Revista
PROCESO
No. 2000, 28 de febrero de 2015
Armados
en México... desde hace mucho/J. JESÚS ESQUIVEL
En México actualmente hay 54 agentes de la DEA, distribuidos en varios estados y todos portan armas de fuego, como lo confirman varios agentes y exagentes de esta misma dependencia.
Washington.-
Enfáticos y casi descaradamente, funcionarios de la DEA y del FBI sostienen que
no verían “ningún cambio” en su manera de operar en México con la iniciativa de
ley del presidente Enrique Peña Nieto, que permitiría la portación de armas de
fuego a agentes extranjeros dentro del territorio mexicano.
No
se sabe cuántos agentes del FBI operan en México; ni cuántos de la Agencia
Central de Inteligencia; de Inmigración y Aduanas; de Aduanas y Patrulla
Fronteriza; de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos ni de todas las
otras agencias de inteligencia de Estados Unidos, incluidas las del Pentágono.
De lo que sí se tiene certeza, aunque no se dice, es de que todos están
armados.
En
el libro La DEA en México (Grijalbo), de la autoría del reportero, los
exagentes de la DEA Sandalio González y Mike Vigil (ambos trabajaron en México
varios años) dan cuenta en sus relatos de cómo ellos mismos y sus compañeros
siempre han violado la soberanía mexicana portando armas de fuego, incluso
armamento de calibre alto y cuyo uso es “exclusivo del Ejército” mexicano.
Entre
las fotografías que se publican para ilustrar el libro mencionado hay una que
el mismo Vigil le proporcionó al autor. Tomada a principios de 1978 en
Hermosillo, se ve al entonces agente antinarcóticos estadunidense portando un
rifle R-15 al lado de un soldado mexicano, quien sostiene un machete.
Para
sustentar el argumento de la portación de armas en territorio mexicano, en este
caso de agentes de la DEA, se recogen las preguntas y respuestas de fragmentos
del capítulo 7 –“Todos portan armas, pero bien organizados”– del libro La DEA
en México.
“–¿Los
agentes de la DEA que están en México portan armas? –se le pregunta a González.
“–Sí,
todos. Todos los agentes llevan armas; sólo el personal de inteligencia de las
oficinas de la DEA no.
“–Los
agentes de la DEA que están en México, ¿van armados sólo cuando emprenden una
operación encubierta, o siempre andan armados?
“–Siempre
se porta un arma; aunque no existe un tipo de arma reglamentaria para los
agentes de la DEA.
“–¿Los
agentes de la DEA van armados a reuniones con funcionarios, policías o
militares mexicanos?
“–Sí.
“–¿Y
lo saben ellos?
“–¡Claro!
Eso se sabe pero no se admite; así es la regla no escrita en México sobre la
relación con los agentes de la DEA. Ni los policías federales ni los militares
revisan a los agentes de la DEA; nunca lo hacen cuando se dan las reuniones
–aclara González.”
También
las usan
Pero
los agentes federales estadunidenses que operan en México no se limitan a
portarlas, también las usan.
En
el capítulo 3, “Agentes encubiertos”, del mismo libro, Vigil revela, sin
decirlo, que mató a un narcotraficante mexicano para defender su vida.
El
exagente relata detalladamente una “operación encubierta” que llevó a cabo
junto a policías federales mexicanos a mediados de la década de los ochenta en
Caborca, Sonora, contra el grupo criminal de Rafael Caro Quintero.
Vigil
relata que antes de ir a un restaurante donde se reunirían con dos
narcotraficantes del grupo de Caro Quintero “me acomodé los fajos de billetes
en los calcetines y en la cintura para poder enseñárselos a los dos mafiosos.
Era un truco. Llegamos al restaurante y al mismo tiempo que nosotros llegaron
los dos tipos.
“Dentro,
ya sentados en una mesa, pedimos algo para comer y nos tomamos unos tragos. Primero
cerveza y después unos tequilas, pero pasó una hora, dos horas y ya se estaba
haciendo de noche sin que se concretara la operación.
“De
repente me doy cuenta de que se acerca un policía federal y por la ventana me
hace señas de que ya estaban perdiendo la paciencia; casi, preguntando a qué
hora comenzaba la acción.
“Justo
en ese momento el mafioso que estaba conmigo me dice:
“‘Si
eres federal te vamos a desplumar aquí mismo’. Yo no me espanté; le dije que
cómo me hacía ese tipo de bromas y lo convencí. Pasó otra media hora. Y
entonces me dice: ‘Voy al baño’, y se sale. Yo me salí con él porque conozco
muy bien a los federales mexicanos y tenía temor de que todo lo echaran a
perder.
“Llegando
al baño se le acerca un policía federal al mafioso y le pone la pistola en el
pecho, pero el mafioso saca su pistola y le dispara al federal; le da un tiro y
lo mata.
“Las
cosas pasan como en cámara lenta; el mafioso, a quien yo tenía como a dos
metros de distancia, me apunta y me dispara dos tiros. Entonces intercambiamos
disparos, él cae y luego los policías federales llaman a la Cruz Roja; ya
estaba muriéndose cuando lo subieron a la ambulancia”, concluye el relato de
Vigil.
Los
cambios a la ley que propone Peña Nieto buscan ser un modelo de preinspección
migratoria, para realizar revisiones documentales y consultas en las bases de
datos, antes de que un pasajero suba a una aeronave y con ello evitar riesgos
en este sistema de transporte.
Peña
Nieto le garantizó al Legislativo que con esto “se beneficiaría a los
viajeros”, quienes quedarán libres del sometimiento a inspecciones aduanales y
migratorias minuciosas, que implican una pérdida de tiempo totalmente
innecesaria.
El
funcionario del FBI consultado por este semanario afirma que no sabe si los
cambios que propone Peña Nieto tendrán beneficios aduanales y migratorios para
los mexicanos. “Lo que sí puedo asegurar es que a nosotros y todas las agencias
(estadunidenses) que operamos en México nos quitarán alguno que otro dolor de
cabeza burocrático. Que, debo decir, ya no ocurren con mucha frecuencia”.
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