El
Papa en Cuba y Estados Unidos; Carriquiry: que América lo escuche
El
Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina dijo en una entrevista
con la Radio Vaticana: Francisco no es pauperista, hace suyos los sufrimientos
de los pobres
DOMENICO
AGASSO JR
Papa
Francisco estará dos veces en América en dos meses: «Quiso comenzar su visita
pastoral desde las periferias emergentes: Ecuador, Bolivia y Paraguay. Ahora se
prepara para el viaje a Cuba… a una Cuba (gracias a Dios) ya plenamente
incluida dentro de la familia de los países latinoamericanos. Entonces, habrá
una continuidad, pero al mismo tiempo irá a los Estados Unidos, una gran nación
que merece un mensaje en sí, mismo que relaciono con América Latina a la luz de
la ‘Ecclesia in America’… Esta relación, cada vez más fuerte, de comunión entre
las Iglesias y de solidaridad entre los pueblos de todo el continente
americano, que proviene de aquella intuición profética de San Juan Pablo II,
cuando convocó el Sínodo para América». De esta manera describió el próximo
viaje apostólico del primer Pontífice latinoamericano Guzmán Carriquiry,
Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, durante una
entrevista con la Radio Vaticana.
Un
llamado a los Estados Unidos
En
los Estados Unidos «habrá un nexo evidente que yo relacionaría con otra
perspectiva: es importante que acojan el mensaje que el Papa dará en relación
con su compleja sociedad, sobre la responsabilidad internacional de este gran
país, pero, al mismo tiempo, es importante que los Estados Unidos sepan
reconocerse en las propias periferias».
La
Iglesia latinoamericana en un tiempo de responsabilidad
Sobre
la Iglesia latinoamericana, Carriquiry afirmó: «A mí no me gusta presentarla
como un ‘modelo’. Es importante para todo el catolicismo, porque más del 40% de
los católicos vive en ella; hoy, la Iglesia católica en América Latina ha sido
puesta por la Providencia de Dios en una situación muy singular: ¡el primer
Papa latinoamericano de la historia de la Iglesia! Y la Iglesia, los pueblos,
las naciones de América Latina deben afrontar este hecho sorprendente que
fascina a nuestra gente, que la pone en movimiento». Pero el Secretario también
se dijo preocupado, «no tanto por poner a la Iglesia como modelo, sino por
subrayar la grave responsabilidad que la Iglesia latinoamericana tiene al saber
acoger este tiempo sorprendente de gracia, tiempo favorable para la
evangelización, para asumir hasta el fondo la petición del Papa de una
conversión personal, que haga arraigar cada vez más el Evangelio profundamente
en los corazones de las personas, de los latinoamericanos». Se trata de una
conversión pastoral «que tal ves quiere decir, antes que nada, conversión de
los pastores». La Iglesia latinoamericana tiene un testimonio «elocuente del
pastor universal, una conversión misionera», y ahora debe «retomar con fuerza
la misión continental, salir, ir al encuentro de los que se encuentran más
lejos». Además, se necesita «una conversión a la solidaridad, por amor preferencial
por los pobres, como el Papa nos está diciendo y demostrando coherentemente día
a día».
Francisco
no es «pauperista»
En
relación con las críticas sobre el «paupeismo» del Papa, que han surgido
particularmente en los Estados Unidos, sobre todo después del discurso del
Pontífice a los Movimientos populares que pronunció en Bolivia, Carriquiry no
tiene dudas: el que pronunció en Santa Cruz de la Sierra fue un discurso «duro,
hay que reconocerlo, un discurso en el que Francisco trató de traducir con valentía,
con creatividad el patrimonio del gran pensamiento social de la Iglesia,
comparándolo con la experiencia de organizaciones populares muy diferentes
entre sí; no fue, para nada, un encuentro fácil». Pero el Secretario tiene las
ideas muy claras al respecto: «Quien lea seriamente el discurso, honestamente,
se dará cuenta, en filigrana, de que el Papa desarrolla estos tres grandes
pilares de la doctrina social de la Iglesia: dignidad de la persona,
subsidiariedad y solidaridad. Ese amor del pastor por los pobres -declaró- no
tiene nada de ‘pauperismo’ y mucho menos de ‘pauperismo ideológico’».
Papa
Bergoglio, de hecho, es «pastor que ve y se conmueve en cada uno de sus
encuentros con los pobres; esta mirada del pastor que hace suyos los
sufrimientos que los pobres llevan en las propias llagas es lo que todavía
falta a la Pasión de Cristo. Si no existe esta conmoción en los corazones ni en
las almas -subrayó-, entonces la relación con los pobres se convierte en
asistencialismo o en una relación político-ideológica». Y Francisco está
consciente de que «esta situación de pobreza, de desigualdad que sufren los
pobres, se explica dentro de un sistema idólatra del dinero, que es la base de
estas desigualdades, de estas explotaciones, de estas situaciones de pobreza,
de violencia y de destrucción de la naturaleza».
El
«deshielo» entre Cuba y los Estados Unidos
Para
que se dé la pacificación entre los Estados Unidos y Cuba «todavía hay un
camino que recorrer, en el cual la Santa Sede no estará ausente ni se mostrará
desinteresada», aseguró Carriquiry. El Papa hablará en el Congreso de los
Estados Unidos y en la Asamblea de las Naciones Unidas, por lo que «nos podemos
imaginar que este viaje estará marcado por la ‘alta política’»; pero, precisó,
«para el Papa también estos aspectos que nosotros llamamos de ‘alta política’
se sitúan dentro de una perspectiva pastoral. Estoy convencido de que si le
hablamos al Papa de la ‘alta política’ en sus viajes, no le gustaría nada,
¡Porque él es esencialmente un pastor! Y va también a Cuba -recordó al
concluir-, no con el objetivo de seguir estando presente en el diálogo entre
Cuba y los Estados Unidos. ¡No! Va a Cuba principalmente para confirmar la fe
de los cubanos».
#
No hay comentarios.:
Publicar un comentario