Los acompaño en la vergüenza por los abusos, les dijo el papa a presbiteros y religiosos en la
catedral de San Patricio en Nueva York.
La
tarde del jueves, el Jorge Maruo Bergoglio se despidió de Washington DC y abordó un vuelo
de la compañía American Airlines- no el Alitalia- con destino a Nueva York, arribó en menos de una horea en el
aeropuerto John F. Kennedy. Tras una sencilla bienvenida, se movilizó en
helicóptero hasta la “gran manzana”.
De ahí el papa se desplazó en el papamóvil por la Quinta Avenida acompañado por una gran cantidad de vehículos de seguridad; fue ecibido por miles de fieles en las calles y por las campanas de la Catedral donde lo esperaban el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y otras autoridades locales.
Al llegar al templo y en su recorrido hacia al altar saludó con un beso a un joven y luego a una niña afroamericana en silla de ruedas que lloró emocionada por su breve encuentro.
Como de costumbre, dejó un ramo de flores ante una imagen de la Virgen María con el Señor a sus pies, la “Piedad” que se encuentra en el lado derecho del templo.
Luego rezó de pie y en silencio ante el Sagrario, el lugar en donde se resguarda en las iglesias el sacramento de la Eucaristía, presencia real de Cristo.
Antes de iniciar su discurso, en San Patricio, expresó su cercanía por la estampida que tuvo lugar en La Meca, que ya dejó 717 muertos y más de 800 heridos.: “Dos sentimientos tengo desde hoy para con mis hermanos islámicos. Primero mi saludador celebrarse hoy el día del sacrificio. Hubiera querido que mi saludo fuese más caluroso. Segundo sentimiento es mi cercanía ante la tragedia que su pueblo ha sufrido hoy en La Meca. En este momento de oración, me uno y nos unimos en la plegaria a Dios Nuestro Padre Todopoderoso y Misericordioso.“
De ahí el papa se desplazó en el papamóvil por la Quinta Avenida acompañado por una gran cantidad de vehículos de seguridad; fue ecibido por miles de fieles en las calles y por las campanas de la Catedral donde lo esperaban el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y otras autoridades locales.
Al llegar al templo y en su recorrido hacia al altar saludó con un beso a un joven y luego a una niña afroamericana en silla de ruedas que lloró emocionada por su breve encuentro.
Como de costumbre, dejó un ramo de flores ante una imagen de la Virgen María con el Señor a sus pies, la “Piedad” que se encuentra en el lado derecho del templo.
Luego rezó de pie y en silencio ante el Sagrario, el lugar en donde se resguarda en las iglesias el sacramento de la Eucaristía, presencia real de Cristo.
Antes de iniciar su discurso, en San Patricio, expresó su cercanía por la estampida que tuvo lugar en La Meca, que ya dejó 717 muertos y más de 800 heridos.: “Dos sentimientos tengo desde hoy para con mis hermanos islámicos. Primero mi saludador celebrarse hoy el día del sacrificio. Hubiera querido que mi saludo fuese más caluroso. Segundo sentimiento es mi cercanía ante la tragedia que su pueblo ha sufrido hoy en La Meca. En este momento de oración, me uno y nos unimos en la plegaria a Dios Nuestro Padre Todopoderoso y Misericordioso.“
En
San Patricio lo esperaban desde varias horas antes.
Tras rezar tomó la palabra y habló en inglés.
Y habló fuerte - de nuevo- sobre un tema doloroso, los escandalos de abusos sexuales.
«Se
que ustedes, como cuerpo presbiterial, junto con el pueblo de Dios,
recientemente han sufrido mucho a causa de la vergüenza provocada por tantos
hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más
indefensos. Con las palabras del Apocalipsis les digo que soy consciente de que
vienen de la gran tribulación. Les acompaño en este tiempo de dolor y
dificultad, así como agradezco el trabajo que realizan acompañando al pueblo de
Dios“
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