7 feb 2008

El Guero Castañeda, vampiro de transilvania

¡Caray!, que buena columna de Jairo, me hizo reir.
El Güero Castañeda Bond: agitado, no batido/Jairo Calixto Albarrán
Publicado en Milenio Diario, 06 de Febrero 2008
Lo único que le faltaba al glamour que suele rodear al Güero Castañeda era que lo señalaran como el James Bond de la diplomacia mexicana. Más que un señalamiento crítico a tan egregio personaje, parece que lo quieren endiosar. O sea, ha sido canciller, guerrillero, intelectual orgánico y orgásmico, contrarrevolucionario, anduvo con Adela Micha y, además, espía al servicio de su majestad Fidel Castro; nomás le falta ser vampiro en Transilvania. A estas alturas del partido, el que supuestamente haya fungido de doble agente al servicio del gobierno cubano, hasta parece chiste de gallegos que lo quiera enjuiciar toda la bola de resentidos que lo odia por ser bonito. Lo único que van a conseguir es que con esa nueva adición a su currículo ligue más chicas. Digo, si lo que quieren es que el recuerdo del Güero viva cien años, también lo pueden acusar de haberle regalado la bolsa Louis Vuitton pirata con la que se chamuscó Ana Cristina Fox; o de haberle escrito el discurso a Mouriño donde afirma que se le está ganando la batalla al crimen organizado (¡aaay, mi viiida!); o de sugerirle a AMLO que pidiera a los medios de comunicación espacio para sus diatribas (sí, pero que los debates sobre la reforma energética sean puerco a puerco con Manlio Fabio y Héctor Larios); o de tomarle las fotos a Fox en su jeep roja, a Manuel Espino chupando tequila PRI, a Bartlett escaneándole el trasero a una edecán; o de ser el Superagente 86 de los góber preciosos (a Moreira le habría enseñado a bailar chúntaro style; a Mario Marín lo habría obligado a creerse el muchacho chicho de esta película gacha, papá; a Ulises Ruin le habría hablado sobre las ventajas de la Oaxacalifornication política); o de ser el autor de clásicos del pensamiento posmoderno como el “¿Y yo por qué?”, “Copelas o cuellos”, “Eso es política ficción”, “Lo que diga mi dedito”, “Como dicen en mi pueblo, haiga sido como haiga sido”, y la mejor frase del momento: “¡Sacaremos a ese buey de la Sagarpa!”; por último, se le puede señalar como la mente maligna que le recomendó el peinadito con glostora a Peña Nieto para la reproducción al infinito de su imagen que aparecerá hasta en Las tontas no van al cielo.Claro que si realmente quieren acabar con la carrera de Castañeda, corran el rumor de que fue él quien convenció a Jaime Maussán de que crea que los extraterrestres “son seres que deben tener las mismas debilidades que nosotros”. Ahora, el nuevo Güero Bond será agitado, no batido.

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