8:15 Visita al Bañado Norte-Capilla San Juan.
10:00 Santa Misa en el Campo Grande de Ñu Guasu. Homilía y ángelus.
13:00 Encuentro con los Obispos del Paraguay en el Centro Cultural de la Nunciatura Apostólica
13:30 Almuerzo con los Obispos del Paraguay
17:00 Encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción.
18.15 Salida hacia el Aeropuerto, con breve parada frente al local del "Ycuá Bolaños".
19:00 Ceremonia de Despedida en el Aeropuerto y partida rumbo a Roma
Texto
completo del Ángelus en Ñu Guazú, Ángelus
Al
final de la celebración eucarística, y después de los saludos del arzobispo de
Asunción, Mons. Edmundo Ponciano Valenzuela Mellid, SDB, y del arzobispo
ortodoxo Tarasios, el papa Francisco guió el rezo del Ángelus dominical.
Agradezco
al Señor Arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Ponziano Valenzuela Mellid, y al
Señor Arzobispo de Sudamérica Tarasios las amables palabras.
Al
terminar esta celebración dirigimos nuestra mirada confiada a la Virgen María,
Madre de Dios y Madre nuestra. Ella es el regalo de Jesús a su pueblo. Nos la
dio como madre en la hora de la cruz y del sufrimiento. Es fruto de la entrega
de Cristo por nosotros. Y, desde entonces, siempre ha estado y estará con sus
hijos, especialmente los más pequeños y necesitados.
Ella
ha entrado en el tejido de la historia de nuestros pueblos y sus gentes. Como
en tantos otros países de Latinoamérica, la fe de los paraguayos está
impregnada de amor a la Virgen. Acuden con confianza a su madre, le abren su
corazón y le confían sus alegrías y sus penas, sus ilusiones y sus
sufrimientos. La Virgen los consuela y con la ternura de su amor les enciende
la esperanza. No dejen de invocar y confiar en María, madre de misericordia
para todos sus hijos sin distinción.
A
la Virgen, que perseveró con los Apóstoles en espera del Espíritu Santo (cf.
Hch 1,13-14), le pido también que vele por la Iglesia, y fortalezca los
vínculos fraternos entre todos sus miembros. Que con la ayuda de María, la
Iglesia sea casa de todos, una casa que sepa hospedar, una madre para todos los
pueblos.
Queridos
hermanos: les pido, por favor, que no se olviden de rezar por mí. Yo sé muy
bien cuánto se quiere al Papa en Paraguay. También los llevo en mi corazón y
rezo por ustedes y por su País.
Y
ahora los invito a rezar el Ángelus a la Virgen:
El
Ángel del Señor anunció a María...
Texto
distribuido por la Sala de Prensa del Vaticano
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