Conade: golpe de Chuayffet a la mafia de Vázquez Raña/BEATRIZ PEREYRA
Revista Proceso no 1976, 13 de septiembre de 2014
La desastrosa gestión de Jesús Mena al frente de la Comisión Nacional de
Cultura Física y Deporte llevó al gobierno federal a quitarle al exclavadista
el derecho de administrar buena parte del dinero asignado a la dependencia y le
puso a un grupo de asesores extranjeros que definió la política deportiva del
país. El asunto hizo crisis: “Por motivos personales”, Mena pidió una licencia
a su cargo días después de que la federación le impusiera un subdirector
general. En entrevista, el recién llegado Carlos Acra, alfil de Emilio
Chuayffet, admite que le preocupan diversos “rezagos” en la gestión del deporte
mexicano, como la organización de los Juegos Centroamericanos y el programa
Ponte al 100.
Jesús Mena, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte
(Conade), pidió licencia a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para
ausentarse temporalmente y atender “asuntos personales”. Su solicitud la
presentó el miércoles 10, es decir, 12 días después de que Carlos Acra tomara
posesión como subdirector general de la Conade.
En un comunicado de cinco líneas, tanto la SEP como la Comisión
enfatizaron que Mena sigue siendo el director general y que Acra fungirá sólo
como encargado de despacho.
La figura de subdirector general fue creada a petición del secretario de
Educación Pública, Emilio Chuayffet, en su calidad de presidente de la Junta
Directiva de Conade (órgano de gobierno de la dependencia), en un encuentro que
no duró más de 10 minutos realizado el 3 de junio pasado. Jesús Mena llegó
tarde a esa reunión, que tuvo lugar en las oficinas de la SEP.
Por sus colaboradores, Mena se enteró más tarde del cambio que Chuayffet
hizo al Estatuto Orgánico de la Conade y que se publicó el 12 de junio en el
Diario Oficial de la Federación. Mena supo que, en cuestión de semanas, un
personaje ajeno al grupo del Comité Olímpico Mexicano llegaría para auxiliarlo
en la administración del deporte nacional. Por primera vez en 25 años de vida
del organismo, la SEP le mandó ayuda a un director.
Esa nueva plaza siempre tuvo nombre: Carlos Acra, exdirector del
Instituto Mexiquense de Cultura Física y Deporte (Imcufide) en la segunda mitad
del sexenio de Enrique Peña Nieto como gobernador del Estado de México. Acra,
pues, no forma parte del grupo de Mario Vázquez Raña, presidente vitalicio del
Comité Olímpico Mexicano (COM) y quien ha monopolizado el deporte nacional
desde finales de 2012.
Su llegada a la Conade se suma a la lista de desaires que el gobierno
federal le ha hecho a Jesús Mena: Al inicio del actual sexenio, la SEP contrató
a un grupo de consultores españoles encabezados por el argentino Jorge Valdano
para diseñar el Programa Nacional de Cultura Física y Deporte, tarea que el
director general no pudo llevar a cabo; además, la Conade ya no decide el
destino de los recursos que la Federación asigna al deporte, sino que la SEP es
la encargada de administrarlos. Nunca había ocurrido esto.
Las angustias del subdirector
Entrevistado el martes 2, antes de la salida de Mena, Carlos Acra Alva
dice a Proceso que llega con la encomienda de elaborar un diagnóstico para
saber con certeza cómo está la Conade, en cuya operación reconoce rezagos. Los
mayores atrasos se encuentran en Ponte al 100, el programa más importante de
este sexenio, y en el censo de infraestructura deportiva que Mena prometió en
marzo de 2013 y no se ha realizado.
–¿Por qué se creó el puesto de subdirector general? ¿Con qué encomienda
llega? –se le pregunta.
–Hacer un diagnóstico para conocer a mayor detalle las tareas, las
acciones que se están emprendiendo y tratar de ayudar. Si se hizo una
modificación (al Estatuto Orgánico) en la estructura y llega un servidor, es
porque estamos buscando un cambio para bien del deporte.
–¿Emilio Chuayffet le dio alguna instrucción en particular? ¿Está
preocupado por la manera como se administra la Conade?
–Ninguna indicación en particular. Que se agilicen los procesos, que se
atienda a los deportistas y entrenadores para que reciban sus becas de forma
oportuna, lo que es la administración general. Coadyuvar con la dirección
general a ejecutar lo que establece el Programa de Cultura Física y Deporte y,
como sabe, mi subdirección tiene la responsabilidad del área de comunicación
social, el área jurídica y la de administración. El secretario de Educación es
un hombre muy exigente. Nos comentó que en breve nos llamará para ver cómo
vamos en algunos temas. Le preocupan los Juegos Centroamericanos en Veracruz.
–El deporte mexicano está en manos del grupo de Mario Vázquez Raña. Usted
es el único que no es miembro de la familia olímpica, eso se interpreta como
que viene a ser el espía, el que va a ir a la SEP a decir lo que se está
haciendo mal y cómo se toman las decisiones. Eso incomoda…
–Yo vengo a trabajar, y si eso afecta, lastima, molesta a alguien en
particular, de un grupo o de otro grupo, a una asociación, a un deportista,
pues tendré que hacer mi trabajo sin distingos. Si eso implica tener alguna
diferencia o desgaste lo voy a tener.
–La SEP acaba de reducir algunas funciones de la Conade. Para liberar
ciertos recursos hay que pasar primero por SEP. ¿Qué justifica su presencia si
la secretaría ya se encarga de repartir el presupuesto?
–Y también Hacienda es la que determina la entrega de recursos para
infraestructura deportiva a través de convenios de colaboración con los estados
y municipios, y ahí la Conade no tiene nada que ver. Eso sí es una
preocupación, porque tendríamos que trabajar en la línea de las necesidades en
materia de infraestructura deportiva. Ver las instalaciones actuales,
mejorarlas, adecuarlas. Cuando llegué (el lunes 1 de septiembre) me hablaron de
una cifra cercana a los 44 mil espacios deportivos, pero no hay una medición
para saber de qué tipo de instalaciones estamos hablando, dónde están y en qué
condiciones. No me vengo a pelear. Primero voy a hacer un diagnóstico para
después sugerir al director general y al secretario de Educación algunos
ajustes que considere adecuados para que funcione mejor el deporte mexicano.
Se le recuerda que, en marzo de 2013, Mena anunció que uno de los tres
ejes de su gestión sería elaborar un censo de infraestructura deportiva para
darle orden a ese programa. El exdeportista tiene 21 meses al frente de la
Conade y todavía no hay censo.
“Ofrezco mis conocimientos para dar resultados. De nada sirve que me
invite a trabajar el secretario de Educación o el presidente de la República si
las cosas siguen igual, y no hay un registro claro de infraestructura
deportiva”, responde el nuevo subdirector.
–Un ejemplo –se le comenta– es el Centro Nacional de Desarrollo de
Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR). Está subutilizado y, por otro
lado, la Conade le inyecta recursos al Centro Deportivo Olímpico Mexicano
(CDOM). El grupo del COM que opera la Conade no tiene dinero para el CNAR pero
sí para el CDOM.
–Desde 1988 ha habido diferencias del gobierno federal con el COM, y eso
motivó que no hubiera apoyo para arreglar sus instalaciones, pero los atletas
de México las usan y sí daba vergüenza que el COM estuviera en malas
condiciones –explica.
–¿Por qué si con recursos públicos se está remodelando el CDOM, el COM le
cobra a Conade la alimentación y hospedaje de los atletas?
–No le refuto. Es lógica elemental. No sé las razones por las cuales no
convinieron hacer las obras y, a cambio de eso, permitirles a los deportistas
que pudieran usar sus instalaciones de manera gratuita.
–¿No le parece absurdo que el gobierno federal le dé dinero al CDOM para
construir otras instalaciones para el taekwondo cuando hay espacio de sobra en
el CNAR?
–Es falta de un diagnóstico de las necesidades y espacios públicos.
Megaplán fallido
Otro de los ejes de Mena fue el programa Ponte al 100. El director
general de la Conade aseguró que se realizaría un “programa piloto”, que
consistía en tomarle las medidas a 3 millones de personas y ponerles dietas y
ejercicios.
–Hasta la fecha, según reporta la página de la Conade, apenas llevan poco
más de 800 mil y no se han hecho públicos los resultados –se le comenta al
subdirector.
–Tengo entendido que, a la fecha, cerca de 1 millón se han medido.
Perdóneme, ¿cuál es la fecha de corte para llegar a los 3 millones?
–El 31 de diciembre de 2013.
–¿Esa era la fecha? Está bien. Entonces…
–Mena anunció que el programa arrancaría el 14 de octubre, fecha para la
cual ya se habrían instalado 4 mil 200 centros de medición, de los cuales no
existen ni 2 mil. No se ha cumplido ni con la tercera parte del programa
piloto.
–Sé que los recursos se enviaron a los estados y que se dificultó mucho
la contratación, la medición, la compra de los aparatos. Si no se alcanzó la
meta es muy claro: no se alcanzó y ahí está un rezago. Lo importante es ver
hacia delante para tratar que este tipo de acciones a las que se comprometiera
el director general, y que también son un compromiso del presidente de la
República, sean una realidad. Si no fue el 31 de diciembre de 2013 que trate de
alcanzarse la meta aunque sea en 2015. No estoy en condición de darle una cifra
porque esto depende del subdirector de cultura física.
–¿En el diagnóstico que presentará a Chuayffet le dirá que así está la
Conade?
–Aquí no se puede engañar ni pretendo engañar a nadie. A lo mejor hay
falta de avances o incumplimiento. Lo tengo que decir. No puedo tapar el sol
con un dedo. Si hay algo mal lo tendré que decir.
–Nunca había existido la figura de subdirector general. ¿Su llegada es el
mensaje de que se está hundiendo la nave y hay que salvarla?
–No, porque la administración es flexible, y no es el mismo gobierno, ni
la misma gente, ni la misma población de hace 25 años. Las necesidades son
diferentes. Antes quién iba a decirle algo al gobierno. Se vale que haya
ajustes.
–¿No es incrementar la carga burocrática? Se supone que el director
general debe tener la capacidad de resolver la tarea que se le encarga.
–Es como un equipo de futbol. Ahí está la queja de cómo había
presidentes, vicepresidentes y asesores en las Chivas. No entiendo por qué hay
dos figuras que finalmente no dan resultados. La subdirección general viene a
reforzar.
–Al parecer su relación con Mena no es cordial. Su llegada se ve como una
afrenta del gobierno al director general porque usted llega para componerle la
plana. ¿Es así?
–A Chucho (Mena) lo conocí cuando ya era medallista olímpico y yo estaba
en la administración del señor Chuayffet (entonces gobernador del Estado de
México, 1993-1995). También cuando él estuvo (como titular del Imcufide) con
Arturo Montiel (mandatario mexiquense de 1999 a 2005). Lo conocí, lo traté. Lo
respetamos por ser medallista. Él fue jefe de misión en Mayagüez (Juegos
Centroamericanos 2010), a donde yo fui invitado por el COM. Con Bernardo de la
Garza (director de Conade de 2009 a 2012) teníamos reuniones por las noches
para analizar el rendimiento de los deportistas. Convivíamos todos los días. No
tengo problemas con Chucho, no estoy enfrentado, no estoy peleado.
–¿Son amigos? ¿Se quieren bien?
–Lo que pasa es que la gente quiere sangre, quiere ver pleitos. No vengo
por la titularidad de la Conade. Que a lo mejor vamos a tener diferencias, por
supuesto que las va a haber. No digo tampoco que sea monedita de oro. A lo
mejor por mi estilo de trabajo vamos a tener alguna rencilla que espero no pase
de ahí.
–No viene por la dirección de Conade, pero es obvio que una eventual
salida de Mena lo dejaría a usted a un paso de sentarse en esa silla.
–Eso es un supuesto. No lo puedo asegurar.
–Ocurre así en la política.
–En la política, de repente hasta un caballo negro es el que gana. Eso
puede pasar. Es como el futbol o algún otro deporte de conjunto: si hay un
jugador que no está rindiendo, por mucho cariño y amistad que se tenga con el
entrenador o con los directivos, le dicen: ‘Te agradezco mucho, pero no estás
dando los resultados’. A lo mejor nos vamos los dos y llega otro.
–¿Jesús Mena está rindiendo?
–Creo que está cumpliendo con su trabajo, no sé en qué medida, porque no
me toca decirlo. Además estoy llegando. Ni soy nadie para juzgar, para eso está
la contraloría y la junta directiva del Sistema Nacional de Cultura Física y
Deporte.
–¿Tendrá comunicación directa con el titular de la SEP?
–Supongo que sí. Fue mi jefe. Fui su secretario auxiliar por siete años
en diferentes dependencias hasta que dejó la gubernatura y ya no trabajé para
él. Me considero su amigo. Si él me llama yo podré atender cualquier
instrucción. Tenemos un acercamiento con sus hermanos, con la familia, como
también en su momento conocí al presidente de la República (Peña Nieto) y a
otros funcionarios del gobierno.
–Además de la amistad que lo une con Emilio Chuayffet, ¿qué méritos diría
que tiene como para decir que, si algo no marcha bien en la Conade, usted puede
ayudar a corregir el rumbo?
–Hace 15 años que no trabajaba para Chuayffet. No estoy aquí por amistad.
Si fuera una gente tan cercana, colaborador indispensable de él, hubiera
seguido trabajando en Gobernación, en la Cámara de Diputados. No ha sido así.
Tengo 30 años de servicio. No voy a hablar de toda mi carrera.
–Usted estuvo en el Imcufide, ¿qué hizo usted allá de bueno que ahora lo
pueda replicar en la Conade?
–Llegué en 2008 y me fui en 2011 al cierre del gobierno estatal (de Peña
Nieto). Había una caída en la Olimpiada Nacional y la detuvimos. Estábamos en
el octavo lugar y fuimos mejorando hasta el quinto. No había atención a las
asociaciones, a los deportistas. Las instalaciones estaban en malas condiciones
y las mejoramos. Ayudamos a los municipios a elaborar proyectos ejecutivos para
que cumplieran los requisitos y recibieran recursos para infraestructura.
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