29 sept 2021

Petición de perdón por agravios a los pueblos originarios

 Justicia al pueblo yaqui. Petición de perdón por agravios a los pueblos originarios, 28 de septiembre de 2021

MODERADORA: Antes de dar inicio con este evento, les pedimos a los presentes guardar un minuto de silencio en honor de Agustín González Estrella, quien fuera gobernador de Vícam pueblo.


(MINUTO DE SILENCIO)

MODERADORA: Damos inicio a esta ceremonia con los honores al presidente de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

(HONORES)

MODERADORA: Preside esta ceremonia, Justicia al pueblo yaqui, petición de perdón por agravios a los pueblos originarios, el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Lo acompañan, señor Crisógono Castillo Bacasegua, gobernador de Vícam Pueblo.

Señora Sally Ann González, senadora de Arizona.

Licenciado Adelfo Regino Montes, director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y presidente ejecutivo de la Comisión Presidencial de Justicia para el Pueblo Yaqui.

Ciudadano Juan Espinoza Leyva, gobernador de Pótam.

Doctor Salomón Nahmad y Sittón.

Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano.

Ciudadano Florentino Martínez Molina, gobernador Tórim.

Ciudadana María Lorena Ramírez Nahueachi, deportista rarámuri.

Señora Bertha Zúñiga Cáceres, coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras.

Doctor Alfonso Durazo Montaño, gobernador constitucional del estado de Sonora.

Ciudadano Peter Yucupicio, presidente de Pascua Yaqui.


Ciudadano Ramón Valenzuela Álvarez, gobernador Ráhum.


Ciudadano Juan Miguel García Vega, gobernador Huírivis.


Maestro Román Meyer Falcón, secretario de Desarrollo Urbano y Territorial.


Antropólogo Lázaro Cárdenas Batel, coordinador de asesores de Presidencia de la República.


General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.


Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina.


Ciudadano José Ricardo Jaimes Valenzuela, gobernador de Belem.


Ciudadano Guillermo Valdez Castillo, gobernador de Loma de Guamúchil Cócorit.


Licenciada Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.


Licenciada Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura.


Maestra María Luisa Albores González, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales.


Ingeniero Jorge Arganis Díaz Leal, secretario de Comunicaciones y Transportes.


Ciudadano Javier May Rodríguez, secretario de Bienestar.


Ciudadano Juan María Estrella Molina, gobernador de Loma Bácum.


Maestro Zoé Alejandro Robledo Aburto, presidente de la Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y Personajes Históricos de México.


Doctor Víctor Manuel Villalobos Arámbula, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural.


Ciudadano Jesús Patricio Varela Martínez, secretario de la Guardia Tradicional de Tórim.


Ingeniero Germán Martínez Santoyo, director general de la Comisión Nacional del Agua.


Ciudadano Onésimo Buitimea Valenzuela, secretario de la Guardia Tradicional de Vícam Pueblo.


Ciudadano Crisóforo Valenzuela, secretario de la Guardia Tradicional de Ráhum.


También nos acompañan integrantes del pueblo yaqui, representantes de medios de comunicación y quienes nos siguen por internet a través de las redes sociales.


Sean todos bienvenidos.


El Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe, interpretará la melodía Tierra de venados.


(PIEZA MUSICAL)


MODERADORA: Hace uso de la palabra el ciudadano Crisógono Castillo Bacasegua, gobernador Vícam Pueblo. Lo acompaña Onésimo Buitimea Valenzuela, secretario de las Guardias Tradicionales de Vícam Pueblo.


CRISÓGONO CASTILLO BACASEGUA, GOBERNADOR VÍCAM PUEBLO (Habla en lengua indígena)


(interpretación): Nuestro gobernador, el señor Crisóforo Castillo Bacasegua, les da la más cordial bienvenida a este pueblo de Vícam, la primera cabecera de los ocho pueblos yaquis.


Señor presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, señor gobernador del estado de Sonora, Alfonso Durazo Montaño; señores funcionarios, así como invitados especiales que nos acompañan en esta tarde aquí en este pueblo de Vícam:


Sean ustedes bienvenidos aquí a nuestro territorio yaqui y estamos atentos a lo que sigue aquí en este acto de perdón para los pueblos indígenas en nuestro país, en especial a nuestro pueblo yaqui.


Muchas gracias.


MODERADORA: El doctor Alfonso Durazo Montaño, gobernador del estado de Sonora, hará uso de la palabra.


ALFONSO DURAZO MONTAÑO, GOBERNADOR DE SONORA: Un gusto saludar a todos ustedes. Es particularmente honroso.


Señor presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Bienvenido a Sonora en este día histórico para nuestros pueblos originarios. Es un honor recibirlo por primera vez en mi condición de gobernador constitucional del estado de Sonora.


Agradezco la visita de los muy distinguidos invitadas, invitados especiales que nos honran con su presencia el día de hoy.


Estimado ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.


Expreso mi respeto a las autoridades tradicionales de los pueblos yaquis que hoy nos reciben. Gracias.


Estimado general Sandoval, secretario de la Defensa Nacional.


Estimado almirante Ojeda, secretario de la Marina.


Mi queridísima Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.


Señoras y señores:


Primeramente, deseo expresar, en nombre del pueblo de Sonora, mis más sentidas condolencias por el sensible fallecimiento del gobernador de Vícam Pueblo, primera cabecera de los ochos pueblos yaquis. Descanse en paz.


Ciudadano presidente:


Usted nos ha dicho muchas veces que la paz es fruto de la justicia. Es ese afán de justicia pacificadora el que ahora nos reúne aquí. Desde el gobierno del general Cárdenas ningún otro los ha tratado con la dignidad que usted les reconocer en este acto.


La convocatoria de hoy nos llama a solicitar el perdón de los pueblos originarios de México y Sonora, en particular, el perdón del valeroso pueblo yaqui por los abusos cometidos por el Estado mexicano sobre muchas de sus generaciones.


Hay pasajes históricos de alto dramatismo que demuestran lo inhumano que fue el Estado mexicano contra los integrantes de la etnia yaqui. Son tantos los actos de represión que estos crecieron hasta convertirse en una política de Estado, los gobernadores sonorenses de la época formaron parte de esa operación criminal.


En aras de un falso desarrollo se registraron múltiples hechos contra la tribu yaqui de los que la humanidad debe sentirse avergonzada. De la dignidad de la etnia surgiría precisamente su sentimiento revolucionario.


Es un imperativo ético reparar tales agravios cometidos contra el pueblo yaqui vía persecución, guerra, exterminio y deportación. Esa es la única manera de reconciliarnos y hermanarnos en la mexicanidad que nos da identidad y orgullo.


Este perdón que se clama sobre ese pasado que nos apena es también un llamado para que estos abusos desde el poder no se repitan ni hoy ni nunca. Junto a este acto de perdón el Gobierno de México, en diálogo permanente con los gobiernos tradicionales de la tribu yaqui, diseñó el plan de justicia con el que se están reparando al límite de lo posible los abusos y despojos que durante décadas y siglos los poderes han impuesto a fase de fuerza y violencia sobre este gran pueblo.


La implementación del plan de justicia no estaría completo, si sobre las heridas del pasado no se vierte la verdad. El traer a nuestra memoria esa verdad de nuestro pasado radica en la trascendencia de este acto de perdón.


Señor presidente, señores gobernadores y demás dignidades del pueblo yaqui:


Agradezco su voluntad y su compromiso con la oportunidad de brindarnos un histórico momento de recuento en la memoria, en la justicia, el perdón, la reconciliación y la paz.


Muchas gracias por su atención.


MODERADORA: Hace uso de la palabra al licenciado Adelfo Regino Montes, director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y presidente ejecutivo de la Comisión Presidencial de Justicia para el pueblo Yaqui.


ADELFO REGINO MONTES, DIRECTOR GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y PRESIDENTE EJECUTIVO DE LA COMISIÓN PRESIDENCIAL DE JUSTICIA PARA EL PUEBLO YAQUI: (Habla en lengua indígena)


Muy buenas tardes hermanas y hermanos.


Con su venía señor presidente, licenciado Andrés Manuel López Obrador.


Señor gobernador del estado de Sonora, Alfonso Durazo Montaño.


Quiero, en primer lugar, sumarme a esta expresión de dolor por el lamentable fallecimiento del profesor Agustín González Estrella, gobernador tradicional de este heroico pueblo de Vícam, quien ha vuelto a la madre tierra y hoy descansa junto a sus antepasados en las faldas del cerro del Bacatete con la conciencia del deber cumplido, como lo dice el juramento yaqui.


A 488 años de la llegada de los conquistadores a estas tierras del norte de México conocido como Aridoamérica, venimos hoy a honrar la digna historia de resistencia y dignidad del pueblo yaqui. Y quiero recordar cómo durante dos periodos muy importantes en su historia han luchado, han perseverado y han defendido su sagrada tierra, territorio y agua.


Recordar la firma del acuerdo de paz en el año de 1533, en el año de 1610, cuando se firma el acuerdo de paz con el capitán español Diego Martínez de Hurdaide y después esto se retomaría el 15 de mayo de 1897, cuando su líder histórico Juan Maldonado ‘Tetabiate’ firma la paz en la estación conocida como Ortiz, con el general Francisco Peinado.


Estas son dos muestras históricas de las gestas de resistencia y lucha del pueblo yaqui, y sobre esta base ya en la era posrevolucionaria surge el destello de esperanza con las decisiones que toma el general Lázaro Cárdenas del Río, presidente de México, quien en 1937 y 1940 determinó restituir al pueblo yaqui sus tierras y aguas, que hoy constituyen el fundamento más sólido de sus reivindicaciones ancestrales.


Por eso quiero agradecer la presencia del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en este histórico acto. Muchas gracias, ingeniero, por acompañarnos acá en Vícam Pueblo.


Hermanas y hermanos:


Conscientes de estos profundos agravios, de su heroica tenacidad y espíritu de lucha el presidente de México, licenciado Andrés Manuel López Obrador, en ocasión de su visita al pueblo de Pótam el día 26 de octubre del año 2019 acordó junto con sus autoridades construir el Plan de Justicia del Pueblo Yaqui.

Esta decisión por sí misma constituye un hito en la historia del pueblo yaqui y de los pueblos originarios de México, porque por primera vez se planteó alcanzar una solución de fondo al despojo territorial y a los agravios al pueblo yaqui, y se puso como horizonte hacer justicia para devolver su dignidad y el reconocimiento de sus derechos inalienables.

Siguiendo la premisa juarista de que nada por la fuerza, todo con la razón y el derecho, se acordó construir el Plan de Justicia del Pueblo Yaqui mediante un proceso de diálogo respetuoso con sus autoridades tradicionales.

Como nunca había sucedido, aquí se presentaron los titulares de cada una de las dependencias del Gobierno de México, hicimos a un lado cualquier vestigio de decisión vertical y unilateral, dando paso a una construcción colectiva de propuestas y soluciones.

De manera muy respetuosa en sus guardias tradicionales fuimos construyendo cada uno de los acuerdos que hoy el señor presidente de la República firmará con los ocho gobernadores tradicionales del pueblo yaqui, y es justamente estos acuerdos la columna vertebral del Plan de Justicia del Pueblo Yaqui.

Y quisiera destacar de manera importante los acuerdos sobre la tierra y el territorio, una vez que se hicieron los recorridos en lo que ellos conocen como sus puntos naturales. Y sobre esta base se ha acordado resarcir al pueblo yaqui más de 20 mil hectáreas de tierra para cumplir plenamente el acuerdo y la resolución del general Lázaro Cárdenas del Río.

Como un primer acto para honrar este compromiso, hoy el presidente de México firmará el decreto porque el se devuelven al Pueblo Yaqui dos mil 943 hectáreas para que sean parte de su patrimonio territorial, a título colectivo, a título comunal.

Asimismo, con la coordinación de la Sedatu, de todo el sector agrario, se han iniciado los procedimientos de declaratoria y asignación de tierras nacionales. Esto es un paso muy importante que se hará a través del diálogo con los presuntos pequeños propietarios y posesionarios, y con ello garantizar la integridad territorial del pueblo yaqui.

Un segundo tema muy importante es lo que tiene que ver con el derecho al agua, y una primera decisión que se ha tomado es la construcción del acueducto yaqui, que tendrá una longitud de 158 kilómetros, que va ir desde la presa del Oviachic hasta las Guásimas, hasta Bahía de Lobos, y con ello vamos a resolver el problema de la falta de agua potable para consumo humano aquí en el territorio yaqui.

Y en un acto sin precedentes en la historia de nuestro país, hoy el presidente firmará el decreto por el que se crea el Distrito de Riego número 18 y su inmediata transferencia al pueblo yaqui. Este distrito de riego, hermanas y hermanos, será administrado directamente por el pueblo yaqui a través de una comisión que ellos han creado. Este distrito de riego tendrá una superficie de 126 mil 259 hectáreas, de los cuales 61 mil 223 serán irrigables con un volumen de 673 millones de metros cúbicos.

También se analizan las acciones para devolver el agua el sagrado río Yaqui, de modo que se pueda recuperar el ecosistema y también fortalecer la cultura y la espiritualidad del pueblo yaqui.

Y con esto, hermanas y hermanos, estamos honrando lo que estableció el general Lázaro Cárdenas del Río al reconocer el 50 por ciento de las aguas de la cuenca del río Yaqui para el pueblo yaqui.

También, se están realizando un conjunto de acciones para garantizar bienestar y desarrollo al pueblo yaqui. Aquí en Vícam Pueblo se está construyendo ya la Universidad del Pueblo Yaqui, en Vícam estación se va a construir el hospital regional y seis unidades médicas rurales en todas las comunidades yaquis.

Y también en este momento, señor presidente, quiero informarle que nos están escuchando a través de la radiodifusora cultural indígena que lleva la voz, que lleva por nombre La voz del río yaqui. Esto es muy importante porque, además de los servicios sociales que presta va a fortalecer, va a trabajar para que se fortalezca la cultura, la lengua, la cosmovisión, el pensamiento ancestral del pueblo yaqui. Por todo esto, está previsto una inversión inicial de 11 mil 600 millones de pesos, de los cuales en este año ya se está ejerciendo mil 500 millones de pesos.

Este es pues, hermanas y hermanos, el significado del Plan de Justicia del Pueblo Yaqui y con ello iniciamos una nueva era de paz y justicia, en el que son respetados a cabalidad los derechos inalienables de nuestros pueblos.

Y también con esto, señor presidente, como usted nos lo ha encargado, estamos en poniendo en práctica este principio de que, por el bien de todos, primero los pobres, los más humildes y olvidados, en especial nuestros pueblos y nuestras comunidades indígenas, que es el alma y espíritu de la Cuarta Transformación de la República.

Y aquí, como ha dicho el gobernador Alfonso Durazo, cobra sentido la afirmación de que la paz es fruto de la justicia, y que hoy estamos sembrando en esta bendita tierra una semilla de esperanza que dará fruto, abundantes frutos a las generaciones futuras.


¡Viva el heroico pueblo yaqui!


¡Vivan los pueblos originarios de México!


¡Viva la Cuarta Transformación de la República!


MODERADORA: El ciudadano Jesús Patricio Varela Martínez, secretario del pueblo de Tórim, hará uso de la palabra y posteriormente entregará la propuesta de iniciativa de reforma indígena y afromexicana.


Lo acompaña Crisóforo Valenzuela, quien hará la traducción en yaqui.


JESÚS PATRICIO VARELA MARTÍNEZ, SECRETARIO DE LA GUARDIA TRADICIONAL DE TÓRIM (Habla en lengua indígena):


Interpretación: Gobernadores y autoridades tradicionales de nuestro pueblo yaqui.


Ciudadano, licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.


Nuestro gobernador del estado de Sonora, doctor Alfonso Durazo Montaño.


Representantes de los pueblos indígenas de México y otros países.


Nuestra Tropa Yoremia en general.


Quiero iniciar expresando que las palabras que voy a decir no son a título personal, estoy hablando a nombre del gobierno tradicional del pueblo yaqui y de toda nuestra Tropa Yoremia. Deseamos expresar nuestro pesar por la muerte de nuestro hermano Agustín González Estrella, quien fuera gobernador de Vícam, y le transmitimos nuestro pésame a su familia.


Permítanme hacer un relato de nuestra historia para entender el significado del Plan de Justicia Yaqui que hoy se está firmando.


El primer contacto con los invasores se dio cuando Nuño de Guzmán agredió con artillería al pueblo yaqui en 1533, nuestros antepasados lo repelieron y el guerrero yaqui Ania Baá Lu Utek, trazando una línea en el piso con su arco les dijo: ‘Si vuelven a pasar esta raya serán hombres muertos, iniciará la guerra.’


Nuño de Guzmán se sorprendió porque no había encontrado ningún otro pueblo tan valeroso y dispuesto a pelear por su territorio como los yaquis, lo que nunca han comprendido es que nosotros seguiremos dando la vida por nuestro territorio, porque nos fue entregado por las divinidades y es el sentido de nuestra vida en nuestra tierra.


En 1610 regresó para combatirnos Diego de Guzmán y tampoco tuvo éxito.


En 1615 firmamos acuerdos de paz con Diego Martínez de Hurdaide en el que se acordó que el rey Felipe III respetaría el territorio yaqui.


En esos mismos años llegaron los primeros jesuitas, Andrés Pérez de Rivas y Tomás Basilio. Desde entonces estamos congregados en los ocho pueblos que siguen en pie hasta ahora.


JESÚS PATRICIO VARELA MARTÍNEZ, (Interpretación): Disculpen un momentito, es el Ave María.


Los pueblos indígenas celebramos los 200 años de la firma de la Independencia de México, pero también sabemos que el problema con la República es que no reconoció nuestro gobierno tradicional y territorio ancestral.

México es una república que se dibujó como si nosotros no existiéramos. En el Porfiriato se nos despojó de nuestras tierras y recursos naturales otorgándoselas a personas ajenas a la tribu. Por eso surgieron nuestros por eso surgieron nuestros héroes: José María Leyva Cajeme, Juan Maldonado ‘Tetabiate’, JJ Sibalaume y sin lugar a dudas en nuestra época contemporánea a don Octaviano Jécari Urbalejo, quien fue de los últimos héroes que agotó hasta el último recurso en defensa de nuestros recursos naturales, de nuestro territorio y nuestras aguas, quienes organizaron a los hombres y mujeres de nuestra tribu yaqui para resistir las agresiones.


En ese terrible periodo se perdieron miles de vidas, corrió mucha sangre, deportaron a nuestros antepasados y los rindieron en el sur de México para trabajar como esclavos. Reconciliar una historia tan dolorosa no es fácil, pero es necesario si queremos transformar la vida de este país.


El general Cárdenas decidió hacernos justicia y firmó el decreto que nos devolviera parte de nuestro territorio y reconocía el derecho a la mitad de las aguas del río Yaqui, pero ese decreto quedo a medias.


El espíritu del Plan de Justicia que está realizando el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y nuestro gobierno tradicional emana de estos agravios que se han cometido a lo largo de la historia.


El plan de justicia no es un regalo, no es un asistencialismo, busca devolvernos lo que es nuestro, territorio que nos fue quitado, el agua que nos han limitado y la dignidad que nos han querido robar.


El acto de justicia comienza con las hectáreas que se van a entregar el día de hoy, pero sabemos que tenemos derecho a mucho más.


Gracias a esta recuperación, volveremos a tener tierra colectiva que nos dará la unidad y fortaleza a nuestra identidad, recuperáremos tierras para siembra y pastoreo, honraremos a nuestros antepasados que dieron su vida en este empeño y recobraremos la dignidad que nos han quitado con los despojos.


Con la entrega del Distrito de Riego 018, la construcción del acueducto yaqui y el caudal ecológico de nuestro río aumentaremos la producción agrícola y pecuaria, y mejoraremos el nivel de vida de nuestros pueblos, tendremos agua saludable y suficiente para tener una vida digna y a nuestro territorio devolverán las plantas y animales que son parte de nuestra identidad y cultura.


Por último, la construcción de espacios públicos, como escuelas, hospitales, una radiodifusora, el impulso de proyectos para vitalizar la cultura y fortalecer la participación de las mujeres y la juventud permitirá que nuestra vida sea más digna, más plena y nos sintamos orgullosos de ser yaquis y ser mexicanos.


Con la tribu yaqui se está dando el primer paso de justicia hacia los pueblos indígenas, pero los yaquis queremos justicia para todos los pueblos indígenas y afromexicanos de este país. Por eso, este Plan de Justicia debe sentar las bases para un nuevo acuerdo con la nación y que ese acuerdo quede plasmado en nuestra Constitución.


Señor presidente:


Le agradecemos que esté cumpliendo su palabra. Confiamos en todos los acuerdos que serán respetados.


Este momento tan feliz e importante no puede ser sólo para yaquis, queremos agradecer y festejar esta nueva era de reconciliación y paz con todos los hermanos indígenas y afromexicanos de México. Por esta razón están aquí frente a usted representantes de todos nuestros pueblos y de manera conjunta le entregamos la propuesta de reforma constitucional apoyada por más de 650 mil firmas de mujeres y hombres indígenas y afromexicanos de esta gran nación que hemos construido colectiva a lo largo de dos años, y en este momento le pedimos que la haga suya y a nuestro nombre la presente al Congreso de la Unión.


Presidente:


Amor con amor se paga y nosotros lo queremos y respetamos mucho. Ayude a México para que en el futuro no se vuelvan a repetir los horrores del pasado, para que nunca más haya un México sin nosotros, los pueblos indígenas.


Muchas gracias, señor presidente de México.


Para finalizar nuestra participación en esta ceremonia impulsada por el gobierno federal y que tanto esperábamos los pueblos indígenas y en especial el pueblo yaqui, hago referencia a que la presencia de las autoridades del gobierno federal y del gobernador del estado de Sonora significan para los pueblos indígenas la conciliación del pueblo yaqui con el gobierno federal, con el gobierno del estado. Y es algo que quisieron vivir nuestros antepasados, vivir estos momentos; sin embargo, desgraciadamente no les tocó, pero nos ha tocado a nosotros poder vivir el reencuentro y la reconciliación con el Estado mexicano.


Asimismo, doy y paso a hacer entrega formal a la propuesta de iniciativa de reforma constitucional sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos al licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.


(ENTREGA DE PROPUESTA)


MODERADORA: El doctor Salomón Nahmad y Sittón hará uso de la palabra.


SALOMÓN NAHMAD Y SITTÓN: Buenas tardes a todas y todos, buenas tardes a los pueblos yaquis, buenas tardes al señor presidente don Andrés López Obrador, buenas tardes al gobernador del estado.


Pero quiero agregar que el señor presidente fue compañero de trabajo de nosotros en el Instituto Nacional Indigenista y cumplió su palabra en la zona chontal del estado de Tabasco.


México está cumpliendo 200 años de la consumación de su Independencia, que había sido iniciada por don Miguel Hidalgo y Costilla, y hoy en esta reunión debemos recordar las múltiples guerras realizadas por el gobierno y por los grupos de poder de Sonora en contra del pueblo yaqui, no se puede olvidar eso.


Aquí traigo un libro escrito por un miembro del Ejército que relata en 850 páginas todas las guerras contra los yaquis y los mayos. Me parece muy relevante que se ponga el Distrito de Riego 018, que va a implicar la apertura de tierras para la agricultura para 61 mil hectáreas cultivables para cada familia yaqui y con una irrigación anual de 673 millones de metros cúbicos de agua del río que lleva el nombre de este emblemático pueblo, distrito que ellos van a administrar, es fundamental que quede en sus manos.


Es un reconocimiento a la admirable resistencia de este pueblo que sigue en pie a pesar de que fueron divididos y una parte vive desde el siglo XIX en Arizona y miles de familias fueron dispersadas hacia el Valle Nacional en Oaxaca como esclavos y hacia la península de Yucatán en condiciones de persecución y destrucción que hoy serían considerados como genocidio y etnocidio por la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.


Acuerdos no jurídicos a favor de gente extraña a la tribu. Por ello, me congratulo y felicito al señor presidente y a todas las agencias del gobierno federal y estatal de que después de que hace más de 30 años realizamos el Plan Integral de Desarrollo de la Tribu Yaqui en 1983 que los gobernadores de esa época en ese momento ellos elaboraron con sus propios intelectuales y profesionistas como un plan que fue entregado en su momento al presidente de la República, en ese entonces Miguel de la Madrid, y que su entonces secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas, lo congeló en un escritorio de Palacio Nacional.


Qué bueno que hoy hay un plan nuevo que se está entregando hoy, qué bueno que el presidente de todos los mexicanos, licenciado Andrés López Obrador, hoy cumpla con uno de los compromisos históricos de México, que México debe a millones de familias y trabajadores indígenas, con quienes el Estado nacional tiene una deuda impagable.


Hoy inicia el pago de esa deuda con un acto de justicia y de respeto al derecho internacional. Este debe ser el inicio de un nuevo trato hacia estos pueblos porque es la única forma de que México renazca desde sus raíces profundas del México profundo que hablaba Guillermo Bonfil.


El Gobierno de México está obligado a cumplir con los compromisos internacionales sobre derechos de los pueblos originarios del mundo, cambiando su constitución para reconocerlos como ellos han demandado desde hace mucho tiempo.


No podemos tener un pacto federal verdadero si los pueblos indígenas de México siguen excluidos, sobre todo porque en nuestro país siguen viviendo en condiciones de extrema pobreza y desigualdad social, que debe ser reparada y compensada de manera significativa, y por ello solicitándole cada ciudadano en cada comunidad el perdón por todas las arbitrariedades y las guerras injustas contra las tribus yaqui y mayo, según consta en este pequeño libro de 850 páginas escritas por un militar.


Por ello, en cada ciudadano y cada comunidad deben pedirle perdón el gobierno sobre las arbitrariedades y las guerras injustas contra las tribus yaqui, mayo, como lo escribió Francisco del Paso, además de todos los maltratos, humillaciones desprecio y despojos que día con día durante el periodo colonial y el pasado periodo republicano han recibido, una vergüenza que cargamos todos los mexicanos y que no se cambian ni con la Independencia, la Reforma ni la Revolución.


Qué bueno que en esta ceremonia nos acompaña don Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general Cárdenas y el nieto del general Cárdenas, quien fue el que decretó, conoció las penurias de este pasado, de estos 200 años, encarcelamiento y despojo en condiciones de falta de reconocimiento geopolítico.


Este pueblo requiere un reconocimiento de su territorio y de su poder político, cuyo centro más importante de la coordinación de todos los pueblos se encuentra debajo de esta palapa, aquí se acuerdan todos los asuntos relevantes e importantes.


Por ello, quiero pedir que se considere como un territorio autónomo, que se identifique a cada unidad política y a cada comunidad indígena de México con sus propios sistemas de gobierno y su propia regulación, de su propia vida cultural y social, y hacer desaparecer todas las formas de discriminación racial y cultural.


Que por fin tengamos una constitución con el reconocimiento pleno de todos sus derechos como lo han estado demandando desde Quintana Roo -aquí está presente uno de los líderes de la Guerra de Castas-pasando por Chiapas, por Sonora y hasta Baja California. Yo creo que es de justicia devolver la dignidad a la patria mexicana.


Muchas gracias.


MODERADORA: Hace uso de la palabra el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.


CUAUHTÉMOC CÁRDENAS SOLÓRZANO: Señor presidente de la República.


Señor gobernador del estado de Sonora.


Autoridades tradicionales de los pueblos yaquis.


Señores funcionarios federales y estatales.


Muy estimados amigos todos:


Empiezo diciendo, ciudadano presidente, que los asesinatos de Tomás Rojo y Luis Urbano, luchadores por los derechos de los pueblos yaquis, no pueden quedar impunes. Los asesinos tanto los materiales como los intelectuales deben recibir las sanciones que manda la ley.


En 1940 se decretó que con las tierras que la nación les puso en posesión correspondía a la tribu yaqui el 50 por ciento de las aguas que almacena la presa de La Angostura construida sobre el río Bavispe afluente del Yaqui.


La presa de La Angostura tiene una capacidad de almacenamiento de 568 millones de metros cúbicos, su almacenamiento medio es de 470 y corresponden por lo tanto a la tribu yaqui de 235 a 284 metros cúbicos anuales, volumen que permitiría regar, con las técnicas tradicionales de riego, de 23 a 28 mil hectáreas cada año, lo que nunca ha sucedido.


Las aguas de La Angostura descargan en la presa del Oviachic, de donde parte el sistema de riego del valle. Hoy se requiere la modernización tecnológica de todo el sistema de riego, así como la capacitación de los usuarios en la utilización de las técnicas de riego de avanzada optimizando la utilización del agua y elevando las producciones de este fértil valle.


Además de los trabajos que garanticen la plena eficiencia del sistema de riego es indispensable, señor presidente, antes que nada cancelar el acueducto Independencia que fue construido pasando por encima de disposiciones judiciales que se construyó a pesar de varios mandamientos para que no se construyera o se suspendiera su construcción que se ha puesto en operación consecuentemente al margen de la ley y que hoy extrae 30 millones de metros cúbicos de agua de la cuenca del río Yaqui para llevarlas a la cuenca del río Sonora.


Además, y como nuevas violaciones a la ley, en este acueducto se le han instalado tomas clandestinas, por lo que va regando terrenos aledaños al acueducto a todo lo largo de su desarrollo y la pretensión de quienes se benefician o pretenden beneficiarse con esas aguas es que llega a conducir hasta 150 millones de metros cúbicos al concluirse los trabajos para servir a nuevos desarrollos urbanos en la ciudad de Hermosillo y regar terrenos de la cuenca del río Sonora.


Una primera muestra de voluntad del gobierno de la República de poner orden y hacer justicia en los usos de las aguas de la cuenca del río Yaqui será entonces cancelar la operación del acueducto Independencia y sancionar a quienes en este caso hayan violado la ley.


Se evitaría así, como ha sucedido este año, 2021, que se retengan arbitrariamente 600 millones de metros cúbicos de aguas de la cuenca del río Yaqui en la presa de El Novillo, que abastece la operación del acueducto Independencia en detrimento de los usuarios del bajo río yaqui, esto es gente de la tribu y muchos agricultores más.


Es muy importante que por parte del gobierno de la República se haya decidido poner en marcha el Plan de Justicia para el Pueblo Yaqui y esto merece, sin duda, un reconocimiento general y una felicitación particular al presidente de la República.


Cabe recordar, ciudadano presidente, que a lo largo del último medio siglo diferentes administraciones han anunciado un plan tras otro, como lo acaba de expresar, entre otros, nuestro amigo Salomón Nahmad, ninguno realizado y que sólo han significado frustración tras frustración, engaño tras engaño para la tribu y para la gente de trabajo de este Valle del Yaqui. Esas experiencias no deben repetirse.


Sabemos, finalmente, que en varios de los pueblos yaquis existen divisiones. Estoy seguro que, si el titular del Ejecutivo escuchara de manera directa a las partes en conflicto, con su intervención se encontrarían soluciones a los conflictos existentes, lo que traería paz a los pueblos yaquis y en la región sur del estado, con lo que esta rica zona de tierras fértiles y gente valiente y de trabajo entraría en una nueva etapa de progreso.


Muchas gracias.


MODERADORA: A continuación, el presidente de la República, los ocho gobernadores yaquis, la secretaria de Medio Ambiente y los secretarios de Bienestar, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Comunicaciones y Transportes, y Agricultura y Desarrollo Rural, llevarán a cabo la firma de los acuerdos sobre el Plan de Justicia del Pueblo Yaqui. Les pedimos sean tan amables de pasar a la mesa ubicada en su lado derecho.


Firman en acuerdo: el presidente de la República, los ocho gobernadores yaquis, la secretaria de Medio Ambiente y los secretarios de Bienestar, Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Comunicaciones y Transportes y Agricultura y Desarrollo Rural.


(FIRMA DE ACUERDO)


MODERADORA: De igual manera, el presidente de México firmará el decreto de creación del Distrito de Riego 018 y su transferencia al pueblo yaqui.


(FIRMA DE DECRETO)


MODERADORA: De igual manera, se llevará a cabo la firma del decreto por el que se entregan al pueblo yaqui hectáreas de tierra.


(FIRMA DE DECRETO)


MODERADORA: Les pedimos sean tan amables de pasar a ocupar su lugar para escuchar el mensaje que dirige el licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.


PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos, compañeras, compañeros, autoridades tradicionales de los pueblos yaquis, representantes de las distintas culturas, etnias indígenas de nuestro país.


Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.


Antropólogo Salomón Nahmad.


Ciudadano gobernador de Sonora, Alfonso Durazo.


Amigas, repito, amigos todos.


Durante los 34 años del porfiriato, de 1876 a 1911, las comunidades indígenas padecieron la más brutal represión que se haya registrado en la historia de México. En casi todo el periodo porfirista el ejército asesinó a indígenas que defendían sus tierras comunales y se negaban a convertirse en peones de minas o de haciendas.


En 1895 Porfirio Díaz mandó a desalojar a los totonacas de sus comunidades cercanas a Papantla, Veracruz, con la intención de hacer valer una adjudicación de supuestos terrenos nacionales a favor de su suegro, Manuel Romero Rubio. Este infame operativo consistió en el envío de soldados de línea que, según John Kenneth Turner, mataron a unos 400 indígenas, incluyendo mujeres y niños.


Así o más terrible fue la represión que sufrieron los rarámuris de Tomóchic y Temósachic en Chihuahua en 1891 y 1892 al ser despojados de sus tierras.


De igual manera, durante muchos años se mantuvo una cruel guerra de exterminio contra los mayas de la península de Yucatán y los yaquis, mayos y seris en Sonora. Con justificaciones racistas, todos fueron tratados con brutalidad.


Para las élites porfiristas de entonces, los pueblos indígenas simplemente significaban un obstáculo que impedía la modernización del país. El hacerles justicia a los yaquis, comentó un veterano de esa guerra, perjudicaba el progreso material de la nación; cometiendo una injusticia, decía, se favorecía el progreso; y el gobierno optó por lo segundo, es decir, por el progreso sin justicia.


Los pueblos originarios fueron considerados enemigos a los que había que someter o destruir. En cada uno de sus informes -en ese entonces semestrales- Porfirio Díaz rendía cuentas sin recato alguno de ese deplorable propósito. Por ejemplo, en abril y septiembre de 1900 habla de rebelión de los yaquis, mayos y mayas, y expresa que han sido redobladas las medidas militares. El diputado Justino Fernández, que contesta el último informe de ese año, asegura que pronto terminará, lo cito entrecomillas, ‘la insensata rebelión indígena dada la severa represión que se le ha aplicado’.


En 1901 Porfirio informó que estaba a punto de aplastar la rebelión de los mayas en Yucatán. Al año siguiente los considera sin iniciativa, decía, para combatir y los tacha de grupos errantes que resisten en la selva sin someterse.


En 1903 informa que el estado de Campeche, donde también se habían revelado los mayas, estaba prácticamente en paz, esa paz de los sepulcros, la paz de la represión.


En cuanto a los yaquis de Sonora, en 1902 dice que siguen resistiendo a pesar de la represión del Ejército Federal; un año después afirma textualmente que ‘prácticamente los ha sometido’.


Por último, en 1904 declara formalmente concluidas las interminables campañas de pacificación de Sonora y Yucatán.


En la celebración del 2 de abril de ese año se otorga a Porfirio, cito, ‘el gran cordón militar por haber concebido y llevado a buen término la campaña contra los indios salvajes de Yucatán’.


Es importante repetir y dejar en claro que las guerras de exterminio contra la población indígena tenían como propósito central el despojo de sus tierras, de sus bosques y de sus aguas. Así lo expresa el mismo Porfirio cuando, en 1902, justifica la creación del territorio federal de Quintana Roo, hoy estado de Quintana Roo, sobre una extensa porción del estado de Yucatán, diciendo con toda crudeza, lo cito, que ‘esa espaciosa zona del suelo mexicano, conquistada palmo a palmo a las tribus rebeldes, que de ellas se habían adueñado, se iban a entregar a la benéfica -estoy citando- influencia de los capitales’.


En la visión del dictador, los territorios donde vivían los indígenas desde tiempos inmemoriales no les pertenecían y en el discurso oficial era de uso común la palabra ‘salvajes’, ‘bárbaros’, con esa concepción racista que se padece desde la llegada de los invasores españoles.


También en los documentos oficiales, en los discursos, se repite una y otra vez la palabra ‘represión’.


Las llamadas campañas contra los mayas, mayos y yaquis fueron en realidad una segunda Conquista, no menos brutal que la de 1521. Una vez más, los bárbaros eran quienes, con el uso de la fuerza, despojaban y trataban como extraños a los dueños originarios de las tierras mediante una guerra cruel y dispareja para la cual el régimen adquirió las más sofisticadas armas de la época.


En la obra El porfiriato, la vida social, dirigida por Daniel Cosío Villegas se afirma, sin considerar la represión de los mayas, cito, ‘que el gobierno federal empleó cuatro mil 800 soldados contra los yaquis y tres mil contra los mayos’, o sea, la cuarta parte del ejército nacional de ese entonces.


En cuanto a los asesinatos, aunque ningún autor llega a precisar un número exacto, el mismo Luis E. Torres, despiadado gobernador sonorense, reconoció en una entrevista que habían muerto en campaña 15 mil yaquis y 200 soldados, más otros muchos hombres, mujeres y niños que fallecieron en las infames deportaciones y por las condiciones de esclavitud a que eran sometidos en el sureste del país.


En fin, esta guerra de exterminio no sólo es la más inhumana, prueba del carácter dictatorial del régimen porfirista, sino uno de los capítulos más vergonzosos de nuestra historia patria.


Para los conservadores, los insensatos que todavía afirman que la Revolución mexicana no sirvió de nada y que el pueblo estaba mejor con Porfirio Díaz, es importante en esta ocasión recordar algo que narra el historiador José Valadés sobre el inicio de la Revolución en el sur de Veracruz, cuando el coronel magonista Cándido Donato Padua relata que, andando en campaña, lo encontró un grupo de familias yaquis en el sur de Veracruz, 25 hombres, 14 mujeres y un gran número de niños yaquis deportados, que permanecían como esclavos en una hacienda azucarera y le pidieron que los liberara.


Como no había espacio suficiente en la lancha en que se transportaba el grupo guerrillero, el coronel Padua les propuso llevarse únicamente a los hombres, pero éstos, sus antepasados, le rogaron que se permitiera a las mujeres y familias acompañarlos, porque si se les abandonaba en la finca serían objeto de la furia de los capataces.


Finalmente, el coronel accedió y todo el grupo se puso en marcha. Revolucionarios y prófugos liberados, ocuparon la nave en que habían llegado los rebeldes y un viejo lanchón, pero al día siguiente hubo la necesidad de abandonar las embarcaciones y emprender el camino a pie. Así eran los revolucionarios, puro corazón; por cierto, muchos de ellos han sido olvidados y ni siquiera conocidos, aunque son entrañables héroes anónimos.


Tampoco debe pasarse por alto que Francisco I. Madero en su libro La sucesión presidencial, escrito en 1908, acusó al sonorense Ramón Corral de la guerra contra los yaquis, ni debe olvidarse que de primeros días de su triunfo el Apóstol de la Democracia, Francisco I. Madero, buscó hacer justicia a estos pueblos, no sin enfrentar la oposición del gobierno provisional y reaccionario de León de la Barra.


De igual forma deben ser recordados por su solidaridad con estos pueblos yaquis el presidente Adolfo de la Huerta y, sobre todo, como es dominio público, el justo y patriota general Lázaro Cárdenas del Río, quien reconoció a los yaquis como los dueños originarios de un vasto territorio y les restituyó sus tierras y el agua, aun cuando con el paso del tiempo no se hayan ejecutado a cabalidad sus acuerdos y resoluciones.


Vino después, como ya sabemos, un largo periodo de simulación e hipocresía en el que se hablaba de respeto a los pueblos originarios, pero se permitía su opresión, su explotación y el saqueo de sus recursos.


Este régimen ha quedado atrás. El Estado mexicano no debe permitir nunca más la marginación, el abuso y las injusticias en contra de los yaquis y de ningún otro grupo étnico o cultural de nuestro país. Por ello, ahora venimos a refrendar nuestro compromiso de hacer justicia a los pueblos yaquis.


Primero, deseamos ofrecerles perdón por los crímenes de Estado que se cometieron contra sus antepasados, sobre todo durante el porfiriato, aunque no sólo durante esa dictadura.


Y también estamos aquí para tratar de reparar, en la medida de lo posible, el daño que se ha cometido a los pueblos yaquis destinando recursos del presupuesto público para la dotación de tierras, garantizar el derecho y mejorar el aprovechamiento del agua, así como para llevar a cabo un programa integral para el bienestar de los pueblos.


No estamos iniciando en este acto estas acciones, llevamos alrededor de dos años trabajando de manera conjunta con las autoridades tradicionales y ya empiezan a verse resultados. Estoy seguro que los tres años que me quedan como presidente terminaré de cumplir con todos los compromisos que hoy estamos refrendando y acordando.


De todas formas, voy a seguir visitando periódicamente los pueblos yaquis. Cada tres, cada cuatro meses voy a estar recorriendo los pueblos para que se cumpla el Plan de Justicia a los Pueblos Yaquis, que podría resumir en tres grandes e importantes acciones.


Primero, el restituir sus tierras hasta en 20 mil hectáreas. Hoy ya firmé la entrega de dos mil 900 hectáreas y vamos a seguir entregando la tierra a los pueblos yaquis.


Segunda acción, que no falte el agua para los pueblos y que se tenga agua suficiente también para la agricultura y que el distrito de riego lo administren las autoridades tradicionales de los pueblos yaquis. Vamos a invertir, sólo en el plan hidráulico, alrededor de seis mil millones de pesos y es mi compromiso para que haya agua en los pueblos yaquis.


Y, tercero, ya empezamos con un programa integral para mejorar la situación en cada comunidad, en cada pueblo, con introducción de drenaje, mejorando las calles. Ya se han entregado alrededor de mil 500 créditos… No, no es crédito, es apoyo para vivienda, no es crédito.


Y vamos a seguir apoyando para la ampliación, el mejoramiento y la construcción de vivienda y vamos a impulsar la educación.


Y aquí está Zoé Robledo, porque en cada pueblo va a haber una unidad médica rural y vamos a tener un nuevo hospital el IMSS-Bienestar.


Y vamos a seguir con mejoras urbanas.


Todo esto lo estamos haciendo, primero, en común acuerdo con las autoridades tradicionales, nada se está haciendo sin consultar a las autoridades de los pueblos, y nos están ayudando mucho.


También hay un equipo del gobierno federal dedicado a cumplir este compromiso. El coordinador es el compañero Adelfo y él tiene el apoyo de todas las secretarías del gobierno federal.


Pero ahora hay algo también muy importante que me da tranquilidad para que podamos cumplir los compromisos con los pueblos yaquis y también con el pueblo de Sonora: me da mucho gusto que ya esté de gobernador Alfonso Durazo. Que él también va a estar pendiente y me va a acompañar para que se cumpla todo, que no quede nada pendiente.


Y tenemos que terminar en diciembre del 23, aunque si el pueblo lo decide, si lo quiere el Creador, la naturaleza, la ciencia, pues yo voy a terminar hasta finales de septiembre del 24, pero ya estoy preparando todo para concluir las obras en diciembre del 23 para no tener nada pendiente, no dejar ninguna obra sin terminar, que yo me pueda ir con mi conciencia tranquila.


Lo hago porque, ya lo expresé, porque es un acto de justicia a sus antepasados los yaquis y es un acto de justicia a todos los pueblos indígenas de México, la verdad más íntima, más entrañable de nuestro país, de nuestra nación; pero también lo hago por mis convicciones, por mis propias convicciones, porque desde hace muchos años he sostenido que, por el bien de todos, primero los pobres.


Muchas gracias, amigas y amigos.


MODERADORA: El Coro Infantil de Vícam Pueblo interpretará el Himno Nacional Mexicano en lengua yaqui acompañados por la banda de música del Centro de Capacitación y Desarrollo de la Cultura Mixe.


(HIMNO NACIONAL)


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