2 ago 2008

Sobre el reportaje de la revista Cambio

FARC: Uribe sí fue cauto con Brasil...
En el caso de los correos que involucran a Brasil con las FARC, Bogotá optó por el diálogo, pero tomó como verdaderos los mensajes que salpicaron a Correa y Chávez.
Carlos Rojas. Corresponsal en Bogotá
EL Comercio de Quito, 2 de agosto de 2008; www.elcomercio.com
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, decidió ser muy prudente en el manejo de la información hallada en los ordenadores del ex número dos de las FARC, Raúl Reyes, en la que se vincula a varias personas cercanas al Gobierno de Brasil con la guerrilla.
A diferencia de lo que ocurrió con Ecuador y Venezuela, donde esa información sirvió para que Uribe acuse a esos países de complicidad con las FARC, en el caso de Brasil primó la diplomacia.
Esta es una de las conclusiones de la
revista Cambio, de Colombia, en su edición del jueves, donde se publica el reportaje ‘El dossier brasilero’. Allí se segura que, según los correos de los ordenadores de Reyes, los tentáculos de las FARC llegaron a personajes influyentes del oficialista Partido de los Trabajadores, del presidente brasileño Lula da Silva. En esos correos son mencionados cinco ministros, un procurador general, un asesor especial de Lula, un viceministro, cinco diputados, un edil y un juez superior.
El Régimen de Brasilia rechazó el contenido de esas cartas.
La revista Semana asegura que, pese a que la información era relevante, Uribe manejó este caso “por debajo de la mesa”, haciendo un uso selectivo de esos correos. Su objetivo: evitarse una posible crisis con Lula da Silva.
La percepción de esta revista cobra sentido luego de las primeras reacciones oficiales de Colombia tras la revelación de esas cartas. El canciller Jaime Bemúdez aseguró que Brasilia está al tanto de esos correos desde hace más de un mes y que fueron entregados a su ministro de Defensa, Nelson Jobim. Esto evidencia que Bogotá sí se cuidó de que se filtre a la prensa dicha información; algo que no sucedió con los correos que involucran a los gobiernos de Ecuador y de Venezuela con las FARC.
Bermúdez ha negado las críticas, en el sentido de que Uribe ha actuado de una manera con Brasil y de otra con los gobiernos de Rafael Correa y de Hugo Chávez.
El analista colombiano Juan Carlos Flores cree la estrategia de Colombia tiene una doble lógica. Por un lado, admite que el peso de Brasil motiva a Colombia manejar con mayor precaución este tipo de temas delicados, donde las filtraciones deliberadas a la prensa no son parte de su estrategia. Por otro, Flores también señala que Uribe no ha encontrado en el Gobierno de Lula la misma hostilidad que sí ha recibido de Quito y de Caracas, lo que ha imposibilitado un diálogo más reposado. Allí está el meollo, explica Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia, uno de los académicos más cercanos al Gobierno. A su juicio, las diferencias que Colombia ha puesto a Brasil con respecto de Venezuela y Ecuador, se motivan por la actitud de sus presidentes. En el caso de Ecuador, explica Rangel, lo que molestó al Gobierno de Uribe fue constatar que era permanente el campamento de Reyes, atacado el 1 de marzo.
Pese a estos argumentos, es claro que en el caso de los correos de las FARC que involucran a Brasil, el diálogo fue privado y a nivel de ministros de Defensa. Mientras que la difusión de los mensajes que salpicaron a Correa y a Chávez, fue en cadena nacional.
En marzo, el contenido de esos ordenadores fue asumido como verdadero. En cambio, con Brasil, Bermúdez ha preferido ser más cauto. “Esa información tiene que validar la Justicia y antes de eso no podemos emitir un juicio, puesto que esas evidencias deben ser puestas en consideración”.
Los correos incómodos
El guerrillero Oliverio Medina es la figura de contacto entre las FARC y Brasil. Aunque fue detenido en el 2005, el Gobierno de Brasil negó su extradición y lo consideró un refugiado político.
Según los 85 correos a los que tuvo acceso la revista Cambio, Medina informaba a Raúl Reyes permanentemente de las gestiones para conseguir una cita con el presidente Lula da Silva.
***
Inteligencia brasileña investiga vínculo FARC-gobierno de Lula, según prensa
El Comercio On Line, 14:42
Río de Janeiro, EFE
La Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) abrió una investigación para estudiar los correos electrónicos enviados por las FARC a destacados miembros del gobierno del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, informó hoy el diario Folha de Sao Paulo.
En un documento, clasificado como secreto, se hizo un análisis preliminar que concluyó que no existe un vínculo directo entre los integrantes del gobierno brasileño y los guerrilleros colombianos, según el rotativo paulista.
No obstante, la ABIN va a profundizar la investigación porque teme que las FARC utilicen el territorio brasileño para ocultarse, con la ayuda de militantes de izquierda, según la misma fuente.
El Gobierno brasileño negó en reiteradas ocasiones contactos con miembros de la guerrilla colombiana, como denunció la revista colombiana Cambio en su última edición.
Según esa publicación, el registro de los ordenadores del fallecido jefe de las FARC, "Raúl Reyes", revelaron que miembros de la guerrilla contactaron, vía correo electrónico, a "altas esferas del gobierno" del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), asÍ como a dirigentes políticos y de la administración de justicia.
El Ejecutivo brasileño, a través del canciller Celso Amorim y del asesor para asuntos internacionales de la Presidencia, Marco Aurelio García, rechazó ese tipo de contactos.
García calificó el asunto como una "gran trampa", aunque explicó que "hubo un cierto intento de aproximación" de las FARC con el gobierno brasileño pero que "fue rechazado".
El PT fue el responsable de que las FARC "fueran apartadas" del Foro de Sao Paulo, que agrupa a diversas organizaciones de izquierda latinoamericanas, recordó García.
Uno de los nombres que citó Cambio, el del jefe de gabinete de Lula, Gilberto Carvalho, explicó que fue relacionado con las FARC por una gestión que hizo en 2006 en favor del ex sacerdote Antonio Cadena Collazos, conocido como "Oliverio Medina" y considerado como un representante del grupo armado en Brasil.
Carvalho explicó que intercedió para que se mejoraran las condiciones "infrahumanas" en la que estaba detenido el guerrillero, que después consiguió asilo como refugiado a cambio de desvincularse de la guerrilla.
No obstante, el jefe de gabinete de Lula negó que tuviera cualquier tipo de contactos con el grupo armado.

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