Estrictamente personal/Raymundo Riva Palacio
¿Para qué sirve el Cisen? (I y II)
Ejecentral.com, 26 y 27 de Octubre de 2015
La pregunta para qué sirve el Cisen puede ser sujeta de discusión pública y motivo de polarización. Hay quien piensa que lo único que hace es espionaje político, porque lo creía Vicente Fox, quien cuando llegó a la Presidencia le recortó fondos, lo achicó y provocó su primer gran desmantelamiento. Cuando lo sucedió Felipe Calderón, colocó al frente a un amigo, politólogo y lector de encuestas que no sabía de inteligencia, que le dio tranquilidad a él, pero incertidumbre a la Nación. Con la llegada de Enrique Peña Nieto a Los Pinos, el nuevo equipo encontró su Dorado. La inteligencia criminal construida por casi una década, con tecnología de punta, regresó a lo que fue durante los años más sórdidos de la guerra sucia, inteligencia política. El resultado de ello, lo vemos con el colapso del Cisen, al perder al prisionero bajo su cargo, Joaquín El Chapo Guzmán.
Pese a ello, sería un error que el Cisen, debería desaparecer. Una nación necesita de un órgano de inteligencia civil que atienda la seguridad nacional. Alerta sobre los riesgos y provee los insumos para la toma de las decisiones. Cualquier alegato político que pide su cierre es reduccionista. Las personas no hacen a las personas, pero sí contribuyen a su engrandecimiento o a su declive. En el caso del Presidente Peña Nieto, la total decisión en materia de seguridad se la entregó al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que designó a su amigo Eugenio Ímaz en el Cisen.
Los resultados quedaron a la vista. Por ejemplo, la variable de la guerrilla en el coctel social y político de la rebelión magisterial en Guerrero y su apoyo tras la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, fue deficiente porque en mayo del año pasado, se desmanteló el área de seguimiento de Movimientos Armados, y a quien más sabía de las guerrillas la puso a firmar oficios administrativos. Tardaron semanas en el Gobierno federal para incluir en sus variables de análisis a los movimientos armados, y tuvieron que apoyarse en los informes de la Fiscalía General de Guerrero para suplir su carencia de información. Pero aun cuando recibían esa materia prima, no la procesaban para ayudar a la toma de decisiones.
La fuga de "El Chapo" Guzmán volvió a desnudar hasta dónde tiene consecuencias encargar a inexpertos la inteligencia civil. Guzmán era su prisionero; llegaron junto con él a la prisión de máxima seguridad de El Altiplano. El reciente video difundido por Carlos Loret, en su noticiero Primero Noticias de Televisa, muestra la forma cómo frente a una eventualidad que rebasó todos sus escenarios, los monitoristas del Cisen en el penal no actuaron con diligencia y rapidez. Pero tampoco lo hicieron aquellos que en el sistema redundante en las oficinas centrales del Cisen, que también lo vigilaban.
La alerta al jefe del Área de Inteligencia de la Policía Federal, Ramón Pequeño, que tenía la vigilancia de los penales federales, la dieron sus monitoristas –en una sala diferente a la del Cisen-, pasadas las nueve y media de la noche. Pequeño le notificó cerca de las 10 al ex comisionado del Órgano Desconcentrado de los reclusorios federales, quien informó al ex Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido. Cuando se activó el Código Rojo, después de más de una hora y media de haberse fugado "El Chapo", el director del Cisen aún no sabía qué había pasado. Su personal en Almoloya y en la Delegación Magdalena Contreras estaba más preocupada y asustada por la evasión –y probablemente por el temor a las inevitables consecuencias-, que por informar a Ímaz. El presidente se enteró casi tres horas después.
La experiencia cuenta. Cuando el 11 de septiembre de 2011 dos aviones se estrellaron en las Torres Gemelas de Nueva York, el entonces director de la CIA, George Tennet, desayunaba en el Hotel Hay Adams, frente a la Casa Blanca. Cuando le notificaron del siniestro, lo primero que le dijo a su interlocutor fue que, con toda seguridad había sido Al Qaeda y Osama bin-Laden. ¿Cómo lo intuyó? Por toda la información acumulada sobre Bin-Laden y su proclividad a atentados terroristas en contra de Estados Unidos, así como el análisis mecánico de qué otro grupo tendría la capacidad económica y operativa para realizar un ataque de esa naturaleza. La información y el entrenamiento para procesarla en tiempo real, ayudó a la toma de decisiones y redujo los márgenes de error.
Muy diferente en el gobierno peñista. Todos dentro del gobierno sabían de las capacidades y los recursos de "El Chapo" Guzmán. Tenían información reciente que planeaba fugarse. No se hizo nada por evitarlo. El túnel por donde se evadió se construyó durante 374 días, sin que el Cisen, responsable de la seguridad perimetral de El Altiplano, hiciera tampoco nada. Los tres pilotos que trasladaron a "El Chapo" a Sinaloa esa misma noche, fueron capturados por el trabajo de la PGR, no del Cisen. La reitera suspicacia de incompetencia tomó carta de legitimidad con la difusión del video de Loret. Pero Ímaz es intocable. El Presidente y el Secretario de Gobernación insisten en protegerlo. Las razones no se conocen, pero el responsable de la vigilancia de "El Chapo" tendría que haber sido el primero en renunciar o en ser cesado tras la fuga. Punto. Las responsabilidades cuestan, aunque en el Gobierno piensen lo contrario.
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Desde el primer día del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, se realizó un cambio estratégico en el aparato de seguridad. Con la absorción de la Secretaría de Gobernación de la de Seguridad Pública Federal, el control de la inteligencia criminal pasó a manos de quien maneja la política.
No se quedó en teoría. En el desmantelamiento que comenzó a hacer del monstruo tecnológico de información criminal que era aquella dependencia, el primer comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón, el Cisen se quedó con lo que mejor se le acomodaría a sus objetivos de mediano y largo plazo: el equipo de interceptación de comunicaciones.
El cambio fue monumental: las herramientas para la inteligencia criminal y su uso para combatir a los grupos delincuenciales, comenzaron a ser utilizadas con fines políticos, al ser empleadas para el espionaje telefónico de miembros del Gabinete, jueces o periodistas, de acuerdo con una relación de números intervenidos de la cual se tiene una copia.
El cambio de esos sistemas de intervención llevaba consigo una licencia legal. Para poder interceptar un teléfono, la Secretaría de Seguridad Pública Federal, necesitaba pedir la autorización al juez y probar que era relevante para una investigación criminal. Se requería una orden del juez. En el Cisen no. Bajo el manto de la seguridad nacional, el Cisen puede hacerlo al margen del Poder Judicial.
No se sabe cuántos teléfonos de actores políticos y sociales, de agentes económicos o periodistas, tiene interceptados el Cisen, pero la sábana con los números, que corresponde a un periodo específico este verano, muestra un enorme abanico de intervenciones. De acuerdo con el documento, hubo 729 intervenciones telefónicas, aunque una decena de personas espiadas aparece con números adicionales.
Hay una serie de nombres de personas que no son públicas o empresas de seguridad, comercializadoras, de asistencia pública e inclusive de una televisora. Pero también, sin saberse el nombre pero sí en dónde se contrató la línea, un teléfono registrado por el Consejo de la Judicatura Federal.
En cuestión de nombres, hay varias líneas intervenidas que fueron contratados por Alfonso Navarrete Prida, Secretario del Trabajo, y los teléfonos celulares de la afamada conductora de radio Carmen Aristegui, y de quien esto escribe.
La forma como buscaron entrar en esos teléfonos, de acuerdo con expertos consultados, es a través de un software malware, que es un código maligno que se infiltra en los dispositivos mediante el cual se pueden emitir mensajes de texto.
Un modelo clásico de estos mensajes puede decir, con un lenguaje que parecería el de una persona con quien se tiene amistad, que "unas personas extrañas se presentaron en su casa", por lo que le envían un enlace para ver la fotografía.
Lo que permite ese enlace, que nunca abre, es que el virus se meta al teléfono y permita dos objetivos: la escucha y el análisis de la red de vínculos que se encuentra en el aparato, a fin de poder determinar su abanico de amigos y conocidos que permitan construir sus relaciones.
¿Cuál es el objetivo que buscan con las intervenciones? De acuerdo con los nombres en la sábana, puede ser multipropósito. Varios números, como los del Secretario Navarrete Prida, están registrados en el Estado de México, así como también aquél que figura a nombre del Consejo de la Judicatura Federal.
¿Podría haber una operación de espionaje contra algunos mexiquenses originado por el segundo grupo político más fuerte dentro del Gabinete? Es una hipótesis, dado que el Cisen lo dirige Eugenio Ímaz, quien aunque no nació en Hidalgo, ha trabajado muy de cerca con dos prominentes hidalguenses, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el ex Procurador General Jesús Murillo Karam.
¿Qué buscan con los comunicadores? Si uno se atiene a un patrón de comportamiento de algunos funcionarios federales para con ellos, se puede interpretar que lo que se pretende es intimidarlos.
Hay varias empresas de seguridad privada con números interceptados, incluida ADT, que es una de las firmas más contratadas por personas públicas para sistemas de seguridad y circuito cerrado de televisión en sus casas y oficinas. Hay otros sin aparente sentido, como un número en el área de Talento de Televisa intervenido. La gran mayoría de los números intervenidos se encuentra en Sinaloa, lo que permite suponer que se tienen sospechas y certezas de vínculos criminales.
En todo caso, la relación de intervenciones telefónicas muestra la mezcla del espionaje con fines de inteligencia criminal con espionaje político realizada por el Cisen. Durante mucho tiempo se especuló que este gobierno realizaba espionaje político de manera permanente, pero no se había podido documentar. Del mito o la especulación informada, de trascripciones de conversaciones telefónicas, a esta relación de números y nombres de objetivos específicos.
La paradoja de este documento es que contrasta el interés en objetivos que puede uno asumir en el caso de la mayoría no están relacionados de ninguna manera con criminales, y la forma tan laxa como la vigilancia a criminales fue una constante.
El video difundido hace dos semanas del monitoreo del Cisen la noche en que se fugó Joaquín "El Chapo" Guzmán, es un ejemplo de cómo, en lugar de estar tan atentos en el espionaje político, habrían hecho bien en enfocarse en la inteligencia criminal. De esa forma, no se les hubiera ido de sus ojos y manos el narcotraficante más famoso del mundo.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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