El
paquete negro y el sobre amarillo../SARA
PANTOJA
Revista Proceso # 2028, 13 de septiembre
Unas
videograbaciones –obtenidas de cámaras ajenas al sistema de seguridad de la
Ciudad de México– fueron hechas llegar a la fiscalía que investiga el
multihomicidio de la colonia Narvarte. En ellas se observa a los presuntos
asesinos sacar del Mustang, en el cual huyeron de Luz Saviñón, un paquete negro
y un sobre amarillo (y sólo eso), que entregaron a personas que los esperaban
en una camioneta y con quienes se alejaron del lugar. Cada vez se sostiene
menos la hipótesis del robo como móvil de la matanza de cuatro mujeres y del
fotoperiodista Rubén Espinosa.
En
el expediente del caso Narvarte, ya de 10 tomos, hay indicios sólidos de que
los tres presuntos homicidas ya detenidos –el último de ellos, César Omar
Martínez Zendejas, el viernes 11– contaron con la complicidad de al menos tres
personas más, dos de los cuales recibieron de los victimarios un paquete negro
y un sobre amarillo tres horas después del crimen, lo que echa por tierra el
móvil del robo que pretende construir la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal (PGJDF).
Con
las cámaras de vigilancia del C-4, y algunas particulares, agentes de la
Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Homicidio
armaron los fotogramas del Mustang rojo, propiedad de Milena Virginia Martín, y
de una camioneta Suburban oscura en la que se trasladaban los presuntos
copartícipes, desde el momento de la huida hasta el intercambio.
Esto
fue lo que vieron las cámaras de seguridad de la policía capitalina: A las
15:03 horas uno de los implicados salió del edificio de Luz Saviñón y subió al
Mustang. Arrancó y dio vuelta a la derecha en la calle Zempoala. A las 15:11
ingresó a Cumbres de Acultzingo y Doctor José María Vértiz. Después tomó
avenida Universidad hasta el Eje Central. A las 15:27 viró en Obrero Mundial
hasta llegar a la calzada de Tlalpan, donde enfiló rumbo al sur.
El
expolicía dijo que fue él quien se bajó del auto para “arreglarse” con los
uniformados, pues Omar se puso “muy nervioso” porque traía la pistola con la
que disparó a las víctimas y sus zapatos estaban manchados de sangre.
De
acuerdo con su declaración, el auto siguió hasta el estacionamiento de un hotel
ubicado en esa vialidad, donde lo alcanzaron los dos ocupantes del Stratus que
–aunque la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) capitalina no lo detectó en el
seguimiento de las cámaras– sirvió de “muro” desde que salieron rumbo al
departamento.
A
las 15:50 horas las cámaras de la SSP ubicaron al Mustang en la calzada de
Tlalpan y Río Churubusco –en un lugar que no especificaron– y “ahí permanece el
auto hasta las 18:51 horas”, según el seguimiento de la policía capitalina.
Torres
Tranquilino dijo que él, Daniel Pacheco Gutiérrez y Martínez Zendejas llegaron
al departamento de Luz Saviñón en una camioneta Suburban, propiedad de Daniel,
quien solía guardar en ella armas largas porque, según su dicho, éste y Omar
eran miembros del grupo delincuencial Los Zetas.
El
seguimiento a la Suburban muestra que tras perpetrarse el crimen fue atrás del
Mustang hasta llegar al Eje 4 Xola. Ahí la camioneta continuó hasta el Eje
Central, dio vuelta en Xola y cruzó Tlalpan. A las 15:20 horas fue ubicada
circulando en la avenida Napoleón, esquina con Sucre, en la colonia Moderna.
De
esa hora, el reporte de la policía capitalina se salta hasta las 18:34 horas,
cuando localizó a la misma camioneta en la calzada de Tlalpan, a la altura de
Obrero Mundial. Los ojos de la policía la siguieron por toda la vialidad
primaria hasta el Eje 8, a donde llegó a las 18:43.
Según
las cámaras de la SSP, el Mustang y la Suburban se reunieron en la calzada de Tlalpan
a la altura de la calle 20 de Agosto (cerca de la estación General Anaya) a las
18:50 horas. De ahí siguieron juntas hasta el trébol de la avenida Taxqueña,
por donde continuaron hacia el oriente, hasta la esquina de Paseo de los
Abetos, colonia Paseos de Taxqueña, a las 19:02.
En
ese punto el Mustang dio vuelta a la izquierda y la Suburban se enfiló por
Paseo de los Jardines hasta su cruce con la avenida Escuela Naval Militar. En
ese lugar y hora termina el seguimiento de la SSP en poder de la PGJDF.
Las
videograbaciones particulares aportan un elemento fundamental a la
investigación: una transacción entre los presuntos homicidas y sus cómplices.
La
entrega
El
pasado 5 de agosto uno de los investigadores del caso, identificado como
“comandante en jefe” Alejandro Valencia Velásquez, entregó a la Fiscalía
Central de Homicidios una “memoria USB de color rosa con negro con el número
1303786038 G04G” en “buen estado”. Según declaró en el acta de “Procesamiento
de los indicios” de la investigación FBJ/BJ-1/T2/4379/156-07, el funcionario la
recibió de un sujeto al que no identificó en calles de la delegación Coyoacán.
La
memoria contenía siete videos tomados de cuatro cámaras diferentes,
identificadas con los números 2, 3, 7 y 9. Los fotogramas impresos y contenidos
en el Tomo VII de la investigación muestran que a las 19:07 horas del 31 de
julio, el Mustang llegó a la calle Paseo de los Abetos.
A
bordo del auto iban dos personas. Del lado del copiloto bajó un hombre vestido
con pantalón de mezclilla y sudadera verde. Se dirigió a una camioneta oscura
estacionada del otro lado del camellón. Cruzó algunas palabras con sus
tripulantes y regresó al Mustang.
Enseguida,
dos personas bajaron de la camioneta y se aproximaron a la cajuela del auto. El
primero la abrió, sin guantes. En ese momento se acercó un tercer sujeto que
vestía playera clara y pantalón oscuro.
Uno
de los hombres que bajó de la camioneta sacó de la misma cajuela del Mustang un
bulto negro, pequeño. El hombre de sudadera verde le entregó un sobre amarillo
que momentos antes había sacado por la ventanilla del lado del conductor del
mismo vehículo.
Hecha
la doble entrega, el conductor cerró la cajuela. Luego todos subieron a la
camioneta y se retiraron a las 19:11 horas.
El
Mustang quedó abandonado, tal como lo encontró la PGJDF el 4 de agosto.
Con
base en estas evidencias, los abogados coadyuvantes solicitaron oficialmente a
la PGJDF que les permita ver los videos originales y que se realice un peritaje
en antropometría y fisonomía para determinar las características y rasgos de
los hombres que aparecen en estos videos.
También
piden que se llame a declarar nuevamente a Pacheco y Torres para que hablen de
sus cómplices y del destino final de la camioneta usada para realizar el
intercambio.
Según
el peritaje dactiloscópico, se encontraron 11 fragmentos de huellas útiles en
el Mustang –seis en las ventanas y el espejo “de vanidad”– y en el
departamento. No obstante, la confronta con las huellas de Torres y Pacheco no
arrojaron coincidencias.
Preguntas
sobre Milena
Desde
el pasado 2 de agosto el procurador capitalino, Rodolfo Ríos Garza, mencionó el
robo como línea de investigación del multihomicidio. Y aunque ninguna autoridad
de la PGJDF ha informado qué robaron los asesinos, las filtraciones de
información se concentran en Milena Virginia Martín, la única extranjera entre
las víctimas, como objetivo del crimen.
Más:
en sus declaraciones ministeriales, Pacheco Gutiérrez y Torres Tranquilino
aseguran que ella se dedicaba a la prostitución y tenía en su poder un
cargamento de cocaína que había recogido del Aeropuerto Internacional de la
Ciudad de México.
El
expolicía aseguró que la conoció el año pasado en el bar Life, de la colonia
Condesa, y que incluso la cuidó cuando convalecía de unas cirugías estéticas.
El día del multihomicidio, dijo, él fue quien llamó a la puerta del
departamento, habló con Milena para que les facilitara la entrada. Hasta se
filtraron fotografías donde supuestamente aparecen juntos en una fiesta.
Sin
embargo, en los 10 tomos del expediente no hay evidencia de que la PGJDF haya
hecho esfuerzo alguno por comprobar los dichos de los detenidos.
El
jueves 10, Karla Micheel Salas, David Peña y Leopoldo Maldonado, abogados
coadyuvantes de la familia de las víctimas Nadia Pérez y Rubén Espinosa,
ingresaron a la PGJDF un escrito dirigido a José Francisco Coronilla Argueta,
titular de la Unidad de Investigación 21 Bis de la Fiscalía Central de
Investigación para la Atención del Delito de Homicidio, con una lista de 53
preguntas y observaciones de la investigación.
En
el documento, cuya copia tiene Proceso, al menos 10 puntos se refieren a
Milena. Los abogados preguntan si la PGJDF ya se entrevistó con quienes
compartieron departamento con la colombiana antes de que se mudara a Luz
Saviñón, así como con su anterior arrendadora; si ya habló con los vecinos de
ese otro lugar y si éstos identifican a Alejandra Negrete como trabajadora
doméstica.
Cuestionan
si la Policía Cibernética ya revisó el correo electrónico de la colombiana, que
ella proporcionó a las autoridades ministeriales en la carpeta de investigación
CI-FBJ/BJ-4/U1-2C/D/01901/07-2015, cuando interpuso una demanda por despojo
contra su antigua casera, y si ésta ya fue llamada a declarar.
Sobre
el Mustang, que presuntamente era de Milena, los abogados preguntan si las
autoridades ya investigaron al anterior dueño, a quien supuestamente la mujer
le quedó a deber 50 mil pesos.
La
coadyuvancia pregunta a la PGJDF si tiene información de cómo Milena conoció a
Alejandra y desde cuándo la segunda trabajaba para la primera, así como si ha
identificado a amistades y conocidos de la colombiana que pudieran aportar
información sobre sus actividades.
En
este sentido también cuestiona si las autoridades capitalinas ya solicitaron
información al Registro Público de la Propiedad, la Cámara de Comercio,
Servicios y Turismo y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sobre la
empresa MS Model Management S. A. de C. V., donde Milena trabajó como modelo.
Por
último, y a propósito de las acusaciones sobre su presunta participación en
actividades de narcotráfico –basadas únicamente en las declaraciones de los dos
detenidos, que son contradictorias entre sí– los abogados demandan a la PGJDF
saber si ya solicitaron información al Centro de Investigación y Seguridad
Nacional y al Instituto Nacional de Migración sobre esas acusaciones.
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