15 mar 2015

El asunto de MVS–Carmen Aristegui/ Alejandro Coria

Opinión de mi amigo Alejandro Coria, tomado de facebook.
El asunto de MVS–Carmen Aristegui me recuerda lo ocurrido entre el periódico La Jornada y el reportero David Carrizales. 
En junio del 2013 Carrizales, corresponsal del Diario en Nuevo León, fue despedido de maneja injustificada y sin que se le indemnizara conforme a la ley, según denunció entonces. Antes de ello había sido hostigado laboralmente. Las misivas que dirigió a la directora del periódico no fueron respondidas, aunque algunas estaban acompañadas de las firmas de apoyo de periodistas. Comenzó entonces una cruzada –eso fue- en redes sociales para exigir justicia a su situación. Halló el apoyo de numerosas personas, organizaciones sociales y algunos medios.

Durante 22 años David Carrizales colaboró en La Jornada en calidad de reportero contratado por honorarios. En todos esos años no le reconocieron más beneficio que 30 días de aguinaldo anual, según sus propias palabras. Los abogados del medio argumentaban que carecía de todo derecho laboral por haber trabajado precisamente por honorarios. Al sostener su reclamo le ofrecieron inicialmente una prima de antigüedad por el salario mínimo nacional, no por el profesional, y 7.44 días de salario por concepto de aguinaldo. No habría ningún tipo de indemnización y mucho menos 20 días de salario por cada año laborado, de acuerdo con la ley. Dadas las condiciones y tomando en cuenta la actitud condescendiente, falsamente generosa de los abogados, Carrizales se negó a aceptarlo.
El Diario recurrió a tácticas dilatorias: La solicitud del reportero tenía que ser llevada a la consideración de la Gerencia; después, que era la Directora quien debía dar el visto bueno; posteriormente, que la Dirección no podía decidir sin la aprobación del Consejo de Demos Desarrollo de Medios.
La Revista Etcétera publicó el 4 de septiembre de ese año, en su página de internet, una nota bajo el título “La Jornada despide a reportero sin respetar sus derechos; éste acusa al diario de quiebra moral”. Al día siguiente publicó imágenes de twitter de personas que cuestionaban a Julio Hernández, John Ackerman, Alfredo Jalife, Jeraro Villamil y Enrique Galván Ochoa acerca de su postura sobre el despido de Carrizales. Sólo Galván dio respuesta, si bien fue evasiva: “Por lo que leo el asunto ya está litigándose. Esperemos a conocer el fallo”.
 Carrizales anunció el día 5 de septiembre su decisión de realizar una protesta a las puertas de la empresa. Pensaba encadenarse a ellas, dice una nota de fecha posterior. A los diez minutos de su arribo, el reportero fue llamado a negociar un acuerdo que fue firmado el día diez. Después de dos medes de lucha, con la ayuda de usuarios de redes sociales y colegas, logró mejorar las condiciones económicas que el periódico le ofrecía. No ha revelado si conoce las causas reales por las cuales lo habían despedido. Nunca le ofrecieron reinstalarlo.
 (Ojo: No sugiero que esto sea equiparable al diferendo entre Aristegui y MVS.)

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