El Presidente Calderón en el evento entorno a la Visita de la señora Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Miércoles, 6 de Febrero Discurso
Miércoles, 6 de Febrero Discurso
Muy buenas tardes.
Señora Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, bienvenida a su casa.
Señor Diputado Cristian Castaño, Vicepresidente de la Cámara de Diputados.
Señor Comisionado de los Derechos Humanos en el Distrito Federal.
Señoras y señores legisladores, diputadas, diputados, senadoras y senadores.
Señoras y señores embajadores.
Distinguidos integrantes del presídium.
Señoras y señores:
Es un honor para mí darle la bienvenida a nuestro país a la señora Louise Arbour y expresarle el reconocimiento del Gobierno de México por su decidida labor en defensa de los derechos humanos en todos los rincones del planeta.
Este año celebraremos el sexagésimo aniversario de la adopción, por parte de la Organización de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Por eso, Comisionada Arbour, su visita es particularmente significativa para México y da mucho mayor relevancia al acuerdo que hoy suscribimos para que la oficina de representación a su cargo continúe con sus actividades, y cuente siempre con todo el apoyo del Gobierno Federal.
Quiero refrendar aquí el sólido compromiso de mi Gobierno con la protección de los derechos humanos y con la sujeción a estándares internacionales en la materia.
Este acuerdo refrenda ese compromiso con el respeto absoluto de los derechos humanos en nuestro país y estoy convencido de que la vitalidad de la democracia se sustenta en su plena vigencia.
Es por ello que en el Plan Nacional de Desarrollo, que es base de las políticas públicas de esta Administración, se planteó el objetivo de asegurar el respeto irrestricto a los derechos humanos y se articuló, para lograrlo, una política de Estado basada en cuatro líneas de acción.
Primera. Actualizar el marco normativo para reflejar los compromisos internacionales que hemos asumido y evitar que por deficiencias de la ley se violen los derechos humanos.
Segunda. Establecer un programa federal para fortalecer el respeto a los derechos humanos.
Actualmente mi Gobierno trabaja en la elaboración del Programa Nacional de Derechos Humanos 2008-2012, con la participación de 29 instituciones del Gobierno Federal, de centros académicos y de la sociedad civil.
Este programa es una contribución al pleno respeto a la dignidad de la persona, como condición de gobernabilidad democrática a la que aspiramos los mexicanos.
Tercera. Dar prioridad a la atención de grupos vulnerables para prevenir la violación de sus derechos fundamentales.
Por citar un ejemplo, puedo decirle que en abril de 2007 se instaló el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia hacia las Mujeres.
Además, recientemente fue nombrada la nueva Fiscal para Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas, aquí presente, la licenciada Morfín, quien tendrá calidad además de Agente del Ministerio Público de la Federación, y podrá investigar y perseguir delitos.
Y cuarta. Promover campañas para generar en la ciudadanía una cultura de respeto a las garantías individuales.
En este rubro, quiero destacar el trabajo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, su titular aquí presente, don Luis Álvarez, en la difusión de los derechos indígenas a través de instrumentos, como el Programa de Promoción de Convenios en Materia de Justicia y la actualización, en septiembre de 2007, del libro electrónico: La Vigencia de los Derechos Indígenas en México.
Debo decir que ningún otro Plan Nacional de Desarrollo desde que la Ley General de Planeación fue adoptada en la década de los 80, había dado a este tema la centralidad y la importancia que ahora registra.
Como ha dicho también la Canciller, México mantiene un liderazgo en los foros internacionales de derechos humanos, porque todos los actores, tanto gubernamentales, como de la sociedad civil, estamos y queremos colaborar de manera responsable y transparente y logrando algunos avances.
En primer lugar, con el respaldo del Poder Legislativo, se ha aprobado en los últimos meses la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; la reforma constitucional en materia de derecho a la información pública; la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas; y las reformas al Código Penal Federal y al Código Civil Federal, para despenalizar los delitos de calumnia, difamación e injuria.
Actualmente, en el marco de la Reforma del Estado y de las obligaciones internacionales de México en materia de derechos humanos, se discuten en el Congreso de la Unión diversas iniciativas que consideran cambios, como otorgar rango constitucional a los derechos humanos consagrados en los instrumentos internacionales suscritos por México, y establecer un nuevo modelo de justicia penal que incluya las figuras de presunción de inocencia y el establecimiento de los juicios orales en nuestro país.
Y coincido con usted que este nuevo sistema de justicia penal podrá dar mayor transparencia a la impartición de justicia y mayor claridad en la defensa de los derechos de todas las personas.
En segundo lugar. México ratificó recientemente, en el marco de las Naciones Unidas, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y en días próximos ratificará la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas.
Por otra parte, y como ya se dijo aquí, un miembro del Servicio Exterior Mexicano presidió el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, particularmente en un proceso clave en la transición institucional de dicha Comisión.
Puede estar segura, señora Alta Comisionada, que la Comisión y la Organización de las Naciones Unidas seguirá contando con todo el respaldo del Gobierno de México para continuar con su acertada labor.
En tercer lugar. Se crearon diferentes direcciones generales de Derechos Humanos, entre otras, la muy importante Dirección General de Derechos Humanos de la Secretaría de la Defensa Nacional, que se suma a todas las áreas especializadas en la materia que ya existen en el Gobierno Federal.
Además, en julio pasado se estableció el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura que recae en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ello en cumplimiento también a lo establecido en el Protocolo Facultativo a la Convención de la ONU contra la Tortura que está en vigor en el país desde 2006.
En cuarto lugar. Mi Gobierno ha refrendado y refrenda el compromiso de colaboración y apoyo hacia la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual a través del ejercicio autónomo que le confiere nuestro orden jurídico, ha sido fundamental para consolidar la transición a una política de Estado en materia de Derechos Humanos.
Así, en México, sociedad y Gobierno e instituciones, avanzamos juntos para transformar y fortalecer el marco legal en favor de una mejor defensa y protección de los derechos humanos.
Uno de los mayores retos que hemos asumido los mexicanos es combatir la delincuencia y promover una cultura de respeto a la ley.
El día de ayer hice un llamado a los Tres Poderes de la Unión, a los diversos órdenes de Gobierno y a la sociedad entera, para celebrar un pacto nacional por la legalidad y la seguridad.
Hoy, cuando el país sufre los embates del crimen organizado, mi Gobierno está firmemente decidido a garantizar la seguridad de los mexicanos y el Estado de Derecho y en consecuencia, por supuesto, la garantía total a los derechos humanos consagrados en las leyes y en la Carta Universal.
Estamos combatiendo al crimen y a la violencia con toda la fuerza del Estado, pero estamos, al mismo tiempo, plenamente conscientes de que esta lucha debe darse siempre y sin excepción, con pleno respeto a los derechos humanos.
Yo estoy convencido, Comisionada, de que en México no hay mayor amenaza a los derechos humanos que la que representa el crimen organizado, cuyas acciones han segado la vida de muchos inocentes, incluyendo periodistas, jueces, así como de muchos policías, soldados y marinos, ya cientos, que han fallecido en el último año en el cumplimiento de su deber.
Esta mañana, el Coronel de Infantería Fortino Castillo León, Comandante del XC Batallón de Infantería, fue asesinado de manera artera en Apatzingán, Michoacán.
Yo desde aquí expreso mis profundas condolencias a sus deudos y a sus compañeros de armas, porque ésta es una valiosa vida que pierde la Patria en la defensa de la seguridad de los mexicanos.
Hoy quiero decir que así como las Fuerzas Armadas tienen la instrucción del Presidente, el compromiso y la convicción propia de cumplir su labor con absoluto respeto a los derechos humanos, también cuentan con el apoyo del Gobierno y de la sociedad en el cumplimiento de su deber constitucional de salvaguardar la seguridad interior del país y de colaborar en la patriótica labor de preservar la seguridad de las familias mexicanas.
En la lucha contra la delincuencia es indispensable y urgente contar con el apoyo de gobiernos locales, de ayuntamientos, para fortalecer y modernizar a las policías estatales.
Estoy convencido de que contaremos con el apoyo del Congreso, de la sociedad civil, de los gobiernos estatales y municipales, a fin de depurar y fortalecer los cuerpos policíacos y el Ministerio Público en todo el país, a fin de que el apoyo institucional de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la criminalidad sea cada vez menos necesario.
Debemos recordar que garantizar la seguridad pública es una función esencial del Estado, que toda autoridad comprometida con los derechos fundamentales debe asumir plenamente su tarea de proteger la seguridad de los ciudadanos, y que la participación del Ejército y la Marina es una labor subsidiaria, que en la medida en que avance, precisamente, la organización de las instituciones civiles en su capacidad de combate al crimen, será cada vez más esporádica.
Señora Alta Comisionada:
Su visita es testimonio de su personal compromiso y de la Organización de las Naciones Unidas con los derechos humanos.
También testifica el compromiso de México con el Sistema Internacional de los Derechos Humanos, y muy especialmente del Gobierno con los esfuerzos que realiza su oficina aquí en el país y en todo el mundo.
Los mexicanos estamos trabajando con objetivos claros, nuestro propósito es hacer de México un país en el que los derechos humanos sean una realidad para todos.
Sin duda los trabajos de su oficina en México, el acuerdo que hoy suscribimos, y muy especialmente su presencia entre nosotros, nos ayudan y nos alientan en ese propósito.
Cuente usted con el apoyo del Gobierno mexicano y sea muy bienvenida en nuestro país.
Señora Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, bienvenida a su casa.
Señor Diputado Cristian Castaño, Vicepresidente de la Cámara de Diputados.
Señor Comisionado de los Derechos Humanos en el Distrito Federal.
Señoras y señores legisladores, diputadas, diputados, senadoras y senadores.
Señoras y señores embajadores.
Distinguidos integrantes del presídium.
Señoras y señores:
Es un honor para mí darle la bienvenida a nuestro país a la señora Louise Arbour y expresarle el reconocimiento del Gobierno de México por su decidida labor en defensa de los derechos humanos en todos los rincones del planeta.
Este año celebraremos el sexagésimo aniversario de la adopción, por parte de la Organización de las Naciones Unidas, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Por eso, Comisionada Arbour, su visita es particularmente significativa para México y da mucho mayor relevancia al acuerdo que hoy suscribimos para que la oficina de representación a su cargo continúe con sus actividades, y cuente siempre con todo el apoyo del Gobierno Federal.
Quiero refrendar aquí el sólido compromiso de mi Gobierno con la protección de los derechos humanos y con la sujeción a estándares internacionales en la materia.
Este acuerdo refrenda ese compromiso con el respeto absoluto de los derechos humanos en nuestro país y estoy convencido de que la vitalidad de la democracia se sustenta en su plena vigencia.
Es por ello que en el Plan Nacional de Desarrollo, que es base de las políticas públicas de esta Administración, se planteó el objetivo de asegurar el respeto irrestricto a los derechos humanos y se articuló, para lograrlo, una política de Estado basada en cuatro líneas de acción.
Primera. Actualizar el marco normativo para reflejar los compromisos internacionales que hemos asumido y evitar que por deficiencias de la ley se violen los derechos humanos.
Segunda. Establecer un programa federal para fortalecer el respeto a los derechos humanos.
Actualmente mi Gobierno trabaja en la elaboración del Programa Nacional de Derechos Humanos 2008-2012, con la participación de 29 instituciones del Gobierno Federal, de centros académicos y de la sociedad civil.
Este programa es una contribución al pleno respeto a la dignidad de la persona, como condición de gobernabilidad democrática a la que aspiramos los mexicanos.
Tercera. Dar prioridad a la atención de grupos vulnerables para prevenir la violación de sus derechos fundamentales.
Por citar un ejemplo, puedo decirle que en abril de 2007 se instaló el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia hacia las Mujeres.
Además, recientemente fue nombrada la nueva Fiscal para Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas, aquí presente, la licenciada Morfín, quien tendrá calidad además de Agente del Ministerio Público de la Federación, y podrá investigar y perseguir delitos.
Y cuarta. Promover campañas para generar en la ciudadanía una cultura de respeto a las garantías individuales.
En este rubro, quiero destacar el trabajo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, su titular aquí presente, don Luis Álvarez, en la difusión de los derechos indígenas a través de instrumentos, como el Programa de Promoción de Convenios en Materia de Justicia y la actualización, en septiembre de 2007, del libro electrónico: La Vigencia de los Derechos Indígenas en México.
Debo decir que ningún otro Plan Nacional de Desarrollo desde que la Ley General de Planeación fue adoptada en la década de los 80, había dado a este tema la centralidad y la importancia que ahora registra.
Como ha dicho también la Canciller, México mantiene un liderazgo en los foros internacionales de derechos humanos, porque todos los actores, tanto gubernamentales, como de la sociedad civil, estamos y queremos colaborar de manera responsable y transparente y logrando algunos avances.
En primer lugar, con el respaldo del Poder Legislativo, se ha aprobado en los últimos meses la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; la reforma constitucional en materia de derecho a la información pública; la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas; y las reformas al Código Penal Federal y al Código Civil Federal, para despenalizar los delitos de calumnia, difamación e injuria.
Actualmente, en el marco de la Reforma del Estado y de las obligaciones internacionales de México en materia de derechos humanos, se discuten en el Congreso de la Unión diversas iniciativas que consideran cambios, como otorgar rango constitucional a los derechos humanos consagrados en los instrumentos internacionales suscritos por México, y establecer un nuevo modelo de justicia penal que incluya las figuras de presunción de inocencia y el establecimiento de los juicios orales en nuestro país.
Y coincido con usted que este nuevo sistema de justicia penal podrá dar mayor transparencia a la impartición de justicia y mayor claridad en la defensa de los derechos de todas las personas.
En segundo lugar. México ratificó recientemente, en el marco de las Naciones Unidas, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y en días próximos ratificará la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas.
Por otra parte, y como ya se dijo aquí, un miembro del Servicio Exterior Mexicano presidió el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, particularmente en un proceso clave en la transición institucional de dicha Comisión.
Puede estar segura, señora Alta Comisionada, que la Comisión y la Organización de las Naciones Unidas seguirá contando con todo el respaldo del Gobierno de México para continuar con su acertada labor.
En tercer lugar. Se crearon diferentes direcciones generales de Derechos Humanos, entre otras, la muy importante Dirección General de Derechos Humanos de la Secretaría de la Defensa Nacional, que se suma a todas las áreas especializadas en la materia que ya existen en el Gobierno Federal.
Además, en julio pasado se estableció el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura que recae en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ello en cumplimiento también a lo establecido en el Protocolo Facultativo a la Convención de la ONU contra la Tortura que está en vigor en el país desde 2006.
En cuarto lugar. Mi Gobierno ha refrendado y refrenda el compromiso de colaboración y apoyo hacia la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual a través del ejercicio autónomo que le confiere nuestro orden jurídico, ha sido fundamental para consolidar la transición a una política de Estado en materia de Derechos Humanos.
Así, en México, sociedad y Gobierno e instituciones, avanzamos juntos para transformar y fortalecer el marco legal en favor de una mejor defensa y protección de los derechos humanos.
Uno de los mayores retos que hemos asumido los mexicanos es combatir la delincuencia y promover una cultura de respeto a la ley.
El día de ayer hice un llamado a los Tres Poderes de la Unión, a los diversos órdenes de Gobierno y a la sociedad entera, para celebrar un pacto nacional por la legalidad y la seguridad.
Hoy, cuando el país sufre los embates del crimen organizado, mi Gobierno está firmemente decidido a garantizar la seguridad de los mexicanos y el Estado de Derecho y en consecuencia, por supuesto, la garantía total a los derechos humanos consagrados en las leyes y en la Carta Universal.
Estamos combatiendo al crimen y a la violencia con toda la fuerza del Estado, pero estamos, al mismo tiempo, plenamente conscientes de que esta lucha debe darse siempre y sin excepción, con pleno respeto a los derechos humanos.
Yo estoy convencido, Comisionada, de que en México no hay mayor amenaza a los derechos humanos que la que representa el crimen organizado, cuyas acciones han segado la vida de muchos inocentes, incluyendo periodistas, jueces, así como de muchos policías, soldados y marinos, ya cientos, que han fallecido en el último año en el cumplimiento de su deber.
Esta mañana, el Coronel de Infantería Fortino Castillo León, Comandante del XC Batallón de Infantería, fue asesinado de manera artera en Apatzingán, Michoacán.
Yo desde aquí expreso mis profundas condolencias a sus deudos y a sus compañeros de armas, porque ésta es una valiosa vida que pierde la Patria en la defensa de la seguridad de los mexicanos.
Hoy quiero decir que así como las Fuerzas Armadas tienen la instrucción del Presidente, el compromiso y la convicción propia de cumplir su labor con absoluto respeto a los derechos humanos, también cuentan con el apoyo del Gobierno y de la sociedad en el cumplimiento de su deber constitucional de salvaguardar la seguridad interior del país y de colaborar en la patriótica labor de preservar la seguridad de las familias mexicanas.
En la lucha contra la delincuencia es indispensable y urgente contar con el apoyo de gobiernos locales, de ayuntamientos, para fortalecer y modernizar a las policías estatales.
Estoy convencido de que contaremos con el apoyo del Congreso, de la sociedad civil, de los gobiernos estatales y municipales, a fin de depurar y fortalecer los cuerpos policíacos y el Ministerio Público en todo el país, a fin de que el apoyo institucional de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la criminalidad sea cada vez menos necesario.
Debemos recordar que garantizar la seguridad pública es una función esencial del Estado, que toda autoridad comprometida con los derechos fundamentales debe asumir plenamente su tarea de proteger la seguridad de los ciudadanos, y que la participación del Ejército y la Marina es una labor subsidiaria, que en la medida en que avance, precisamente, la organización de las instituciones civiles en su capacidad de combate al crimen, será cada vez más esporádica.
Señora Alta Comisionada:
Su visita es testimonio de su personal compromiso y de la Organización de las Naciones Unidas con los derechos humanos.
También testifica el compromiso de México con el Sistema Internacional de los Derechos Humanos, y muy especialmente del Gobierno con los esfuerzos que realiza su oficina aquí en el país y en todo el mundo.
Los mexicanos estamos trabajando con objetivos claros, nuestro propósito es hacer de México un país en el que los derechos humanos sean una realidad para todos.
Sin duda los trabajos de su oficina en México, el acuerdo que hoy suscribimos, y muy especialmente su presencia entre nosotros, nos ayudan y nos alientan en ese propósito.
Cuente usted con el apoyo del Gobierno mexicano y sea muy bienvenida en nuestro país.
Diversas intervenciones en el evento en torno a la Visita de Louise Arbour
-MODERADOR: Toma la palabra la ciudadana Embajadora Patricia Espinosa Cantellano, Secretaria de Relaciones Exteriores.
-SECRETARIA PATRICIA ESPINOSA CANTELLANO: Señor licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; excelentísima señora Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Distinguidas personalidades que nos acompañan el día de hoy, señoras y señores embajadores del cuerpo diplomático acreditado en México, señoras y señores.
El Gobierno de México se encuentra sumamente honrado con la visita a nuestro país de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Su presencia en este acto nos alienta a continuar avanzando por la ruta de la consolidación de los esquemas más amplios para la promoción y protección de los derechos humanos.
Nos compromete a seguir trabajando para superar los obstáculos que impiden todavía la realización de todo aquello que asegure la plena dignidad del ser humano.
La protección de los derechos humanos, propósito de las Naciones Unidas, es concebida hoy, junto con la erradicación de la pobreza en su más amplia acepción, como un componente esencial de la paz y la seguridad internacionales.
El Gobierno del Presidente Felipe Calderón ha realizado importantes esfuerzos para construir una nueva cultura de derechos humanos, orientada a garantizar el Desarrollo Humano Sustentable en el marco del respeto al Estado de Derecho y a la seguridad de todos.
La política exterior de México busca contribuir a tales esfuerzos, prueba de ello lo constituye el liderazgo que desempeña México en los foros internacionales de derechos humanos tanto de carácter universal como regional.
Las contribuciones de México al sistema de protección de los derechos humanos son ampliamente reconocidas. Un ejemplo de ello lo constituyó la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos en la persona del Embajador Luis Alfonso de Alba con la responsabilidad de conducir las negociaciones que culminaron en la construcción institucional de dicho órgano.
México está convencido de que las nuevas herramientas con que cuenta el Consejo, tales como el Mecanismo de Evaluación Periódica Universal, habrán de propiciar un tratamiento objetivo y solidario de las distintas situaciones nacionales, a fin de fortalecer la cooperación y la asistencia entre las Naciones Unidas y los Estados miembros.
La participación de México en los foros multilaterales ha privilegiado siempre el desarrollo del derecho internacional en materia de derechos humanos y el establecimiento de los sistemas tutelares que se han creado en la ONU y en la Organización de los Estados Americanos.
Somos Estados parte de la inmensa mayoría de los instrumentos jurídicos, y como expresión de una voluntad soberana, hemos aceptado la competencia obligatoria de los órganos jurisdiccionales y cuasijurisdiccionales en la materia.
El ejemplo más reciente lo constituye el establecimiento, hace menos de un año, del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, que permitirá prevenir y sancionar con mayor eficacia la comisión de una práctica odiosa y aberrante que la conciencia de la humanidad reprueba, cualesquiera que sean sus motivaciones.
Es por ello que la cooperación de México con el Sistema Internacional de los Derechos Humanos, tiene como fin último la instrumentación de los estándares internacionales a nivel nacional.El Gobierno que encabeza el Presidente Felipe Calderón, se propone ir más lejos y ha trazado las siguientes directrices:
En primer lugar, una política de plena apertura y cooperación con los mecanismos internacionales de derechos humanos.
Su visita, señora Alta Comisionada, se inscribe en este propósito y ha sido precedida en 2007 por las misiones realizadas por tres relatores especiales del Consejo de Derechos Humanos y por el Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En 2008, México recibirá al Relator sobre los Derechos Humanos de los Migrantes y al Subcomité contra la Tortura.
Durante el último año se han registrado importantes logros en materia legislativa en relación con los derechos de las mujeres, la trata de personas y el derecho a la información.
Estos son tan sólo algunos ejemplos de la decisión del Gobierno mexicano de elevar el goce de los derechos humanos de toda la población.
Otras iniciativas de gran trascendencia están siendo consideradas en el Congreso, entre las que destaca una propuesta de reforma constitucional para conceder rango constitucional a los tratados sobre derechos humanos de los que México sea Estado parte.
En este contexto, deseo destacar que el establecimiento de la Oficina de Representación de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en nuestro país, en 2002, respondió a la solicitud que formuló el Gobierno de México y es, hasta el día de hoy, el único país en situación de paz y estabilidad interna que ha tomado una iniciativa de esta índole.
Aprovecho la ocasión para hacer un reconocimiento al trabajo de esta Oficina, que ha contribuido a apoyar los esfuerzos que México realiza.
Nuevamente señora Alta Comisionada, sea usted muy bienvenida a México.
Muchas gracias.
-MODERADOR: Toca el turno en el uso de la palabra a la señora Louise Arbour, Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
-SRA. LOUISE ARBOUR: (TRADUCCIÓN DE CORTESÍA)
Es un gran placer para mí visitar una vez más México y me siento honrada por la invitación formulada por su Gobierno.
Quisiera aprovechar esta oportunidad para reconocer el compromiso de México en la promoción de los principios de derechos humanos a nivel internacional.
En este sentido quisiera también destacar el papel de liderazgo que ha asumido México como miembro del Consejo de Derechos Humanos, particularmente mientras ejerció su Presidencia, durante un delicado pero exitoso periodo de negociaciones sobre los nuevos mecanismos de trabajo y las modalidades de funcionamiento del Consejo.
Estoy particularmente complacida por el interés y la voluntad del Gobierno por continuar su cooperación con mi Oficina, formalizada a través de la firma de este acuerdo sobre la continuidad de la presencia y actividades de mi Oficina de País en México, que fuera establecida en 2002.
Este acuerdo provee claras definiciones y prioridades para la continuación de nuestra asistencia a los esfuerzos nacionales por promover y proteger los derechos humanos.
La cooperación entre mi Oficina y México ha producido ya resultados concretos y alentadores. Entre los más significativos, deseo mencionar el Diagnóstico Nacional sobre la Situación de los Derechos Humanos en México de 2003, el cual sirvió como base para la preparación del Programa Nacional de Derechos Humanos para el periodo 2004-2006. Estos ejercicios son ampliamente considerados como dos pasos claves hacia el establecimiento de una política de Estado basada en los derechos humanos.
Deseo igualmente resaltar la estrecha relación de trabajo que mi Oficina ha establecido con el Congreso de la Unión, en aras de promover la integración de los estándares de derechos humanos en la legislación nacional, así como con la Suprema Corte de Justicia, que ha igualmente solicitado asistencia técnica en materia de derechos humanos.
En el marco del Acuerdo que estamos firmando hoy, mi Oficina trabajará en estrecha cooperación con todos aquellos en el Gobierno y en la sociedad civil, en el ámbito Federal como estatal, que están comprometidos en el impulso de los derechos humanos para todas las personas en este país.
Las iniciativas en curso para fortalecer la protección de los derechos humanos en la Constitución, y reformar sustancialmente el sector de la justicia penal, soy muy importantes. A través de ellas y del desarrollo de un nuevo Plan Nacional de Acción en Derechos Humanos espero ver la totalidad de los principios internacionales de derechos humanos que México ha ratificado plenamente reflejados en su Constitución, su legislación federal y estatal y en la práctica cotidiana de todos los funcionarios y funcionarias del Estado.
Estas reformas deben igualmente recoger las legítimas aspiraciones del público en el sentido de que las instituciones democráticas proveerán justicia en una sociedad realmente basada en el Estado de Derecho.
Estoy muy alentada por la determinación expresada por el Presidente en promover los estándares más altos de derechos humanos en México. Estoy deseando avanzar con nuestra cooperación en curso, y reitero mi compromiso, y el de mis colegas, tanto en México como en Ginebra, para asistir al Gobierno y a la sociedad civil en superar los retos y aprovechar las oportunidades para una vida con seguridad y libertad para todas las personas en México.
Muchas gracias.
-MODERADOR: En estos momentos se realizará la Firma del Convenio de Cooperación entre México y la Alta Comisionada.
Firman, la ciudadana Embajadora Patricia Espinosa Cantellano, Secretaria de Relaciones Exteriores, asimismo, la señora Louise Arbour, Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
-SECRETARIA PATRICIA ESPINOSA CANTELLANO: Señor licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; excelentísima señora Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Distinguidas personalidades que nos acompañan el día de hoy, señoras y señores embajadores del cuerpo diplomático acreditado en México, señoras y señores.
El Gobierno de México se encuentra sumamente honrado con la visita a nuestro país de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Su presencia en este acto nos alienta a continuar avanzando por la ruta de la consolidación de los esquemas más amplios para la promoción y protección de los derechos humanos.
Nos compromete a seguir trabajando para superar los obstáculos que impiden todavía la realización de todo aquello que asegure la plena dignidad del ser humano.
La protección de los derechos humanos, propósito de las Naciones Unidas, es concebida hoy, junto con la erradicación de la pobreza en su más amplia acepción, como un componente esencial de la paz y la seguridad internacionales.
El Gobierno del Presidente Felipe Calderón ha realizado importantes esfuerzos para construir una nueva cultura de derechos humanos, orientada a garantizar el Desarrollo Humano Sustentable en el marco del respeto al Estado de Derecho y a la seguridad de todos.
La política exterior de México busca contribuir a tales esfuerzos, prueba de ello lo constituye el liderazgo que desempeña México en los foros internacionales de derechos humanos tanto de carácter universal como regional.
Las contribuciones de México al sistema de protección de los derechos humanos son ampliamente reconocidas. Un ejemplo de ello lo constituyó la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos en la persona del Embajador Luis Alfonso de Alba con la responsabilidad de conducir las negociaciones que culminaron en la construcción institucional de dicho órgano.
México está convencido de que las nuevas herramientas con que cuenta el Consejo, tales como el Mecanismo de Evaluación Periódica Universal, habrán de propiciar un tratamiento objetivo y solidario de las distintas situaciones nacionales, a fin de fortalecer la cooperación y la asistencia entre las Naciones Unidas y los Estados miembros.
La participación de México en los foros multilaterales ha privilegiado siempre el desarrollo del derecho internacional en materia de derechos humanos y el establecimiento de los sistemas tutelares que se han creado en la ONU y en la Organización de los Estados Americanos.
Somos Estados parte de la inmensa mayoría de los instrumentos jurídicos, y como expresión de una voluntad soberana, hemos aceptado la competencia obligatoria de los órganos jurisdiccionales y cuasijurisdiccionales en la materia.
El ejemplo más reciente lo constituye el establecimiento, hace menos de un año, del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, que permitirá prevenir y sancionar con mayor eficacia la comisión de una práctica odiosa y aberrante que la conciencia de la humanidad reprueba, cualesquiera que sean sus motivaciones.
Es por ello que la cooperación de México con el Sistema Internacional de los Derechos Humanos, tiene como fin último la instrumentación de los estándares internacionales a nivel nacional.El Gobierno que encabeza el Presidente Felipe Calderón, se propone ir más lejos y ha trazado las siguientes directrices:
En primer lugar, una política de plena apertura y cooperación con los mecanismos internacionales de derechos humanos.
Su visita, señora Alta Comisionada, se inscribe en este propósito y ha sido precedida en 2007 por las misiones realizadas por tres relatores especiales del Consejo de Derechos Humanos y por el Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En 2008, México recibirá al Relator sobre los Derechos Humanos de los Migrantes y al Subcomité contra la Tortura.
Durante el último año se han registrado importantes logros en materia legislativa en relación con los derechos de las mujeres, la trata de personas y el derecho a la información.
Estos son tan sólo algunos ejemplos de la decisión del Gobierno mexicano de elevar el goce de los derechos humanos de toda la población.
Otras iniciativas de gran trascendencia están siendo consideradas en el Congreso, entre las que destaca una propuesta de reforma constitucional para conceder rango constitucional a los tratados sobre derechos humanos de los que México sea Estado parte.
En este contexto, deseo destacar que el establecimiento de la Oficina de Representación de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en nuestro país, en 2002, respondió a la solicitud que formuló el Gobierno de México y es, hasta el día de hoy, el único país en situación de paz y estabilidad interna que ha tomado una iniciativa de esta índole.
Aprovecho la ocasión para hacer un reconocimiento al trabajo de esta Oficina, que ha contribuido a apoyar los esfuerzos que México realiza.
Nuevamente señora Alta Comisionada, sea usted muy bienvenida a México.
Muchas gracias.
-MODERADOR: Toca el turno en el uso de la palabra a la señora Louise Arbour, Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
-SRA. LOUISE ARBOUR: (TRADUCCIÓN DE CORTESÍA)
Es un gran placer para mí visitar una vez más México y me siento honrada por la invitación formulada por su Gobierno.
Quisiera aprovechar esta oportunidad para reconocer el compromiso de México en la promoción de los principios de derechos humanos a nivel internacional.
En este sentido quisiera también destacar el papel de liderazgo que ha asumido México como miembro del Consejo de Derechos Humanos, particularmente mientras ejerció su Presidencia, durante un delicado pero exitoso periodo de negociaciones sobre los nuevos mecanismos de trabajo y las modalidades de funcionamiento del Consejo.
Estoy particularmente complacida por el interés y la voluntad del Gobierno por continuar su cooperación con mi Oficina, formalizada a través de la firma de este acuerdo sobre la continuidad de la presencia y actividades de mi Oficina de País en México, que fuera establecida en 2002.
Este acuerdo provee claras definiciones y prioridades para la continuación de nuestra asistencia a los esfuerzos nacionales por promover y proteger los derechos humanos.
La cooperación entre mi Oficina y México ha producido ya resultados concretos y alentadores. Entre los más significativos, deseo mencionar el Diagnóstico Nacional sobre la Situación de los Derechos Humanos en México de 2003, el cual sirvió como base para la preparación del Programa Nacional de Derechos Humanos para el periodo 2004-2006. Estos ejercicios son ampliamente considerados como dos pasos claves hacia el establecimiento de una política de Estado basada en los derechos humanos.
Deseo igualmente resaltar la estrecha relación de trabajo que mi Oficina ha establecido con el Congreso de la Unión, en aras de promover la integración de los estándares de derechos humanos en la legislación nacional, así como con la Suprema Corte de Justicia, que ha igualmente solicitado asistencia técnica en materia de derechos humanos.
En el marco del Acuerdo que estamos firmando hoy, mi Oficina trabajará en estrecha cooperación con todos aquellos en el Gobierno y en la sociedad civil, en el ámbito Federal como estatal, que están comprometidos en el impulso de los derechos humanos para todas las personas en este país.
Las iniciativas en curso para fortalecer la protección de los derechos humanos en la Constitución, y reformar sustancialmente el sector de la justicia penal, soy muy importantes. A través de ellas y del desarrollo de un nuevo Plan Nacional de Acción en Derechos Humanos espero ver la totalidad de los principios internacionales de derechos humanos que México ha ratificado plenamente reflejados en su Constitución, su legislación federal y estatal y en la práctica cotidiana de todos los funcionarios y funcionarias del Estado.
Estas reformas deben igualmente recoger las legítimas aspiraciones del público en el sentido de que las instituciones democráticas proveerán justicia en una sociedad realmente basada en el Estado de Derecho.
Estoy muy alentada por la determinación expresada por el Presidente en promover los estándares más altos de derechos humanos en México. Estoy deseando avanzar con nuestra cooperación en curso, y reitero mi compromiso, y el de mis colegas, tanto en México como en Ginebra, para asistir al Gobierno y a la sociedad civil en superar los retos y aprovechar las oportunidades para una vida con seguridad y libertad para todas las personas en México.
Muchas gracias.
-MODERADOR: En estos momentos se realizará la Firma del Convenio de Cooperación entre México y la Alta Comisionada.
Firman, la ciudadana Embajadora Patricia Espinosa Cantellano, Secretaria de Relaciones Exteriores, asimismo, la señora Louise Arbour, Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
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