y no a los criminales. Para Mireles, la supuesta pacificación del estado es una campaña mediática con el fin de apaciguar a los inversionistas extranjeros que pretenden el petróleo mexicano.
José Manuel Mireles desmiente al presidente Enrique Peña Nieto y al comisionado gubernamental Alfredo Castillo, quienes afirman que Michoacán ya está apaciguado. Sostiene en cambio que en esa entidad hay una guerra en la cual han muerto 160 templarios y 14 autodefensas, y advierte: el gobierno está creando una farsa, parte de una estrategia mediática para aparentar paz en el extranjero y poder vender el petróleo a los inversionistas internacionales.
Consultado sobre las más recientes declaraciones del gobierno federal, acerca de que Michoacán ya está tranquilo, Mireles sostiene que al parecer “esa es la condición obligada para poder vender el petróleo mexicano” en los mercados internacionales.

 “Primero tendrían que pacificar Michoacán. Si no, no hay trato. Por eso tienen que difundir pública y mediáticamente que ya pacificaron el estado”, explica a Proceso Mireles, quien aún se dice coordinador general de las autodefensas en 34 de 36 municipios donde tienen presencia.
Ante alrededor de mil estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), plantel Iztapalapa, Mireles recordó el jueves 29 la reunión de Davos a la cual asistió Peña Nieto el 22 de enero, cuya participación en el tema económico fue opacada por los cuestionamientos de la violencia e inseguridad en Michoacán.
 “Castillo acabó la guerra mediáticamente porque en Davos estaba ofreciendo Peña Nieto los recursos minerales y el petróleo al mejor postor. Los compradores le dijeron que compraban lo que vendía pero que primero pacificara Michoacán.
 “Esa fue la respuesta, (pero) Michoacán no se ha pacificado realmente, sigue siendo un infierno, anteayer hubo siete ejecutados, ayer un juez libera al caballero templario llamado H-24; el día en que Castillo dijo ‘tenemos 100 días de que venimos a pacificar Michoacán y ya lo hemos logrado’, ese día hubo 28 ejecutados. En la prensa dicen que ya pacificaron, pero nosotros seguimos enterrando a nuestros muertos y a veces ni pedacitos hallamos, eso es todos los días.”
 “Seguimos en guerra”
 Por primera vez Mireles se presentó públicamente en la Ciudad de México para hablar con sus simpatizantes. Cientos de personas acudieron a verlo al Polyforum Cultural Siqueiros –donde anunció la propuesta de formar el Frente Nacional de Autodefensas– y a la UACM.
 En los dos foros el médico advirtió que la situación en Michoacán no ha cambiado, pues varios cárteles “se disputan el pastel”; acusó al gobierno de Peña Nieto de instalar un montaje mediático de supuesta paz en la entidad.
Como ejemplo del montaje gubernamental citó la visita de Peña Nieto a Tepalcatepec el pasado 22 de mayo, durante la cual no se permitió la entrada a ninguno de los miembros de las autodefensas convertidos en policías rurales ni a los pobladores de la región, quienes al mediodía cerraron la única carretera de acceso al municipio.
Parte de la farsa, dijo Mireles, es que llevaron camiones con gente de otros lados y soldados vestidos de civil para llenar el espacio preparado para Peña Nieto, quien llegó rodeado de funcionarios estatales, los cuales también fueron acarreados para ocupar las sillas que dejaron vacías los pocos asistentes, desilusionados al percatarse del montaje.
En Tepalcatepec Peña Nieto declaró: “No hemos venido a cantar victoria sino a acreditar que estamos teniendo resultados… a garantizar la seguridad de Michoacán”.
Así, a 104 días del anuncio de rescate de Michoacán, en el mismo acto Castillo dio cuentas alegres de su gestión como comisionado. “Hoy la gente camina de manera diferente y más tranquila”, aseguró.
Pero Mireles dijo que la situación no ha cambiado. “Michoacán sigue siendo un infierno”, sostuvo en las dos reuniones que tuvo en la Ciudad de México, donde fue objeto de aclamaciones y aplausos.
“Ahorita se sigue sufriendo lo mismo que antes en Michoacán, nadie se atreve a poner una demanda”, señaló en la UACM al recordar que quienes se atreven a denunciar ante las autoridades los secuestros, extorsiones o amenazas, al poco tiempo son ejecutados.

En el plantel universitario y durante más de dos horas el médico desmintió las declaraciones de Castillo, las del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y las de Peña Nieto, acerca de que Michoacán ya está en paz. “Nos están dando atole con el dedo”, asegura a Proceso luego de su participación ante los estudiantes.

En la UACM, Mireles describió el panorama michoacano.

En Tepalcatepec, dijo, hay 360 niñas violadas que ya tienen hijos; hay 2 mil 500 viudas y 4 mil 800 huérfanos. “Ese dolor no nos lo quitan los discursos que hacen las autoridades ahora. Ese dolor no nos lo va a quitar nadie jamás”, soltó al recordar que su madre murió cuando secuestraron por segunda vez a su hermana y tras el plagio que también él sufrió en 2011 y por el cual tuvo que pagar 7 millones de pesos.

“Seguimos en una guerra”, afirmó el autodefensa, y como ejemplo describió lo que ocurre una noche en la capital estatal: “Si ustedes ven las noticias hoy en la noche, en Morelia, con el poder del gobierno y la 21 zona militar con sus 3 mil soldados, con la delegación de la Procuraduría General de la República, con los famosos Grupos de Operaciones Especiales de la judicial estatal, hubo cinco ejecutados, 20 robos de vehículos y cientos de asaltos y extorsiones”.

Mireles reveló que en su pueblo han tomado medidas drásticas, como la vigilancia extrema a todos los vehículos, incluida la aplicación de la autojusticia para los criminales.

“A cualquier individuo desconocido ya no lo dejamos entrar. Si identificamos a un sicario que vaya en esos vehículos, ya no lo entregamos, ya no lo detenemos, ya no vuelven. Ya les hemos dicho a muchos compañeros que les amarren bien las piedras en la cabeza, porque a los tres días suben y han subido. Es en serio, no nos dejaron otra opción.”­

Mireles sostiene que si se quejan ante el Ministerio Público federal les mandan a los sicarios para matarlos o intimidarlos, y que ni siquiera el gobernador Fausto Vallejo es capaz de darles protección.

“Yo personalmente le hablé al gobernador en el secuestro de mi hermana la menor. Le dije: ‘Fausto, tengo este problema’. La respuesta del gobernador fue: ‘Solamente soy un civil ocupando un puesto de gobierno, no te puedo ayudar’ ¡Ah, qué a toda madre! ¡Ese es el gobierno! Entonces con quién nos podemos quejar y que haya respuesta. No la hubo y no la sigue habiendo.”

Tampoco, advierte, se puede confiar en Castillo. “Ahorita tenemos dizque un comisionado federal que hizo la peor estupidez del mundo: uniformar templarios de defensas rurales, darles más armas, más cartuchos y una camioneta del año. Yo personalmente traje un expediente de uno de los comandantes que uniformó el tal comisionado, donde revela que secuestró a unos amigos míos, les sacó 10 millones de pesos y les quitó su huerta de 27 hectáreas de aguacate y la puso a su nombre.

“Cuando traté de ver al comisionado, su secretario particular me atendió. Le dije: ‘Aquí tengo este expediente. Esos que tu jefe está uniformando secuestraron a esta familia’. ¿Saben qué dijo el secretario par­ticular? ‘Préstame el expediente, con eso voy a poder hacer un negociazo’. ¡No señor! No nos levantamos en armas para hacer negocios, nos levantamos en armas para acabar con ellos, no para negociar.”

Insiste en contrastar las afirmaciones del gobierno con lo que ocurre en Michoacán:

“La realidad que vivimos en Michoacán no está en la Constitución. No pueden ir a un estado donde no existe el estado de derecho a decir que van a hacer justicia. ¿A quién le van a hacer justicia? El 26 de mayo salió Osorio Chong a decir: ‘Ya vamos a pacificar Michoacán, ya vamos a desarmar las autodefensas’. ¿Y a los que nos están matando, cuándo los van a desarmar? La idea de este gobierno es ir a desarmar a los que nos estamos defendiendo, nunca dicen que van a desarmar a los que nos están matando y nos secuestran.”

Afirmó que pese a las acciones del gobierno sigue habiendo crimen organizado en Michoacán, pero la ambición de otros grupos ya no es el narcotráfico, sino las ganancias de la explotación de las minas.

“Ese es el pastel. Ya no es por la producción de mariguana, porque ya no es producti­vo. Los chinos le pagan a La Tuta con armas y con anfetaminas. Todos los grandes cargamentos de anfetaminas que se han decomisado vienen de China. Por eso cuando Castillo dijo: ‘Vamos a empezar el desarme’, a las dos horas nosotros agarramos dos camionetas de gente armada del Cártel del Golfo, otras dos de Los Zetas. Miren nomás a estos cabrones, nada más lo dijo Castillo y ya estaban invadiendo Michoacán otra vez.”

Infiltrados

Un día, recuerda Mireles sin especificar la fecha, un grupo de mineros chinos le ofreció 1 millón de dólares para apoyar su movimiento y continuar el negocio ilegal que hacía con Los Caballeros Templarios. “Lo rechacé y les dije que mejor me dieran una ambulancia y con eso me ayudaban más”.

A raíz de eso y otros ofrecimientos, asegura, se distanció con sus compañeros, sobre todo de quien fue su amigo y guardaespaldas, Estanislao Beltrán, a quien ahora acusa de haberse asociado con miembros del grupo criminal.

“Por eso algunos de mis compañeros me odian, de mis excompañeros, de los criminales infiltrados que fueron perdonados por alguien, pero no fue gratis el perdón, porque les sacaron de 3 a 4 millones de pesos para poderlos perdonar y hasta los nombraron comandantes de algunas barricadas”, afirmó Mireles.

Alberto Gutiérrez, quien durante meses no quería que se revelara su nombre y sólo se identificaba como Comandante Cinco, es parte de un grupo comandado por los hermanos Rodolfo, Nicolás, Valentín, Severino, Beatriz, Bernabé, Mariano y Carlos Sierra, este último apodado El Viagra.

Dice Mireles: “El Comandante Cinco es de Tepalcatepec pero fue expulsado hace seis meses por asociarse con un grupo criminal que se llama Los Viagras. El otro grupo lo trae el Papá Pitufo, que era mi guardia personal. Cuando tuve el accidente aéreo quedé en coma y él me ayudó a juntar el dinero para pagar los hospitales. Al salir de terapia un enviado del Cisen me pidió que nombrara un interlocutor mientras sanaba. Le dije que el único era Papá Pitufo. Se fue a Tepalcatepec y rehizo al grupo”.

Denuncia a Beltrán, quien en algún momento fue su compañero más confiable. “Castillo, sin hacer consulta con el Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán, hizo una supuesta asamblea donde me destituyen. Le dije a Papá Pitufo que se pusiera trucha porque Castillo sólo iba a dividir. Pero no lo hizo y desde entonces no nos hablamos.

“Él es uno de los que trabajaba cortando limón y ahora tiene cuatro huertas de aguacate, siete huertas de limón y como 500 cabezas de ganado. Trae una Hummer y estrena vehículo cada mes. Papá Pitufo fue de los que perdonaron Los Templarios, les puso camiseta de comunitario y ahora Castillo les puso uniforme y los anuncia como el nuevo gobierno.”

Mireles reveló las traiciones internas de los autodefensas. “No hablo mal de Castillo porque me caiga mal, sino porque ya se asoció con los criminales. Por eso la lucha va a seguir. En esta guerra ha habido más de 160 muertos de Los Caballeros Templarios y de los autodefensas sólo 14. Las cosas no son como las pintan desde acá, uno las vive de manera distinta”.

Sostuvo que la estrategia del gobierno ha sido dividir a los autodefensas, armar a quienes han sido templarios y dejar a un lado a los verdaderos comunitarios para que luego se enfrenten y se eliminen solos.

“Cuando empezamos la guerra creíamos que sólo iba a ser contra los criminales, los cárteles y el gobierno de Michoacán, que ya sabíamos que estaba asociados con ellos, pero ahora vemos que también lo tenemos que hacer contra una parte del gobierno federal que está también contaminada”, advirtió.

El 30 de mayo se anunció que el gobernador michoacano Fausto Vallejo se retirará por segunda ocasión del cargo para una revisión médica. Mireles señala que la situación en el estado ha empeorado y la lucha de las autodefensas sigue en 34 de los 36 municipios donde operan.

Pero el horizonte que planteó ante los universitarios fue de mayor conflicto. “Hay una situación política, se está armando a un grupo de criminales y también a otro donde ya no los hay. ¿Con qué fin creen? Para que se destruyan entre ellos”.

Remata: “Cuando Peña Nieto fue a Tepalcatepec llevó a su propio público del Estado de México. ¿Con esto se atreve a decir que apaciguó Michoacán, con teatro? El juego que hace Castillo es decir también que ya pacificamos Michoacán, pero no es así. Seguimos en guerra”.

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