23 sept 2014

MVS, Aristegui, La Tuta: opinión de Carlos Ramírez y Ricardo Alemán

Eliseo Caballero, corresponsal de Televisa en Michoacán, y José Luis Díaz Pérez, y director de la agencia Esquema, se reunieron con Servando Gómez Martínez, alías “La Tuta”, líder de la organización criminal Los Caballeros Templarios, reveló MVS Noticias a través de una grabación difundida en la Primera Emisión que conduce la periodista Carmen Aristegui.
De acuerdo con el reportaje  Eliseo con Caballero recomendó a La Tuta mandar “fotos y correos a la prensa” para que los Templarios tuvieran más presencia que los Autodefensas. 
Consultado por la periodista Carmen Aristegui ambos reporteros aseguraron que fueron llevados a la fuerza. Sin embargo, se reportó en el noticiero que ambos comunicadores llegaron en contradicciones al ser entrevistados.
“Te puedo decir con certeza que [uno] no va con gusto a esas reuniones”, dijo José Luis Díaz a Carmen Aristegui. Sin embargo, se informó en el noticiero, no pudo explicar a Aristegui por qué en el video recibe dinero de “La Tuta”.

Por su parte, Eliseo Caballero comentó que no recordaba haber recibido dinero, aunque momentos después comentó que pudo haber sido “para la gasolina” y agregó que a líder criminal no se le puede decir que no.
 Noticieros Televisa informó que presentó una denuncia de hechos ante las autoridades judiciales para hacer de su conocimiento la reunión que sostuvo su corresponsal con  “La Tuta”.

En un comunicado, Televisa informó que el pasado viernes 19 de septiembre, Eliseo Caballero llamó a la oficina de corresponsales nacionales para decir que había sido contactado por Aristegui para entrevistarlo sobre el citado video.
Añadió que el corresponsal admitió haberse reunido con “La Tuta” y que quería explicar a sus superiores lo que había ocurrido; “Este encuentro nunca fue reportado con anterioridad a Noticieros Televisa”, señaló en el comunicado.
https://www.youtube.com/watch?v=MRlqTI1GRj8
Opiniones críticos de Alemán y Ramírez
Indicador Político/ Carlos Ramírez
24 Horas, 23 de septiembre de 2014
MVS y Aristegui, voceros de La Tuta
El gran dilema del periodismo es el de la ética o el juego de poder. MVS y Carmen Aristegui fueron usados por Servando Gómez La Tuta en la revelación de un video con periodistas de Televisa.
Más que una victoria del periodismo, ese video fue un triunfo mediático de La Tuta porque supo explotar los rencores de un medio contra otro.
En este contexto, el dilema del periodismo es simple: ganar la nota aunque se le haga el juego a la fuente de información o ejercer la ética para perder la nota pero no jugar las cartas marcadas del informante.
En los hechos, MVS y Aristegui se mostraron como parte de la estrategia mediática del principal narcotraficante y criminal de Michoacán.
No ha sido el primer caso. En abril del 2010, el dueño de Proceso, Julio Scherer García, se encontró en un lugar secreto con el narco Ismael El Mayo Zambada, responsable, por cierto, de asesinatos de periodistas, y el periodista apareció en una foto con el brazo protector del narco sobre sus hombros. Como no hubo noticia, el hecho fue una operación de relaciones públicas del narco con el aval del periodista.
Desde el punto de vista periodístico, ese video revelado por MVS y Aristegui careció de una estrategia informativa por parte del programa. La jugada, después de todo, fue neutralizada por Televisa al suspender las relaciones periodísticas con los señalados de colaborar con La Tuta. Eso sí, sin un razonamiento profesional, MVS y Aristegui mancharon la profesión periodística porque reprodujeron acríticamente lo que quería La Tuta.
 Lo malo de la “exclusiva” de MVS y Aristegui lo reveló la misma periodista: el juego perverso de la información de la fuente emisora del mensaje: La Tuta envió el video con un narcomensaje:
 “Sra. Aristegui: le mandamos un regalito contra sus amigos de Televisa hace unos días. No ha sacado nada. Este material va a salir. Esperamos que sea por su programa”.
 Ante lo perentorio, Aristegui y MVS le cumplieron a La Tuta. Pero queda la duda racional: ¿quién le hizo más el juego a La Tuta: los periodistas de Televisa que se reunieron con el capo para aconsejarlo o MVS y Aristegui que obedecieron la sugerencia del narco y difundieron un mensaje que tenía la intención del jefe de Los Templarios y no el razonamiento periodístico de MVS y Aristegui?
 No hay vuelta de hoja: los periodistas de Televisa y MVS y Aristegui se pusieron al servicio de los intereses del jefe de los narcos michoacanos, unos aconsejando estrategias de información y otros difundiéndolas.
 El periodismo en situaciones extremas debe tener cuidado con las intenciones de informaciones envenenadas. De ahora en adelante cada “exclusiva” de MVS y de Aristegui tendrá que pasar por el filtro de los intereses de la fuente de información: ¿de parte de quién? Al modelo de comunicación de Harold Lasswell -quién dice qué, por cuál canal, a quién y con qué efecto- hay que agregarle un nivel más: con qué intención.
 En el caso de Los Templarios y dos periodistas de Televisa, la intención obsesiva de MVS y Aristegui contra Televisa para hacerle el juego a Carlos Slim afectó la credibilidad de su periodismo porque la intención de La Tuta fue manipular a MVS y Aristegui contra Televisa.
 Así, el crimen organizado ha pasado de las narcomantas a las narcoexclusivas pero siempre en función de los intereses del crimen organizado, no del periodismo.
 Lamentablemente para el caso de Tuta-periodistas de Televisa-MVS, el debate no se dará en función de la capacidad de corrupción del narco sobre los periodistas, sino del manejo de La Tuta de la política de información de MVS y del programa de Aristegui, que se vieron al servicio de los intereses de un narco.
∞∞
ITINERARIO POLÍTICO/Ricardo Alemán 
 El Universal,
Periodismo y corrupción 
1.- La nota no es exhibir a dos o más periodistas en presunta complicidad con el jefe e ideólogo de la banda criminal de Los Templarios, Servando Gómez La Tuta. ¿Y por qué no es la nota? 
 Porque igual que la corrupción en general —sea en los sectores público, empresarial, religioso político y social—, la corrupción periodística nació con el periodismo. Porque la corrupción entre el gremio periodístico no sólo consiste en callar a cambio de un puñado de monedas o gritar a cambio de prebendas. No, acaso la corrupción mayor sea la intelectual, moral y ética. 
 2.- La verdadera nota, en todo caso, es que un criminal como La Tuta envía un sobre membretado —identificado con Los Templarios—, e instruye a un medio como MVS y a la conductora de su informativo estelar, para difundir un “material exclusivo” destinado a golpear a los enemigos de ese medio y ese informativo; a Televisa. ¿Cuándo se había documentado una noticia como esa, con un medio nacional vinculado al hombre más rico del mundo? Un caso como ese nunca se había documentado, y por esa razón esa es la nota.
 3.- Pero también es nota que —igual que los periodistas que aparecen en el video—, la empresa MVS y la conductora de su noticiero estelar decidan obedecer a ciegas y sordas las instrucciones del jefe templario, para difundir “un material exclusivo” que endulzará el ego “por la exclusiva”, pero que cumplirá el objetivo para el que fue difundido, por parte del jefe de los templarios. Es decir, MVS y su conductora estrella terminan sirviendo para los mismos fines que los periodistas que aparecen en el video.
 4.- También es nota descubrir que si a los periodistas de Michoacán los corrompen con un puñado de monedas —y probablemente bajo la consigan de “la plata y/o el plomo”, a MVS y a su informativo estelar los corrompen con una exclusiva que, en el fondo, no pretende dañar a dos corresponsales de poca influencia en Michoacán sino que —a través del video—, se pudiera estar enviando un mensaje a dueños de medios, a otros periodistas, a las poderosas agencias de noticias que operan en Michoacán.
 5.- Es nota, por tanto, que MVS y su informativo mañanero hayan decidido desempeñar el triste papel de voceros del líder e ideólogo de Los Templarios. Y también sería nota que al conocer el video, MVS y su conductora estelar hubiesen decidido enviarlo a las autoridades competentes, para que llevaran a cabo las investigaciones del caso, el deslinde de responsabilidades y las sanciones que pudieran resultar. Pero como eso no ocurrió, no es nota.
 6.- ¿Quién gana con la difusión del video? Sin duda que gana el líder templario, Servando Gómez, quien envía una muestra más de que es él quien manda en el convulso Michoacán, además de que cumple su objetivo de enviar un mensaje a todo el país y a quienes son sus destinatarios. Sin duda que MVS y su conductora estelar tienen una ganancia pírrica: alimentar las bajas pasiones de la venganza. Y ganan todos los malquerientes de Televisa que, por ejemplo, en redes sociales alimentaron su visceral odio.
 7.- ¿Quién pierde con la difusión del video? No pierde Televisa —a despecho de sus malquerientes—, porque el gigante de la televisión despide a los presuntos implicados y tan tan. Pierden los periodistas que aparecen en el video, porque pierden su empleo y probablemente sus carreras. Y pierde el periodismo mexicano, ya que gana terreno el periodismo carroñero, de consigna, de venganza, carente de ética y que, al estilo de la máxima de Maquiavelo, se resume en el ofensivo periodismo de “el fin justifica el video”.
 8.- ¿Quién será capaz de contener la corrupción periodística? ¿Hasta cuándo la ética periodística estará por encima de la exclusiva envenenada; la filtración interesada, del video convertido en mensaje cifrado?
 9.- La ética y la honestidad —sea en el periodismo, sea en cualquier actividad humana—, son gemelas que habitan la intimidad de cada quién. Y cada cual sabe si cada noche enamora a las gemelas o si las dejó morir. Y si duerme cada noche con sus esqueletos.
 10.-Por lo pronto, vale recordar que MVS y su conductora estelar han mentido en por lo menos 10 casos escandalosos, que pueden ser consultados en La Otra Opinión. Al tiempo.
EN EL CAMINO
Y ahora la Suprema Corte nos regala una muestra de que también gusta de violentar libertades fundamentales en democracia, como la libertad de expresión. Es decir, nadie puede declararse candidato a un puesto de elección popular —en una entrevista periodística—, sin estar en falta. ¡Ver para creer!

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