25 nov 2007

Reapertura de la Catedral


¡A convivir como hermanos!
Comunicado oficial del Consejo Episcopal
Desde nuestra fe, ante una profanación tan dolorosa que se llevó a cabo dentro de la celebración más sagrada que nos dejó Nuestro Señor Jesucristo, la Santa Eucaristía, como Iglesia no podemos menos de hacer un acto de desagravio que le presente a Dios nuestra súplica fervorosa para que sea restaurado el honor que Él merece.
Con este fin, la Arquidiócesis Primada de México anuncia con gran alegría al Pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad, que el Consejo Episcopal, después de analizar detenidamente la propuesta presentada por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal sobre el Plan de Protección Integral de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, en el que se garantiza la seguridad del Señor Cardenal y sus ministros, de los fieles y de los visitantes, así como el cuidado de su acervo artístico y cultural, ha decidido reabrir las puertas de esta iglesia con la celebración de las primeras vísperas de la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo, celebración litúrgica con la cual la santa iglesia Catedral Metropolitana quedará nuevamente abierta al culto y al servicio de la comunidad cristiana.
Con esta celebración culmina el año litúrgico de la Iglesia, proclamando a Jesucristo como Rey del Universo, cuyo Reino no es excluyente ni mucho menos violento, sino que es "eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz" (cfr Prefacio de la Misa). Nosotros, los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de México, queremos comprometernos con todos los hombres de buena voluntad a construir este Reino de Nuestro Señor Jesucristo, pues es el único Reino donde podemos alcanzar la felicidad, la plenitud y la paz.
Con este ánimo cristiano de comunión que nos mueve, el Consejo Episcopal de la Arquidiócesis de México, a nombre del Emmo. Sr. Cardenal Don Norberto Rivera Carrera, agradece y reconoce la colaboración y el apoyo del Gobierno Federal, así como también del Gobierno del Distrito Federal, del Senado de la República y de los diversos sectores de la sociedad, como son las asociaciones religiosas, los partidos políticos, grupos, movimientos, personas del ámbito académico, cultural, empresarial y otras múltiples personalidades que a título propio, corporativo o asociativo rechazaron los dolorosos hechos acontecidos en la Catedral Metropolitana.
Nuestra especial gratitud a los Medios de Comunicación Social.
Asímismo, agradecemos las declaraciones de apoyo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), de la Conferencia del Episcopado Mexicano y de los señores Cardenales, Arzobispos, Obispos, Sacerdotes y fieles, tanto de México como de otras partes del mundo.Con la esperanza de la seguridad recuperada para nuestros fieles cristianos y visitantes, confiamos en que no volverán a suceder actos que pongan en riesgo a las personas y profanen la santidad del recinto sagrado de la Catedral Metropolitana.
Imploramos para todos la bendición de Dios, que nos invita a convivir como hermanos.
Ciudad de México, 23 de noviembre de 2007.
+Mons. Carlos Briceño Arch
+Mons. Marcelino Hernández Rodríguez
+Mons. Felipe Tejeda García
+Mons. Antonio Ortega Franco
+Mons. Francisco Clavel Gil
+Mons. Jonás Guerrero Corona
+Mons. Víctor Sánchez Espinosa
+Mons. Rogelio Esquivel Medina
Nota de Carolina Gómez Mena para La Jornada, 25/11/2007:
Encabezados por el deán Rubén Ávila, los fieles realizaron un acto de desagravio
Reabren la Catedral Metropolitana
La Iglesia católica, “en proceso” de perdonar a quienes “profanaron” el recinto
Elementos de la Policía Bancaria e Industrial fueron comisionados para vigilar la zona Foto: Francisco Olvera
El reloj de la Catedral Metropolitana marcaba las 17 horas cuando las campanas comenzaron a repicar para anunciar la reapertura del recinto, que permaneció cerrado seis días. Decenas de personas se arremolinaron frente a las rejas del atrio. Minutos después comenzó la fiesta de Cristo Rey.
Al concluir las campanadas, el deán Rubén Ávila Enríquez leyó un mensaje, en el cual resaltó que la reapertura del templo es sinónimo de “reconciliación”, e hizo referencia a la guerra cristera.
A las 17:05 horas, Ávila Enríquez abrió las rejas y estalló la proclama: “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo Rey!” Y los fieles ingresaron en tropel al templo. Seguían a los jerarcas católicos, quienes estaban ataviados de blanco y púrpura y eran escoltados por elementos de la Policía Bancaria e Industrial vestidos de civil.
Minutos después se inició el llamado “acto de desagravio”, que consistió en rociar agua bendita por el recinto, con el fin de “limpiar la ofensa” de que fue objeto el templo el pasado domingo 18 de noviembre, cuando un grupo de participantes en la Convención Nacional Demócrata irrumpió en el templo, luego del tañer de las campanas, que se prolongó 12 minutos.
“En el periodo de 1926 a 1929, el más cruento en las persecuciones religiosas en México, sacerdotes, laicos, hombres y mujeres ofrecieron sus vidas al grito de viva Cristo Rey, contra algunos que les molesta incluso la expresión Cristo Rey, por una superficial cuestión de palabras, como si el reinado de Cristo pudiera confundirse con fórmulas políticas”, leyó el deán minutos después de abrir las rejas, ante una multitud que se manifestaba “impaciente” por ingresar al recinto.
Minutos después comenzó el “acto de desagravio”, que consistió en “asperjar agua bendita en recuerdo de nuestro bautismo, como signo de penitencia y para lavar el altar y las paredes de esta santa iglesia catedral, profanada en días pasados”, se especificó en un documento proporcionado a la prensa. Esta labor la realizó Ávila Enríquez, y para ello tuvo el apoyo de diáconos.
Durante la liturgia de reapertura, a la que asistieron cientos de personas, Ávila Enríquez estuvo acompañado por seis canónigos del cabildo de la Catedral Metropolitana, y posterior a ésta el deán señaló en entrevista que la Iglesia católica está “en proceso” de perdonar a quienes entraron el domingo pasado en el recinto.
No obstante, precisó que el perdón no implica retirar las demandas legales que fueron interpuestas. “No las retiramos, porque esto es necesario. Tiene que llevarse conforme a derecho. Esto es por el bien de todos, si no al rato estaremos en las mismas”. Al preguntarle si la Iglesia, contrario a sus enseñanzas, perdonaba a medias, el religioso expresó: “no es un perdón a medias, es un proceso que tiene que aclararse, corregirse

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