21 jun 2018

El Papa llamó a los cristianos a trabajar juntos por los que sufren durante un encuentro ecuménico en Ginebra

El Papa llamó a los cristianos a trabajar juntos por los que sufren durante un encuentro ecuménico en Ginebra
El Papa, saludado hoy por los fieles que asistieron a un encuentro ecuménico en Ginebra Fuente: AP
Elisabetta Piqué...
La Nación, 21 de junio de 2018...
ROMA.- En un "peregrinaje ecuménico" de 10 horas que lo llevó a Ginebra, Suiza, el Papa abogó hoy con fuerza por la unidad de todos los cristianos, a quienes llamó a "superar el muro de las sospechas y el miedo" que los dividió desde la Reforma Protestante del siglo XVI y a trabajar juntos para ayudar a los que sufren. "No podemos desinteresarnos, y es preocupante cuando algunos cristianos se muestran indiferentes frente al necesitado", sentenció.

Invitado por el Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEI), que celebra 70 años y representa a unos 560 millones de protestantes y ortodoxos de 110 países a través de 350 iglesias, Francisco también aseguró que, "si aumenta la fuerza misionera, crecerá también la unidad entre nosotros".
Papa busca mayor unidad con protestantes y ortodoxos en Ginebra - Fuente: AFP 1:06
"El Señor nos pide que invoquemos continuamente la vía de la comunión, que conduce a la paz. La división, en efecto, contradice clara y abiertamente la voluntad de Cristo, es un escándalo para el mundo y perjudica a la causa santísima de predicar el Evangelio a toda criatura", dijo Francisco, que protagonizó por la mañana una oración ecuménica junto a 230 personas. "El Señor nos pide unidad; el mundo, desgarrado por tantas divisiones que afectan principalmente a los más débiles, invoca unidad", insistió.
Antes, recordó que a lo largo de la historia, "las divisiones entre cristianos se han producido con frecuencia porque fundamentalmente se introducía una mentalidad mundana en la vida de las comunidades: primero se buscaban los propios intereses, solo después los de Jesucristo".
Francisco, antes de regresar a Roma celebró misa para la comunidad católica suiza, se convirtió en el tercer papa que visita el cuartel general del CEI, después de Pablo VI y Juan Pablo II. Durante su visita a la sede de la CEI, Francisco escuchó el testimonio de varios de sus miembros sobre su trabajo por la justicia y la paz en el mundo. Entre ellos, dos que trabajan por la paz entre Corea del Sur y del Norte.
A lo largo de su pontificado, Francisco siempre llamó a avanzar en la causa de la unidad de los cristianos a través de acciones concretas -como su visita a Ginebra-, más que a través de arduas discusiones teológicas. Y se mostró convencido de que se puede avanzar en la unidad "caminando, rezando y trabajando juntos", el lema de la visita a Ginebra. Al hablar ante representantes del CEI, de hecho, destacó la necesidad de "un nuevo impulso evangelizador", para "llevar juntos la gracia sanadora del Evangelio a la humanidad que sufre".
Advirtió, además, que "la credibilidad del Evangelio se ve afectada por el modo cómo los cristianos responden al clamor de todos aquellos que, en cualquier rincón de la tierra, son injustamente víctimas del trágico aumento de una exclusión que, generando pobreza, fomenta los conflictos". "Mientras los débiles son cada vez más marginados, sin pan, trabajo ni futuro, los ricos son cada vez menos y más ricos. Dejémonos interpelar por el llanto de los que sufren. Veamos qué podemos hacer concretamente, antes de desanimarnos por lo que no podemos", pidió. "Miremos también a tantos hermanos y hermanas nuestros que en diversas partes del mundo, especialmente en Medio Oriente, sufren porque son cristianos. Estemos cerca de ellos", siguió. "Y recordemos que nuestro camino ecuménico está precedido y acompañado por un ecumenismo ya realizado, el ecumenismo de la sangre, que nos exhorta a seguir adelante", agregó.
En el avión que por la mañana temprano de Roma lo llevó a Ginebra - ciudad donde vivió el reformador Juan Calvino en el siglo XVI- al saludar a los periodistas el Papa ostentó su habitual sentido del humor porteño: cuando alguien le preguntó si iba a ser designada una mujer al frente del IOR (el Instituto para las Obras de Religión, el "banco" del Vaticano), sonriendo respondió: "Estamos en tratativas con Christine Lagarde". Aludió así a la directora gerente del FMI, quizás un guiño a la situación de su madre patria.

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