15 mar 2015

(Carmen) Acosada por la Casa Blanca/Jenaro Villamil

Acosada por la Casa Blanca/Jenaro Villamil
  • Sin miedo al poder/RODRIGO VERA
Revista Proceso (portada), No 20012, 14 de marzo de 2015
A unos cuantos días de que Eduardo Sánchez, exabogado general de Grupo MVS, asumiera las funciones de coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia, la empresa de Joaquín Vargas inició una escalada contra Carmen Aristegui y su equipo de investigación, el mismo que reveló el escándalo de la Casa Blanca del primer mandatario Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera.
El acoso se inició como una reacción airada de la empresa contra la presentación de la nueva plataforma digital Méxicoleaks.

En desplegados a página entera en la mayoría de los periódicos capitalinos y con spots en sus propios espacios informativos, Grupo MVS afirmó el miércoles 11 que no forma parte de Méxicoleaks y calificó “no sólo como un agravio y una ofensa, sino un engaño a la sociedad”, el uso de su marca.
El jueves 12 se difundieron más desplegados y spots de Grupo MVS donde corrigieron su posición original: “La plataforma Méxicoleaks no es el problema”, afirmaron. El conflicto obedece a que “es inaceptable” que “algunos de nuestros colaboradores comprometan y dispongan de recursos y marcas de la empresa para realizar alianzas, sin conocimiento y la autorización de la administración.
“El problema obedece y se limita a la disposición indebida de recursos, marcas y facultades de la empresa”, afirmó Grupo MVS. El texto no mencionaba a Aristegui ni a sus colaboradores, pero la alusión era evidente.
En menos de 48 horas MVS decidió despedir –al mediodía del jueves 12– a los reporteros Daniel Lizárraga e Irving Huerta, ambos de la unidad de investigaciones especiales del equipo de Carmen Aristegui, con el argumento de la “pérdida de confianza” y “el uso indebido de nuestros recursos humanos tecnológicos y materiales”.
 Aristegui no fue notificada ni consultada antes sobre los desplegados ni sobre el despido de los dos periodistas que realizaron el trabajo de investigación en torno al escándalo de la Casa Blanca, revelado en noviembre de 2014, y otros asuntos importantes, como el seguimiento de la matanza de Tlatlaya y el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
 Desde su cabina radiofónica, Aristegui respondió primero con extrañeza ante la hostilidad de MVS. Ningún encuentro entre Joaquín Vargas y ella se produjo en ese contexto. La conductora consideró el jueves 12 que el caso Méxicoleaks era un “conflicto artificial” para forzar una ruptura o una salida del espacio noticioso.
 El ómbudsman de MVS, Gabriel Sosa Plata, emitió un posicionamiento público de 10 puntos, en el cual consideró que “sí se debió solicitar autorización” de los directivos del grupo para el acuerdo con Méxicoleaks, pero criticó la campaña mediática calificándola de “mecanismo de presión inédito de una empresa hacia algunos de sus propios periodistas y conductores que podría afectar su desempeño periodístico”.
 Sosa Plata exhortó a directivos de MVS Radio y al equipo de Aristegui a “retomar el diálogo, evitar las descalificaciones y dar solución pronta al uso de la marca y el establecimiento de alianzas estratégicas”.
 El tono de la respuesta de Aristegui cambió el viernes 13 en su emisión radiofónica. Tras conocerse la salida de Lizárraga y Huerta, la periodista rechazó “categóricamente” el despido de sus colaboradores. Hizo un llamado a MVS para que “los reinstale voluntariamente” y advirtió: “Todo parece indicar que hay una clara intención para que esto se convierta en un conflicto interno, de manera artificial, y con unas preguntas sin contestar”.
 Aristegui subrayó que este despido “contraviene seriamente el acuerdo fundamental, de carácter contractual, entre MVS y yo”, haciendo alusión al contrato de autonomía e independencia editorial que firmó en 2009 con la empresa.
 “No es tiempo de sometimientos, no es tiempo de aceptar regresiones… No tenemos derecho a aceptar lo que parece ser ya no un aroma, sino un vendaval autoritario de regresiones en el mapa nacional con capítulos que aquí hemos abordado muy ampliamente, como lo que acaba de pasar en la Suprema Corte”, sentenció Aristegui, en relación con las críticas por la elección de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte (Proceso 1999, 2000 y 2001).
 En ese momento el acoso a Aristegui y a sus colaboradores ya era tema de interés en los medios internacionales y en las redes sociales. En menos de dos días se juntaron más de 135 mil firmas en la plataforma Change.org con la frase #EnDefensaDeAristegui. En Twitter más de 250 mil menciones a este hashtag lo convirtieron en trending topic. The Washington Post, The Wall Street Journal, Telesur y agencias internacionales mencionaron el caso como un diferendo por la plataforma Méxicoleaks y destacaron que MVS despedía al equipo que dio a conocer el escándalo de la Casa Blanca.
 “Lógica mexicana: descubrimos conflictos de intereses en la compra de tres casas. ¿A quiénes despiden en México? A quienes lo descubrieron”, escribió el periodista de Univisión Jorge Ramos en su cuenta de Twitter.
 El jueves 12 por la tarde, decenas de jóvenes y activistas protestaron con chayotes frente a las instalaciones de Grupo MVS. “Es censura”, escribieron en la calle reclamando la reinstalación de los reporteros despedidos.
 Durante la protesta, los manifestantes notaron la presencia entre ellos de Javier Tejado Dondé, vicepresidente de asuntos informativos de Televisa, el mismo personaje que encabezó la campaña para sacar a Carmen Aristegui de W Radio en enero de 2008 (Proceso 1627).
 Increpado y cuestionado por los manifestantes, Tejado Dondé sólo atinó a decir que él estaba ahí “de paso”, pues se dirigía a una consulta médica, hecho registrado en un video que circula en internet.
 El “alineamiento” de MVS
 La respuesta de la empresa de Joaquín Vargas a las preguntas y demandas de Aristegui y a las protestas en las redes sociales no fue la reinstalación de los periodistas ni el diálogo con la conductora, sino la emisión de 16 nuevos “lineamientos” aplicables a la relación entre Noticias MVS y los conductores de sus emisiones informativas.
 De acuerdo con el documento, publicado en el sitio oficial de MVS Radio, a partir del lunes 16 se centralizará la contratación de personal adicional, de unidades de investigaciones especiales y los conductores deberán abstenerse “de comprometer acciones y recursos de la empresa sin contar con visto bueno y autorización previa de la misma, a través del director de noticias”.
 Los “lineamientos” de la empresa anunciaron la contratación de “empresas especializadas” que llevarán a cabo “una valoración periódica de todas aquellas secciones, investigaciones, mesas de debate, comentaristas, etc. con las que cuenta cada una de las emisiones”.
 MVS anunció que prescindirá de corresponsales extranjeros y la cobertura se llevará a cabo “vía agencias internacionales, que darán servicio a todas las emisiones noticiosas de la empresa”. Este punto implicará el despido de la corresponsal en Washington, Dolia Estévez, quien mantuvo una cobertura crítica del papel de Eduardo Medina Mora como embajador en Estados Unidos en casos como Rápido y Furioso.
 Se prohíbe utilizar algún contenido producido o generado en MVS “en ningún otro medio o plataforma” y “ningún conductor de noticias podrá promover medios o plataformas ajenas a MVS en los espacios que corresponden a sus emisiones”, en clara alusión a la cobertura on line y a las colaboraciones de Aristegui.
 El punto 14 de los lineamientos afirma que “la empresa y sus conductores no representan a ningún partido político, grupo beligerante, ni protegen intereses de organizaciones, asociaciones, movimientos políticos, sociales o gobiernos”.
 Para la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) estos lineamientos constituyen “un caso de censura”.
 “La Amedi considera preocupante el curso que ha tomado este diferendo, por el contexto de los hechos y por las consecuencias que tiene ya el día de hoy con el despido de dos periodistas y el intento de imponer ‘lineamientos’ con los que se pretende desdibujar la independencia editorial de los periodistas que colaboren en MVS, quienes no podrán realizar ninguna investigación sin pedir antes autorización e, incluso, deben firmar que no ‘representan’ a ningún ‘grupo beligerante’”, afirmó la agrupación en su comunicado del viernes 13.
 La Amedi lanzó varias preguntas a raíz de esos “lineamientos”: “¿Considera MVS que el espacio de Carmen Aristegui promueve o representa grupos ‘beligerantes’? ¿MVS considera que no deben darse a conocer en sus noticiarios posturas de movimientos sociales o movimientos políticos?”
 La agrupación, presidida por Agustín Ramírez, advirtió que tales medidas constituyen “un enorme retroceso que inhibe y sanciona la libertad de expresión y un lamentable regreso a las peores prácticas autoritarias en contra de nuestros derechos humanos fundamentales, la transición hacia la democracia, así como a la pluralidad de contenidos que mandata la reforma constitucional”.
 Consultados por Proceso, distintos especialistas y observadores coinciden en que estos “lineamientos” de MVS son muy similares a los que en 2008 pretendieron imponer Televisa y Grupo Prisa en la estación W Radio, antes de la salida de Carmen Aristegui de aquella compañía.
 En aquella ocasión, W Radio decidió suspender abruptamente el contrato que mantenía con Aristegui bajo el pretexto del “proceso de renovación, actualización y expansión” de la estación y de “un nuevo modelo de organización y trabajo”.
 “El modelo editorial que la empresa quiere no es compatible con el que yo he defendido y la empresa decidió no renovar el contrato, después de cinco años de mi participación”, afirmó Aristegui a este semanario esa vez (Proceso 1627).
 Como si fuera una calca de aquel conflicto, MVS revive lineamientos para centralizar y limitar la libertad editorial de los propios periodistas y de sus respectivos segmentos informativos.
 Informes de la propia empresa confirmaron a Proceso que la redacción de estos “lineamientos” fue realizada por un grupo de especialistas y el conductor Alejandro Cacho, quien se incorporará al equipo de MVS. Cacho trabajó antes en Grupo Televisa.
 Segunda salida de MVS
De concretarse la salida de Aristegui de MVS, sería la segunda ocasión que la periodista abandona la conducción del noticiario matutino desde que llegó a la compañía de la familia Vargas en enero de 2009.
El 7 de febrero de 2011 los radioescuchas de MVS amanecieron con la sorpresa de que Aristegui ni siquiera se pudo despedir al aire. Su nombre fue borrado de la página web. Un spot de la empresa afirmó que la conductora “transgredió nuestro código de ética”, que prohíbe “la presentación y difusión de rumores como noticias”.
El despido de Aristegui ocurrió tras lanzar una pregunta al aire: “¿Tiene o no problemas de alcoholismo el presidente de la República?” El contexto de su salida era la agresiva disputa entre Televisa y Telmex por presuntas irregularidades de la compañía de Carlos Slim al tener una sociedad con MVS en Grupo Dish. El gobierno de Felipe Calderón presionó con no refrendar las concesiones de la banda de 2.5 Ghz, pertenecientes a MVS (Proceso 1789).
En aquel episodio, la empresa le pidió a Aristegui que leyera una “disculpa pública” al aire, que fue redactada desde Los Pinos por la entonces coordinadora de Comunicación Social, Alejandra Sota. La periodista se negó. Y las protestas en redes sociales y frente a las instalaciones de MVS se realizaron dos días seguidos.
Dentro de MVS se polarizaron las posiciones a favor y en contra de la reinstalación de Aristegui. Alejandro Vargas, junto con el entonces abogado de la empresa, Eduardo Sánchez, defendió la posición de no recontratar a la periodista para no tensar las relaciones con el gobierno de Calderón y obtener el refrendo de las concesiones en la banda de 2.5 Ghz.
Cuatro años después, la disputa dentro de MVS se repite. La diferencia es que Sánchez es coordinador de Comunicación Social del gobierno de Enrique Peña Nieto y el equipo de Aristegui ha logrado mayor reconocimiento nacional e internacional por las coberturas informativas realizadas en este periodo.
La red compartida
El contexto del mercado de telecomunicaciones también ha cambiado. La sociedad entre Telmex y MVS se fracturó. Ahora la compañía de los Vargas es una de las interesadas en participar en el despliegue de la llamada “red compartida mayorista” o “red troncal”, que licitará la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), con inversiones por más de 10 mil millones de dólares para armar una infraestructura paralela a la que actualmente posee América Móvil, de Slim.
El pasado miércoles 11 la SCT emitió un comunicado en el que anunció que está disponible la solicitud de Manifestación de Interés (MDI), a través de la cual “cualquier persona interesada en diseñar, financiar, desplegar, operar y comercializar la red compartida puede aportar información, conocimientos, experiencias o puntos de vista”.
La fecha límite para presentar las solicitudes de MDI es el próximo 22 de abril. La “red compartida” fue incluida en uno de los transitorios de la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, que estableció que el Poder Ejecutivo federal, en coordinación con el Instituto Federal de Telecomunicaciones, “deberá garantizar la instalación de una red pública compartida de telecomunicaciones que impulse el acceso efectivo de la población a la comunicación de banda ancha y a los servicios de telecomunicaciones”.
Desde diciembre de 2013, el entonces subsecretario de Comunicaciones, Ignacio Peralta, dio a conocer que entre los interesados en invertir en esta red compartida estarían consorcios internacionales como Intel, Cisco, Huawei, Ericsson y la mexicana Alcatel, filial de Grupo Alfa.
Para lograrlo “habría que apoyarse en el modelo que desarrolló MVS y sus socios para la banda 2.5 Ghz. Lo que se está planeando es un esquema público-privado”, abundó Peralta. MVS desde hace tres años se adelantó proponiendo este modelo de red compartida.
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Sin miedo al poder/RODRIGO VERA
En una amplia entrevista que dio a la revista Gatopardo, publicada en su edición de marzo último, Carmen Aristegui asegura que criticar al poder es “entrar en una zona de riesgo”, por lo que todo periodista debe sustentar muy bien su información. “Si dices algo que afecte al poder, tienes que decirlo con una precisión quirúrgica”.
Y luego aborda dos de las revelaciones periodísticas más importantes dadas a conocer por su equipo de investigación: el de la “Casa Blanca” de Las Lomas, que develó un posible conflicto de intereses del presidente Enrique Peña Nieto al permitir que su esposa recibiera esa residencia de manos del empresario Juan Armando Hinojosa Cantú (consentido de los gobiernos que ha encabezado el mexiquense), y la polémica sobre las versiones acerca del presunto alcoholismo del presidente Felipe Calderón, que en 2011 le costó a Aristegui ser despedida temporalmente del grupo MVS.
Entrevistada por Wilbert Torre, Aristegui comenta que la investigación sobre la casa de Las Lomas se gestó en mayo de 2013, cuando el reportero Rafael Cabrera –integrante de su equipo de investigaciones especiales– se topó con un ejemplar de la revista Hola donde se mencionaba esa residencia. Cabrera consideró que podría ser un asunto importante y empezó a indagar.
Aristegui relata que fue una pesquisa de meses. “Había periodos de espera por las solicitudes de información. Esta investigación es producto de la curiosidad de un periodista que se preguntó: ‘¿Esta casa estará declarada en el patrimonio de Peña?’ Con esa pregunta de pertinencia comenzó a jalar una hebra, solicitar información y ver la negativa del poder a colaborar. Fue una investigación de largo alcance. Llegamos al punto donde dijimos: ‘Ya está’. La respuesta de Presidencia (de la República) fue que no contestaría ella, sino Función Pública. Al final la respuesta fue: ‘No vamos a decir nada’”.
Ante esta negativa, prosigue la titular de la Primera Emisión de Noticias MVS, “decidimos publicar el reportaje, que coincidió en el tiempo con la cancelación del tren de alta velocidad México-Querétaro. Lo del tren nos cayó del cielo. La investigación venía muy firme en función de que el dueño legal de la ‘Casa Blanca’ era el contratista de Peña. Pero con el reportaje hecho surgió la información del tren de alta velocidad y a la hora de revisar dijimos: ‘¿Cómo? ¡Es el dueño de la Casa Blanca!’ Si lo hubiéramos publicado 15 días antes, nos perdemos el tren. Lo del tren aceleró el asunto en horas”.
Cuenta Aristegui que cuatro días antes de difundir la historia se reunió con corresponsales extranjeros y con los directivos de La Jornada, Reforma y Proceso, a quienes propuso dar a conocer conjuntamente el explosivo asunto. Todos aceptaron.
Respecto del presunto alcoholismo de Felipe Calderón, la también conductora de CNN en Español señala que abordó el caso a raíz de que, el 3 de febrero de 2011, se exhibió una manta en la Cámara de Diputados donde se leía: “¿Tú dejarías conducir a un borracho tu auto? ¿No, verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?”
Otros medios también dieron a conocer esa información, pero sólo Aristegui sufrió las represalias de Calderón, quien logró que la despidieran temporalmente.
“El caso de Calderón tomó una dimensión extraordinaria por tratarse de una reacción desmedida del poder presidencial frente a una interrogante que no fue afirmación de una periodista que consideró y sigue considerando pertinente preguntar”, rememora.
Ése fue un “hecho específico con una dimensión pequeña”, pero se convirtió en “un gran conflicto entre la Presidencia y un grupo empresarial. Se me pedía una disculpa que no estaba dispuesta a dar, porque no debía disculparme por algo que sigo considerando pertinente, que es preguntarle al poder lo que sea”.
Este, dice, fue “un caso donde el poder político, disgustado con la periodista, exigió algo inadmisible, que era que se arrodillara para satisfacer el enojo presidencial”.
En la entrevista con Gatopardo –titulada “Aristegui: sin miedo al poder”– la periodista radiofónica comenta que su “principal aspiración son los contrastes, que se vean todos los lados. Espero lograrlo. Si tenemos un reportaje sobre Cuauhtémoc Gutiérrez, hay que buscarlo. Si tenemos un reportaje como el de la “Casa Blanca”, que alude al presidente, hay que buscar a la Presidencia. Ya es otra cosa si te contestan o no”.
Y asevera que no está arrepentida de su actitud crítica frente a los poderosos:
“Sobre lo sucedido con el expresidente Calderón y una investigación cabal como la de la “Casa Blanca”, yo diría que ambos (casos) tienen su peso y significado y de ninguno me arrepiento. En ambos me sostengo en lo dicho y en lo hecho.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por compartir estos reportajes. Saludos!

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