El documento, fue enviado para su dictamen - no será posible en está legislatura- a la Comisión de Puntos Constitucionales con opinión de la del Distrito Federal, establece que la Ciudad de México será una entidad federativa, con autonomía en todo lo concerniente a su régimen interior y a su organización político-administrativa.
Su gobierno estará a cargo de sus poderes locales, en los términos establecidos en la Constitución Política de la Ciudad de México, la cual se ajustará a lo dispuesto en la presente Constitución.
La Ciudad de México adoptará para su régimen interior la forma de gobierno republicano, representativo, democrático y laico. El poder público de la Ciudad de México se dividirá para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. No podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación ni depositarse el Legislativo en un sólo individuo.
Un día antes el pleno del Senado
aprobó la reforma política de la Ciudad de México
• El proyecto de decreto recibió el respaldo de
88 votos, 27 en contra y una abstención.• Grupos parlamentarios del PRI, PAN, PRD, PVEM y PT intercambiaron puntos de vista a favor y en contra del dictamen.
Con 88 votos a favor, 27 en contra y una abstención, el Senado de la República aprobó en lo general el proyecto para reformar diversas disposiciones de la Constitución Política, en materia de reforma política de la Ciudad de México.
Previamente, senadores de los grupos parlamentarios del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Acción Nacional, del Partido de la Revolución Democrática, del Partido Verde Ecologista de México y del Partido del Trabajo intercambiaron puntos de vista a favor y en contra del dictamen.
El senador Manuel Bartlett Díaz, del PT, insistió en que la reforma es un acuerdo político, en el que gana el PRI, que “expulsa la participación de la ciudadanía” y que lo único que busca es alterar la relación de fuerzas de la capital de la República.
A favor del proyecto, la senadora Dolores Padierna Luna, del PRD, aseguró que la propuesta --aunque de manera parcial-- salda una deuda histórica con los habitantes de la Ciudad de México y expresó que “en esta época en que los aires autoritarios soplan nuevamente”, su aprobación --con el acuerdo de todas las fuerzas políticas-- “es un buen mensaje” para el país y los capitalinos.
Por su parte, el senador del PT, David Monreal Ávila resaltó que el texto, surgido de la élite política, no logrará satisfacer las necesidades de la sociedad capitalina. Esta reforma va encaminada a modificar el régimen interno y su organización política administrativa, que es en sí un avance, pero en el que se desconoce la percepción de los ciudadanos.
Carlos Alberto Puente Salas, coordinador parlamentario del PVEM, subrayó que al dictamen le falta responder a las demandas de los capitalinos, ya que los cambios “superficiales” que contiene no ayudan a la transparencia y no aclara las facultades del modelo de las alcaldías. “Sin embargo establece un importante proceso constituyente y define un momento de referencia en la historia del país”.
El senador del PRI, Omar Fayad Meneses, calificó el dictamen como un “pegotero de ideas” que en nada abona a la democratización del Distrito Federal; y dijo que es necesario hacer una revisión profunda para que esta reforma incluya conceptos de democracia, transparencia y combate a la corrupción, “porque sólo contiene cambios superficiales”.
Por el PRD, el senador Isidro Pedraza Chávez afirmó que los cambios constitucionales que dan origen a la Ciudad de México son un avance con el que se busca que los ciudadanos recobren sus derechos políticos y se equipare al estatus de todas las entidades federativas.
El senador del PRI, Miguel Ángel Chico Herrera, aseguró que representa un avance histórico para consolidar la autonomía de la Ciudad en territorio nacional. La Constitución, agregó, sustituye al estatuto de gobierno del Distrito Federal y con ello se podrá dar respuesta con mayor eficacia a las demandas de la ciudadanía.
Juan Carlos Romero Hicks, senador del PAN, dijo que la Ciudad de México merece una reforma política amplia y de fondo, pero la propuesta que se discute “nació muerta”, producto de “un mal acuerdo político” que parece más una cirugía plástica “para cambiar las cosas para que sigan igual”, pues no fortalece al Pacto Federal y tampoco queda claro cuál es beneficio específico para la ciudadanía.
En contraste, Roberto Gil Zuarth, de la misma fracción parlamentaria, acotó: “Si hoy tenemos vacíos de gobierno en el Distrito Federal y ciudadanos de segunda, es precisamente porque nunca le hemos dado” a los capitalinos la posibilidad de regularse y de gobernarse. De ahí, recalcó, que la reforma trate de expandir los derechos de la entidad.
También del PAN, el senador Víctor Hermosillo y Celada consideró que se presenta una “reforma de políticos”, en donde lo principal es cómo se reparten los puestos, en la que no se ve el beneficio para los ciudadanos, porque además, no la conocen, y en la que prevaleció la resignación de los legisladores.
Para Zoé Robledo Aburto, del PRD, se trata de una votación histórica, pues se inicia un proceso de construcción constitucional desde cero, no visto desde hace cuatro décadas, en la que se le reconocerán a la Ciudad las facultades de entidad federativa.
En opinión de la senadora Angélica de la Peña Gómez, del mismo partido, los avances de la legislación actual del Distrito Federal deben quedar inscritos en la nueva Constitución, a fin de que no haya una regresión en los derechos y libertades de los capitalinos, “porque esa es una de las características de esta Ciudad”.
Al fijar su postura contra la reforma, el senador del PAN, José María Martínez Martínez expresó que esta enmienda constitucional sólo beneficiará la creación de un gobierno central, ya que no reconoce a los ayuntamientos, concejales y tampoco les da a los ciudadanos la posibilidad de tener el gobierno que requieren.
La senadora del PRI, Lisbeth Hernández Lecona, dijo que la reforma marca la pauta para seguir con el trabajo de legislar, a fin de darle mayor autonomía a la entidad, y se dota a los ciudadanos de los derechos políticos que marca la Constitución.
La senadora Iris Vianey Mendoza Mendoza, del PRD, consideró que la reforma es incongruente en la conformación de la Asamblea Constituyente y señaló que sus integrantes deben estar designados por los ciudadanos y no por el Congreso de la Unión, el Presidente de la República y el Jefe de Gobierno.
Por su parte, el senador Alejandro Encinas Rodríguez, también del PRD, manifestó: “No me gusta la integración del Congreso Constituyente, pero hoy, les guste o no, hemos logrado las principales reformas y demandas que la izquierda se propuso para lograr la autonomía y los derechos plenos para los habitantes de la Ciudad”.
Luego de su aprobación en lo general, los senadores pasaron la discusión de los artículos reservados....los que aprobaron
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