La
peor crisis, en un día sin gobierno/ÁLVARO
DELGADO
Proceso # 2020, 18 de julio de 2015
Fue
en un día sin gobierno, mientras Peña Nieto y Osorio Chong volaban a Francia
(violando éste la ley porque no debe salir del país en ausencia del mandatario)
junto con otros 10 secretarios de Estado, cuando se fugó El Chapo Guzmán. Ante
ello, el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia
Penal, José Antonio Ortega Sánchez, manifestó a Proceso que se ha desatado la peor
crisis política del actual gobierno y que los “responsables políticos” de la
fuga –Osorio, Ímaz y Rubido– deben renunciar cuanto antes. A su vez, el
diputado electo Manuel Clouthier asevera que el presidente de la República ya
no manda en ninguna esfera porque el crimen organizado está infiltrado en las
estructuras del poder al más alto nivel.
Por
más de 24 horas, entre el sábado 11 y el domingo 12 de julio, México no tuvo
mando de gobierno en el territorio nacional: El secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, se fue a Francia a la vez que el presidente Enrique
Peña Nieto, y en ese vacío de poder se fugó Joaquín El Chapo Guzmán.
–Es
la primera ocasión –dijo Osorio a manera de excusa.
Aseguró
que es el único ministro del Interior del mundo que no hace viajes
internacionales, pero ahora confesó haber violado el mandato legal por
abandonar el país en ausencia del presidente: “Por ley me quedo cuando él no
está”.
La
infiltración criminal en las estructuras del poder incluye a gobernadores,
procuradores, jueces, jefes policiacos, militares, dirigentes de partidos.
“Esto ya no aguanta. El combate debe ser a la corrupción, a la narcopolítica y
al lavado de dinero. Estas tres cosas no se están haciendo en México”.
–¿Y
cree aún que Peña lo haga en los próximos tres años?
–Mi
padre decía que si el pícaro supiera las ventajas de ser honrado, sería honrado
por picardía. Espero que el gobierno de Peña Nieto, ya en la debacle en que
éste se encuentra (es imposible llegar más bajo en el nivel de credibilidad y
popularidad), entienda que, si no lo quiere hacer por convicción, mínimo lo
haga por conveniencia.
Hacia
una crisis peor
En
esta evaluación coincide el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad
Pública y Justicia Penal, José Antonio Ortega Sánchez,quien expresa que Peña
Nieto no tuvo nunca como prioridad el combate a las organizaciones criminales,
pero que ahora su prioridad política debe ser recomponer el país y optar por la
paz.
“Las
estrategias política y de seguridad han fracasado, y hoy estamos en la mayor
crisis política de este sexenio”, enfatiza el experto, y urge a que, además de
la investigación sobre las complicidades en la fuga de El Chapo, haya responsables
políticos que renuncien.
“¿Y
quién es el responsable de la seguridad nacional y de la seguridad de los
penales? ¿Quiénes deben renunciar? Osorio Chong, Eugenio Ímaz, Monte Alejandro
Rubido. Esas son las cabezas que deben rodar.”
No
obstante, en la conferencia de prensa del lunes 13 –dos días después de la
evasión del capo–, Osorio Chong descartó dejar el cargo –“los momentos de
crisis no son para renunciar”–, como sí se propuso hacerlo en diciembre de
2014, en medio de la crisis de Ayotzinapa, Tlatlaya y la Casa Blanca, según
filtró él mismo.
Para
Ortega Sánchez, es inadmisible que se aplace la dimisión de Osorio, así como la
del comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, y la del
director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen),
Eugenio Ímaz. “¡Tiene que ser ahora!”, apremia.
–¿Y
si no renuncian?
–Este
gobierno va a seguir dando traspiés y vamos acabar en una crisis mayor que las
vividas al final de otros sexenios. ¡Todavía le faltan tres años, carajo! Y vea
cómo se ha venido hundiendo.
–Y
si se recaptura al Chapo, ¿tienen que renunciar?
–Sí.
Mire, vi al secretario de Gobernación sobrado, hablando de las medidas de
seguridad que hay en el penal y justificando que tenían todo controlado, que
era impenetrable, defendiendo lo indefendible.
“El
Chapo les devolvió la cachetada. ¿Qué dijo Peña cuando lo detuvieron? ‘Fue una
operación sin un disparo, que costó mucho dinero, hecha con gran inteligencia’.
Y a 14 meses, sin un solo disparo, con mucho dinero y con una gran
inteligencia, se escapa –suelta Ortega la carcajada–. ¡Entonces tiene que haber
responsables políticos, si el presidente quiere de alguna manera hacer algo por
este país!”
Fox
lo liberó, Calderón lo protegió
Cuando
estalló la crisis de la Casa Blanca, en noviembre del año pasado, Peña Nieto
iba de visita a China. Ahora que se fugó El Chapo, iba rumbo a Francia, con un
numeroso séquito de 159 invitados –todo pagado con dinero público–, incluidos
11 de los 17 secretarios de Estado, entre ellos los de la Defensa Nacional,
Salvador Cienfuegos, y de Marina, Vidal Soberón.
Al
despegar el avión oficial de Peña Nieto del aeropuerto capitalino, a las 17:25
horas del sábado 11, Osorio Chong ya iba, en vuelo por separado, hacia Francia,
y dos horas y media después, a las 20:52 horas, El Chapo huyó del penal del
Altiplano.
El
secretario de Gobernación arribó a París sólo para regresar de inmediato a
México –adonde llegó la tarde-noche del domingo, más de un día después de que
Peña abandonó el territorio nacional–, ya que a él, por ley, le correspondía
quedarse a cargo del gobierno de México.
“El
país nunca quedó sólo en materia de seguridad. Aquí estaba la procuradora
general de la República. Estaba el comisionado de Seguridad, estaba el
subsecretario, y regresamos inmediatamente”, se defendió Osorio en la
conferencia de prensa del lunes 13.
Justamente
flanqueado por la procuradora Arely Gómez y el subsecretario de Gobierno, Luis
Miranda Nava –compadre de Calderón–, el funcionario detalló la fuga del capo y,
como es característico en él, cantinfleando respondió numerosas preguntas de 10
reporteros.
Fue
enfático en que el penal de alta seguridad del Altiplano es una fortaleza
impenetrable, certificado mundialmente, y señaló que si El Chapo se fugó de
éste, podría haberse evadido de otros de las mismas características. “(Fue) una
acción insólita que rompe todo este paradigma de protocolos de seguridad de
cualquier cárcel del mundo”.
A
Clouthier le genera risa la involuntaria fascinación de Osorio Chong por la
capacidad de Guzmán: “¡Nomás faltó que dijera que están a punto de darle la
certificación, porque se fugó!”.
Lo
que no es gracioso es que, como Osorio lo advirtió desde noviembre de 2006, el
crimen organizado sigue siendo la amenaza mayor a la democracia. Y más allá de
si Osorio Chong y otros altos funcionarios renuncian o no, el combate frontal
ante ese fenómeno es impostergable.
“Lo
que necesitamos es pedir responsables, y lo que necesita el país es que se
acabe con la impunidad. Aquí es evidente que hay gente infiltrada y tiene que
haber responsables”, prosigue Clouthier.
–¿Qué
prevé si no lo recapturan?, y si lo recapturan, ¿sirve para algo?
–Todos aspiramos a que los delincuentes estén
en la cárcel, y más si se fugan. Pero yo lo veo muy difícil, porque ya no sabes
qué es cierto, qué es mentira, qué es real, si es discurso, parafernalia…
A
Ortega Sánchez también le causa hilaridad la postura de Osorio Chong y le
indigna la procuradora: “La PGR sigue cansada. El cargo le quedó grande a
Arely. En la conferencia de prensa, con cara de petulante, no supo ni leer”.
Y
es que esta fuga de El Chapo “es más grave” que la de 2001, porque en esa
ocasión se le dejó libre por decisión de Vicente Fox. “Había necesidad de poner
orden en los grupos criminales, y le
abrieron la puerta para que fuera a pacificar”.
También
por eso, afirma, Calderón no capturó al capo, asesorado por Genaro García Luna,
secretario de Seguridad Pública: “Por la corrupción de éste, le dieron protección
institucional”.
Fue
el propio Chapo quien reveló al general Mario Arturo Acosta Chaparro cómo salió
del penal de Puente Grande cuando, en 2008, se entrevistó con él a petición de
Calderón y de su secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
“El
general me dio todos los detalles –refiere Ortega– de cómo Mouriño le encarga
aclarar los granadazos de Morelia, y cuando resuelve el asunto le encargan que
pacifique al país. Va a ver a cada grupo criminal, y cuando habla con El Chapo
le dice:
–Oye,
¿cuánto te costó la fuga?
–La
libertad no tiene precio.”
Y
ante la insistencia del general, le revela:
“–Mi
fuga se planeó desde que yo estaba en Almoloya, y el primer paso de la fuga fue
cambiarme a Puente Grande.”
Por
ello en ese penal de alta seguridad de Guadalajara el capo tenía todos los
privilegios, como lo comprobó el propio Ortega Sánchez al interrogarlo, el 16
de marzo del 2000, como parte de la investigación del asesinato del cardenal
Juan Jesús Posadas Ocampo.
“La
diligencia fue en una oficina contigua a la del director. Estuvimos sentados de
frente. El Chapo nos ofreció refrescos, café, botana, porque tenía a todos los
custodios y al director a su servicio. Y al preguntarle: ‘Oiga, ¿por qué
estamos empezando la diligencia a las 11:00 de la noche, cuando estaba
programada por el Ministerio Público a las 10:00 de la mañana’?
“Me
respondió: ‘A ver, hoy tuve visita conyugal, después me fui a echar un
vaporcito, y luego fui a tomarme una siestecita para atenderte como tú te
mereces. ¿Te queda claro?’. ¡Claro que me quedó claro que el que mandaba ahí
era él!”
El
Chapo, “el jefe”
Inclusive
relata que el reo manipuló al agente del Ministerio Público en esa diligencia,
ya que al preguntarle con quién se entrevistaría en Puerto Vallarta el día del
asesinato del cardenal, “abrió los ojos y le dijo al MP: ‘¿No que de eso no
íbamos a hablar?’. Y el MP repuso: ‘Este cabrón te quiere chingar’. Y en ese
momento se calló El Chapo, ya no quiso hablar. ¡Entonces controlaba al
director, a los custodios y al MP. ¡Él era el jefe!”.
–¿Es
falsa la versión oficial de que aquella vez se fugó en un carrito de
lavandería?
–La
versión oficial es un cuento de hadas para esconder la salida de El Chapo. El
Chapo se fue por la puerta grande de ese penal, y un funcionario federal lo
recibió al salir.
–¿Y
ahora el túnel es también un montaje?
–No,
es real, es real. Yo creo que por ahí se escapó, y no es el gobierno del
presidente Peña el que abre la puerta. Es decir, no existe una decisión de
Estado para hacerlo, como la hubo con Vicente Fox. Con Fox le franquearon la
puerta para que fuera a pacificar, y con el fin de que hubiera un solo
conducto, como antes se hacía, para tener el control; es decir, que a través de
él fluyera todo.
De
lo que no tiene duda Ortega Sánchez es de que la fuga no se entiende sin la
corrupción, pero no sólo de los carceleros y los tres funcionarios cesados,
sino “al más alto” nivel.
–¿Al
secretario de Gobernación?
–No
creo que sea a nivel del secretario, pero abajitito.
–¿Rubido?
–No
sé si él. Hay que hacer una investigación. Pero llega muy arriba. Es muy capaz,
pero el cargo le ha quedado grande. Su incapacidad es evidente, lo mismo (que
pasa con) Eugenio y Osorio. Esos tres se deben ir de entrada para que la
investigación profunda se pueda hacer y veamos hasta dónde llegó la corrupción.
Ortega
Sánchez tampoco descarta a Manlio Fabio Beltrones para la Secretaría de
Gobernación: “¡Ahorita lo que necesitamos es paz! Y conste que yo siempre lo
manejé como Don Manlione, pero necesitamos algo así. No puede haber amigos del
presidente con caras duras, malos modos y manotazos, pero peor que lleguen a
improvisar”.
Rubrica:
“Hay que llenar puestecitos que quedaron vacantes con los que se fueron de
diputados, pero no es suficiente. Hoy la política del presidente Peña está
devastada, es la mayor crisis política de su administración”.
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