El futuro del calderonismo/ Leo Zuckermann
El Presidente es el que hoy manda en el PAN. Es el líder natural de su partido, como debe ser en toda democracia presidencial.
Excélsior, 27 de septiembre de 2011
El futuro del calderonismo dentro del PAN estará en juego las próximas semanas. Primero en Michoacán y luego en la disputa por la candidatura presidencial de ese partido. Ahí se definirá qué tanto poder tendrá el grupo del Presidente dentro del PAN cuando éste termine su gestión y comience el más duro de todos los años del sexenio que es el séptimo.
La primera aduana para el calderonismo ocurrirá el próximo 13 de noviembre en Michoacán.
En esa entidad, actualmente gobernada por el PRD, habrá elecciones para nuevo gobernador. Los tres candidatos son Fausto Vallejo, por la alianza del PRI con el PVEM, Silvano Aureoles, por los tres partidos de izquierda (PRD, PT y Convergencia), y Luisa María Calderón, apoyada por el PAN y Nueva Alianza. La candidata es la hermana del Presidente. Y aunque siempre ha tenido una carrera política propia, nadie puede negar que La Cocoa (así le dicen) es una calderonista de hueso colorado: lo trae en la sangre fraternal y en el apellido.
De acuerdo con las encuestas publicadas, la elección parece competida entre los tres candidatos. Vallejo, sin embargo, va liderando en las preferencias seguido de Aureoles; Calderón aparece en el tercer lugar. En la encuesta de Reforma levantada en agosto, el priista le llevaba ocho puntos porcentuales de ventaja a la panista; el perredista le llevaba cinco. Es decir, al día de hoy existe un riesgo real de que la hermana del Presidente quede en el sitio tercero en Michoacán. Muchos dicen que esto no va a suceder porque el gobierno federal va a movilizar todos los recursos que tiene a su alcance para apuntalar a La Cocoa; que Calderón no va a permitir que su hermana pierda, mucho menos que quede en tercer lugar. Yo no sé si esto sea cierto. Lo que sé es que, si Luisa María queda en tercero, muchos van a interpretar esto como un revés político-electoral del calderonismo.
Y luego viene la elección del candidato presidencial del PAN. Es cierto que Calderón ha hecho declaraciones que podrían interpretarse como que no tendría ningún problema que Josefina Vázquez Mota fuera la candidata panista. Pero también es cierto que el personaje más cercano al Presidente que está en la competencia es Ernesto Cordero y que muchos de los calderonistas de hueso colorado apoyan al ex secretario de Hacienda. Para terminar con las certezas, de los tres posibles precandidatos del PAN que todavía siguen en la competencia, Santiago Creel es el que más salpullido le saca al grupo calderonista (no olvidan la disputa interna del PAN de hace seis años). En este sentido, si Creel gana la candidatura presidencial, se interpretaría como un desastre mayor para la operación político-electoral del calderonismo dentro del PAN. Si gana Josefina, sería un golpe menor. Pero lo que a todas luces sería una hecatombe es que el candidato del calderonismo de cepa, Ernesto Cordero, quedara en el tercer lugar en la contienda interna del PAN. Otra vez de acuerdo con las encuestas, hoy este escenario es factible, es decir, que Cordero quede en tercer sitio por detrás de Vázquez Mota y Creel.
Hablando de más certezas, Felipe Calderón es el que hoy manda en el PAN. Es el líder natural de su partido, como debe ser en toda democracia presidencial. El Presidente ha podido quitar y poner a los dirigentes nacionales de Acción Nacional; ha influido en la designación de candidatos de elección popular de ese partido y ha sido, sin duda, el centro en el que ha gravitado el PAN estos años. El problema es que pronto podría dejar de serlo si se combinan dos escenarios que parecen muy reales hoy en las encuestas: que Luisa María Calderón quede en tercer lugar en Michoacán y Ernesto Cordero en el mismo sitio en la contienda interna del PAN. ¿Sucederá? Quizá. Lo indudable es que vienen días importantísimos para el futuro del calderonismo dentro del PAN.
Twitter: @leozuckermann
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